Trabajo en Wells. [Mefisto]

por **Katrina Volkova** Dom Oct 17, 2010 11:12 am

Tiempo: noche entrada, con niebla.
Armas: Todo mi equipamento en una bolsa. Una daga y un revólver en mi gabardina.
Vestimenta: Otra vez con pantalones negros, camisa de encaje y mi gabardina. Era lo más cómodo para las cacerías.
Estado: Con los ojos bien abiertos.
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Tras mi viaje a Taiwan, por lo que parecía ser un demonio bastante "jodido" que estaba dando la lata, la Iglesia me indicó que algo pasaba en Wells (Londres). ¿Qué tal fue mi trabajo anterior? Casi acabaron conmigo, un asqueroso demonio se metió en mi cuerpo, cosa que nunca más va a volver a ocurrir pues, los taiwaneses me hicieron un "tatuaje" cerca del ombligo de un pentáculo que según decía evitaba que las fuerzas malignas te poseyeran. Habría que hacer caso ¿no? El viaje a Londres fue largo, larguísimo. Directamente partí de Taiwan en barco hasta allí. Tardamos 24 días en llegar. Pero dios mío ¡cuánto tiempo perdido! Y yo no estaba para perder tiempo precisamente. Ya habían pasado 6 meses desde que vendí mi alma. No podía ser, ¿por qué el tiempo pasaba tan rápido? Suelen decir, que cuando ayudas a los demás el tiempo pasa desapercibido, ¡pues yo lo estaba notando! Esto era un castigo divino.

Una vez estuve en Londres viajé con todo mi equipaje a Wells, lo que parecía un pequeño pueblito alejado de toda civilización. ¿Qué ocurría? Habría que investigar. Según pisé aquellas tierras me quedé sobrecogida. No había ni un alma por las calles, el viento soplaba y las nubes estaban bajas, haciendo que hubiese niebla. Aquella ciudad era espeluznante. Según me había dicho el padre Saul, habían muerto muchos niños. ¿Sería nuestro monstruo lo que yo creía que era? Si lo era, me costaría encontrarlo y poder matarlo.
Vi a una madre salir de una casa corriendo, necesitaba medicinas pero no tenía dinero, y gritaba ayuda. Me acerqué a ella y la sostuve tranquilizándola. La pregunté. Su hijo estaba enfermo, aquella misma noche se puso enfermo, y no tenían dinero para comprar las medicinas. Yo le di dinero, como cortesía ella me dijo que me quedara con ellos aquella noche. Muy amable por su parte, pues no parecía que hubiese ninguna posada por los alrededores. Las medicinas no hacían efecto al muchacho, su hermano mayor, David, me vino llorando, me había confesado que era su culpa, que le había dejado solo. Acaricié su cabello y le tranquilicé, aquello no fue su culpa, la culpa era de otra cosa. Se atrevió a decirme que fue un monstruo quien hizo aquello a su hermano, entró por la ventana y se puso sobre él haciendo "algo", le escuché atentamente.
El monstruo era una striga, como me imaginaba. Sí, me costaría cazarle. Quizás cuando volviese a por su hermano. Sí, sería lo mejor. Aunque nunca me gustaba usar a nadie como cebo.

Aquella noche la pasamos tranquilamente, no hubo striga. Le dije a David que aquello era real y que debía ayudarme. Él aceptó encantado. Con aquellos seres no había que estar de broma. Había que matarles mientras se alimentaba de un niño, no era algo demasiado agradable. Le dí una daga a David, por si acaso. A los padres no les dijimos nada, solo faltaba que me echasen a patadas por loca. Aquella noche, en mi habitación, nos quedamos los dos, esperando. Nos asomábamos débilmente por la puerta del cuarto de su hermano. Cuando vimos cómo una mano que parecía ser las ramas de un árbol, David se alarmó. Le paré al momento, no debía entrar aún. La striga se había puesto sobre el niño, aún no estaba alimentándose. David ya iba a entrar, pero le sujeté tapándole la boca, inmovilizándole. Ya era el momento. Solté a David y con el revólver en mano aparecí en la habitación disparando al instante. La striga había caído, los padres se levantaron alarmados entrando en la habitación.

-Aquello es lo que estaba acabando con su hijo- dije sin mirarles.

Se quedaron callados, absortos. Miraban a la criatura y luego a mí. La madre se acercó al niño a abrazarle, sorteando a la striga. Luego me miraron con el ceño fruncido, excepto David y su hermano.

-Queremos que te vayas de aquí ahora. Y llévate a ese amigo tuyo.-Dijeron amenazantes.

¿Aquello era hospitalidad londinense? ¿Aquello se podía llamar "dar las gracias"? Esto era increíble. Salí echando humos de aquella casa con las maletas y tirando a la striga por la ventana. Una vez estuve en la calle arrastré al monstruo por el suelo hasta llevarlo a una esplanada. Le quemé. Me entretuve viendo las llamas. ¿Y ahora que haría yo? Inglaterra, sea la época del año que sea, era una ciudad muy fría y lluviosa. Al menos agradecía que no lloviese. ¿Dónde podía resguardarme?

por **Mefistófeles** Dom Oct 17, 2010 11:30 am

Gracias a que los demonios éramos muy cotillas me enteré del rumor de que Katrina Volkova estaba en Inglaterra. ¿Vendría para buscarme? Lo dudaba, los informes decían que había partido hacia Wells donde la Striga estaba causando estragos en los niños del pueblo.
Mi cazadora, aún teniendo el tiempo en su contra lo malgasta con cacerías… me encanta.
Salí de casa y contraté a un chofer para que manejara mi carro tirado por caballos. Wells estaría a unas 2 o 3 horas de camino a caballo así que me quedaba un rato de viaje.

Cuando creí que comenzaba a desvariar y estaba dispuesto a irme corriendo si hacía falta el cochero me aviso de que el pueblo ya estaba a la vista.
Ya había anochecido, también había salido un poco tarde de casa, pero lo importante es que el pueblo ya estaba ahí adelante.
Todo un mar de sentimientos tristes detecté, la Striga estaba haciendo un gran trabajo pero yo buscaba otro tipo de sentimientos ¿Tal vez rabia, dolor, impotencia? Si, más adelante estaba ella.
Pedí al cochero que me esperara en la entrada del pueblo con nuestro medio de transportes y yo me interné en aquel pueblo fantasma guiándome por el halo de sentimientos de Katrina.

Tarde una media hora en encontrarla, junto a una gran hoguera donde se consumía un cuerpo vestido con harapos.
Qué pena, había cazado ya a la Striga

-Katrina, querida mía, cuánto tiempo sin verte- dije gritando y rodeando la hoguera para poder tenerla frente a mi- en el momento me entere que estabas tan cerca de mi casa no pude evitar venir a buscarte. Pero cuanto te he echado de menos- y le di un fuerte abrazo.

por **Katrina Volkova** Dom Oct 17, 2010 11:38 am

-Katrina, querida mía, cuánto tiempo sin verte- dijo una voz desconocida gritando, salté del susto- en el momento me enteré que estabas tan cerca de mi casa no pude evitar venir a buscarte. Pero cuanto te he echado de menos- dijo dándome un abrazo.

Dios mío, dios mío, díos mío, ¡¡¡dios mío!!!

-¡¡Apártate de mí!!- dije dándole un empujón- ¿Qué pasa, siempre que estoy bien ya tienes que parecer tú para joderlo?- dije con el ceño fruncido. Cogí mi equipaje y comencé a andar- Olvídate de mí, parece que estás enamorado y todo- me dio un escalofrío al pensarlo.

Me coloqué las bolsas a los hombros y mientras tanto recogí mi pelo en una trenza, estaba que daba asco, tenía ganas de bañarme, quedarme en el agua durante horas. Y después ponerme ropa limpia, lo necesitaba.

por **Mefistófeles** Dom Oct 17, 2010 11:45 am

-¡¡Apártate de mí!!- dijo dándome un fuerte empujón-¿Qué pasa, siempre que estoy bien ya tienes que parecer tú para joderlo?

-Más bien- dije simplemente.

-Olvídate de mí, parece que estás enamorado y todo- dijo cogiendo sus bolsas y comenzando a andar.

-Hasta las trancas, mi amor- dije siguiéndola y abrazándola por la cintura- tengo ganas de que bajes al infierno para consumar nuestro amor como es debido: Un potro de torturas, cuchillos y mucha sangre- dije con un tono de voz desgarrador. Luego la volví a cambiar completamente- ¿Por qué no te vienes a mi casa? Te invito a cenar… quiero que tengas el lujo de sentir la hospitalidad londinense.

por **Katrina Volkova** Dom Oct 17, 2010 11:51 am

-Hasta las trancas, mi amor- me abrazó por la cintura- tengo ganas de que bajes al infierno para consumar nuestro amor como es debido: Un potro de torturas, cuchillos y mucha sangre- Dios mío, ¿cómo podía dormir por las noches con las cosas que este maldito demoni me decía? Cada vez me daba más miedo bajar allí, tenía pánico- ¿Por qué no te vienes a mi casa? Te invito a cenar… quiero que tengas el lujo de sentir la hospitalidad londinense.

-No. No quiero tu hospitalidad- dije quitándome sus brazos de encima y volviendo a andar.

Al poco rato vi un carruaje allí parado, ¿de quien era? Y más a estas horas, que extraño. Seguí caminando pasando de largo aquel carruaje. El camino estaba muy oscuro, me echaba débilmente hacia atrás. No veía casi nada. Y encima no tenía ni lamparita de aceite ni nada. Maldita sea. Apreté la mandibula y seguí caminando despacio, aunque me di un tropezón y todo, malditas rocas. Esta vida era un asco.

por **Mefistófeles** Dom Oct 17, 2010 11:57 am

-No. No quiero tu hospitalidad- suspiré mientras la veía marchar. A paso lento fui hacia el carromato donde mi chófer me seguía esperando, impaciente.
Había encendido un par de lamparitas para poder iluminarse en la oscuridad de la noche.

-Adelante, retomemos la vuelta a casa- dije mientras subía y cerraba la puerta tras de mí. Al poco tiempo de haber reanudado la marcha, el chofer me aviso de que había una mujer en medio del camino. Le pedí que fuera más despacio y que se quedara a su altura.

Me asomé por la ventanilla y la vi

-Mi amor, vuelvo para rescatarte de los peligros de la oscuridad- dije sobreactuando- Vamos, te llevaré… si no quieres no vengas a mi casa pero déjame acercarte a Londres al menos- dije con una sonrisa angelical

por **Katrina Volkova** Dom Oct 17, 2010 12:02 pm

-Mi amor, vuelvo para rescatarte de los peligros de la oscuridad- dijo sobreactuando, que asco- Vamos, te llevaré… si no quieres no vengas a mi casa pero déjame acercarte a Londres al menos.

Me lo pensé dos veces. O iba a pie por aquel camino toda la noche para poder llegar a Londres, sin que me matase. O aceptaba que me acercase a Londres, bueno, algo era algo. Le miré y muy a mi pesar respondí.

-Está bien, me acercas a Londres. Pero una vez allí no quiero ni que me mires, ni me hables ni me toques ni nada. ¿De acuerdo? No quiero verte más- al menos hasta que fuese al infierno, que aún así no quería verle. Este mundo estaba lleno de injusticias y calamidades.

Cuando llegase a Londres, tendría que buscar un hotel no muy caro para alojarme en él hasta el día siguiente, que sin duda, tendría que volver a Rusia, un día de descanso tras dos meses no estaba tan mal.

por **Mefistófeles** Dom Oct 17, 2010 12:15 pm

-Está bien, me acercas a Londres. Pero una vez allí no quiero ni que me mires, ni me hables ni me toques ni nada. ¿De acuerdo? No quiero verte más

-Pero que áspera eres…- dije poniendo los ojos en blanco. El cochero bajó y cargo las maletas de Katrina en el techo del carromato y yo abrí la puerta para pudiera pasar dentro conmigo.
Nos sentamos uno en frente de otro y me la quedé mirando- Lo de no hablarte, ni tocarte, ni mirarte es solo cuando estemos en Londres ¿verdad?- pregunté dubitativo, me daba que el viaje a casa iba a ser muy largo.

por **Katrina Volkova** Dom Oct 17, 2010 12:20 pm

-Puedes hablarme si quieres durante el viaje, sino, creo que va a ser un camino demasiado largo e incómodo- dije desviando la vista.

No me gustaba nada estar frente a él, tenía que estar desviando la mirada cada dos por tres para no mirarle. Cogí una daga de mi gabardina y comencé a jugar con ella para entretenerme. Le miré de reojo.

-No te preocupes, no te la voy a clavar, no serviría para nada- dije con voz tranquila.

Daba vueltecitas a la daga en mis manos. Había aprendido a usarla muy bien todos estos años, y más aún cuando me aburría y no tenía otra cosa que hacer que jugar con ella.

-¿Entonces, vives en Londres?- pregunté sin mirarle.

por **Mefistófeles** Dom Oct 17, 2010 12:28 pm

-Puedes hablarme si quieres durante el viaje, sino, creo que va a ser un camino demasiado largo e incómodo

-Chica lista- dije guiñándole un ojo. Se ve que por aburrimiento, Katrina sacó una daga de su gabardina y se entretenía haciendo malabarismos con ella.

-No te preocupes, no te la voy a clavar, no serviría para nada- suspiré, que hostil era a veces

-¿Entonces, vives en Londres?- asentí levemente.

-Cuando salí del infierno fui en busca de un recipiente perfecto para mí y dio la casualidad de que vivía en Londres. Podría haberme mudado a otro país donde al menos el sol hiciera acto de presencia constantemente. Pero mi chico ya tenía una buena casa y no me apetecía comenzar los preparativos de mudanza. Hay veces que soy un tanto vago- confesé- la casa es muy grande… ¿seguro que no quieres venir a hacerme un poco de compañía?

por **Katrina Volkova** Dom Oct 17, 2010 12:33 pm

Le escuché con atención. Aquellos pobres humanos que eran poseídos por demonios me daban mucha pena. Yo ya había matado a aquel humano que gritaría salir de una vez, que quizás necesitase mi ayuda y yo no se la di, sino le arrebaté la vida. Era algo que me despertaba por las noches. Era un asco, los demonios eran unos parásitos.

-La casa es muy grande… ¿seguro que no quieres venir a hacerme un poco de compañía?

-No, gracias- dije sin mirarle.

¿Quién demonios querría estar con un demonio? Yo al menos, no. No quería que me manipulase o usase como la última vez. De eso nada.

-No es por tí, es por mí- dije mirándole unos segundos. ¿En serio? Más bien era por él, si no fuera un completo estúpido no me importaría.- Qué, ¿has conseguido muchas almas en los últimos meses?

por **Mefistófeles** Dom Oct 17, 2010 12:46 pm

-No, gracias. No es por ti, es por mí- se ha equivocado, en realidad quería decir: Es por ti, no por mí. Estos humanos…

-Qué, ¿has conseguido muchas almas en los últimos meses?- preguntó

-La verdad es que me he salido del mercado durante un tiempo, no hay ningún alma que me llame la atención como para acudir a su llamada, casi todos los tratos se los dejo a los demonios de las encrucijadas… así al menos los tengo un poco entretenidos, pobrecillos tiene que ser tan agotador estar pendiente si los invocan o no los invocan…- me eché la melena hacia atrás con una mano y me quedé mirando a Katrina- Vamos, no me hagas volvértelo a pedir, ven esta noche a mi casa.

por **Katrina Volkova** Dom Oct 17, 2010 1:02 pm

-La verdad es que me he salido del mercado durante un tiempo, no hay ningún alma que me llame la atención como para acudir a su llamada.

-Sí, y justo la mía tenía que llamarte la atención- dije en voz casi inaudible.

-Casi todos los tratos se los dejo a los demonios de las encrucijadas… así al menos los tengo un poco entretenidos, pobrecillos tiene que ser tan agotador estar pendiente si los invocan o no los invocan…

-Claro, y yo podría invocarlos para tenderles una trampa y devolverles al infierno pero seguramente aparecerías tú y me estropeas la fiesta- dije con el ceño fruncido.

Podría intentarlo, por comprobarlo no perdía nada. Pero los demonios no eran tontos, sabiendo que yo tenía un trato con Mefistófeles y que además era cazadora... no creo que acabasen apareciendo.

-Vamos, no me hagas volvértelo a pedir, ven esta noche a mi casa.

-¿Por qué tienes tanto interés, eh? Ten presente que no vas a torturarme, ni a tocarme, ni a nada de esas cosas raras que se te pasen por tu mete retorcida- dije con el ceño fruncido.

¿Aquello había sido un sí o un no? No lo sabía ni yo. Si iba a su casa me ahorraba dinero pero no estaba nada segura. No sabía de qué era capaz ese demonio cuando le daba un chungo raro. A saber. Le miré con desconfianza pero pronto volví a desviar la mirada para seguir jugando con mi daga.

por **Mefistófeles** Dom Oct 17, 2010 1:08 pm

-¿Por qué tienes tanto interés, eh? Ten presente que no vas a torturarme, ni a tocarme, ni a nada de esas cosas raras que se te pasen por tu mete retorcida- Eso ya lo veremos, pensé.

-Lo que tu digas…- dije simplemente. Pero no sabía si su frase había sido ya una respuesta afirmativa o que- Entonces… ¿Eso es un sí? Podría pedirle a la doncella que te preparase tu plato favorito si es lo que deseas, una buena bañera con agua caliente, ropa limpia y cuando estuvieras despejada la mesa estaría preparada. No es una mala oferte ¿no crees?

por **Katrina Volkova** Dom Oct 17, 2010 1:11 pm

No. No era una mala oferta. Mientras no fuese un demonio más que quisiera joderme no me importaría ir. Me lo pensé un rato tendido, sin dejar de mirar al suelo del carruaje. Torcí los labios y al final asentí con la cabeza.

-No me parece mal- dije mirandole sin expresión alguna- Pero recuerda lo que te he dicho, está prohibido todo.

por **Mefistófeles** Dom Oct 17, 2010 1:19 pm

off: Abro post en mi casa mejor^^ Así la estreno XD

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