Una invitada [Tabata]

Mientras seguía los pasos de Erzsebeth hasta su mansión, me la había pasado llorando, para que mi "ataque" pareciera mas real y al parecer la chiflada amada de llaves creyera realmente mi historia.
Cuando ella llamo a la puerta de su mansión, no pude evitar reír por mis adentros al escuchar la respuesta de su ama de llaves, y realmente fue duro de mantener mi estado de shock fingido cuando escuche la breve conversación entre la dueña y su ama de llaves.

Imagine que a pesar de la conducta de amabas, se tenían un gran cariño. Algo que envidie de inmediato porque mi familia en estos momentos se encontraba bastante lejos.
-En efecto me encantaría comer algo, y espero que no sea molestia para usted Señorita. - Conteste viendo a su ama de llaves, tratando de agradar le para que no me sacara a escobasos de la mansión.
Pero mi atención regreso a Erzsebeth.
-Pero antes si no le es molestia, podría prestarme algo de ropa, no quisiera parecer una vagabunda en su mansión.

Agradecí al ama de llaves con una inclinación de cabeza.

-Por supuesto, soy un poco más alta que vos, pero ambas somos delgadas, supongo que os cabrá alguno de mis vestidos... Acompañadme a mi habitación, podréis elegir el que queráis de mi vestidor. Mientras Priscila le grita a la cocinera, tendréis tiempo de sobra para vestiros.

La seguí hasta su vestidor.
-Le agradezco muchísimo.
Cuando Erzsebeth bajo las escaleras de nuevo, pase las yemas de mis dedos por todas las mangas de sus vestidos. Por alguna razón a pesar de que existieran faldas, jamas me habían gustado, mi punto débil eran los vestidos, si eran sencillos mejor. Los adornos solo hacían el vestido mas pesado y complicaba bastante en ocasiones que requería correr en mi forma humana.
Llevar mi vida de peregrina me brindaba una alegría y placer increíble que jamas podría obtener quedándome toda mi vida en el mismo sitio, pero en ocasiones realmente extrañaba mi vida en casa de mis padres. Tener esas charlas familiares, cenas, bailes o cantos con los que uno ama, es poco probable que unos breves conocidos puedan hacerme sentir de la misma forma.
Agite las manos en el aire como si estuviera cazando una mosca, pero ese movimiento solo lo usaba para espantar recuerdos que en ese momento no necesitaba. Lo hecho, hecho esta, no puedo cambiar mi sed de libertad para ser otra, porque seria la persona mas infeliz del mundo.
Mire los vestidos de nuevo, y uno de color azul oscuro me llamo la atención. Era realmente sencillo y con mangas cortas como me gustaban y no necesitaría llevar un corsé debajo de el.
Me quite lo que hacia solo unas cuentas horas era un vestido desente y me vestí con el vestido de Erzsebet. En efecto, por su altura hacia que el vestido fuera un poco mas largo y tocara el frió suelo.
No me tome el tiempo de elegir un calzado porque me apetecía mas estar descalza.
Baje las escaleras de nuevo y encontré a Erzsebeth en el vestíbulo leyendo un libro.
-Maldiciones eh? - Leí en la portada. - Espero que no sean para mi.
Di una vuelta frente a ella para desfilar el vestido.
-Creo que he sido hechizada por este vestido, es realmente perfecto. De nuevo le agradezco su hospitalidad querida. Y desde hoy le debo un favor, tengo una vida bastante larga por delante y una excelente memoria. Así que si me lo pide aun dentro de 20 años, se lo regresare con mucho gusto.

Escuche lo que me comento en el vestíbulo pero preferí no comentar hasta llegar a la mesa y sentarme cómodamente mientras esperábamos la cena. La frase que mas me sorprendió fue sobre la desconfianza hacia un desconocido.
Espere a que ella también se sentara y la mire con ojos calculadores y atentos. Crucé las piernas y entrelace mis dedos para dejar reposar mis manos sobre mis piernas...
-Erzsebeth, alguna vez a escuchado que los animales sienten las vibraciones de las personas? Por ejemplo un caballo que es entrenado por un jinete que tiene valores, lo ha entrenado con cariño y no con violencia, le aseguro que si otro hombre se acerca a el, que en la superficie aparenta ser un angel y en el fondo tiene una maldad pura, le aseguro que el primero en sentir eso sera el caballo, por lo que se comportara agresivamente con el... - Me calle un momento para evaluar sus reacciones. - Y como entenderá parte de mi es animal, así que no confió en todos los desconocidos, solo aquello que me brindan confianza. Y le aseguro Erzsebeth, que no hubiera aceptado su hospitalidad si no me hubiera sentido cómoda cerca de usted.
Deje cualquier aire de seriedad para regalarle una sonrisa completa...
-Pero creo que usted dejo de confiar en desconocidos o conocidos hace algún tiempo ya, no?

-Tengo una hermana, pero vive en Francia

En cierto modo, no parecía querer hablar mucho sobre ella...
-Erzsebeth, le molestan las preguntas personales? Solo voy de paso por Inglaterra, no creo que pueda hacer mucho con lo poco que se de usted. De hecho lo mas seguro es que nunca la vuelva a ver hasta que usted muera...
Intente planchar un poco el vestido con mi mano.
-Aun que quien sabe, este mundo en ocaciones resulta realmente pequeño. No le parece?