Trabajando

Recuerdo del primer mensaje :

Camino, escondida en las sombras de los calabozos, rápidamente, aunque alerta y deteniéndome en cada esquina. Mis botas no hacen el más mínimo ruido al rozar el suelo, y mi respiración es un susurro inaudible. Me deslizo siguiendo el camino que me memorizado mirando planos del castillo.
"Matar a un preso... Supongo que querrán que no confiese nada contra ellos... Pero bueno, los motivos no importan mientras paguen" pienso, mientras doblo una esquina tras asegurarme de que no hay nadie en el pasillo que me dispongo a recorrer.
Sin embargo, me detengo en el siguiente recodo.
- Odio este trabajo- dice una voz masculina, aburrida. Saco un puñal y una daga de mis mangas.
- ¿Pero qué dices? Nos pasamos horas y horas bajo tierra, en unas húmedas y lúgubres mazmorras, vigilando a unos pobres diablos que nos desean la muerte por interponernos entre ellos y la salida... ¿Qué más podríamos pedir?- responde otra con ironía.
- Y lo peor es compartir el turno contigo.- por el ruido que hacen, parece que Aburrido está sentado en el suelo, mientras que Irónico se pasea de un lado para otro... Un blanco fácil y otro que exigirá un poco más de trabajo.
- Yo también te quiero, compañero... Tengo una idea, matémonos entre nosotros. Luego, el que sobreviva finge que el otro era un traidor, así pasamos el rato.
- No será necesario- murmuro, aunque ninguno de los dos llega a oirlo.
Rápidamente salgo de detrás de la esquina, lanzando el puñal, que se clava en el cuello del guardia aburrido. Sonrío al ver su cota de malla: de haber apuntado a su corazón, probablemente no habría servido de mucho.
- ¿Pero qué...?- exclama el otro, llevando su mano a la espada.
Tarde. Tiene pocos reflejos para mí. Antes de que pudiera realizar ese gesto ya me había colocado tras él, y sin darle tiempo a desenvainar el arma atravieso su cuello con mi dafa por detrás, matándolo al instante.
Unos murmullos inteligibles me hacen dirigir la mirada al suelo, hacia el primer guardia, que se retuerce de dolor en un charco de sangre.
"Vaya, ha sobrevivido... El puñal le ha atravesado la yugular y la garganta, pero no ha debido llegar al cerebro"
Me pongo en cuclillas a su lado. Me mira con odio, aunque se convierte en sorpresa e indignación cuando sus ojos se posan en mi pelo y en mis pechos, que delatan mi condición de mujer a pesar de mi vestimenta masculina.
- Sí- arranco el puñal de su cuello- te ha matado una mujer- murmuro, rematándolo.
Me pongo de pie y limpio mis armas en la ropa de los muertos. Sin perder el tiempo, las guardo en mis mangas mientras me dirijo a la celda del hombre que debe morir, según gente que está dispuesta a pagar por ello.

- Es bueno lo que me cuentas, que creo que tengo
un trabajo para ti, clarosi te interesa, no tengo idea de cual es tu
precio, no poseo tantas riquezas pero algo podré pagarte.- Dice... Parece emocionada. Perfecto, he hecho bien hablando.
- Claro que me interesa- respondo, esbozando una leve sonrisa de medio lado, que enseguida desaparece de mi rostro. Mi expresión vuelve a ser seria y fría- Y mi precio depende de los medios que quien me contrata, de la dificultad del trabajo... Nunca doy una cifra sin saber a qué me enfrentaré- aclaro. No temo que no pueda pagar... Sé que podría- además, una vampiresa puede conseguir dinero de forma más fácil que la mayoría de los mortales.
Que noche más productiva. Finalizo un trabajo y consigo otro... Cuando no suele ser fácil encontrar encargos.

Morella sonrío, era increíble como de repente se estaban entendiendo, a la mujer parecía haberle gustado su propuesta y quizás con suerte serrarían trato.
-Mira lo que necesito de ti, no es lo quesiempre haces, no quiero que mates a nadie solo quiero que encuentres a unapersona y me la entregues con vida_ Le dijo seriamente y mirándola fijamente._El resto, quiero hacerlo yo misma.Y con respecto a la paga, tengo muchas joyas de las que podrás elegir las que quieras y si lo prefieres también puedo ofrecerte un techo, comida y protección.Si aceptas podrás codearte con gente de muchas clases sociales y conseguirmuchos clientes, además, convertirte en mi dama de compañía seria el mejor disfraz para ti.
_ No me contestes ahora piénsalo el tiempo quequieras_ dijo tras una pausa

- Mira lo que necesito de ti, no es lo quesiempre haces, no quiero que mates a nadie solo quiero que encuentres a una persona y me la entregues con vida- Dice con seriedad y mirándome fijamente- El resto, quiero hacerlo yo misma. Y con respecto a la paga, tengo muchas joyas de las que podrás elegir las que quieras y si lo prefieres también puedo ofrecerte un techo, comida y protección. Si aceptas podrás codearte con gente de muchas clases sociales y conseguir muchos clientes, además, convertirte en mi dama de compañía seria el mejor disfraz para ti.
- No me contestes ahora piénsalo el tiempo quequieras- añade tras una pausa.
- Bien, puedo cometer un secuestro... Aunque como comprenderás, no puedo retener vampiros, sois... Difíciles de encerrar. Si buscas a uno de los tuyos puedo ayudarte a localizarlo, pero no llevártelo- aclaro... Los inmortales siempre traen problemas extras- comprobaré el valor de las joyas antes de decidir con cuales me pagarás. Un techo tengo, no necesito protección, y aunque la oferta de comida no es mala, creo que va incluida con el techo. Pero, una cosa... ¿Dama de compañía? ¿Tendría que ir contigo?
Conseguir clientes es buena idea, aunque no me entusiasme relacionarme con la gente... Pero la última parte me ha llamado la atención.