Paseando para distraer la mente {Libre}

La Luna llena se alzaba en lo alto del cielo. Miles de estrellas la acompañaban, brillando a su alrededor. Era una noche tranquila en el bosque que había cerca de la mansión en la que vivía con mi familia y algunos criados.

Todos llevaban ya dormidos largo rato; pero yo, esa noche, no podía conciliar el sueño. Rara vez me sucedía, pero ese día, fue cuando más dolor ajeno sentía. Durante toda la tarde, había tenido que aguantar el dolor; pues, desde que esa mañana se murieron un par de mendigos en mis manos, me sentía fatal, física y psicológicamente. Tenía que parecer que me encontraba bien; nadie podía sospechar de lo que mi madre y yo hacíamos, sólo mi "tata" Mary, una vieja amiga de mi madre que la ayudó a darme a luz, sabía nuestro secreto, que también era suyo, y nos ayudaba en muchas ocasiones. Ni siquiera ellas sabían lo de mi extraño don... el cual me parecía una maldición, un castigo por ser bruja.

Ahora, en mitad del frío bosque, no sentía ningún dolor físico... Caminaba por el bosque con la cabeza gacha; mi camisón de seda y una toca eran el único abrigo que tenía. Tras una larga caminata, me senté a los pies de un gran árbol, de cara a la enorme casa. Suspiré y miré al cielo estrellado. "¿Por qué?", pensaba, "¿por qué no he podido salvarlos?". Una lágrima se deslizaba velozmente por mi mejilla, alcé una mano y la sequé.

Estar a cargo de la mansión Van der Ross, era muy cansador...sencillamente no me gustaba para nada estar como jefa. Sin que nadie se entere, tomé mi capa negra, un caballo y salí a pasear por el perímetro cercano a la mansión.
El frío comenzaba a aparecer conjunto con la noche, las estrellas y mi astro reina, la luna.
El caballo relinchó y un extraño hombre de piel tráslucida se apareció frente a mí. Mis ojos se agrandaron, mi visión real se desvaneció dejando sólo mi visión espiritual. No puedo asegurar si lo que sentía era miedo. Sin dudarlo le di un leve golpe con mi tacón al caballo y salimos al galope antes que el hombre " fantasma" quisiera demostrarme algo, ya que, en el mundo de los espirítus no era muy bienvenida.
El resplandor de la luna se apagó, me di cuenta que por mi agitada huida había perdido el rumbo de mi paseo. Estaba en un bosque, se podían escuchar los ruidos de la naturaleza, que en ese momento inundaba todo el lugar.
Detuve al caballo y seguí a pie. Miraba cada árbol asombrada, jamás había estado en éste bosque. Una sombra se cruzó por mi camino, era la de una mujer. "que no sea un muerto", pensé. Estaba sentada a los pies de un árbol tan imponente que tuve que retroceder para observarlo mejor.
- Milady...¿ Os pasa algo?...- pregunté con un hilo de voz. " que no sea un muerto", volví a pensar

Una voz femenina me sacó de mis tristes ensoñaciones. Levanté la mirada y, frente a mí, una extraña dama. Me sequé las lágrimas y me levanté.

-No. Estoy bien -dije, tratando de sonar convincente.

Me levanté de mi sitio y la observé. Parecía una mujer elegante. "¿Qué hace por estos lugares?", pregunté para mis adentros.

Pese a ser bruja, no sabía distinguir muy bien entre humanos, demonios, vampiros, licántropos o, incluso, otras brujas como yo... aunque notaba, levemente, que ella era una de las últimas. Quizá lo deduje por la capa negra que llevaba, o algo en mi interior me lo dijo.

Me acerqué a ella, extendiendo la mano.

-Me llamo Emily Stoner -me presenté, esperando que ella hiciese lo mismo.

La muchacha se había calmado, algo en ella me hacía desconfiar. Según mis estudios las jovenes que hacían a una dudar o eran...vampirezas...licántropas..demonios...o en algunos casos iguales a una.
Cuando me dijo que estaba bien, algo en mí negó aquella afirmación.- Si es así...¿ Por qué se encontraba mal?.- pregunté con voz amistosa.
Cuando se paró me di cuenta que por su vestimenta era de la clase alta.- Disculpe mi pregunta...pero..¿ Qué hace una mujer distinguida como usted en el bosque?.
Había algo misterioso en ella, algo mágico...y único..." Una bruja", pensé. Ella se acercó y yo no pude evitar dar un pequeño paso hacia atrás.- Un honor conocerla Emily...mi nombre es Selene Van der Ross...- hice una pequeña reverencia, como me había enseñado Lady Van der Ross.

Me encogí de hombros ante la primera pregunta que me hizo y desvié la mirada.

-Es sólo un dolor de cabeza -mentí-. Ya se me ha pasado.

Pese a llevar un camisón y una toca, la dama se dio cuenta de mi clase social.

-Me apetecía pasear... -dije, contestando a su segunda pregunta-. Disculpe mi intromisión, pero me gustaría hacerle la misma pregunta.

Hice otra reverencia. Solía tener más trato con la clase social baja, a la que ayudaba, y se me olvidaban constantemente los modales de la clase social a la que pertenecía.

-El honor es mío, Selene... -dije con cortesía.

Sus palabras me hicieron pensar que era una mentira.- Tranquila...todos tenemos cosas porque ponernos mal...- dije con voz dulce.- Digamos que no pertenezco a mi lugar originario y que me canso con sólo estar allí.
"Empecé a sentir un escalofrío, se acercaban algunas almas. Perfecto bonita noche para pasear", pensé.- Protectto per sempre.- susurré el hechizo para que no se nos acercaran.
- No tienes porque...- dije cuando hizo la reverencia.- En realidad... lo hice por un simple..como se dice coonstumbre.- Para no decir...por obligación a Lady Van der Ross.
El viento sopló y algo inundó el ambiente...algo fuera de lo normal.

Traté de sonreír a sus comentarios, mostrando simpatía, aunque no me encontraba con ánimos de sonreír...

Escuché un murmullo que salía de su boca; aunque no pude escuchar bien, supe intuitivamente que era un hechizo. "Confirmado", pensé mientras ella seguía hablando, "es como yo".

Fue entonces cuando noté un extraño viento azotar mis rojizos cabellos. Me giré, un poco asustada, notando algo extraño a nuestro alrededor.

-¿Lo siente? -dije, mirando a mi alrededor mientras me acercaba lentamente hacia mi compañera.

-¿Lo siente? -dijo, mirando a su alrededor mientras se acercaba lentamente hacia mi.
La extraña sensación me envolvió como si fuera una suave tela por todo mi cuerpo.- ¡ Vaya!... si...lo siento... es...raro...- pude murmurar. Estaba alerta a cualquier movimiento extraño que se presentara.
Se oían ruidos salvajes, gritos, carcajadas. Tapé mi rostro con la capucha de mi capa y miré fijamente a una dirección, no pude evitar sentirme presa de mi miedo por vez segunda.

Choqué de espaldas con la dama e, instintivamente, cogí su mano, apretándola con fuerza.

-¿Qué... qué está pasando aquí? -pregunté, temblorosa.

Seguía mirando a mi alrededor, atenta a cualquier movimiento.

"Es como si una sombra oscura se cerniese sobre nosotras..." pensaba.

Un hechizo de protección me subió por mi garganta, saliendo de mis labios en un leve murmullo tembloroso. Pese a que Selene ya había hecho uno, no venía mal otro.

Off: Ok. No me había dado cuenta, lo siento ^.^ El próximo lo empiezas tú

off: Cerrado