Negociando [libre]

"En un teatro... ¿Es que este cliente es demasiado fino como para mandar a un representante a negociar en un callejón? Si ni siquiera va a venir él. Ahora tendré que llevar un vestido elegante... ¡Un vestido!"


Entré en el teatro, rodeada de gente. "Demasiada gente para mi gusto" pensé, incómoda. Ni siquiera sabía de qué iba el espectáculo, ni si era una obra, un concierto... Simplemente había venido por negocios.

Hacía ya una semana que había recibido aquella carta. Era difícil encontrarme, pero yo me aseguraba de que los posibles clientes pudieran contactar conmigo. En la carta se explicaba que alguien "influyente", "muy importante" y "de cuantiosa fortuna" (frases destinadas a que yo fuera consciente de la importancia del caso, y a que confiara en recibir un pago considerable) estaba interesado en hacer negocios conmigo. Daba un nombre falso, por el cuál yo debería dirigirme al hombre con el que me encontraría en uno de los palcos de éste teatro, hoy, dentro de unos minutos. Sin embargo, era fácil deducir que el "interesado" no era la persona con la que yo hablaría. En unos días había averiguado quien era mi auténtico cliente, y el nombre verdadero del representante que mandaría. Y sí, era "influyente", "muy importante" y "de cuantiosa fortuna", aún más de lo que dejaba entrever la carta... Así que, obviamente, decidí acudir.
Esta mañana me había puesto uno de los vestidos que guardo por si necesito colarme en algún acto de la alta sociedad. Elegante, con un incómodo corset, pero al menos bastante sencillo, sin complicados bordados y capas. Sin embargo, eso no quitaba que fuera poco práctico, y no muy útil para luchar. Al menos me permitía esconder bastantes puñales y dagas, a lo que ayudaba el abrigo que me puse. De lo que no prescindí fue del color oscuro de mis ropas, por si tenía que esconderme en las sombras. Y me negaba a llevar joyería.

Llego al palco que indicaba la carta. Aún no hay nadie en él, he llegado pronto, como siempre. Me siento, esperando a que llegue el supuesto "Lord Castfell", quien es en realidad un noble de la corte, confidente del rey. El espectáculo comenzará en algún momento, pero tampoco es algo que me interese demasiado.
Oigo unos pasos que se acercan, y poco después el representante está de pie, detrás mío, mirándome confuso.
- Disculpad, mi Lady, creo que os habéis equivocado de palco...
- No si usted es un noble de la corte que va a usar el nombre falso de "Lord Castfell" mientras negocia representando a su Majestad- digo, utilizando un tono de voz más bajo de lo normal, de forma que él pueda oírlo, pero no cualquier curioso que pase por aquí cerca.
Me mira, sorprendido. Hasta se ha puesto pálido.
- ¿Maister Stealthson? No podéis ser vos... Vos sois una...
- ¿Mujer? Sí- respondo. Ya me he acostumbrado a esto- Supongo que habréis sido lo suficientemente inteligente como para advertir que "Maister Stealthson" no es más que un nombre falso, que deriva del... Sobrenombre que me han puesto, "Maestro del Sigilo", "Master of Stealth". Sabiendo eso, no deberíais haber esperado nada concreto sobre mi persona. ¿O es que pensáis que una mujer no puede realizar con eficacia un trabajo como el que vais a encargarme?
- Sí, bueno, n...- se detiene, calibrando su respuesta antes de meter la pata- Sabemos de vuestra fama y de otros trabajos ejecutados por vos con resultados altamente satisfactorios, no quería cuestionar vuestra habilidad ni eficacia cuando se trata de vuestro trabajo, pero no esperaba encontrarme con una mujer, es poco común... Además, mi sorpresa también se debía a que en la carta no os daba tanta información como habéis hecho ver.
- Tengo mis medios para averiguar para quién voy a trabajar- mientras hablo, mantengo el oído atento. No hay nadie en el pasillo que lleva a este palco, y mis clientes se han encargado de que los palcos vecinos estén vacíos. Perfecto- Durante la conversación no volveré a mencionar identidades reales, pero quería que quedara claro quién era yo, que sé quienes pensáis contratarme y que pienso ir al grano. No revelaré ninguna información, habéis oído hablar de otros casos y sabéis que nunca ha habido problemas con eso, y aunque comprendo la importancia de mantener la identidad del auténtico interesado en secreto, nunca trabajo sin saber para quién y por qué. Sin detalles, simplemente para saber en dónde me meto. Es lo más prudente. Así que nada de tratar de ocultarme información.
Él asiente.
- Lo comprendo- dice, sentándose- Pero no hablaremos ahora, deberíamos esperar al descanso, no es recomendable hablar durante el espectáculo, llamaría la atención y es una muestra de mala educación.
Asiento, desviando los ojos al escenario. Me vendrá bien un tiempo de silencio, cuando negocio necesito hablar demasiado, y no es algo que me agrade. No pregunto qué vamos a ver y escuchar... Al fin y al cabo, ya lo veré.

El intermedio, o descanso. Finalmente volveríamos al tema que me interesaba.
- Vayamos al grano...- murmuré- ¿Quién?
- Eh... No estamos del todo seguros- le lancé una mirada malhumorada y pareció encogerse en su asiento. No aparté la mirada de sus ojos- también os pagaremos por la investigación, por supuesto...
- Eso ni dudarlo. Pero el pago ya lo hablaremos después, quiero todos los detalles que pueda darme. Y sin rodeos.
- Veréis, es una prostituta de los barrios bajos... No estoy insinuando que su... bueno, la persona que me envía, mantenga relaciones con esas mujeres, es simplemente que...
- Sin rodeos.
- Es por alguien muy próximo a él. Digamos que contrató los servicios de esa mujer, y ella acabó sabiendo cosas que no eran de su incumbencia...- por su rostro, deduje que no eran asuntos de Estado, sino algo más personal. Y que no sabía los detalles- Y no hemos conseguido averiguar de qué mujer se trata exactamente. Sí sabemos que vive en Londres, y que a pesar de lo exquisito de parte de su clientela es de la clase baja y no tiene demasiado dinero. A vos os corresponde averiguar quién es y llevar a cabo vuestro trabajo.
- Está bien- mentalmente, voy calculando dentro de qué margen situaría el precio que cobraría... Investigación y asesinato, aunque sin demasiadas medidas de seguridad. Luego, claro, estaba el margen que tenía que dejar por si la víctima no resultaba ser tan fácil de matar, ya que podía no ser humana, o no serlo del todo.
- Hay otros "trabajadores" encargados del caso...- "¿QUÉ?"- queremos asegurarnos de que salga bien. Sólo cobrará aquel que tenga pruebas de haber concluido el trabajo.
- Tendréis que pagar más por eso- digo, mirándole, enfadada.
"Primero tendré que librarme de la competencia, podría terminar cometiendo yo el asesinato y ellos consiguiendo el dinero, si son inteligentes..." Vuelve a encogerse, pero cuando responde lo hace con voz firme:
- Oh, no la contrataremos si su precio excede demasiado al de los otros... ¿Cuánto cobraría?
El resto del intermedio lo pasamos regateando. Cuando veo que la gente vuelvo a sus asientos, endurezco mi mirada y mi tono de voz. Sé que con el arma de no contratarme, ya que tienen a otros asesinos, puede bajar mucho el precio... Pero no me voy a rendir.
Finalmente establezco un presupuesto dentro del margen que había pensado, que él decide aceptar. Dejo claro que en caso de que haya más dificultades en el caso de las que parece podré aumentar el precio, justificándolo y poniéndonos de acuerdo. Normalmente cobro un anticipo al principio, pero al haber otros contratados sé que no lo aceptará, así que queda todo claro. Abandono el palco sin hacer ruido durante la función. Cuanto antes empiece mejor.
Mientras camino por los pasillos del teatro advierto ruido de pisadas en mi dirección.

(Off: adelante, puede entrar quien quiera... No tiene por qué tener relación con el asunto, simplemente estar en el teatro)

Me giro rápidamente. Veo a una mujer, obviamente rica, que camina por el pasillo... Es, sin duda, una vampiresa. Lleva un vestido caro, incómodo si pretende luchar, y no parece tener intenciones de buscar pelea. Pero como siempre que me cruzo con alguien que puede llegar a ser peligroso tenso todos mis músculos, alerta... Más alerta de lo que estoy normalmente. Además, al valorarla como posible adversaria, caigo en la cuenta de una cosa...
"Mierda, yo también llevo un vestido y un corsé. Espero que no busque pelea, ni sea de las que piensan que licántropos y vampiros debemos luchar, será más difícil pelear con esta ropa..." pienso "Al menos he traído armas"
Aun así, continúo andando. Si evito tener problemas mejor.

Me sonríe ampliamente y se detiene a pocos pasos de mí.
-Buenas noches Señorita, disculpe las molestias pero usted podría ser tan amable de indicarme donde se encuentra el palco 34, es la segunda vez que vengo a este teatro y la verdad es tan grande que me pierdo.
"Perfecto, no parece ser de los que cree en el odio entre razas... Ojalá todos los vampiros fueran razonables" pienso. Aun así, no dejo de estar alerta. No dejo de estarlo ni hablando con humanos.
- No creo que sea la más indicada para ayudaros- respondo. Utilizo el "vos", con esta ropa y en este sitio no debería parecer alguien de clase baja- es la primera vez que vengo a este teatro, lo conozco peor que usted.
Con mi sentido de la orientación, sabría decirle cuál es si se encontrara cerca de el palco en el que se han desarrollado las negociaciones... Pero no es el caso. De todas formas, resulta extraño que se haya acercado a preguntarme, supongo que será porque no hay otra persona por aquí... Normalmente, en la calle, mis frías miradas hacen que los transeúntes prefieran preguntar a otras personas.

-Disculpe pensé que usted también vendría a la puesta en escena.- responde. Desvía su mirada, seguramente buscando a alguien que pueda indicarle.

-Debería ver la obra, el reparto no es de grandes actores pero la adaptación de la obra The Rivals, una farsa molièresca de Richard Brinsley Sheridan, muchos vienen a verla solo por la moda y por el escándalo, sin embargo creo que de trasfondo se oculta una realidad que la mayoría lucha por no ver.
... Vale, genial, ¿qué le digo ahora?
"Lo siento, no me interesa el teatro, cuando he llegado ni siquiera sabía qué se representaba hoy, estoy aquí por negocios, ni siquiera he elegido yo el lugar" No. Demasiada información que puede dar lugar a preguntas. Además, la hobra de la que habla no ha empezado, así que ni siquiera es la que está terminando de representarse ahora mismo, a cuyo primer acto he asistido...
- Disculpadme, pero el teatro no es algo que me apasione hasta el punto de dejar mis obligaciones por él... Y ni siquiera puedo quedarme a ver terminar la obra que he empezado a ver, ya que tengo cosas que hacer- digo, con una fingida sonrisa de disculpa- Pero espero que disfrutéis del espectáculo.
"Hablar de esta forma terminará hartándome... Pero bueno, estoy acostumbrada a fingir, mis clientes suelen ser de clase alta"

Veo cómo sonríe.
-Es evidente que no os gustan estos menesteres cierto?, se le nota muy incomoda especialmente con las ropas.- dice, algo divertida-Pero, a que venir al teatro si no os gusta?.- pregunta.
"Los vampiros tienen demasiado instinto" pienso. "Y son demasiado curiosos..."
La miro a los ojos con frialdad... Pero así miro a todo el mundo. No parece tener mala intención ni estar sospechando nada extraño, espero que eso no cambie y no de problemas.
- El teatro no me disgusta, pero no tengo tiempo para él, y no es una de mis prioridades. Aunque sí es cierto que estas ropas no me agradan, son incómodas y muy poco prácticas, pero las mujeres nos vemos obligadas a vestir así, algunas siempre, otras solo en ocasiones- digo, encogiéndome de hombros. Por suerte, yo en muy pocas ocasiones- Pero vos sí parecéis muy interesada en ver la obra... Espero que encontréis el palco a tiempo.- termino diciendo, sin llegar a responder a su última pregunta.

(Off: El problema de manejar a un personaje como Sheila es que los post se terminan demasiado rápido... Pero yo quiero seguir roleando XD Así que busquemos alguna forma de alargar el post, a no ser que tú quieras terminarlo tan pronto)

- La belleza dicen que tiene un precio muy caro, debo deciros que sois muy bella en verdad.- dice, sonriendo.
Mi expresión no cambia, aunque no estoy demasiado acostumbrada a los cumplidos: mis relaciones con gente de clase alta suelen ser sólo de negocios, y si se puede llamar cumplidos a los maleducados gritos de un lado a otro de la calle de algunos trabajadores de clase baja... Tampoco, ya que en cuanto les lanzo una de mis "miradas asesinas" acostumbran a tragarse las palabras.
- Tiene razón, ha sido un verdadero gusto conocerla, tenga una buena noche.- dice inclinando un poco la cabeza.
- El placer es mío- digo, respondiendo, aliviada de que haya decidido dejarme... Cuanto antes vuelva a mi casa mejor. Sin embargo, es rica, y, ¿quién sabe? podría ser una posible cliente... Así que lo mejor será que me quede con su nombre- Por cierto, no nos hemos presentado... Mi nombre es Maister Stealthson, ¿y el vuestro?

Off: Está bien n_n tb he llevado personajes asi >.< y si se que es dificil, sigamos n_n.


"- El placer es mío-" Me respondió amablemente, la verdad era que no tenia muchas ganas de ver la obra, de pronto mis ánimos habían bajado, era parte de lo que detestaba de mi condición, al estar tan contenida mi naturaleza tan contenida, era presa fácil de las emociones que muchos llamaban bajas de los mortales. Sonreí tras sus palabras y luego causándome gran sorpresa la joven se presentó "-Por cierto, no nos hemos presentado... Mi nombre es Maister Stealthson, ¿y el vuestro?-", extendí mi mano derecha para estrechar la suya, era una acción poco común en Europa mas en mi país natal no era algo tan poco visto.

-Mucho gusto miss Stealthson, mi nombre es Catalina León.- expresé amablemente, no sabia si el contacto con mi piel o la energía que corría por mi ser iba a disgustarle o causarle algún problema, sin embargo yo no era clasista ni racista, pensaba en que todos proveníamos de una misma divinidad así que, conviviría con aquellos que me permitiesen hacerlo....

[b][i]

(Off: ¿Poco común en Europa? Estrechar la mano es un gesto europeo XD Si hasta sé de dónde viene la costumbre... Otra cosa es que se esté perdiendo, pero eso es en este siglo, en el XIX se seguía usando, y más que en América XD)

Estrecho su mano cuando me la tiende. Está fría, como la de todos los vampiros.
- Mucho gusto miss Stealthson, mi nombre es Catalina León.- dice, amablemente.
La obra que comencé a ver parece haber terminado, ya que la gente comienza a salir del patio de butacas y los palcos. En poco tiempo estamos rodeadas por gente que se dirige a la salida.
"Lord Castfell" pasa a mi lado. Lo ignoro, ni mi rostro ni mis ojos demuestran que lo conozca o lo haya visto siquiera, pero él hace un gesto de sorpresa al verme aún aquí. Por lo menos sigue caminando como si nada... Estúpido, nuestra conversación de antes nunca ha sucedido, a los ojos de la ley, así que podría actuar como si así hubiera sido.
- Bueno, creo que ahora podréis encontrar alguien a quien preguntar por vuestro palco- murmuro... Me iría entre la gente, pero terminaría agobiándome, es mejor esperar a que salgan todos.

-Si, mas esperare un poco a que se desaloje un poco, es una lata entrar a los palcos mientras el resto de las personas salen.- dice apartándose para que los asistentes pudieran salir libremente.
Esquivo a un hombre que salía y que no parecía ir a cambiar su camino aunque eso implicara chocarse conmigo, y me aparto junto a Catalina.
- Será lo mejor. Entraréis incluso más rápido, además de con más comodidad. Por eso mismo esperaré a que salgan todos antes de abandonar el teatro.- digo. Si al final la conversación se alargará... Mientras no me vea obligada a contar más de lo necesario, o a mentir de forma que lo descubra, no hay mucho problema.
Guardo silencio. Hay gente a la que le incomoda estar junto a otra persona sin hablar, pero a mí no me molesta.

En ese momento pasa frente a nosotras una mujer bastante robusta, con un pequeño perro abrazado, un maquillaje exajerado y lujosas ropas. Veo cómo Catalina sonríe. La pomposidad de algunos nobles llega a ser patética, es cierto. Parece contener una carcajada cuando sus ojos se fijan en el hombre que la acompaña, con un bigote blanco, calvo e igual de robusto que ella. Como no, rodeados por nobles que los despreciaban pero fingían ser amigos por interés...
La clase alta está sobrevalorada.
De pronto esa mujer se fija en mí, y me mira de arriba abajo. En su expresión noto envidia y desprecio.
- Hoy en día cualquiera puede entrar en un teatro- le comenta a su marido- juraría que he visto a esa joven en la calle con ropas de hombre, y no en barrios muy... recomendables.- dice con una voz chillona y desagradable.
"Oh, ¿te dignas a fijarte en alguien de categoría inferior cuando lo ves en la calle? Ah, claro: envidia. Y gracias por ser maleducada al estilo... "noble", sin decir nada a la cara... Me ahorras la molestia de responderte"
El marido me mira de arriba abajo, deteniéndose un momento en el escote de mi vestido, pero aparta la vista en cuanto ve mi expresión tan poco... amigable. Mi apodo de "Ojos de Muerte" no me viene sólo de mi profesión. Siguen caminando y pasan de largo. Pero me he fijado en su riqueza... Y aunque ni sus acompañantes ni ella misma lo haya notado, la mujer lleva una joya menos... No suelo hacer cosas así delante de vampiros capaces de notarlo, pero deduzco que no me delatará.

–Buen trabajo.- me felicita.
Me encojo de hombros.
- Era sencillo. Conozco a mucha gente capaz de hacerlo- tal vez no con tanta precisión, la verdad es que sólo está a mi altura una persona... Pero de todas formas, sigue siendo fácil. Con siete años también habría sido capaz de llevar a cabo un robo como ese. Deslizo la joya entre mis ropas- Supongo que no debería decirlo, ni lo que he hecho ni la gente que conozco son cosas que den una buena imagen de mí, pero ya has oído a esa mujer. Lo que ha dicho es cierto, es más fácil verme en barrios malos que aquí, y suelo vestir ropas "de hombre" por comodidad. En lugares así hay que ganarse la vida.
La verdad, después de que me haya visto cometiendo un delito, aunque sea mejor, unas pocas explicaciones no estarían de más. Tal vez me eviten contratiempos... Al fin y al cabo, hace no mucho se llegaban a ahorcar niños por robar pañuelos, así que debo tener cuidado.

-Ciertamente, las vestimentas de los hombres son mucho más cómodas y dan mayor movilidad.- baja la mirada mirándose a si misma -Estos corsés apenas y nos dejan respirar, sin contar el daño que hacen en las mujeres en estado de buena esperanza, y estas faldas, bueno en tiempos de frió es difícil soportarlo, y ni hablar de los tacones. Mas he de deciros que os veis muy bella, no puedo imaginaros con una tosca vestimenta pero, bueno quizás en el futuro las mujeres podamos vestir con mas libertad y comodidad sin perder nuestra femineidad.- dice sonriendo.
-Gracias por el cumplido- respondo, indiferente- y, sinceramente, no me importa sacrificar la femineidad y la belleza en aras de la comodidad y la utilidad. Tal vez a vos os cueste imaginarme con ropas masculinas, pero a la mayor parte de la gente que me conoce le sucede al contrario... Y a mí me cuesta soportar éste traje.
-¿Gustáis una taza de café?, siempre tengo reservada una mesa en el restaurante del teatro.- me pregunta...
"¿Debería?... Bueno, ahora mismo lo único que tengo que hacer en casa es cenar, no me vendría mal. Y quien sabe, tal vez consiga algún buen negocio"
- Está bien- respondo- No me sentará mal una taza de café... ¿Dónde está el restaurante?

Off: Una disculpa >.< entre la escuela, el trabajo y cosas personales me tenían fuera de circulación unos días.

-En la planta baja, vamos.- dice sin dejar de sonreir.
La acompaño hacia las escaleras, por suerte ahora el pasillo está despejado.
Algunos hombres nos "saludaban", coqueteando. Catalina respondía a algunos con un leve gesto de la cabeza, yo los ignoraba completamente. Finalmente llegamos al restaurante, de inmediato un mesero se acercó a nosotros
-Buenas noches, Doña Catalina, pasen pasen por favor, su mesa está lista- dice -Oh veo que viene usted acompañada, será un honor servirles.
-Gracias, esta noche no beberé café sola- le responde Catalina mientras le seguimos. La mesa estaba algo apartada del resto, lo cual me agrada, es mejor que estar en el centro. Sin embargo, tantas formalidades y lujos a veces me incomodan un poco, son tan poco prácticos...
-Tomen asiento.-dice el joven antes de irse a por el café.
-Le recomiendo los postres, aquí hacen pastelillos sumamente
deliciosos, bueno, no me saben tan bien como deberían pero he escuchado
los comentarios, simplemente los como por que me hace sentirme un poco
mas "normal".- dije en tono de broma...
Vaya, así que admite lo que es, hasta ahora no había mencionado nada de su naturaleza vampírica, aunque no lo haya dicho esplícitamente.
- Hay algunos de los suyos que enferman al comer comida "normal"- comento- Aunque parece que no es vuestro caso. Así que le gusta sentirse normal... Creo que para usted es más difícil que para mí- digo, refiríendome más a vampiros y a licántropos que a nosotras en particular- Y me conformaré con el café, gracias...