Mercado de almas...

por **Catalina León** Vie Oct 15, 2010 2:18 am

La noche avanzaba lentamente, el inclemente invierno dejaba caer una ligera nevada sobre la ciudad, muy pocos se atrevían a salir con ese temporal, en su mayoría las tabernas, hostales y toda clase de locales nocturnos se llenaban de seres en busca de diversión, una comida caliente y algo que beber para hacerles circular la sangre. En una de las calles mas transitadas podían verse desde las ventanas a muchos conviviendo celebrando las fiestas decembrinas, otros mas que tomaban como pretexto el nacimiento del redentor para beber y mal pasarse en familia o con los amigos, aun que a esas horas muy pocas eran las familias que convivirían en lugares como estos, mucho menos buscando una sana diversión, ya que muchos de estos lugares estaban dedicados al comercio, no solo de insumos de consumo cotidiano, si no incluso el mercadeo de seres humanos, de personas en desgracia muchas que eran abusadas por un par de monedas.

Las calles con hermosa arquitectura lucían desiertas apenas uno o dos mendigos yacían buscando cobijo o mendrugos para saciar el hambre, o encontrar un lugar donde resguardarse de aquellos hermosos y suaves copos de nieve que caían delicadamente estrellándose en l suelo, formando una alfombra blanca sobre el empedrado. Entre las sombras de los edificios y media luz que reinaba, se podía distinguir una figura cubierta por una gruesa capa, ágil y con pasos elegantes como los de un felino se abría paso entre las callejuelas, merodeaba como un animal acechando a su presa. El aire era melancólico, el contraste de las fiestas y el dolor de aquellos que no tenían nada, que lo habían dejado todo atrás se dejaban sentir. Aquella sombra lentamente caminaba con seguridad elegancia, entre las pocas luces podía distinguirse una figura femenina de delicadas curvas apenas visibles sobre la gruesa capa que la cubría.

Un halo de misterio la rodeaba, mas el olor a sangre era perceptible en su ser, cuadras atrás se encontraba muy bien oculto entre basura, cacharros y la nieve el cadáver de un atractivo joven de clase media alta, que absurdamente pensó en comprar por la fuerza a una mujer de la noche como lo era aquella cuyos pasos denotaban la crueldad de su naturaleza, aquella con la que luchaba día con día para no ser dominada por la oscuridad de su interior. Caminaba perdida, como si nada importase, inmersa en sus pensamientos y en el miedo que se provocaba a si misma...

por **Julia Laforeze** Vie Oct 15, 2010 2:38 am

Una suave nevada caia por las calles de los barrios, muchos se encontraban celebrando y degustando manjares, pero muchas personas mas no veían diferencia ya entre una fiesta marcada por una fecha especial, y cualquier otro dia de la semana o del mes.

Mucha gente no disfrutaba de un lugar donde estar, por el contrario se tenian que mantener en las calles trabajando para poder despues ingerir algo, hacia un par de horas que Juliette Laforeze habia abandonado la taberna en compañia de su grupo de cuatro amigas, cuatro prostitutas inseraparables a las que la gente del barrio apodaba " Las cuatro zorras del apocalipsis", a ellas les divertía ser conocidas por ese nombre y despues de haberse tomado unos tragos para soportar el clima habian decidido salir a realizar su ronda nocturna en busca de hombres deseosos de descargar sus deseos sexuales por unas cuantas monedas, cada una habia tomado un rumbo diferente y habian acordado volver a encontrarse en la taberna a las tres de la mañana, hora en la que normalmente terminaban de trabajar.

Julia hacia 20 minutos que salía de un callejón seguida de cerca de un muchacho de escasos 17 años que se veia apenado.
-Sigue por esta calle bebe asustado nadie te verá...no te preocupes, muchos hombres eyaculan precozmente, tal vez solo estabas nervioso, después de todo era tu primera vez no.-dijo encendiendo un cigarrillo, el muchachito asintió apenado y se marcho tropezandose, por lo que lanzo una sonora carcajada, se levanto apenadisimo y salio corriendo del lugar, mientras en la oscuridad comenzaba a contar las monedas que le habia pagado, le hacian falta 23 centavos, pero bueno, ya no tenia caso salir persiguiendolo.

Decidio aventurarse por las calles ensimismada en sus pensamientos, cubriendose lo mejor que podia con su chalina de color de verde, estaba raida y bastante apolillada pero todavia era lo suficientemente abrigadora, el vestido azul que portaba y la pequeña casaca oscura tambien estaban viejos y manchados, y sentía el frio colarse por su falda, la ropa de una prostituta normalmente no solia ser muy abrigadora y para su mala suerte no contaba con que empezará a nevar en esos precisos momentos.

Fué asi al ir distraida que tropezó con un bulto en su camino, no tuvo tiempo de verlo siquiera, las monedas calleron al piso desperdigandose por la nieve, y rapidamente con un movimiento veloz Julia se lanzó al suelo para recoger las monedas mientras musitaba muy suavemente -Lo siento venia distraida.- alzó la vista para ver que con quien habia tropezado era una mujer de porte extraño con vestimentas oscuras.-mi lady-se levantó torpemente limpiandose la nieve que se le habia quedado pegada a la falda.

por **Catalina León** Vie Oct 15, 2010 7:19 am

Aquella hermosa mujer cuyo porte exótico resaltaba entre la nieve, sus ropas elegantes y oscuras la hacían perderse por momentos en las sombras de los edificios, de pronto y sin previo aviso sintió un golpe en seco, se había estrellado contra algo o alguien, iba demasiado perdida, pese a tener la vista fija al frente no se había percatado que alguien venia hacia ella. El golpe la hizo dar un paso atrás, a cualquier otra mujer de su estatura y complexión la habría tirado siempre y cuando fuera una chica normal. De inmediato salió de sus pensamientos, de inmediato miró a aquel ser con el que había chocado, una de las monedas rodó hacia sus pies. Sus sentidos eran mas agudos que los de un ser mortal, así que no le costo mucho distinguir el olor de aquella mujer y al verla sintió que su estomago daba un vuelco.

-No te preocupes muchacha, estas bien?- le preguntó de forma amable y algo preocupada por la joven, de inmediato dio otro paso atrás y se agachó para recoger la moneda que había caído en sus pies. -La culpa fue mía, lo siento de verdad venia algo...- dijo guardando un siniestro silencio fijando sus ojos en la joven de cabellos de fuego -Distraída.- el acento vocal de la misteriosa chica era distinto, no podía ocultar que no era nativa de aquel país. Extendiendo la diestra envuelta con unos guantes entregó la moneda. -Aquí tienes, en verdad disculpa. De verdad te encuentras bien, puedo hacer algo por ti?.- preguntó apenada. Mas el aura oscura, el misterio en sus ojos y la palidez de su piel delataban que su naturaleza era fuera de lo común.

Esperaba que la chica tomara la moneda de su mano cubierta por aquel fino y grueso guante, mientras concentrando su mirada en la joven pelirroja poco a poco percibía el olor que solo algunas jóvenes poseen justo después de. Arqueando una ceja, su naturaleza actuaba por ella, intentaba percibir, distinguir algo en el aura de la joven, que igual que ella no era una mujer común...

por **Julia Laforeze** Vie Oct 15, 2010 10:11 am

Mientras recogía las monedas sintió una especie de punzada en su nuca, como si el vello de su cabeza se erizara, levantó su cara y observó que la mujer la estaba observando, pero terminó de recoger su dinero, antes de darse cuenta que aun aquella chica tenia una moneda en la mano.

Tenía algo de siniestro sin duda alguna, y un aire pesado caía sobre el lugar, sin embargo, pese a ser una bruja no dejaba de ser una simple humana, y su percepción para ciertas cosas estaba muy limitada a algunas sensaciones, que en ese momento no tenía pues su unica sensación era el frío que estaba haciendo en aquellos momentos.

Sonrió de medio lado a la mujer, sin mostrar sus dientes a la chica, mientras extendía una de sus manos cubiertas por un viejo y muy raido guante de color azul para tomar la moneda entre sus manos, y entonces un escalofrío que no fue provocado por el frío recorrió su cuerpo, pensando que en verdad habia algo sobrenatural en la muchacha, pero supuso que sería descortés empezar a increparla con acusaciones desquiciadas y paranoicas, asi que le respondió

-Lo lamento mi lady...en verdad la que venía distraida soy yo, estaba contando el dinero que acabo de ganar hace unos momentos, para ver si me alcanza lo suficiente como para tomar un trago e irme a descanzar, o si por el contrario bueno...la noche aun es joven, y todavía hay tiempo para...hacer la calle un poco mas- dijo mientras observaba de reojo a un cargador de carbón que pasaba por esos momentos y la observaba, lo reconoció era un cliente frecuente, el hombre la saludo.

- Dark July!, felices fiestas primor...mañana te daré tu regalo de noche buena- la joven pelirroja rió apenada de que aquel hombre le hablará asi delante de aquella chica que lucía muy elegante, y le respondió, pues sabia que ya no tenia caso hacerse de oidos sordos.
- Felices fiestas para ti tambien Charly...y puedes darme el regalo que desees siempre y cuando pagues los 5 peniques que te cobraré- dije sonriendo y entonces voltee a ver a la mujer habia algo en ella que no encajaba y no era su aspecto lugubre, si no su fisonomía.

-Disculpe el atrevimiento señorita...pero...es acaso extranjera, no suelen verse muchas personas con sus rasgos por estos lugares, y menos por estos barrios.-

por **Catalina León** Sáb Oct 16, 2010 12:32 am

El frió se incrementaba conforme la noche avanzaba, la joven de tez morena mantuvo fija su misteriosa y tétrica mirada en aquella joven de cabello rojo como el fuego, tenia algo especial, veía algo diferente en aquella chica mas apenas había salido del frenesí, por lo tanto le costaba un poco entender la situación, no quería levantar sospechas mas tenia la coartada perfecta. La joven tomó la moneda de entre sus dedos apenas rosandolos, por sobre la tela pudo sentir una energía muy peculiar, un poco densa para ser de una simple humana, mas el ver las manos desnudas de la chica con apenas un par de roídos y desgastados guantes que dejaban ver sus finos y largos dedos la hizo razonar. -Debes estar muriendo de frió.- dijo con una sonrisa tierna, la joven extranjera tenia una mezcla extraña en su persona, era dulce y bondadosa lo reflejaba su voz y sus facciones, mas su mirada era siniestra y profunda como un abismo.

Sin pensarlo comenzó a quitarse el guante de su diestra, una ligera sonrisa tierna brotó de sus sensuales y rojos labios, se había alimentado hacia poco tiempo así que su piel no era tan fría como casi siempre la tenia, eso le dio confianza. Justo en ese momento y tras explicar la joven pelirroja lo que le había pasado a un hombre la saludó, era un saludo con suma confianza, quizá era alguien muy allegado a la hermosa joven. Al escuchar la respuesta de la extraña joven arqueo una ceja, era curioso que aquella chica no tuviera el menor reparo para demostrar a lo que se dedicaba, en América como en Europa, esa profesión era muy mal vista y se las trataba como poco menos que basuras, alguna vez en sus tiempos de novicia le toco atender en su lecho de muerte en la Nueva España a una joven cuya profesión era la misma, esta joven le había contado todo lo que había pasado y no podía evitar sentir compasión por la chica que acababa de conocer.

Ya con las manos desnudas, aquella hermosa extranjera cuya piel era bronceada asintió ante la pregunta de la joven -Asì es, llegue a este continente hace pocos meses, y bueno me he perdido pues a la ciudad llegue apenas el mes pasado, buscaba un lugar donde comprar algo de víveres pues no tengo mucha servidumbre y me gusta elegir mi propia comida.- un dejo de malicia contenida resonó en sus palabras. -Y dime, has logrado conseguir lo suficiente para comida caliente o un lugar donde guarecerte del frió?.- preguntó con un tono de voz sereno y calmo, su postura era elegante y en cierto punto tenia un aire de arrogancia sobrenatural, mientras acomodaba los guantes en una de sus manos...

por **Julia Laforeze** Sáb Oct 16, 2010 2:27 am

Julia notó el gesto que hizo la hermosa mujer de tez morena cuando le respondió a su cliente, y acomodandose el chal verde entre sus brazos le dijo en un tono despreocupado
-ah...lo lamento...no se fije señorita, verá este es un barrio bajo, aquí lo que para la clase alta y la sociedad copetuda es lo peor, para nosotros es el pan nuestro de cada día, asaltantes, asesinos, ladrones, violadores, prostitutas, todo se mezcla con borrachos, vendedores ambulantes, mendigos y tabernas.-le respondió con una voz sumamente tranquila y serena, no le avergonzaba hablar de su profesión, desde los 17 años se dedicaba a esto, y consideraba una tontería arrepentirse a estas alturas del partido por cosas que ya habian ocurrido.

-Y valla que se ha perdido!, definitivamente terminar en esta zona de la ciudad, bueno puede comprar cosas mas baratas, pero nada le asegura que llegue entera de sus posesiones hacia su lugar de descanzo...si...mmm bueno tenia pensado terminar de hacer la calle hasta tarde...pero creo que no me vendría mal un bocadillo, me alcanza suficiente para comprar una papa asada y algo de beber...ademàs el tabernero normalmente me fía...mmm mi cuarto esta un poco retirado de aquí, y ademàs debo algunas semanas de renta, por lo que me quedaré en la casa comunal con las otras chicas...ya sabe...desea acompañarme?, soy conocida en la calle, no le haran nada si viene conmigo...ah por cierto...mi nombre es Juliette Laforeze...pero casi todos me dicen Julia , o Dark July...sigame por favor madame.- sonreí y señale a la calle siguiente donde a lo lejos se veía el anuncio de una taberna y un sin numero de personas entrando y saliendo en tropel del lugar

por **Catalina León** Sáb Oct 16, 2010 8:10 am

La joven veía con atención a aquella bella joven, ella no era nadie para juzgar la profesión mas antigua del mundo, en su mayoría las jóvenes lo hacían por necesidad u obligadas, siempre o casi siempre era una profesión que todos criticaban pero mas de uno tenia la doble moral para ir por alivio carnal a escondidas. -Entre todos ellos no dudo que también haya personas buenas, la pobreza lejos de lo que muchos aristócratas piensan no es una enfermedad ni una peste, mucho menos una maldición, es solo una condición social que lejos de ser atendida y ayudada, es mas fácil despreciarla he ignorarla. A lo largo de los años he aprendido en carne propia que el destino y Dios nos imponen pruebas en las cuales no se tienen muchas elecciones.- mencionó con tranquilidad y comprensión.

La sensual mujer de ojos negros y piel canela volteo la mirada hacia donde la joven apuntaba, entraba y salia gente, sin embargo no quería exponerse a que dentro de poco encontraran el cuerpo del hombre que intentó sobrepasarse con ella y que termino convirtiéndose en su cena. Cuando esto pasara de inmediato se armaría un revuelo, y no quería tener investigadores, policías o cazadores cerca, mucho menos en una nueva ciudad, donde estaba prácticamente sola. -Que te parece si mejor me acompañas a mi coche, asì no camino sola y puedo pagarte algo para que duermas bien esta noche?.- le dijo con una dulce sonrisa en sus labios, su voz era sincera al igual que sus buenas intenciones. Quizá se portaba extremadamente bien con otros para lavar las culpas de beberse la sangre de los seres humanos, sin embargo y tras in siglo no era algo que ya le importara mucho.

Extendió la diestra donde tenia acomodados ambos guantes, estos eran de lana y algodón, sumamente abrigadores y cómodos. -Tómalos, los tuyos no duraran hasta la primavera.- le dijo ofreciendolos de muy buena manera -Como pago por que me acompañes.- le explicó para que no se mal interpretaran sus intenciones. -Mi nombre es Catalina León, un placer conocerte Julia.- dijo con esa tierna y amigable sonrisa de sus labios rubiés y un curioso acento latinoamericano...

por **Julia Laforeze** Sáb Oct 16, 2010 10:23 am

En sus años como vendedora de caricias, habia atendido alguna que otra vez a mujeres, pero le habia sorprendido la insinuación de la mujer por extraño que pareciera, despues recapacito, y comprendió que no todas las personas tienen malas intenciones, quizá solo se debia al hecho de que cualquier insinuacion que me hacian estaba destinada solamente a algo.

Observé los guantes que la mujer me ofrecía.-Pero señorita! estos guantes son demasiado caros!, como podría...bueno...ya veré con que le puedo pagar, sin duda alguna tendré algo que sea de su interés entre mis pertenencias.-dije pensando que podría darle a cambio.

Me despojé de mis viejos guantes azules, tenian varios agujeros, y me puse los guantes que me ofrecía la mujer, era una sensación bastante agradable, observé a lo lejos a los hombres de la taberna, y mire como algunas de las chicas que trabajaban en la calle conmigo entraban abrazadas de caballeros, sonreí.
-Asi es...de verdad no entiendo el por que la discrimación...es gente hipócrita, aquel que va con esa muchacha regordeta que tambien es prostituta, es un sobrino politico de la reina...uno de sus favoritos...y dicen las malas lenguas que le ha puesto un pequeño departamento a la chica con la que va, que por cierto es tambien amiga mia...y no solo viene el, desde duques hasta condes se dan visitas periodicas por estos barrios, vienen disfrazados de gente de pueblo...pero sabes, en estos lugares todos nos conocemos, podemos percibir cuando alguien no es de aquí...es como un sexto sentido...jajaja bueno si es que crees en esas cosas de esoterismo y cosas paganas, no creo que la gente de la clase alta este muy familiarizada, una vez me llamaron loca por mis creencias...-guardé silencio estaba a punto de hablar de mas asi que mejor me limite a cambiar el tema.

-Y en donde esta su carruaje mi señora.-

por **Catalina León** Sáb Oct 16, 2010 11:14 pm

Catalina comenzó a caminar, dándole la espalda a la taberna de la cual salían y entraban parejas y hombres necesitados de afecto con mujeres necesitadas de dinero, aquello a la hermosa extranjera le removía recuerdos de su vivencia en México, era curioso como sea el país que fuere esas practicas eran las mismas, siempre fueron, son y segarían siendo así. Aquel pensamiento hizo esbozar una sonrisa melancólica a la joven piel canela. -Se llama hipocresía Julia, a tu amiga le fue bien, no todas tienen esa suerte.- expresó con un tono de voz sereno aun que la melancolía se reflejó en sus palabras.

-Por los guantes no te preocupes, considéralos un regalo de Navidad.- dijo volteando su oscura mirada hacia la joven algo extrañada por aquellas palabras sobre magia y esoterismo "Vaya si creo en el, lo vivo día con día", dijo para si misma, se sexto sentido del que hablaba la bella Julia era algo que la dominaba muchas veces, esa percepción extrasensorial que la alertaba cuando había peligro y la ayudaba ver el aura de las personas, en muchas veces la torturaba. -Dicen que todas las mujeres lo tenemos, aun que supongo que ustedes son expertos en conocer a las personas a simple vista. Sin embargo pequeña, no te fíes mucho de ello, las apariencias engañan y hay miles de lobos vestidos de ovejas buscando la mínima oportunidad para aprovecharse o...- guardó un misterioso silencio -En fin no me hagas caso, mi coche está a unas seis calles de aquí, no te importa caminar con este frio?, si deseas puedes ir a la taberna, te ves cansada y hace mucho frio.- dijo complaciente de forma amable sin detener su camino. No cabía duda que Catalina era una mujer lúgubre como misteriosa y esa dualidad que formaba con la bondad que expresaba era algo que no podía pasar desapercibido...

por **Julia Laforeze** Lun Oct 18, 2010 3:32 am

-No mi señora, realmente no tiene mucha importancia, caminemos hasta su coche, ya he pasado mucho tiempo en la calle en este día, puedo aguantar algo mas...si desea puedo llevarla a conocer la ciudad...si lo desea por supuesto...-Julia comenzó a caminar por las calles en compañia de la mujer, mientras observaba a las mujeres que iban y venían, una prostituta amiga de ella paso cerca y le dijo en un tono de broma

-Bien, por algo eres famosa, sea hombre, mujer, palmera o quimera venganos tu reino no es así Dark July.- Julia rió de buena gana y le respondió.
-Eres una tonta Martha, no todo en la vida es tener sexo por dinero, por eso yo me muevo a un nivel mas ejecutivo.-dijo sonriendo, despues de darse un beso en las mejillas ambas mujeres se despidieron con la promesa de encontrarse al otro día en la taberna para contar como les habia sentado el trabajo.

Julia continuó caminando en compañia de la mujer en silencio, y entonces, recordó algo que llevaba en su bolso, tal vez eso podia servirle a manera de regalo.
-Ah..mire, despues de todo si traigo algo de valor...bueno al menos para mi, tal vez le guste, yo misma las preparó...esencias...traigo una con aroma a canela, estoy segura que le agradará, el aroma dura cerca de ocho horas, no podrá conseguir un perfume mas fino en el lugar.-

por **Catalina León** Lun Oct 18, 2010 11:21 pm

La joven continuo su camino al lado de la hermosa pelirroja, su mirada esta fija en el camino, no era muy lejos donde la esperaba su cochero, se sentía mal, mortificada y culpable por lo que acababa de hacer, pensaba por momentos en si aquel joven que había servido de cena tendría una familia que lo esperase, o si sus amigos saldrían a buscarle al saber que no aparecía, si tenia hijos, esposa, padres, una mujer que lo esperase, incluso se pregunto quien cuidaría de sus mascotas si es que las tenia. Aquello le pasaba siempre, no es que se hubiera alimentado mucho de los seres humanos, pues prefería que sus criados le comprasen el plasma que brotaba de las reses o los cerdos en los mataderos y carnicerías.

Escuchaba con poca atención a Julia (XD Le volaste el nombre a la Jules, ya sabe? ajajajaja) mas vio como una chica la saludaba y le daba a entender algo, que a decir verdad poco le preocupaba a Catalina. -Veo que eres una joven muy apreciada entre tu comunidad, tienes muchos amigos pero, y tu familia no se preocupa por que estés en las calles sola y a estas horas?.- preguntó de forma inocente y lógica, Catalina dentro de todo y pese a ser lo que era, pecaba muchas veces de inocente, su falta de malicia y la forma esperanzadora con que muchas veces veía la realidad la hacían preguntar cosas sin quererlo.

-Preparas esencias?.- preguntó interesada en aquello, pues en su país natal había una anciana herbolaria que preparaba deliciosos aromas y aceites. -Ese es un gran arte pequeña July, podrías sacarle mucho provecho, trabajar haciendo perfumes y salir de las calles.- dijo sincera y esperanzadoramente -Claro que me interesa, amo el olor a especias, pero hay dos en especial que me fascinan, el copal y el cacao.- expresó añorando los aromas de su tierra. Pasando unas calles habian llegado al fin al carruaje de Catalina, un par de hermosos y grandes ejemplares de cabello de la raza llamada Azteca la esparaban, de inmediato el cochero de aspecto noble y amable baj{o a abrirle la puerta. -Muchas gracias July por acompañarme hasta aqui.- le dijo sonriendole mostrando sin qurerlo uno de sus afilados y blancos colmillos, luego sacó de su bolsa algunas monedas. -Aqui tienes, esto te ayduara a pagar la renta. Prometo enviarte algunas cosas la proxima semana, esperame en esta misma calle dentro de 6 dias. Cuidate y vete a descansar.- expresó para luego subir al carruaje, el cual avanzo a todo galope perdiendose entre las frias y solitarias calles.

OFF: Hermosura, cierra el tema y me posteas en la plaza. Twisted Evil

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