Tristán Evans

Es bastante dejado para los vínculos afectivos, a pesar de ello es bastante comunicativo, si algo no le interesa ten por seguro que te lo dirá. Puede llegar a ser distante e hiriente con sus comentarios, quizá por la propia autoestima que se tiene. Es inmensamente profundo.
Se considera un gran músico (no soporta las críticas). “Prepotente y soberbio” son las dos palabras que le definen a la perfección.
Prefiere pasar la tarde leyendo antes de escuchar las estupideces de la gente que lo rodea. Por las noches se pasa las horas componiendo nuevas canciones con su preciado saxo y su piano de cola.
Aún con todo no es una mala persona, solo vive para él, en su mundo egoísta.

Desde su infancia la música le ha rodeado, sus padres eran profesores del Conservatorio de Berlín. Así, desde muy joven supo tocar gran variedad de instrumentos. Muchos piensan que es el genio del s. XIX.
Al acabar sus estudios universitarios abandonó su hogar dejando una simple nota:
“Me voy a perseguir mi sueño.”

Y así hizo, se marchó con su baúl, a donde le deparase el Destino, su único compañero la música, la única forma de vida que ha conocido.
Tristán no tiene una historia rebuscada, es bastante simple.
Su mayor sueño es tocar para millares de personas, y hacerlas olvidar todo tristeza. Aunque muchas veces se enfade consigo mismo ya que no debería importarle lo que la gente piense o deje de pensar sobre él, ya que él toca para sí, no quiere tocar para nadie, siempre dice que el populacho no sabe valorar a un artista aunque lo tengan delante de sus narices.
De todos modos, descartando el detalle de su irascible personalidad, la música que crea expresa su verdadero ser, un ser asustado y solitario.