memorias de una vampiresa...
Página 1 de 1.
memorias de una vampiresa...
Capitulo uno:
Una hija...
¿Como explicarlo? Las palabras jamás serian suficientes para describir la alegría que sintieron Jaques y Aurora cuando descubrieron la venida de su primera hija.
Los cambios de humor de la futura madre, y el desorden del hogar, la comida a deshoras... Todos síntomas que demostraban el desarrollo de la bebe
Nueve meses de absurdo ajetreo, en el cual los sirvientes prepararon los aposentos de la nueva Coleridge.
-NO, no señor- chillo Aurora, tomando con sus propias manos las nuevas sabanas de la cuna de su hija. -esta cosa no puede ser de mi bebe.
-pero mi señora, el rojo es algo normal en la familia...- intento argumentar la anciana, que había cuidado a los pequeños anteriores, y cuidaria a este.
-calla- dijo Aurora, antes de suspirar- mi hija no es otra mas del montón. Ella no será así
Aurora poso una mano sobre su vientre, antes de mirar por la ventana las rosas de su jardín
-quiero que sean blancas, con bordados de rosas rojas- sentencio la mujer, antes de salir de la habitación
dos meses mas pasaron cuando las contracciones comenzaron.
En el cuarto estaban las jóvenes sirvientas y la partera.
Aurora se sentía preparada, las contracciones eran cada vez mas rápidas...
Los chillidos de dolor de Aurora se escuchaban por toda la casa, descontrolando a Jaques.
Entonces se oyó...
los llantos de la bebe inundaban la habitación, mientras la joven madre no quitaba sus ojos de su hija.
Jaques jamás entraría a ver el estado de su esposa, siquiera el de su hija. El único acompañante de Aurora seria un misterioso hombre, extranjero por el sonido de su voz.
-felicidades, pequeña, es una hermosa niña- fueron las palabras de la partera, al entregarle la bebe a Aurora
-concuerdo con ella, querida. Es una niña bastante linda- dijo el hombre, viendo con oscura curiosidad el cuerpecito de la niña
Aurora no respondió nada, solo beso la coronilla de su hija
-si, es una angelique
la llamaron Angelique Aurora Coleridge. La pequeña Ángel
Otra Coleridge que cuidar, otra personalidad que moldear... otra vida que manejar
Una hija...
¿Como explicarlo? Las palabras jamás serian suficientes para describir la alegría que sintieron Jaques y Aurora cuando descubrieron la venida de su primera hija.
Los cambios de humor de la futura madre, y el desorden del hogar, la comida a deshoras... Todos síntomas que demostraban el desarrollo de la bebe
Nueve meses de absurdo ajetreo, en el cual los sirvientes prepararon los aposentos de la nueva Coleridge.
-NO, no señor- chillo Aurora, tomando con sus propias manos las nuevas sabanas de la cuna de su hija. -esta cosa no puede ser de mi bebe.
-pero mi señora, el rojo es algo normal en la familia...- intento argumentar la anciana, que había cuidado a los pequeños anteriores, y cuidaria a este.
-calla- dijo Aurora, antes de suspirar- mi hija no es otra mas del montón. Ella no será así
Aurora poso una mano sobre su vientre, antes de mirar por la ventana las rosas de su jardín
-quiero que sean blancas, con bordados de rosas rojas- sentencio la mujer, antes de salir de la habitación
dos meses mas pasaron cuando las contracciones comenzaron.
En el cuarto estaban las jóvenes sirvientas y la partera.
Aurora se sentía preparada, las contracciones eran cada vez mas rápidas...
Los chillidos de dolor de Aurora se escuchaban por toda la casa, descontrolando a Jaques.
Entonces se oyó...
los llantos de la bebe inundaban la habitación, mientras la joven madre no quitaba sus ojos de su hija.
Jaques jamás entraría a ver el estado de su esposa, siquiera el de su hija. El único acompañante de Aurora seria un misterioso hombre, extranjero por el sonido de su voz.
-felicidades, pequeña, es una hermosa niña- fueron las palabras de la partera, al entregarle la bebe a Aurora
-concuerdo con ella, querida. Es una niña bastante linda- dijo el hombre, viendo con oscura curiosidad el cuerpecito de la niña
Aurora no respondió nada, solo beso la coronilla de su hija
-si, es una angelique
la llamaron Angelique Aurora Coleridge. La pequeña Ángel
Otra Coleridge que cuidar, otra personalidad que moldear... otra vida que manejar
capitulo dos: la pequeña princesa muerta
El cabello aleonado de la madre, la sonrisa perlada de su padre, los ojos de su abuela, desde pequeña Angelique demostró haber heredado lo mejor de su parentela.
Sus movimientos torpes, sin embargo eran lo único que una vez tuvo de parecido con otras niñas de su edad.
Y sin embargo, Angelique no tardo en actuar de manera ordenada y educada, de la forma en que su madre lo hacia.
Apenas tenia diez meses cuando comenzó a caminar sola, sin la ayuda de su madre, aya, o hermanos. y solo unos meses mas para decir su primera palabra.
Angelique caminaba desde su cuarto, hasta el de su hermano mayor, Richard.
La pequeña poco sabia de las salidas de su padre y su hermano a algún bosque cercano, pero sabia que para llamar a Richard debía ir a su cuarto.
Llego hasta el cuarto y empujo la puerta con todas sus fuerzas, pero la puerta no cedía.
Angelique arrugo el ceño enfadada, antes de dar media vuelta e ir al salón
Allí, sabia que estaría su madre.
Aurora sintió llegar a su pequeña, y grande fue su sorpresa al escucharla.
-Richie, Richie- chillo, indicando la puerta. -¡Richie!
Aurora no pudo evitar correr a abrazar a su hija, y llevarla al despacho de Jaques.
-Jaques, Angelique dijo su...
Sin embargo, el lugar estaba vacío, como siempre.
-creo que de nuevo somos solo tu y yo bebe- suspiro Aurora, antes de alejarse
pocos meses mas pasaron, y se celebro su cumpleaños. Pocas personas asistieron a dicho evento, debido a la terrible consecuencia...
Richard y Angelique estaban de cumpleaños el mismo día.
Jaques, padre ejemplar de sus dos hijos, celebro con Richard acompañado de sus hermanos y amigos.
Aurora en cambio se quedo con Angelique, celebrando su primer cumpleaños, acompañada solo de sus sirvientas y el mismo hombre que la había acompañado en su alumbramiento.
Aurora tomo a su hija, antes de abrazarla, con lagrimas en los ojos. Ya los sirvientes se habían marchado. Solo estaba ella, y su hijita.
-creo que ya no importa lo que pase bebe- lloriqueo. -siempre seremos tu y yo Angelique, siempre tu y yo, tal como mi madre estuvo conmigo.
Aurora miro sobre su hombro, antes de dejar a Angelique en su cuna, y luego sentarse en una sillita mecedora.
-ay, querida, en que mundo vives- exclama una voz seductora, abrazando a Aurora. -¿la bebe ya duerme?
Aurora asiente, antes de envolverse en los brazos del hombre.
-estoy sola amor... estoy sola y nadie me salvara ahora
El hombre la besa, con toda la pasión que siente por la pelinegra.
-descansa tranquila amor, regresare mañana en la noche por ti. Huiremos, y te daré lo que el idiota no te da.
Cuando Angelique cumplió dos años, Aurora le regalo el que seria el tesoro mas grande de Angelique como mortal... e inmortal: un crucifijo de plata.
Aurora continuo protegiendo a su hija del mundo, evitando que alguien dañara a la pequeña...
pero no se puede proteger a una niña de su propio padre... menos cuando este esta decidido a hacer daño en venganza.
Dicen que un hombre en venganza, es capas de todo... y mas. Y Angelique lo constato con sus propios medios.
-...tenia solo cinco años padre, y lo que vi, esas cosas que vi, no las voy a olvidar jamas...
Lucrecia- Vampiro - Clase Alta
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 28/05/2010
Edad : 624
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Ene 29, 2015 12:29 am por Lirio azul
» Casting para Claudia
Jue Ene 29, 2015 12:29 am por Lirio azul
» Théâtre des Vampires
Miér Ago 27, 2014 6:07 pm por Tristán Evans
» Luccia Venturi
Miér Jul 30, 2014 6:29 pm por Tristán Evans
» Buenas tardes
Miér Nov 27, 2013 1:51 am por Luccia Venturi
» Los antiguos
Miér Jun 12, 2013 11:54 pm por erick roal
» Dudas
Vie Mayo 31, 2013 10:13 am por Armand
» Lydia Deetz
Mar Mayo 28, 2013 1:48 am por Capt. leon
» Juego de la Verdad.
Jue Abr 11, 2013 5:37 pm por Sayra Luk Richter