Y con tu espíritu...

No entiendo muy bien cómo he acabado aquí.
Me encuentro en una catedral, al final de la nave principal, de pie, en las sombras de una esquina alejada del centro. Mi mirada está clavada en la pared del fonfo, detrás del Cristo cruzificado que hay tras el altar, mientras cavilo cómo he acabado aquí. Vagaba por las calles sin rumbo fijo, meditando, y de alguna forma he entrado en este edificio. Soy creyente, pero sigue siendo raro encontrarme en una iglesia... Al fin y al cabo, la Iglesia fue una de las cazadoras de brujas durante el siglo pasado, ¿quién no ha oído hablar de la Inquisición? Yo hasta he leído algunos de los escritos en los que redactaban los interrogatorios... Escribían hasta el "Ay, ay, ay" de los torturados. Son documentos sumamente interesantes.
Todo hay que decirlo, la Inquisición no es la única institución que torturó, ni la que más lo hizo, durante los pasados siglos. Pero eso no implica que la Iglesia y yo no seamos... "amigos". Al fin y al cabo... Mi madre murió en la hoguera.
De pronto, una figura atraviesa la nave, acercándose al altar y sentándose. Vaya... Esa aura deja claro que es una vampiresa. Últimamente me cruzo con tantos inmortales que los reconozco perfectamente. La observo mientras se sienta en un banco. Una vampiresa rezando en una iglesia. Perfecto, seguro que sería una persona interesante... Pero éste no es un buen lugar para hablar. El ambiente de silencio, devoción y concentración es demasiado intenso como para romperlo. Me limito a mirarla, esperando algo que me permita hablar con ella...

Nos quedamos solas.
-No Señor, no me permitas despertar.- dice la vampiresa con una voz preocupada.
Se levanta y avanza con paso firme por el pasillo principal de la iglesia hacia el atrio.
-Esta noche no.- de pronto su vista recorre todo el lugar... -Debo estar volviéndome loca al fin, esta paranoia no me deja en paz.- dice con tono sarcástico, mientras vuelve la mirada al frente y continúa su camino.
Ha debido notar mi presencia... Pero parece ser que las sombras de esta esquina me ocultan más de lo que pensaba. Cuando llega a la puerta comienzo a andar hacia ella.
- No creo que sea paranoia lo que os acosa... Más bien será instinto- digo, sonriendo, cuando llego a su altura... Justo al salir del edificio. Tengo dos marcas en mi cuello que me dan motivos suficientes para no querer estar a solas con un vampiro o vampiresa.

-Buenas noches, disculpe si irrumpí en vuestra oración.- responde con un tono de voz sereno y claro, manteniéndose de pie a unos metros frente a mí...
- Oh, eso no debe preocuparos... Vos parecíais más concentrada en hablar con el Señor que yo. Ni siquiera sé muy bien cómo he acabado aquí- respondo. Sonrío levemente mientras me fijo en su piel, cuyo color, aunque pálido por su condición de vampiresa, demuestra que no es europea- Sois extranjera, ¿no es así? De vez en cuando es agradable encontrarse con alguien diferente entre tantos ingleses cerrados...
"Y si es un vampiro, aún mejor, soléis ser gente interesante..." pienso. La miro a los ojos, parece que se ha puesto alerta.

-Es curioso, a veces uno toma rumbos sin quererlo y llega al lugar donde sus preguntas y curiosidades pueden ser resueltas.
Sonrío levemente.
- Me temo que no es mi caso... No tengo dudas que la Iglesia pueda resolver.
-Así es, vengo del nuevo continente, soy nativa de la Nueva España ubicado en el norte de América. Soy lo que vulgarmente llamamos... Un frijolito en el arroz. Quizá no es que sean cerrados, solo son tercos por educación e instinto, recordemos que el ser humano teme a lo que desconoce.
- "Tercos por educación e instinto" es lo mismo que cerrados. Y sí, el ser humano teme a lo que desconoce, pero en el caso de la sociedad inglesa, la forma de cerrarse y llegar incluso a despreciar a los extranjeros es exagerada. Pero bueno, no debería criticar a mis anfitriones- sonrío- Al fin y al cabo me han tratado bien, no puedo quejarme.

-A mi tampoco me han tratado mal aun que, no dejo de extrañar mi hogar, a mi familia y en especial a mi madre.- dice con un dejo de melancolía y tristeza. Desvía su mirada hacia algo que se encuentra detrás de mí -Pero hay una madre que jamas nos abandonará.
- Tenéis una fe inamovible, ¿no es así?- respondo, sonriendo- Y todos extrañamos nuestro hogar, creedme, pero a veces es necesario cambiar... No deja de extrañarme la parte de vuestra frase en la que mencionáis vuestra familia- digo, mirándola a los ojos... Sé que es una vampiresa, y me da igual que ella sepa que lo sé- ¿Cuántos años tenéis, moradora de la noche? No muchos de vosotros conserváis una familia que echar de menos... Y por vuestras palabras, parece que la causa de que los extrañeis es la distancia, no la muerte, aunque tal vez me equivoque.
La parte de su "madre" no me extraña demasiado, sé que algunos vampiros se refieren a sus creadores como "padres", aunque no estaba segura de a qué tipo de madre se refería.

"- Tenéis una fe inamovible, ¿no es así?-" me inquirio, me enorguyecia aquello pues era totalmente cierto, quiza era lo unico que aun me daba fuerzas para repsirar y el temor a Dios era la causa por la que no habia dejado ya que me matasen y quemasen para destruirme. -Asi es Señora, no creo en que las respuestas ni la verdadera fe esten en un edificio, la iglesia de Cristo somos nosotros mismos, nuestro cuerpos sin importar lo que sean deben ser templos de nuestra fe.- le expresé.

"-¿Cuántos años tenéis, moradora de la noche? No muchos de vosotros conserváis una familia que echar de menos... Y por vuestras palabras, parece que la causa de que los extrañeis es la distancia, no la muerte, aunque tal vez me equivoque.-" me preguntó, mis sospechas eran quiza fundandas, su enegia era superior a la de un mortal comun, sonrei nuevamente ante aquella pregunta dejando mostrar mis colmillos -Sois muy observadora, pocos son los que pueden reconocer a los de mi especie. La muerte para mi no existe, si bien mi edad es de mas de cien años, mi familia en especial mi madre siempre esta conmigo, mi creadora falleció apenas hace unos años, sin embargo se que parte de ella tambien esta conmigo.- por madre me referia a la mujer que me habia engendrado y me habia dado la vida.

-La distancia es la que pesa, pues no tengo un lugar donde orar a mis muertos o donde visitarlos, aun que como le comente, estoy segura que siguen conmigo aun que de una forma nada terrenal.- le expliqué


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Sonríe ante mi pregunta dejando ver sus colmillos.
-Sois muy observadora, pocos son los que pueden reconocer a los de mi especie. La muerte para mi no existe, si bien mi edad es de mas de cien años, mi familia en especial mi madre siempre esta conmigo, mi creadora falleció apenas hace unos años, sin embargo se que parte de ella tambien esta conmigo. La distancia es la que pesa, pues no tengo un lugar donde orar a mis muertos o donde visitarlos, aun que como le comente, estoy segura que siguen conmigo aun que de una forma nada terrenal.
- Un lugar donde visitar a los muertos no puede compararse con su vida. Yo tengo claro que no echo de menos a mi madre desde que me alejé de su tumba, sino desde que murió- respondo, sin ningún rastro de sentimiento en mi voz. Hace tanto de aquello que puedo mencionarlo sin sentirlo...- pero cada uno siente a su manera- digo, sellando el tema de los muertos. Decido responder a su primer comentario- Y no es sólo cuestión de observación el saber lo que sois, como bien decís, no es tan fácil...

-Alguna capacidad especial debéis poseer, es curioso en mi caso me percato de las personas por sus auras o energías, la intuición y el sexto sentido muchas veces me alertan, mas me he encontrado incluso con demonios sin saberlo. Debéis tener un sentido muy desarrollado- dice con interés.
- Bueno, si queréis podéis llamarlo sexto sentido- respondo, divertida- Prefiero llamarlo magia, o decir que, después de nacer en el lugar donde murió una vampiresa célebre por su crueldad y sadismo, recorrer los Cárpatos, hogar de Vlad Tepes y muchos otros moradores de la noche, leer junto a otra de los vuestros y ser mordida por un vampiro, tengo bastantes facilidades para reconoceros. Si a eso le sumamos que también soy capaz de ver las auras, como decís hacer vos... Creo que se explica que sepa reconocer a un vampiro o vampiresa rápidamente. Pero no me he presentado- añado, con una sonrisa-, qué falta de cortesía por mi parte. Mi nombre es Erzsebeth Harsányi, ¿y el vuestro?
Llevamos un rato de pie, paradas, a la puerta de la iglesia... Hay gente que comienza a mirarnos, extrañada.

-Mi nombre es Catalina Leòn, es un gusto conoceros Lady Erzebeth.- dice inclinando ligeramente la cabeza.
-Le parece si vamos a tomar asiento, estas botas me estan torturando.- da unos pasos hacia un extremo del atrio. Dirijo la vista hacia él y advierto un banco de piedra, además de techo y tres paredes.
- Buena idea, llevo de pie mucho tiempo...- respondo, andando hacia allí junto a ella y sentándome en el banco.
Apoyo una de mis manos sobre mi muslo, repiqueteando con mis uñas teñidas de morado sobre la tela del vestido. Mi vista recorre distraídamente la plaza, en la que duerme algún mendigo y que es cruzada por transeuntes pese a que ha anochecido.
- No es común encontrar una vampiresa católica, y menos tan devota, con una fe tan firme...- murmuro, pensativa- ¿Cómo sobrelleváis vuestra condición? Al fin y al cabo, debéis matar para sobrevivir.

(Off: respecto a lo que he mencionado sobre las uñas: sí, en esa época no existía el esmalte, pero sí se podían "teñir" las uñas XD)

-La fe no tiene nada que ver con condiciones, razas, especies o clases sociales. La llevo lo mejor que puedo, por el contrario de lo que puede creerse la fe es lo que me ha mantenido cuerda y libre en muchos aspectos.- veo cómo se pone más seria -Yo nunca he matado a un solo ser señorita. Sobrevivo de la sangre de los animales del matadero, así como muchos de ustedes comen carne solo por gusto, yo bebo la sangre de estos que al final será tirada y desperdiciada, yo la tomo para sobrevivir.
- Vaya, muy curioso. Y por favor, no malinterpretéis mis palabras: no creo que por ser vampiresa no podáis tener fe, sólo me extrañaba que lo soportarais teniendo que matar gente... Aunque ya me habéis aclarado que no lo hacéis- respondo- Así que habéis aguantado cien años sin probar la sangre humana... No debe de ser facil.
No sé si eso es una buena noticia o una mala. Si dice la verdad, es obvio que no va a querer matarme, pero también es cierto que puede provocar que tenga más sed de la normal y no se controle... Y, como he comprobado ya, mi sangre suele gustarle a los inmortales. Pero bueno, mientras no estemos a solas no será un auténtico peligro.

Sonríe ampliamente.
-Analizándolo bien, tiene razón, es extraño que una de las mías no coma humanos y más aún que sea devota.- dice algo divertida. Suspira profundamente. -Si es muy difícil pero, lo llevo bastante bien, hasta ahora nunca he perdido el autocontrol sin embargo temo que ese día llegue.- dice volviéndose seria y con un extraño aire de solemnidad y rabia....
- Tal vez podríais evitar cometer un asesinato perdiendo el control alimentándoos de humanos sin matarlos- digo... No es buena idea que una vampiresa se controle de esa forma, si algo fallara sería mucho peor- No es necesario beber toda la sangre que guarda un cuerpo para alimentarse, ésta- digo, apartándome el pelo y dejando ver las marcas, ya casi invisibles, del mordisco de Leonardo- es la prueba de ello: yo sigo viva. Si os acostumbrarais a beber de más de un humano al día, sin matar a ninguno, tal vez podrías sobrellevar mejor la sed... ¿Nunca os lo habéis planteado?
Bueno, en el fondo lo que haga no debería importarme, siempre y cuando no esté cerca suyo si se diera la ocasión de que perdiera el control... Pero nunca se sabe, no creo que salga nada bueno de que una vampiresa reprima su naturaleza de esa forma, y pase tanta sed.

-Alguna vez había escuchado sobre esa posibilidad, mas no me atrevería a hacerle algo así a ningún ser sobre la tierra, seria como tener una vaca a la cual le ordeño sangre. Debe saber que el poseso es doloroso y que rara vez a no ser con mucha practica el cainita se detiene a tiempo, antes de extinguir la vida de aquel que le brinda su sangre. Luego esta el hecho de que quien quiera hacerlo en mi caso, tendría que hacerlo con toda consciencia y su libre albedrío, cosa que es bastante difícil.- explica.
- Bueno, entiendo que no quieras hacerle algo así a ningún humano sin su permiso... Pero eso de que es necesaria mucha práctica no es tan cierto. Supongo que depende del vampiro, pero tengo una hermana que os investiga, he leído sobre vosotros y he conocido a unos cuantos... En la mayoría de los casos contenerse no es "doloroso", aunque para unos cuantos sí es difícil, y detenerse a tiempo... Tampoco le cuesta tanto a la mayoría de los vampiros. Pero bueno, no soy quien para decir cómo es tu vida como inmortal. Y después de tanto tiempo sin probar la sangre humana, es probable que sí mataras a la persona a la que mordieras.

(Off: hummm... Por cómo lo describes, parece más "crepúsculo" que crónicas vampíricas)

"- Bueno, entiendo que no quieras hacerle algo así a ningún humano sin su permiso... Pero eso de que es necesaria mucha práctica no es tan cierto. Supongo que depende del vampiro, pero tengo una hermana que os investiga, he leído sobre vosotros y he conocido a unos cuantos... En la mayoría de los casos contenerse no es "doloroso", aunque para unos cuantos sí es difícil, y detenerse a tiempo... Tampoco le cuesta tanto a la mayoría de los vampiros. Pero bueno, no soy quien para decir cómo es tu vida como inmortal. Y después de tanto tiempo sin probar la sangre humana, es probable que sí mataras a la persona a la que mordieras.-", yo en realidad solo conocía a tres de los míos, una de ellos mi creadora estaba muerta, los otros dos tenia mucho tiempo de no verlos, y la verdad es que pocas veces tocábamos el tema del alimento.

-Viví toda mi juventud en un convento, la simple idea de lastimar a otro ser vivo en especial si este es "pensante" choca con mis creencias, si bien vos habláis con conocimiento de causa, a decir verdad aun que lo intente creo que no podría.- le expresé con sinceridad.

(Off: xD No he leído crepúsculo >.< me enferma, mucho menos he visto las películas XD me parecen muy Gays, pero igual si vi Una Loca Película De Vampiros xD sirve?)

(Off: XD Yo también odio crepúsculo, y con motivos: he leído los libros y visto las pelis... Por eso digo que las características de tu vampiresa tienen cosas en común con las de esos supuestos vampiros, en lo relativo a la sed y tal XD)

-Viví toda mi juventud en un convento, la simple idea de lastimar a otro ser vivo en especial si este es "pensante" choca con mis creencias, si bien vos habláis con conocimiento de causa, a decir verdad aun que lo intente creo que no podría.- me dice.
Me encojo de hombros.
- Bueno, vos sois quien debe decidir cómo llevar vuestra eternidad. Si creéis que sois capaz de aguantar siglos sin probar la sangre humana, no soy quién para negarlo. Tal vez lo consigáis- respondo- Pero bueno, pasemos a otro tema, no creo que éste pueda dar para mucho más- añado, sonriendo.

(XD No se si eso es bueno o malo o.o, >.< no los he leido XD tuve una amiga que se enfureció conmigo por que le dije que era una perdida de tiempo y dinero :-P leerlos o verlos, me presto el libro y no pase de las dos primeras paginas, me enferman xD. Cata bueno la idee diferente al resto de los vampiros, es una ex novicia asi que es complicado que reaccione de otra forma. Pese a ser un poco más flexible sigue teniendo esas ideas cerradas y tercas que le inculcaron desde pequeña XD, y pues es muy cursi.)

"- Bueno, vos sois quien debe decidir cómo llevar vuestra eternidad. Si creéis que sois capaz de aguantar siglos sin probar la sangre humana, no soy quién para negarlo. Tal vez lo consigáis-" me dijo a lo cual asentí con un movimiento ligero de mi cabeza. "-- Pero bueno, pasemos a otro tema, no creo que éste pueda dar para mucho más-", dijo poniendo fin a ese escabroso tema. Estaba acostumbrada a ello pues mi visión de muchas cosas era completamente distinta a la mayoría, sobre todo a los míos. Bien me podía imaginar la clase de vampiros con los que la hermosa joven se había relacionado y aquellas marcas en su cuello eran la prueba de ellos.

-¿De donde viene usted?- pregunté con curiosidad...