Té y notas [libre]

Tenía muchos apuntes que tomar de los últimos días que había pasado en Londres. La investigación parecía haber dados sus frutos, pero las pistas se habían acabado, no había 'huellas' ni nada por el estilo que le revelase nada de importancia allí, así que no tuvo mas que hacer aparte de volver a Francia con pretexto de hacer una visita a su familia y seguir desde allí con su investigación.
Abrigándose bien, salió a las calles de París buscando una cafetería o posada cómoda y caliente. No quería que sus padres la vieran pasando sus notas a limpio, haciendo esquemas y plasmando sus ideas, ¡sólo faltaría eso! Pensarían que no hace mas que perder el tiempo con vagas ilusiones.

Sumida en sus pensamientos, encontró lo que andaba buscando, una buena cafetería de la que salía un rico aroma a café, té y todo tipo de bollería y pastas. Tras acomodarse y pedir un té de menta y chocolate, sacó de su bolsillo oculto de sus ropas las notas y pluma, y al abrigo del fuego y el humeante líquido, comenzó a escribir.

Francia era uno de esos países que a pesar de que estaba gobernado por la plebe aun en sus calles quedaban los viejos restrigios de lo que un día fue, aun se podía respirar ese aire imperial, se podía sentir la dignidad de sus caballeros, podía verse lo que un día Francia entera fue el sueño de un rey.

Y recorriendo aquellas calles me encontraba yo que había visto el esplendor y el ocaso, yo que había estado cuando el Sol había salido en la bella Francia y cuando para desgracia de tantos nobles el sol se puso ocultándose tras aquel baño de sangre, aun me preocupaba aquella situación y es que no hacía tanto tiempo por lo menos para alguien como yo.

El olor a café embriagó mis sentidos y me hizo despertar de mis pensamientos melancólicos de lo que en aquel lugar pudo ser y no fue, casi por inercia y sin darme cuenta de mi alrededor entre a aquel lugar y me senté e una mesita al fondo pidiendo una taza de café aunque solo fuese por oler ese aroma que me apasionaba, me quité los guantes y el abrigo largo y los coloqué con sumo cuidado en una percha cercana, cerré un momento los ojos y llevándome la mano a la cabeza acaricie mis cabellos en un gesto algo resignado, a fin de cuentas aunque me gustaba pasar desapercibido tampoco era mi agrado estar rodeado de plebe y menos de humanos.

Apenas había escrito cuatro líneas, no andaba muy inspirada, cuando la puerta se abrió como otras veces había hecho hasta llegado el momento, pero esta vez, sintió un escalofrío... Llevándola al presentimiento de que algo se acercaba, algo que podría ser de su interés ¿Podría ser?
Bebió de su taza, dejando a un lado la pluma sobre la mesa y recorrió la sala con la mirada en busca de algo que su percepción había captado. Todo parece normal, andaba con la taza cubriéndole medio rostro y escudriñando a la gente en busca de algo digno para sus apuntes. Pero,¿en una cafetería? Bueno, quién sabe, mucha gente se hace pasar por lo que no es... Y mucha gente que intenta llamar la atención es precisamente para pasar mas desapercibida. Siguiendo esos pensamientos, detuvo la mirada en el hombre recién llegado, parecía encajar con el prototipo.
Bebió otro sorbo del té y dejó la taza de nuevo en la mesa, cogiendo la pluma, ocultándose a medias con sus notas y tomando apuntes de lo que percibía.

Estar rodeado de humanos era algo que sin duda alguna me desagradaba y no era por el hecho de no poder comerlos sino mas bien por el sentimiento de estar rodeado de seres a los que consideraba inferiores por varios y diversos motivos.

Tome la taza de café de la asa y con la punta de mis dedos tocándola lo menos posible y la acerque a mi para olerla, el olor de aquella bebida caliente sencillamente era muy agradable, levante la vista para observar por primera vez mi alrededor todo parecía normal, mortales sentados y absortos en sus vidas o en tertulia con otros, no había nada anormal o que pudiese llamar minimamente mi atención salvo una chica que parecía estudiarme con la mirada, sonreí de medio lado y deje la taza de café otra vez en la mesa.

Casi por unas décimas de segundo por mi cabeza había pasado que supiera que era pero tal idea la deseche de momento tal cosa era improbable pero aun así me empezaba a dar curiosidad aquella chica y que sería lo que en aquellos papeles escribía después de todo no era tan normal ver a una mujer en un lugar así y rodeada de papeles.

Tan absorta estaba en sus apuntes, que en una de las veces en las que miró al 'objetivo' se dio cuenta de que él también la estaba mirando, lo que le hizo enrojecer por momentos y dejar lentamente las notas sobre su regazo y la pluma sobre la mesa.
Cohibida como estaba, sólo pudo sonreír con timidez. Mierda, tenia que haber sido mas discreta, pero es tan emocionante...
No sabía que hacer en ese momento, dudaba entre acercarse y pedirle disculpas o acercarse pedirle disculpas e intentar mostrarse interesada en él... Pero de una manera sutil, no podía acercarse sin mas y decirle: Hola, ¿eres un vampiro? ¿Me dejas entrar en tu mente? Pff, ¡qué cosas pensaba!
Nunca se sabía como podía llegar a reaccionar un vampiro o ser paranormal por muy civilizado que pareciera, asi que se mantuvo cauta pero educada en todo momento. Guardó sus apuntes y su preciada pluma en un lugar seguro de sus ropas y se levantó dispuesta a entablar algún tipo de conversación y/o disculpa al menos con aquel hombre.

Caminando entre las mesas, llegó a la suya -no muy lejana de donde se encontraba-, y se colocó a su lado mostrando una amigable sonrisa.
-Perdone si le parecí indiscreta al mirarle así. No quisiera que pensara mal. Le pido mis mas sinceras disculpas si le molestó.-jáh, ni que lo sintiera de veras, pensaba casi al sesenta por ciento que ese hombre era un ser paranormal y pensaba llegar a alguna parte, si él se lo permitía, claro.

Cuando la chica se levanto y se dirigió donde me encontraba no pude mas que mantener la serenidad que durante tantos siglos me había acompañado, al sentir su voz levante levemente la vista para mirarla a la cara y sonreí por unos instantes mas para mi mismo o quizás por parecer cortes que por el hecho de sonreír y parecer amigable.

- No creo os debáis disculpar por tal echo, a fin de cuentas mirar esta permitido o eso tengo entendido * mi voz era suave pero segura*

Me levante y esbocé otra leve sonrisa mientras le me inclinaba en una semireverencia, no es que estuviese demasiado acostumbrado a tratar con humanos o que tal hecho me acabase de agradar pero tampoco tenía nada en contra en aquel momento, ademas no tenía nada mejor que hacer y por supuesto no iba a cometer una falta de modales.

- Soy Malfoy y es un honor conocerla señorita incluso en tan insolita situación, * retire la otra silla que había al lado de la mía y con otra simireverencia la ofreci asiento* sería un gran placer que me dejara invitarla a un café pues si usted a pecado por mirarme yo también debería confesarme pues culpable del mismo crimen y hecha la ofensa me gustaría poder recompensaros con algo.

- No creo os debáis disculpar por tal echo, a fin de cuentas mirar esta permitido o eso tengo entendido.
Intentó disimular su sorpresa, al fin y al cabo debía mantener la calma. Eso de entablar una conversación con un desconocido debería ser ya para ella pan comido, pero la timidez a veces le nublaba los sentidos y le hacía parecer insegura. Por todo, le devolvió el gesto con una inclinación de cabeza, aceptando el sentarse con él. Total, si quería saber más sobre aquel personaje tendría que indagar un poco más, y la ocasión se presentaba perfecta.
-Soy Malfoy y es un honor conocerla señorita incluso en tan insolita situación -ladeó la cabeza, observándole mejor. ¿Tenía muy buenos modales o solo se estaba controlando? Es un misterio.

-Bouvier, el placer es mio -se presentó a su vez, dedicándole una sincera sonrisa ante la invitación del café. Quizá valiera la pena introducirse en su mente, puede que encontrase algo de valor, y si no fuera así, al menos lo habría intentado.- Dígame, si no es mucho pedir... ¿Cómo alguien como usted en un lugar así? -no estaba segura de si había metido 'segundas' en esa pregunta, pero al menos se notaba que distinguido, era un rato.

- Un placer conocerla señorita Bouvier

La contemple mas detenidamente parecía algo nerviosa, insegura pero tambien parecía estudiarme con la mirada, o quizás solo fuesen imaginaciones mias ... después de todo era normal que llamásemos la atención de los mortales eso no es que fuese ninguna novedad pero no sabía muy bien por que con esa chica sentía que su mirada era distinta que sus preguntas iban mas haya de lo que decía o quizás solo fuesen imaginaciones de este pobre y loco paranoico, decididamente los años me hacían mas desconfiado de lo que normalmente hubiese sido en vida, pero lo cierto es que en su pregunta claramente podía llevar un doble sentido, mire mi café fijamente antes de responder y después la miré a ella sonriendo dulcmente.

-Disculpadme mi bella acompañante pero no entiendo vuestra pregunta, a que os referís con alguien como yo ? * cerré los ojos un momento antes de proseguir para intentar pensar cual eran las palabras mas adecuadas, mi sonrisa seguía en mis labios como si de una mueca que se hubiese congelado se tratase* Después de todo no creo que sea una circunstancia tan insólita encontrar a un caballero tomando un café, no creéis? * susurre débilmente*

-Disculpadme mi bella acompañante pero no entiendo vuestra pregunta, ¿a que os referís con alguien como yo? Después de todo no creo que sea una circunstancia tan insólita encontrar a un caballero tomando un café, ¿no creéis?

Ese 'hombre' también parecía estudiarla con la mirada, debería tener paciencia e ir con cuidado, de todas formas era ella la que se había metido en ese fregado y tendría que salir de allí dejándolo bien limpio. Intentó quitar de su rostro cualquier expresión de intimidación por sus palabras, total, si era una persona paranormal no podría hacerle nada en un sitio con gente, habría testigos de sobra.

-Me refería a alguien tan... distinguido -estaba claro por la forma en que iba vestido que no pertenecía a la clase media o algo así, era un hombre con poder. Un poco extraño que alguien de clase tan alta quiera mezclarse con gente tan corriente, ¿para pasar desapercibido? Jeh, ¿porqué? -. Aunque estáis en lo cierto, todo el mundo tiene derecho a tomarse lo que quiera donde quiera.

Asentí levemente con la cabeza mientras con desgana miraba la taza de café ya frío. En cierta forma tenía razon aquel no era mi lugar pero me gustaba estar en cualquier sitios si me limitaba solo a un tipo de lugares típicos de una clase me acababa aburriendo, demasiado tiempo, despues de todo yo no contaba los años como cualquier mortal, sino que contaba siglos y milenios.

- Vos también pareceis una mujer distinguida, o cuanto menos instruida .... * susurre mientras con un simple gesto de cabeza y una mirada sutil señalaba a sus apuntes que hacía un rato había guardado* después de todo no es normal ver a una mujer que sepa leer ... y escribir ... * sonreí levemente* Puedo saber que es lo que escribíais ? * sabía que había dado en el clavo y quería ver como salía ahora de eso o por lo menos que escusa pondría, quizás solo eran paranoyas mías pero estaba casi seguro de que no era así y de que esa mujer estaba tanteando el terreno al igual de que me miraba como si fuese una ecuación matemática que aun estaba por resolverse*

-Vos también pareceis una mujer distinguida, o cuanto menos instruida... Después de todo no es normal ver a una mujer que sepa leer ... y escribir ... .-Eso era cierto- ¿Puedo saber que es lo que escribíais?

Miró de reojo a aquel hombre con una sonrisa tranquila aunque por dentro estaba teniendo ganas de marcharse de ahí o al menos poder dar marcha atrás en el tiempo. Estaba claro que ella tampoco se había equivocado del todo.
-Ah, ¿eso? Eran simples apuntes, sigo estudiando después de todo... -no era una mentira, pero tampoco le estaba contando toda la verdad, igualmente, era imposible que él supiera algo más que lo que yo le decía, no tenia referencias su persona para nada.- ... Una dama debe seguir instruyéndose si quiere prosperar y no ser una cualquiera, ¿no cree? Así es como se diferencian las clases sociales.

No era raro ver a hombres y mujeres con libros en los cafés y posadas, leyendo algún libro frente al fuego o simplemente pasando el rato tomando apuntes o escribiendo para mejorar su letra, debía colar.

Tanto ella como yo sabíamos que no era cierto pero ninguno decíamos nada, ambos guardábamos con recelo nuestros respectivos secretos, sonreí levemente ante su afirmación, las damas de clase alta tasamente se dedicaban a tocar el piano y escribir poesía pero no en lugares como este.

- En muchos lugares un caballero o una dama de la nobleza no sabe ni leer ni escribir * dije con simpleza * a fin de cuentas es un trabajo que se realiza con las manos y un noble no puede realizar trabajo alguno con sus delicadas manos * sonreí levemente acomodándome en mi silla* así que lo siento pero no es eso lo que diferencia a las clases .... * volví a sonreirla quería tantearla a ver que es lo que se podía extraer de ella sin que dijese gran cosa *

-A lo que me refería es a la educación -recalcó la palabra educación- normalmente las clases adineradas pueden dar una educación a su legado, supongo que entenderá que es lo normal. Lo que hagan otras familias incultas no es de mi incumbencia, hablo a rasgos generales, por supuesto.

Quiso dejarlo claro y eso esperó haber hecho. La verdad es que le estaba resultando algo pesado continuar con esa conversación. La verdad es que las palabras de aquel hombre la estaban turbando su tan preciada serenidad. Frunció el ceño, mirando la aparente tranquilidad del hombre sentado en aquella silla. Quiso imaginárselo como un ser extraño y la verdad es que no le resultaba tan apetecible a simple vista. Las manos son importantes, ¿qué mérito tiene algo si no lo haces tu mismo?

-Entonces, según usted... Una parte de la nobleza nunca usaría sus propias manos para ninguna tarea por no 'ensuciarselas' por asi decirlo -sonrió- es un concepto un tanto extraño tratándose de que usted parece un caballero de ese rango.

La miré sin cambiar mi expresión, con una sonrisa fría, debía de ser parte de la burguesía, su postura lo dejaba claro y aunque la burguesía había prosperado mucho aun se seguían casando con nobles para limpiar su sangre, después de todo ellos solo tenían dinero y hablaba de este como si tal lo pudiera comprar todo pero no podía comprar la nobleza de la sangre de la clase alta ... después de todo los nobles que se casaban con algun burgues por dinero tardaban en limpiar la sangre varias generaciones dependiendo si era mujer u hombre ... pero claro todo eso no lo podía entender alguien que no llevase la nobleza de un linaje.

- Una parte de la nobleza ... o un buen noble ... todo dependería ... * dije con simpleza encogiéndome de hombros* Pero si ... en muchos lugares un noble no sabe ni leer ni escribir ... las obligaciones de un noble para con el pueblo son muy distintas ... para guardar la escritura ya esta el clero * no es que yo acabase de compartir esas ideas, después de todo lo que mas hacía en mis ratos libres era leer, pintar o tocar algún instrumento, pero no me dedicaba a ello, un noble nunca trabajaría y eso mismo fue lo que perdió a la corona francesa ... pobre Luis XVI aficionarse mas a la fragua que a gobernar a su pueblo ..., al fin y al cabo un rey debía de estar por encima de todo eso *

Ladeó la cabeza, asimilando las expresiones que podía tomar el rostro de aquel caballero. Estaba claro que él pertenecía a la alta nobleza por su fría forma de ver las cosas y superioridad que irradiaba su personalidad. Pero eso para nada la intimidaba, no tenía nada que envidiar a las clases mas altas.

-Entonces un noble no tiene porqué ser culto... Para eso esta el Clero, claro... -cruzó las manos sobre las rodillas, sonriendo inocentemente- pues sinceramente, ¿qué misiones tendrán para con el pueblo los nobles si son mas incultos que el propio pueblo? Estará de acuerdo conmigo que eso supondría un problema -se encogió de hombros en un ligero gesto- un Noble inculto es como un pordiosero cubierto de oro. No sabe emplearlo bien y terminará perdiéndolo todo.

Era su opinión, estaba claro que a cabezona no la ganaba nadie. Con cuidado cogió la taza de té que había sobre la mesita y bebió un sorbo. Al menos estaba contenta de haber desviado la conversación sobre sus asuntos personales y las notas.

Suspiré mentalmente, nunca en la vida podría entenderme, después de todo solo se trataba de una francesa mas, esas personas que habían matado a su rey por una estúpida revolución que ni ellos entendían, acusaban a su rey de traidor y fueron ellos los que no solo lo asediaron sino que lo asesinaron en una plaza publica como si de un vil villano se tratase ... que se podía esperar de personas que habían matado al primer caballero del reino.

- Los caballeros defienden el reino ... al pueblo, se rigen por códigos de honor ... pero que puedo explicar de honor a alguien que no entiende nada de este.... * cerré los ojos y volví a suspirar * saber las escrituras no es lo mas importante para ser culto ... podréis saber todo lo que en libros pone ... pero que sabéis del pueblo en realidad ? * sonreí devilmente si la nobleza tenía sus fallos al menos era educada para ser noble ... en cambio la burguesía solo buscaba el poder ... extorsionar ... nada le importaba el pueblo solo lo utilizaba para derrocar a un poder mayor que ellos... eran manipuladores, mentirosos y nada tenían que ver con el honor, la gloria carecían de ideales, querían derrocar a aquello mismo que admiraban e intentaban convertirse en el .... demostrar que eran mejor que los nobles ... y después acababan casandose con ellos *

Honor, sangre, guerras, violencia... Si, había épocas así y las seguiría habiendo. Pero no hay que meter a todo el mundo en el mismo saco.
Asintió con la cabeza.

-Los libros forman a gente culta, el honor y guerras a gente violenta. El pueblo quiere a alguien que pueda regirlos sin malas épocas de hambrunas o escasez de recursos -se encogió de hombros- alguien culto que pueda administrar, regir y gobernar sabiamente. Es normal que si el pueblo ve que eso no se cumple, se revele.

Bebió otro sorbo de té y dejó sobre la mesa la taza vacía. Estaba claro que esa conversación no llegaría a ningún término medio y ella tenía muchos asuntos aun por resolver, viajes y demás cosas si quería prosperar con su investigación.

-Es una pena... Muchas veces las personas se ven obligadas a enfrentarse simplemente por la escala social -se levantó cogiendo su preciada pluma y cuaderno- y no nos damos cuenta de que en el fondo somos todos personas... -se inclinó un poco hacia su acompañante, susurrándole- ... o en parte, ¿no cree? -volvió a enderezarse con una sonrisa e hizo una pequeña inclinación de cabeza a modo de despedida.
-A sido un placer intercambiar opiniones con usted... Que pase buena noche -dijo y tras pagar en la barra su consumición, salió de allí para ir camino de su hogar.

Rechine los dientes disgustado, "mujer insolente " pensé para mi mismo o el mundo empezaba a cambiar mucho o yo no entendía ya nada, desde cuando una mujer podía hablarle así a un hombre y en un sitio publico, cerré los puños indignado, que sabría una mujer de política, sabría todo y mas de quien era ... lo había dejado claro cuando se acerco a mi y susurro eso de personas ... tenía razón yo no sería un mortal mas ... había vivido mucho,en distintos sitios y distintas épocas, ... había contemplado el ocaso de verdaderas estrellas en la tierra, personas que brillaban con luz propia pero la gente, el populacho, la plebe nunca entendería a esos hombres ... grandes incomprendidos de la historia, estaba furioso esa mujer me había enfadado de verdad ... no es que yo fuese una persona inculta o amase la incultura pero los aires de revolución que se respiraban en Francia eran demasiado para mi animo que tan abatido se había sentido al enterarse de la muerte de sus monarcas... eso era algo que nunca le perdonaría a los franceses el pueblo y la burguesía habidos de sangre y poder habían matado y asesinado a la nobleza ... como perdonarles eso .... se comportaban como animales y hacían una fiesta de la muerte de grandes hombres que no les llegaban ni llegarían nunca ni al polvo de sus botas.

Seríamos todos personas ... pero no eran iguales ... querer iguarlos era un fallo, el pueblo en si no me desagradaba, solía pasar mucho tiempo entre ellos, siempre se podía aprender de aquellas personas cuya suerte le era adversa... ellas si sabía que era la vida ... pero la burguesía, la odiaba ... no podía con la prepotente clase media que solo eran plebeyos iguales que el resto del pueblo pero que por diversas circunstancias se creían superiores asta que los nobles.

Lance mi taza de café contra una pared y después deje caer con cierto desprecio unas monedas suficientes como para comprar otra cafetería como aquella y salí de aquel sitio mal humorado compadeciéndome del pobre infeliz que se cruzara en mi camino.