Moonlight Serenade

Voy caminando por las calles de Londres, de vuelta a mi mansión, con un libro de aspecto antiguo en las manos.
"¿Cuántas veces he acabado caminando a altas horas de la madrugada por entretenerme demasiado en una librería, biblioteca o tienda de libros antiguos? ¿Es que no cierran nunca? No, cómo van a cerrar... En esa ya me conocían, saben que soy una buena clienta, con dinero y que me gustan los libros" voy pensando mientras camino.
Respiro el aire fresco de la noche. Me encanta caminar por la noche, por lo que no he llamado a un carruaje o traído uno de mi propiedad... El problema es que me costará entrar en casa. No creo que Priscila esté de muy buen humor hoy, aunque al menos no son las cuatro de la madrugada, como otras noches que he llegado tarde.
"La última vez que volví tan tarde me encontré con una licántropa... ¿Habrá sorpresas hoy?" pienso.

Sigo caminando, distraída, pensando en las ganas que tengo de leer el libro que llevo en las manos... "Si hubiera luz..." De pronto me cruzo con un hombre. Esa aura... "¿Un vampiro? ¿Es que en Inglaterra sólo viven inmortales?" pienso, al pasar a su lado.
...
"Maldita curiosidad, me matarán por su culpa. Daph, si me pasa algo te mataré por pegarme tu interés por estos seres" pienso, mientras me detengo.
- Disculpe, caballero.

Fia su mirada en mí. Una mirada... Interesante. Aparentemente simpática y cándida aunque profunda e intuitiva.
- Buenas noches mademoiselle- Me responde con amabilidad.
"Bien, Erz, tienes tres segundos para decidir qué línea de conversación seguir. ¿Mostrar las cartas o fingir?"
"Claro... Usemos a esos dos" pienso, recordando la callejuela que había evitado al oir las voces de dos atracadores, para ahorrarme problemas.
- Siento interrumpir vuestro paseo, espero que no fuerais con prisa, mi lord... Me preguntaba si podríais ayudarme. No puedo dirigirme directamente a mi casa porque en una calle del camino he oído las voces de unos atracadores, y no me gustaría toparme con ellos, pero si evito pasar por ahí daré un rodeo que podría retrasarme horas... Por las voces parecían dos, ¿por casualidad vais armado?- pregunto, fingiendo estar preocupada y avergonzada de tener que pedir ayuda.

"¿Qué podía decirle si no? <Veréis, es que me ha llamdo la atención cruzarme con un vampiro, últimamente Londres parece lleno de inmortales... Y como mi hermana estudia la inmortalidad, me ha contagiado su interés y curiosidad por el tema>... Ya, y de paso le cuento mi historia familiar, que soy una bruja y practico la magia negra y añado que como le he molestado puede matarme. Hasta que no sepa a qué atenerme no le diré que sé lo que es, o puede decidir que soy una testigo molesta"

- Me gustaría poder decir que tenia algún destino predefinido, pero solo deambulaba por estas calles para despejar un poco mis pensamientos- responde con una sonrisa amable.
"Bueno, si no me lee la mente perfecto, si me la lee... Sabrá que no voy a acusarlo ante las autoridades de vampirismo, ni a intentar matarlo."
-Puede que en el momento en el que retomemos el lugar en donde se topó con los malhechores ya estos hayan marchado, no obstante si llegáramos a encontrarnos con ellos no creo tengamos problemas, le aseguro le escoltaré a su casa sana y salva- me aseguro el muchacho bastante tranquilo.

"Sacrificar mi orgullo por la curiosidad... Esto es culpa de Daph, tendré que vengarme cuando me visite... Al menos él ya averiguará más adelante que no soy una dama indefensa y cobarde como debo aparentar" voy pensando, algo molesta... Tengo demasiado orgullo como para fingir de esa forma, una cosa es pasar por una humana normal, pero cambiar mi carácter... "Bueno, al menos no tengo que fingir ser tonta, eso ya no lo aguataría. Buscar ayuda no es de tontos, pero buscarla en un desconocido es... imprudente. Demasiado... Casi estúpido" Me impido seguir esa línea de pensamientos, o acabaré tan enfadada conmigo misma que haré alguna estupidez.

- Muchas gracias...- me detengo un segundo en medio de la frase- disculpad, ¿cómo os llamáis? Me gustaría tener una forma en la que dirigirme a vos. Mi nombre es Erzsebeth Harsányi.
Mientras digo esto, comienzo a andar por donde había venido. "Bien, podré atajar... Y tendremos que enfrentarnos a un par de ladrones nocturnos"
- Oh, y respecto a lo que dijisteis antes... Es probable que se hayan marchado, pero si trabajan por esa zona no estarán muy lejos, y no me apetece toparme con ellos- añado, sonriéndole.
"Eso último es completamente cierto. Malgastar mi magia en un par de humanos estúpidos y sin poderes, arriesgándome a que este delicado libro sufra algún desperfecto sería una idiotez. Era mejor dar un rodeo, pero con un vampiro... La molestia de esos hombres será menor."

-Mi nombre es Noctis Deimos, encantado de conocerle mademoiselle Harsányi– contesta... "Curioso, alguien simpático... He encontrado gente cortés, divertida, sociable... Pero últimamente parece que los simpáticos escasean"
- Encantada- respondo yo también.

-No hay cuidado, si llegáramos a toparnos con ellos usted solo debe concentrarse en su libro y en refugiarse del frio, le aseguro que en un abrir y cerrar de ojos seguiremos nuestro camino como si nada hubiera pasado… aunque, está conversación parece demasiado resignada ¿No le parece?- pregunta con aire de confianza, mirándome de reojo y dejando caer un cigarro.
- Sí, tal vez lo sea... Y no os preocupeis por el frío, esta capa es cálida- comento, mirando a la prenda que me cubre los hombros- y creedme, no necesito que me digáis que me concentre en mi libro- "me interesa demasiado como para no hacerlo"- y en el caso de que nos encontremos con algún atracador creo que podré ayudarle... Tal vez enfrentarme yo sola a dos hombres sea muy imprudente, y más llevando algo delicado y de valor, pero con uno no creo que tenga mucho problema, a no ser que sea un atracador hábil y no entorpecido por el alcohol, cosa poco probable- comento.
-¿A qué se dedica mademoiselle Harsányi?-
"Buena pregunta..."
- Es difícil de especificar... Ganando dinero, me limito a hacer los negocios necesarios para mantener la fortuna que he conseguido sin dejar de pagar a mis criados ni de vivir bien. Además, aunque no sea remunerado, también me gusta investigar... Todo lo que tenga que ver con libros antiguos me apasiona.
"Si quieres que concrete, investigo sobretodo con la brujería y la magia negra"

Lo escucho reír disimuladamente cuando menciono lo de enfrentarme a un atracador...
"Bah, estúpidos prejuicios"

-Interesante… sin duda alguna, solo que ese tipo de conocimientos son difíciles de conseguir e incluso algunas veces pueden resultar peligrosos. A veces, la ignorancia no es una mala aliada… después de todo- comenta en tono despreocupado.
- Tal vez algunos libros antiguos, o su contenido, puedan resultar peligrosos... Pero eso depende de quién los posea o los lea. La ignorancia puede salvarte la vida en una ocasión, pero condenarte en la siguiente. Saber puede ser peligroso, por supuesto... Pero te permite defenderte de esos mismos peligros que causa.

-Aunque siempre se es mejor y más llevadero el hobbie que se tenga cuando se tiene personas alrededor para compartirlo.
- Sí, puede que tengáis razón, aunque no tengo modo de saberlo. No tengo nadie alrededor que comparta mis hobbies. Aunque de vez en cuando me visita alguien que sí lo hace, y siempre es entretenido poder hablar de temas tan interesantes con una persona que no lo desconoce todo sobre ellos... -Llegamos cerca del lugar donde había escuchado a aquellos hombres...- Pero son visitas puntuales. Normalmente me encuentro sola con mis libros y un grupo de criados incultos... Aunque la soledad es una compañera agradable, que me permite vivir como yo quiero.
Avanzamos un poco más por la calle, me detengo un segundo al oir voces.
- Siguen ahí- murmuré, sin embargo, pronto se quedaron en silencio- y deben habernos oído hablar... Pensarán que podrán conseguir un buen botín con nosotros.
Avanzamos, preparándonos para doblar la esquina tras la que se encuentran.
Cuando saltan sobre nosotros, ambos estamos preparados. Ya he escondido el libro bajo la capa "esos incultos lo romperían sin saber los dólares que he pagado por él..." y mientras Noctis se dirije a por uno de los atracadores al que decido ignorar, ya que un vampiro es suficiente para neutralizarlo, yo miro a los ojos al otro, que aunque tiene una pistola en las manos parece ser el segundón de la banda.
"Bueno, así Noctis se queda al jefe, que probablemente también tendrá un arma de fuego" El atracador levanta la pistola hacia mí "tiene un disparo, no más... Pero no llegará ni a eso" pienso. Muevo los labios, formulando unas palabras en húngaro sin llegar a pronunciarlas:
- Szenvedés és fájdalom.
El atracador abre los ojos con sorpresa, un segundo antes de caer al suelo retorciéndose de dolor. Me acerco y le quito la pistola antes de que la dispare por casualidad. Detengo la maldición, y antes de que se recupere le coloco la pistola en la sien.
- Lo siento, pero no todas las damas somos igual de fáciles de atracar- digo, sonriendo de medio lado. Él me mira asustado, con un sudor frío recorriendole la frente- Felejts el mindent- cae inconsciente... Cuando despierte no recordará nada.
Con la pistola todavía en la mano, me doy la vuelta para comprobar qué tal le ha ido a Noctis con su atracador.
- Lo siento si pensabais ser caballeroso e impedirme defenderme... Pero no podíais atarme la lengua- comento, sin perder la media sonrisa.