Caza en una fiesta (libre)

por **Ezequiel Lawrence** Sáb Feb 19, 2011 1:48 pm

Qué raro se sentía el cazador cuando no tenía las armas sujetas a su cinto. Sentir su peso, la protección que ellas daban con su poder. Se podía decir que Ezequiel se sentía vacío.
Pese a todo, no estaba del todo desarmado. Disponía de varios cuchillos escondidos en diversas partes de su cuerpo.
La ropa que llevaba ahora puesta, también le hacía sentir extraño. Vestido de “etiqueta” intentaba pasar desapercibido con sus modales rudos y colonia barata.
“Todo cazador se vale del engaño para sacar toda la información posible” se auto convenció.
Llevaba más o menos una semana persiguiendo “algo” que rondaba las altas esferas de la sociedad. Aún no había determinado de que se trataba. La aristocracia, inaccesible para la plebe, ponía las cosas difíciles al pobre cazador pues no era gran cosa para que un aristócrata lo tratara como su igual y compartiera un poco de información con él.
Por eso se encontraba en aquella fiesta y vestido de aquella forma. Seguro que más de un invitado pensaría que Ezequiel debía tratarse de un noble arruinado que iba a la caza de una muchacha de familia rica… pero al menos le hablaban.
Por hora sabía que los cuerpos se encontraban siempre en habitaciones cerradas por dentro, sin otra vía de acceso y que las víctimas estaban destrozadas.
Podía ser cualquier cosa y Ezequiel necesitaba saber más.
Bebió de un trago su copa de champagne y fue en busca de cualquier persona que tuviera la lengua demasiado suelta.

por **Sheila** Sáb Feb 19, 2011 5:01 pm

"Maldita sea"
Miro a mi alrededor, maldiciendo mi trabajo, mi cliente, el día, la hora y la fiesta.
Ya es suficientemente malo tener que infiltrarme en una fiesta de la alta sociedad. Odio el caro, elegante e incómodo vestido. Por suerte mi delgadez hace que el corsé no sea excesivamente molesto, pero lo odio igual. Me impediría luchar si tuviera que hacerlo. Pero por si fingir ser una noble y soportar esta ropa no fuera suficiente, había algo más sobrenatural en la fiesta.
Al entrar había notado algo extraño. Unos ojos que se clavaron en mí, que me obligaron a usar algunas de mis habilidades de licántropa, aunque no estuviera acostumbrada a hacerlo. Pude notar la presencia de algo sobrenatural, aunque lo perdí de vista.
El trabajo de hoy es sencillo. Robar una joya del anfitrión, un coleccionista, para otro coleccionista. Lo mejor de esa gente es que son capaces de pagar más de lo que vale el objeto en cuestión. Y los robos me dan menos problemas que los asesinatos. A no ser que, como esta vez, haya algo que complique el asunto. Lo "sobrenatural" y yo no nos llevamos bien, aunque supuestamente yo lo sea.
Suspiro y vuelvo a mirar a mi alrededor. Tengo que salir del salón de baile a buscar la joya, pero puede ser arriesgado. Todo depende de qué sea eso...

por **Ezequiel Lawrence** Vie Feb 25, 2011 12:34 pm

Nada más que disparates. Era como si las personas que acudían a aquella fiesta les faltasen tres o cuatro inviernos, con sus respectivas primaveras, veranos y otoños.

-Un suicidio, es lo que mejor encaja- afirmaban unos.

-Entonces ¿Lord Hoffman se extirpó el corazón él mismo?- contestaba Ezequiel, luego los informantes le daban la espalda y se marchaban mientras refunfuñaban algo sobre su poco cuidado lenguaje y sus modales rudos.

-El mayordomo, seguro que ha sido el mayordomo- aseguraban otros. Ezequiel, en estos casos, se tapaba el rostro abatido y se largaba del grupo para no aguantar tantas sandeces.
Cuando iba a darse por vencido y marcharse de la fiesta, una anciana vestida con pieles y decorada con múltiples joyas le indicó con gestos que se acercara.
Las arrugas de su piel delataban una avanzada edad pero sus ojos eran vivos y juveniles.

-Por favor siéntese guapo… haga compañía a esta vieja verde- Ezequiel agotado ya, quería marcharse y no soportar más tonterías, pero la anciana continuó hablando- Sé lo que andas buscando, buen mozo. He escuchado tus preguntas y por desgracia, las estúpidas respuestas… siéntate conmigo y yo te contaré la verdad- No muy convencido, se sentó cruzando los dedos para que esto no se tratara de una tontería más. Lo primero que hizo la anciana fue poner una mano sobre las piernas del cazador, subiendo y bajando- Mmmm… esto sí que son piernas, fuertes, musculosas… las de un verdadero hombre. Si tú fueras más viejo y yo más joven te har….

-Señora- la interrumpió Ezequiel, nervioso y azorado- ¿No tenía algo que contarme?

-Ah es verdad, ya se me había olvidado. Perdona a esta anciana pero es que si le pones un cuerpo como el tuyo delante… Bueno empezare a contarte lo que sé. Tú estás interesado en la muerte de los tres lores ¿verdad? Espantoso, muy espantoso. Es impensable que sucedan cosas tan atroces hoy en día. Extirpar ojos, lengua y corazón… que barbaridad

-Está muy enterada de todo señora

-Obviamente, a mi no se me escapa nada, guapete- y le dio unas palmaditas en la pierna- Lo crea o no, joven, estos asesinatos estás muy relacionados y no hablo solo de la amistad que los tres muertos tenían.

-Conocía la relación de los tres hombres, sé que se reunían todos los martes y jueves en el club de caballeros y podían pasarse horas allí dentro. También eran hombres de negocios y socios ¿Se refiere usted a eso?

-No, para nada… estos asesinatos no tienen nada que ver con los negocios. Por medio hay un objeto, un objeto de muchísimo valor- La anciana, al ver la consternación de Ezequiel, continuó hablando- Hace 4 semanas, antes de la primera muerte, el grupo de caballeros se hizo con el objeto más buscado para todo coleccionista de joyas: “La piedra de Varla” Un rubí tan grande como un puño y rodeado de un anillo de oro. Según la historia, la joya era un regalo de los dioses para sus servidores aztecas… la piedra tenía un gran poder, pero para activarlo se requería un sacrificio. Había que entregarle a los dioses un par de ojos, una lengua, un corazón y un cerebro- la anciana, sumida en su propia historia, había dejado, para alivio de Ezequiel, de acariciar su pierna- Pero eso son tonterías. La piedra de Varla es solo una joya de muchísimo valor, aunque haya muchos que no lo vean. Hará cosa de un año, un hombre llamado Mondi Gabban se hizo con la joya. Gastó toda su fortuna para conseguirla… dejó a su familia sin techo y alimento. Pero a él no le importaba, si conseguía despertar los poderes de la piedra, volvería recuperar todo lo invertido. El muy canalla, loco, utilizó a su mujer y tres hijos para honrar a los dioses con su sacrificio: A su mujer, le arrancó la lengua; a su hijo menor, que tenía los ojos más bonitos, se los arrancó sin contemplaciones; luego vinieron los otros dos hijos, quitándoles el corazón y el cerebro- la anciana seguía cabizbaja, muy triste se podría decir- El muy estúpido se creyó un cuento de hadas, y enseguida la pura realidad le golpeó. Se había quedado sin dinero, había matado a su familia y la piedra… solo era un maldito rubí, sin poderes místicos. Mondi no pudo soportar sus pecados y se rebanó el pescuezo, desangrándose sobre la piedra de Varla. El asesino, debe conocer el ritual de los Aztecas y está cometiendo las mismas estupideces de Mondi… aunque no se sabe cómo es capaz de escapar de una habitación cerrada a cal y canto- la anciana cayó al terminar la historia. Ezequiel temblaba de la alegría ¡Por fin había dado con su presa! Según la historia, Mondi Gabban se había desangrado encima de la joya… algún resto quedaría en ella aún y por eso el fantasma del hombre estaba atado a ella. Mondi se dedicaba a seguir con el ritual después de muerto y lo hacía con los dueños de la piedra. Tenía que encontrar la joya y destruirla.

-Señora ¿cómo conoce esa historia?- preguntó Ezequiel- me parece extraño que a nadie se le haya ocurrido ese móvil.

-Porque nadie la conoce, joven. La he mantenido en secreto durante todo este tiempo porque… porque Mondi Gabban era mi hijo- el cazador se quedó perplejo, pero no dijo nada intuyendo que la anciana no había terminado de hablar- Mondi fue la desgracia para nuestra familia, nos habrían considerado a todos unos locos… no podíamos permitir que nada se supiese y quemamos todos los cuerpos para esconder la verdad- la pobre anciana parecía a punto de romper a llorar- La piedra de Varla, ese maldito objeto, yo se la vendí al grupo de caballeros, ya que conocía su reputación de coleccionistas. Como no querían arruinarse, los 4 la compraron y se la turnarían para tenerla…

¡¿Ha dicho cuatro?!- la interrumpió el cazador casi con violencia.

-S-si… cuatro- contestó la anciana atemorizada- Lord Teppan, lord Cortés, lord Hoffman y lord Stoker. Los cuatro me compraron el rubí a un buen precio. El primero que la iba a guardar era Lord Teppan… también el primero en morir. Lord Cortés fue el siguiente y después lord Hoffman. Al morir tres de los amigos, la piedra ahora pertenece a lord Stoker, señor de esta casa y total propietario de la piedra de Varla… ¡Joven ¿A dónde va?!- el cazador había saliedo corriendo empujando a varios hombres en su camino. Tenía que encontrar esa maldita piedra antes de que el fantasma de Mondi Gabban volviera a asesinar. Quemado su cuerpo, lo único que vinculaba al fantasma a este mundo era esa maldita piedra. Si la destruía, todo acabaría y salvaría decenas de vidas.
Tenía que darse prisa.

por **Sheila** Sáb Feb 26, 2011 1:41 am

Fingiendo sonrisas y suavizando mi mirada, entablo conversación con una mujer deseosa de hablar. Necesito más información de la que tengo, ya que al tratarse de un robo me he contentado con localizar su joya, averiguar su valor y cómo está protegida. Además de la clásica investigación al cliente. A la víctima del robo la he pasado más por alto...
- Cómo, querida- ¿Querida? ¿Tan difícil es ser menos hipócrita al hablar? Si ni siquiera me conoces-, ¿no ha oído lo de la muerte de Lord Hoffman? ¡Si todo el mundo habla del tema! Era muy amigo del anfitrión. Un asunto desagradable, sin duda- el brillo en los ojos de la dama deja claro la atracción que ese asunto ejerce sobre ella. Tan morbosa como la mayoría de los nobles- le extirparon el corazón- "Definitivamente, nunca investigaré tan poco a la víctima, aunque se trate de un mísero robo... ¡Asesinatos relacionados con él y yo sin saberlo!"-. Muchos dicen que ha sido el mayordomo. Pero es un hombre tan servicial, debió hacerlo un lunático. ¿Quién más es capaz de matar a tres hombres distinguidos de formas tan horripilantes?
- Disculpe, ¿ha dicho tres hombres? ¿Quienes son los otros dos?
- ¿Tampoco lo sabe? Otros dos amigos de Lord Stoker: Lord Teppan y Lord Cortés. No debería hablar de ello- pero lo estás deseando, digas lo que digas- , no es un asunto elegante, pero al primero le arrancaron la lengua, y al segundo los ojos, ¿no tiene que haberlo hecho un lunático?Debe ser muy triste para nuestro querido
anfitrión, ¡tres amigos suyos, coleccionistas como él, y con los que
tenía tanto en común, muertos! Y en tan poco tiempo...
Con unas breves palabras de disculpa, me deshago de la dama. Mi falsa sonrisa ha desaparecido, mis ojos de asesina se han vuelto tan gélidos como el hielo, su expresión habitual.
Tres asesinados, todos amigos del anfitrión, todos coleccionistas. Tres crímenes que pueden tener relación con las joyas del hombre al que voy a robar. Y ese lado "desagradable" del asunto hace que probablemente esa presencia sobrenatural tenga algo que ver.
Cruzo el salón en linea recta, con paso decidido. Tengo que localizar ese algo, y asegurarme de que no interfiera en mis planes.
Sin embargo, cuatro palabras consiguen detenerme.
- La piedra de Varla- presto atención. Cualquier información sobre esa joya, que tengo que robar, es bien recibida. Y esto no parece el clásico "qué cara y bonita es, me gustaría tenerla"-, ese maldito objeto, yo se la vendí al grupo de caballeros, ya que conocía su reputación de coleccionistas. Como no querían arruinarse, los 4 la compraron y se la turnarían para tenerla…
- ¡¿Ha dicho cuatro?!- interrumpe violentamente el hombre.
-S-si… cuatro- contesta la anciana- Lord Teppan, lord Cortés, lord Hoffman y lord Stoker- los tres muertos y el anfitrión. Maldita sea, en qué lío me he metido- Los cuatro me compraron el rubí a un buen precio. El primero que la iba a guardar era Lord Teppan… también el primero en morir. Lord Cortés fue el siguiente y después lord Hoffman.- ¿Soy la única que piensa que lo más natural después de eso, es que Lord Stoker muera? No, supongo que el hombre lo ha deducido. De ahí su violencia antes. ¿Sería yo la próxima de robar la piedra? ¿O el comprador?- Al morir tres de los amigos, la piedra ahora pertenece a lord Stoker, señor de esta casa y total propietario de la piedra de Varla… ¡Joven ¿A dónde va?!
¿De verdad necesita preguntarlo? Stoker tiene la piedra, Stoker va a morir. Es tan sencillo deducirlo... El hombre ha salido corriendo, empujando a varios hombres en su camino. Supongo que pretende impedir esa muerte. Pero yo no estoy dispuesta a perder todo el dinero que me pagan por esto. ¿Y qué si mi cliente muere? Llevo años viviendo de la muerte. Aunque habiéndome perdido parte de la historia, es un gran riesgo tocar siquiera esa piedra. Así que tendré que informarme... Y no perderme nada de lo que va a pasar.
Salgo corriendo detrás del hombre. A pesar del vestido, mi agilidad y velocidad son superiores a la suya, por lo que salgo de la habitación sólo un segundo después que él. Mientras lo alcanzo, lo "mido" como rival, como acostumbro a hacer con toda persona inteligente. Sin duda, más fuerte que yo. Aunque como ya he dicho, soy más rápida. Y si utilizo habilidades de licántropa también lo superaría en fuerza, pero no suelo hacerlo. Además, parece demasiado decidido, como si supiera a qué se enfrenta... ¿Sabrá algo sobre la parte sobrenatural del asunto?
Bien, necesito saber tanto como él, o más. Hay demasiado en juego, así que habrá que colaborar.
- Si buscáis la piedra- digo en cuanto llego a su lado y acomodo mi paso al suyo. Lord Stoker la tiene bien protegida, y pocos saben dónde la guarda. Es imposible que él lo sepa, a no ser que haya venido a esta casa con el objetivo de encontrarla y habiendo investigado, como he hecho yo. Conseguir los planos de la casa ha sido complicado, y aún más averiguar el paradero de la Piedra de Varla- puedo ayudaros. Si buscáis al propietario no, pero necesito saber el principio de esa historia que no he podido escuchar entera.
Supongo que la respuesta será "no hay tiempo" o algo por el estilo.

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