Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
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Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Recuerdo del primer mensaje :
El frio azotaba las calles londinenses por las que transitaba una vez más mi alma inmortal rindiendo homenaje a su amada noche entregándole una vida dulce y joven. La muchacha a la que acabada de matar en un desierto y sucio callejón era una ofrenda digna.
Después de aquel aperitivo y de haberme entretenido bastante jugando con aquella muchacha era momento de seguir con mi camino, todo parecía calmado…demasiado…decidí ir por el centro de la ciudad, siempre estaba cargado de vitalidad a pesar de que la oscuridad ya había caído. Seguramente allí encontraría algo nuevo y aunque era más complicado a la hora de “comer” había mejores “platos”.
Distraídamente caminaba entre la gente que salía de los teatros, las cafeterías y demás locales de ocio que se encontraban a punto de cerrar debido a las horas que eran…
Un grupo de músicos se dispuso a tocar su última canción en plena calle y yo solo esperaba que algo captara mi atención…
El frio azotaba las calles londinenses por las que transitaba una vez más mi alma inmortal rindiendo homenaje a su amada noche entregándole una vida dulce y joven. La muchacha a la que acabada de matar en un desierto y sucio callejón era una ofrenda digna.
Después de aquel aperitivo y de haberme entretenido bastante jugando con aquella muchacha era momento de seguir con mi camino, todo parecía calmado…demasiado…decidí ir por el centro de la ciudad, siempre estaba cargado de vitalidad a pesar de que la oscuridad ya había caído. Seguramente allí encontraría algo nuevo y aunque era más complicado a la hora de “comer” había mejores “platos”.
Distraídamente caminaba entre la gente que salía de los teatros, las cafeterías y demás locales de ocio que se encontraban a punto de cerrar debido a las horas que eran…
Un grupo de músicos se dispuso a tocar su última canción en plena calle y yo solo esperaba que algo captara mi atención…
Leonardo Rousseau- Vampiro - Clase Alta
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Fecha de inscripción : 29/05/2010
Edad : 483
Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Dejó caer su mano en mi pecho, siguiendo el camino hasta mi corsé, y noté sus dedos desabrochando otra de mis tiras. Mis pechos estaban prácticamente al descubierto. Sólo quedaban protegidos por una única tira. Me moría de ganas por cogerle del cuello y arrancarle, literalmente la cabeza, con un beso demoledor. Es lo menos que podía hacer un maremoto...
-Golosa? Qué preferís…lo dulce o lo salado?- Preguntó acercándose a mis labios de nuevo. Cogí aire, sin verme capaz de decir la próxima frase. Pero mi intento por respirar, quedó cohibido por sus labios. Me deleitó con el dulce sabor de sus besos. Hice un amago por querer retenerlos conmigo. No me di cuanta hasta más tarde, que mis ojos estaban completamente cerrados. Me aparté por un centímetro y saboreé los restos que me había dejado su beso, intentando recuperar el aliento. Apoyé la frente contra la suya, muerta y respondí a su pregunta casi en un susurro inaudible.
-En estos momentos... no sabría que decirle, Monsieur. Tengo miedo de que depositéis más sal en mis ojos oceánicos. Por otro lado, darme algo goloso y dulce, terminaría satisfaciendo mis deseos demasiado pronto ¿No creéis? - Intenté hacerme la fuerte. Aunque, era evidente que yo había caído de lleno en su juego. De ninguna manera, la señorita aquí presente, sería menos que él. Así que, agarré su cabello, despacio, eché la cabeza de Monsieur Rousseau hacia atrás y pasé la lengua por el cuello de joven, dejando caer un beso sobre su tersa piel -Yo diría que más bien... sois dulzón... - concluí, con una risotada floja. Mis ojos gatunos, agudizaron la mirada en sus ropas.
-Golosa? Qué preferís…lo dulce o lo salado?- Preguntó acercándose a mis labios de nuevo. Cogí aire, sin verme capaz de decir la próxima frase. Pero mi intento por respirar, quedó cohibido por sus labios. Me deleitó con el dulce sabor de sus besos. Hice un amago por querer retenerlos conmigo. No me di cuanta hasta más tarde, que mis ojos estaban completamente cerrados. Me aparté por un centímetro y saboreé los restos que me había dejado su beso, intentando recuperar el aliento. Apoyé la frente contra la suya, muerta y respondí a su pregunta casi en un susurro inaudible.
-En estos momentos... no sabría que decirle, Monsieur. Tengo miedo de que depositéis más sal en mis ojos oceánicos. Por otro lado, darme algo goloso y dulce, terminaría satisfaciendo mis deseos demasiado pronto ¿No creéis? - Intenté hacerme la fuerte. Aunque, era evidente que yo había caído de lleno en su juego. De ninguna manera, la señorita aquí presente, sería menos que él. Así que, agarré su cabello, despacio, eché la cabeza de Monsieur Rousseau hacia atrás y pasé la lengua por el cuello de joven, dejando caer un beso sobre su tersa piel -Yo diría que más bien... sois dulzón... - concluí, con una risotada floja. Mis ojos gatunos, agudizaron la mirada en sus ropas.
Alma Dupont- Humano - Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/09/2010
Edad : 36
Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Sus pechos pedían ser liberados por completo de aquella atadura que los presionaba y en un bondadoso acto los desate de aquella prisión…el último de los lazos del corsé fe quitado ferozmente por mi mano justiciera. Tenía una maravillosa vista ahora de sus desnudos pechos turgentes y sugerentes.
-En estos momentos... no sabría que decirle, Monsieur. Tengo miedo de que depositéis más sal en mis ojos oceánicos. Por otro lado, darme algo goloso y dulce, terminaría satisfaciendo mis deseos demasiado pronto ¿No creéis? – Me echo la cabeza hacia atrás y paso su lengua por mi cuello haciéndome experimentar un estremecimiento placentero…aproveché aquello para que mis manos curiosas y levantaran su falda por encima de su rodilla
-Entonces…será mejor que probéis algo agridulce-Eso llegaría en el momento en que mis colmillos penetraran en su cuerpo succionando su vitalidad
-Yo diría que más bien... sois dulzón... –Sus ojos se pusieron felinos enseguida mientras una prominente excitación abultaba ahora mis pantalones. Cómo lo había conseguido en tan poco tiempo? Esa marea estaba causando estragos en mi, el deseo que me provocaba aumentaban la velocidad de mis vientos a la vez.
Charley mientras tanto había tomado ya la desviación en el camino, nos llevaba a las afueras de la ciudad, en unas pequeñas ruinas cercanas a un río, allí nadie podría ver ni oír nada
-En estos momentos... no sabría que decirle, Monsieur. Tengo miedo de que depositéis más sal en mis ojos oceánicos. Por otro lado, darme algo goloso y dulce, terminaría satisfaciendo mis deseos demasiado pronto ¿No creéis? – Me echo la cabeza hacia atrás y paso su lengua por mi cuello haciéndome experimentar un estremecimiento placentero…aproveché aquello para que mis manos curiosas y levantaran su falda por encima de su rodilla
-Entonces…será mejor que probéis algo agridulce-Eso llegaría en el momento en que mis colmillos penetraran en su cuerpo succionando su vitalidad
-Yo diría que más bien... sois dulzón... –Sus ojos se pusieron felinos enseguida mientras una prominente excitación abultaba ahora mis pantalones. Cómo lo había conseguido en tan poco tiempo? Esa marea estaba causando estragos en mi, el deseo que me provocaba aumentaban la velocidad de mis vientos a la vez.
Charley mientras tanto había tomado ya la desviación en el camino, nos llevaba a las afueras de la ciudad, en unas pequeñas ruinas cercanas a un río, allí nadie podría ver ni oír nada
Leonardo Rousseau- Vampiro - Clase Alta
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Fecha de inscripción : 29/05/2010
Edad : 483
Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
-Entonces…será mejor que probéis algo agridulce- esa sería la combinación perfecta para mí, si realmente aquel joven era como decía.
Mis pechos estaban al descubierto. Mi vestido prácticamente a la altura de mi cintura. Pero ¡Qué curioso podía llegar a ser...! Observé con una ceja levantada la erección latente, que se extendía por debajo de su pantalón.
-¡Monsieur! - exclamé divertida, echando mi cabello hacia atrás con ayuda de una mano -Pensé que teníais mayor dominio del cuerpo. Que ingenua... - suspiré con una sonrisa turbadora. Evidentemente, ese tipo de cosas, un hombre no puede controlarlas. Pero era todo tan divertido... Me resultó todo tan fácil... La excitación me golpeaba por momentos, haciendo que mi respiración incrementara, tras juntar mis senos endurecidos, contra su pecho. Procedí a desabrocharle los botones del pantalón, para que no se sintiese tan aprisionado y dejé caer la cabeza contra su cuello, extendiendo mi cabello a lo largo de su espalda. No calculé el tiempo que llevábamos en el carruaje metidos. Pero deseé que la travesía no terminase nunca. Y si él, era realmente, un ricachón, me sería fácil imaginar el dinero llover sobre mi rostro.
Mis pechos estaban al descubierto. Mi vestido prácticamente a la altura de mi cintura. Pero ¡Qué curioso podía llegar a ser...! Observé con una ceja levantada la erección latente, que se extendía por debajo de su pantalón.
-¡Monsieur! - exclamé divertida, echando mi cabello hacia atrás con ayuda de una mano -Pensé que teníais mayor dominio del cuerpo. Que ingenua... - suspiré con una sonrisa turbadora. Evidentemente, ese tipo de cosas, un hombre no puede controlarlas. Pero era todo tan divertido... Me resultó todo tan fácil... La excitación me golpeaba por momentos, haciendo que mi respiración incrementara, tras juntar mis senos endurecidos, contra su pecho. Procedí a desabrocharle los botones del pantalón, para que no se sintiese tan aprisionado y dejé caer la cabeza contra su cuello, extendiendo mi cabello a lo largo de su espalda. No calculé el tiempo que llevábamos en el carruaje metidos. Pero deseé que la travesía no terminase nunca. Y si él, era realmente, un ricachón, me sería fácil imaginar el dinero llover sobre mi rostro.
Alma Dupont- Humano - Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/09/2010
Edad : 36
Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
-¡Monsieur! – Exclamo divertida cuando noto lo que crecía en mi pantalón, yo me reí entre dientes-Pensé que teníais mayor dominio del cuerpo. Que ingenua... –Ingenua ella? JAJAJAJA ni si quiera ella misma se creía sus palabras pero no haría comentarios al respecto si ella quería jugar a ser ingenua yo la enseñaría a dejar la inocencia.
-Es culpa del mar que choca contra el viento embravecido…lo desequilibra y lo aviva al mismo tiempo…
Puso sus pechos contra el mío, podía sentir sus pezones endurecidos a través de mi camisa y sus latidos enloquecidos golpeando contra el mío petrificado.
Apoyo su cabeza y sentí sus cabellos recorrer mi espalda, que quite la chaqueta y enseguida mis manos volvieron a sus piernas recorriendo el trayecto de sus medias llegando a unos ligeros de los cuales tire suavemente .En aquel recorrido mis manos toparon con algo, dos objetos en particular…una petaca y…una daga?
-Es culpa del mar que choca contra el viento embravecido…lo desequilibra y lo aviva al mismo tiempo…
Puso sus pechos contra el mío, podía sentir sus pezones endurecidos a través de mi camisa y sus latidos enloquecidos golpeando contra el mío petrificado.
Apoyo su cabeza y sentí sus cabellos recorrer mi espalda, que quite la chaqueta y enseguida mis manos volvieron a sus piernas recorriendo el trayecto de sus medias llegando a unos ligeros de los cuales tire suavemente .En aquel recorrido mis manos toparon con algo, dos objetos en particular…una petaca y…una daga?
Leonardo Rousseau- Vampiro - Clase Alta
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Fecha de inscripción : 29/05/2010
Edad : 483
Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
-Es culpa del mar que choca contra el viento embravecido…lo desequilibra y lo aviva al mismo tiempo… - respiré su aroma, mientras me sumía en una extraña calma. Como cuando observas el mar, sumiso y, al mirar al cielo, contemplas un millar de nubes grises. En ese instante, el navegante se detiene cauteloso, dejando el barco a un lado, posponiendo un día o dos su travesía.
Observé de reojo, como se deshacía de su chaqueta. Oh mon dieu... sus manos surcaron mis muslos hasta topar con mis ligas. Por su expresión, parecía confuso, tras topar con mis dos amigas. Habría que sacarle de dudas. Extendí la mano hasta coger la suya. Despegué mi rostro de su cuello. Hice que sus dedos cogiesen el puñal, liberándolo de la liga, y coloqué su mano -puñal en mano- entre nosotros. Me quedé mirando la punta del afilado cuchillo, recordando los momentos en los que su filo deformó la carne de algún idiota. Ese tipo de idiota que se mete en asuntos que no le incumben. La sangre siempre se deslizaba hasta la empuñadura, manchando mis manos.
Le miré a los ojos y llevé el puñal hasta su cuello, acercándome a sus labios.
-Espero no tener que utilizarlo con vos -murmuré con los ojos entrecerrados. Me mordí el labio con la mirada turbia y ataqué los suyos hambrienta, de forma demoledora. El huracán se había apropiado de mí. Y yo no era capaz de contenerme. Casi me quedé sin aire, mientras saboreaba, sin descanso, la boca del pecado.
Observé de reojo, como se deshacía de su chaqueta. Oh mon dieu... sus manos surcaron mis muslos hasta topar con mis ligas. Por su expresión, parecía confuso, tras topar con mis dos amigas. Habría que sacarle de dudas. Extendí la mano hasta coger la suya. Despegué mi rostro de su cuello. Hice que sus dedos cogiesen el puñal, liberándolo de la liga, y coloqué su mano -puñal en mano- entre nosotros. Me quedé mirando la punta del afilado cuchillo, recordando los momentos en los que su filo deformó la carne de algún idiota. Ese tipo de idiota que se mete en asuntos que no le incumben. La sangre siempre se deslizaba hasta la empuñadura, manchando mis manos.
Le miré a los ojos y llevé el puñal hasta su cuello, acercándome a sus labios.
-Espero no tener que utilizarlo con vos -murmuré con los ojos entrecerrados. Me mordí el labio con la mirada turbia y ataqué los suyos hambrienta, de forma demoledora. El huracán se había apropiado de mí. Y yo no era capaz de contenerme. Casi me quedé sin aire, mientras saboreaba, sin descanso, la boca del pecado.
Alma Dupont- Humano - Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/09/2010
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
-Espero no tener que utilizarlo con vos – Aun tenía la mano en la empuñadura y aproveche el beso alocado y estremecedor de Alma para deslizar la daga entre nosotros rozando su cuerpo y después pasándolo por debajo de su falda cortando las ligas de sus medias y después las ataduras de su falda. Una joven como ella con una daga era poco convencional, en si toda ella era poco convencional, me preguntaba que secretos más guardaba bajo la manga…
-No la necesitaréis madeimoselle - Deje la daga en la silla de enfrente y la desnude por completo dejándola únicamente con las medias. Sosteniendo una de sus piernas la moví para que se sentara a horcajadas encima de mí, después mis manos comenzaron a recorrer su cuerpo desde la punta de sus pies
-No la necesitaréis madeimoselle - Deje la daga en la silla de enfrente y la desnude por completo dejándola únicamente con las medias. Sosteniendo una de sus piernas la moví para que se sentara a horcajadas encima de mí, después mis manos comenzaron a recorrer su cuerpo desde la punta de sus pies
Leonardo Rousseau- Vampiro - Clase Alta
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Fecha de inscripción : 29/05/2010
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
-No la necesitaréis madeimoselle - me perdí en sus ojos, escuchando cada palabra. La mirada de los hombres, siempre me ha impresionado. Se pueden deducir muchas cosas con una mirada. Y yo deseaba que leyera en la mía, el poema erótico que estaba ideando en mi cerebro. Aunque, no sólo era una entendida de las letras. Admiraba la ciencia y su complejidad. Y supe al instante, en el momento que Leonardo me desnudó por completo, que la ecuación sería sumamente larga y complicada. La facilidad con la que me quitó el vestido, me desarmó. Y más teniendo en cuenta, cómo levantó mi cuerpo, para subirme encima de él.
Desabroché cada botón de su camisa, mordiendo con delicadeza sus labios. Me estremecí cuando su pecho quedó descubierto, ante mis ojos felinos. Coloqué las manos sobre el pecho de Leonardo y las bajé poco a poco, como si estuviese arañando su cuerpo, delicadamente. No supe quien estaba a merced de quien. Pero eso hacía el juego más emocionante. Subí el cuerpo, para poder quitarle los pantalones con mayor facilidad. Noté mi respiración agitada. El corazón latiéndome a cien por hora. Y quise que leyera en mis ojos, todo lo que quería que me hiciese. Y todo lo que mi mente estaba ideando para hacerle. Y... yo... quería que lo supiese. Deslicé mi rostro hasta alcanzar una de sus orejas y la mordisqueé inquieta. Fue entonces, cuando procedí a quitarle, la ropa interior.
Desabroché cada botón de su camisa, mordiendo con delicadeza sus labios. Me estremecí cuando su pecho quedó descubierto, ante mis ojos felinos. Coloqué las manos sobre el pecho de Leonardo y las bajé poco a poco, como si estuviese arañando su cuerpo, delicadamente. No supe quien estaba a merced de quien. Pero eso hacía el juego más emocionante. Subí el cuerpo, para poder quitarle los pantalones con mayor facilidad. Noté mi respiración agitada. El corazón latiéndome a cien por hora. Y quise que leyera en mis ojos, todo lo que quería que me hiciese. Y todo lo que mi mente estaba ideando para hacerle. Y... yo... quería que lo supiese. Deslicé mi rostro hasta alcanzar una de sus orejas y la mordisqueé inquieta. Fue entonces, cuando procedí a quitarle, la ropa interior.
Alma Dupont- Humano - Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/09/2010
Edad : 36
Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Comenzó a desabrochar los botones de mi camisa con sus ligeros y hábiles dedos. Mis manos recorrían sus curvas con lentitud, disfrutando de ellas y la suavidad de su piel; mis oídos se concentraban en el golpeteo de su pecho, intenso y embriagador; mi boca se derretía al pensar en su exquisita sangre; mi nariz destilaba los aromas que desprendía degustándolos uno a uno y mis ojos…mis ojos observaban los suyos con detenimiento, por fin los había abierto a mi, como su cuerpo, eso era lo que se encontraba detrás de aquella mirada salvaje y furiosa….unos ojos que pedían pasión y lujuria, que estaban dispuestos a sumirse ante el pecado. Aquella noche ella sería mi lienzo en blanco donde crearía el arte del pecado carnal hasta que consumiese nuestros cuerpos en sus llamas.
Cuando se dispuso a quitarme el resto de la ropa mi cuerpo y mi mente solo deseaban poseerla con ferocidad para liberar por completo los impulsos. En el momento en que me quede sin más vestimenta que mi piel acaricie suavemente su sexo con la mano diestra sin apartar ni un segundo la mirada de ella.
Cuando se dispuso a quitarme el resto de la ropa mi cuerpo y mi mente solo deseaban poseerla con ferocidad para liberar por completo los impulsos. En el momento en que me quede sin más vestimenta que mi piel acaricie suavemente su sexo con la mano diestra sin apartar ni un segundo la mirada de ella.
Leonardo Rousseau- Vampiro - Clase Alta
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Fecha de inscripción : 29/05/2010
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Noté los dedos de Leonardo, entre mis piernas e intenté no apartarle la mirada, mientras oleadas de placer recorrían todo mi cuerpo. yo no quise ser menos. Agarré su miembro erecto, descubierto a mi vista, y lo acaricié suavemente, sujetándole por los cabellos, para volver a echar su cabeza hacia atrás. Volví a fundir mis labios con los suyos. Mis besos aumentaban de velocidad a medida que le besaba. Y el movimiento de mi mano, acompañaba a mis labios en su ajetreada travesía. De vez en cuando, necesitaba despegarme de él, para poder coger aliento o acabaría ahogada. Por otro lado, no me hubiese importado terminar muerta entre sus brazos.
Su mano era tan firme, que por un momento imploré que parara, sabiendo que en cualquier momento, me desbordaría entera. Aún no quería. Necesitaba sentir un poco más sus dedos dentro de mí. Y pensar que tenía a semejante hombre para mi sola.
- Oh mon dieu... -se escapó de mi boca, un suspiro. No quería despegar mis labios de él, por nada del mundo. Tampoco mi mano, que seguía sin descanso, acariciándole. Entonces la oleada de sensaciones acudió de forma demoledora a mi cuerpo, haciéndome gemir de placer, corriéndome encima de él.
Su mano era tan firme, que por un momento imploré que parara, sabiendo que en cualquier momento, me desbordaría entera. Aún no quería. Necesitaba sentir un poco más sus dedos dentro de mí. Y pensar que tenía a semejante hombre para mi sola.
- Oh mon dieu... -se escapó de mi boca, un suspiro. No quería despegar mis labios de él, por nada del mundo. Tampoco mi mano, que seguía sin descanso, acariciándole. Entonces la oleada de sensaciones acudió de forma demoledora a mi cuerpo, haciéndome gemir de placer, corriéndome encima de él.
Alma Dupont- Humano - Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/09/2010
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Echándome la cabeza hacia atrás comenzó a besarme con intensidad…de la misma forma en que su mano trataba mi miembro produciéndome un creciente placer. Con mis dedos hice una exhaustiva exploración de su sexo, descubriendo cada rincón y penetrando en ella sin detenerse hasta que…
- Oh mon dieu... –Suspiro y posteriormente un gemido se escapo de sus labios, en ese momento sentí como su néctar caía, por mis dedos y algunas gotas llegaban hasta mi muñeca, expulsado debido a la excitación que su perfecto cuerpo sufría. Una sonrisa perversa se dibujo en mi cara.
Hice el primer reconocimiento de el lugar donde posteriormente atacaría…baje la lengua suavemente por su cuello, después seguí un trayecto hasta su escote y posteriormente mi lengua descendió hasta su inhiesto pezón. Aquel sería, junto con el otro, el juguete preferido de mi lengua…el juego comenzó sin más demora.
Mientras aquellos acontecimientos tenían lugar mi mano ayudaba a mi sexo a colocarse para el asedio a su cuerpo, en aquel instante el coche se metió en un bache provocando al salir que ambos pegásemos un bote, casi accidentalmente la penetre en aquel momento
- Oh mon dieu... –Suspiro y posteriormente un gemido se escapo de sus labios, en ese momento sentí como su néctar caía, por mis dedos y algunas gotas llegaban hasta mi muñeca, expulsado debido a la excitación que su perfecto cuerpo sufría. Una sonrisa perversa se dibujo en mi cara.
Hice el primer reconocimiento de el lugar donde posteriormente atacaría…baje la lengua suavemente por su cuello, después seguí un trayecto hasta su escote y posteriormente mi lengua descendió hasta su inhiesto pezón. Aquel sería, junto con el otro, el juguete preferido de mi lengua…el juego comenzó sin más demora.
Mientras aquellos acontecimientos tenían lugar mi mano ayudaba a mi sexo a colocarse para el asedio a su cuerpo, en aquel instante el coche se metió en un bache provocando al salir que ambos pegásemos un bote, casi accidentalmente la penetre en aquel momento
Leonardo Rousseau- Vampiro - Clase Alta
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Intenté coger aliento, dándome unos segundos para calmar mi respiración, cuyas oleadas de agitación, aún se reproducían a pequeños golpes. Pero Monsieur Rousseau, no me dio ni un respiro, ni un momento de descanso. Su lengua descendió desde mi cuello hasta mi seno, produciéndome un placer devastador. De todos los hombres con los que había caído en el pozo de la locura, ninguno me producía semejante atontamiento. Como si mis músculos se volviesen ligeros. Con tanto ajetreo y palabrería, no me había dado cuenta hasta ahora, de lo frío que era. Un detalle extraño, teniendo en cuenta en la situación que nos hallábamos. Me agarré fuerte a su pecho, intentando no caerme cuando mis labios susurraron casi sin darme cuenta, la palabra Tregua.
Su miembro tocaba ligeramente mi sexo, excitándome con premeditación. En aquel momento, el coche pegó un salto, provocando de improviso la penetración. Gemí por acto reflejo, tras la envestida y me enganché de forma rápida a su espalda, de forma efusiva. Jadeé ligeramente y le miré a los ojos excitada, permitiendo que su sexo siguiese dentro de mí. Mis ojos se tornaron viciosos y una ligera sonrisa se dibujó en la comisura de mi boca, dándole a entender, lo bien que me lo estaba pasando.
Pase los dedos por sus labios, acariciando su carnosidad. Y tras una pausa, los sustituí por mi boca en su lugar, acariciando la suya, del mismo modo, que mis dedos lo habían hecho en un principio. Mi sexo latía a gritos, mientras mis caderas empezaba a moverse muy despacio, sintiendo la profundidad de las paredes, cada vez que su miembro entraba en contacto conmigo.
Su miembro tocaba ligeramente mi sexo, excitándome con premeditación. En aquel momento, el coche pegó un salto, provocando de improviso la penetración. Gemí por acto reflejo, tras la envestida y me enganché de forma rápida a su espalda, de forma efusiva. Jadeé ligeramente y le miré a los ojos excitada, permitiendo que su sexo siguiese dentro de mí. Mis ojos se tornaron viciosos y una ligera sonrisa se dibujó en la comisura de mi boca, dándole a entender, lo bien que me lo estaba pasando.
Pase los dedos por sus labios, acariciando su carnosidad. Y tras una pausa, los sustituí por mi boca en su lugar, acariciando la suya, del mismo modo, que mis dedos lo habían hecho en un principio. Mi sexo latía a gritos, mientras mis caderas empezaba a moverse muy despacio, sintiendo la profundidad de las paredes, cada vez que su miembro entraba en contacto conmigo.
Alma Dupont- Humano - Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/09/2010
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
-Tregua…-Susurro pero no habría tal cosa para ella.
Se aferro a mi espalda jadeante y busco mi mirada, la suya expresaba excitación y agrado. Ambos lo estábamos pasando realmente bien aquella noche. Con las predicciones algo negativas que tuve al salir de mi castillo jamás hubiese imaginado que encontraría a una mujer similar…empezaba a descubrir cosas sobre ella y cada vez que desvelaba algún pequeño secreto más me atraía y mayor semejanza encontraba en ella a carácter “Sería una fantástica vampira” pensé en un rincón de mi mente, pues el resto estaba más atento de nuestra conexión carnal.
Rozo sus labios contra los míos mientras su cuerpo empezaba a realizar unos movimientos suaves creando el acto sexual en si.
Mi cuerpo reaccionaba ante aquello enviando mensajes de placer a mi cerebro. Mis manos por otro lado se deslizaron por su espalda hasta llegar a las curvas acentuadas de sus nalgas, mi mano izquierda sostuvo una de ellas con firmeza y la otra siguió bajando por su muslo volviendo a subir directamente hacia uno de sus pechos para acariciarlo. Mientras tanto mi boca no dejaba de besarla.
Se aferro a mi espalda jadeante y busco mi mirada, la suya expresaba excitación y agrado. Ambos lo estábamos pasando realmente bien aquella noche. Con las predicciones algo negativas que tuve al salir de mi castillo jamás hubiese imaginado que encontraría a una mujer similar…empezaba a descubrir cosas sobre ella y cada vez que desvelaba algún pequeño secreto más me atraía y mayor semejanza encontraba en ella a carácter “Sería una fantástica vampira” pensé en un rincón de mi mente, pues el resto estaba más atento de nuestra conexión carnal.
Rozo sus labios contra los míos mientras su cuerpo empezaba a realizar unos movimientos suaves creando el acto sexual en si.
Mi cuerpo reaccionaba ante aquello enviando mensajes de placer a mi cerebro. Mis manos por otro lado se deslizaron por su espalda hasta llegar a las curvas acentuadas de sus nalgas, mi mano izquierda sostuvo una de ellas con firmeza y la otra siguió bajando por su muslo volviendo a subir directamente hacia uno de sus pechos para acariciarlo. Mientras tanto mi boca no dejaba de besarla.
Leonardo Rousseau- Vampiro - Clase Alta
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Intenté que el movimiento de mis caderas, no acelerase el ritmo. Aunque mis besos incrementaban su velocidad de forma fogosa. El coche se detuvo. O ya lo estaba de antemano. No fuy consciente, hasta ese momento. Y temí haber llegado a mi destino, antes de que todo terminase. Y he de confesar que, odio cuando me dejan a medias.
La ligereza de sus manos me sobrepasó. Me pregunté por segunda vez, cuantas mujeres habrían caído en sus redes. Era evidente que Monsieur Rousseau era todo un experto. Un licenciado en el arte de la seducción. Y yo se lo estaba poniendo demasiado fácil. Un terrible error cometido por mí misma. A veces hay que sacrificar ciertas cosas, para obtener otras mejores.
Detuve en seco la acción, reteniendo mi deseo, dejando al joven con la miel en los labios y desligando mi cuerpo de él. Le miré de forma retadora desde arriba, como si él fuese mi presa, a punto de ser descuartizada por mis manos y dije:
- Me parece que ya hemos llegado, Monsieur. A sido un placer conoceros -me aparté con una sonrisa maliciosa y busqué mi ropa, entre los pies -Creo que esto es mío -sonreí, cogiendo la daga. Pero algo me desconcertó, al mirar por la ventana, no vi mi casa ¿Donde estábamos?
[Off: soy perversa, pero se que tú eres peor XDD]
La ligereza de sus manos me sobrepasó. Me pregunté por segunda vez, cuantas mujeres habrían caído en sus redes. Era evidente que Monsieur Rousseau era todo un experto. Un licenciado en el arte de la seducción. Y yo se lo estaba poniendo demasiado fácil. Un terrible error cometido por mí misma. A veces hay que sacrificar ciertas cosas, para obtener otras mejores.
Detuve en seco la acción, reteniendo mi deseo, dejando al joven con la miel en los labios y desligando mi cuerpo de él. Le miré de forma retadora desde arriba, como si él fuese mi presa, a punto de ser descuartizada por mis manos y dije:
- Me parece que ya hemos llegado, Monsieur. A sido un placer conoceros -me aparté con una sonrisa maliciosa y busqué mi ropa, entre los pies -Creo que esto es mío -sonreí, cogiendo la daga. Pero algo me desconcertó, al mirar por la ventana, no vi mi casa ¿Donde estábamos?
[Off: soy perversa, pero se que tú eres peor XDD]
Alma Dupont- Humano - Clase Alta
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Charley se había detenido ya en el lugar predeterminado. Bajo y se marcho a dar un paseo hasta que volviese a necesitarle, era un empleado muy eficiente.
Alma pareció darse cuenta de que nos habíamos detenido, ya que se paró en seco y se desprendió de mí, un acto que me desagrado bastante…
-Me parece que ya hemos llegado, Monsieur. A sido un placer conoceros –Se aparto, parecía que lo había hecho a propósito. “Maldita huma, si te piensas que te vas a escapar tan fácilmente es que estas muy equivocada…” pensé con una sonrisa de medio lado -Creo que esto es mío –Cogió su daga y hasta entonces yo no hice ningún movimiento, simplemente me limite a observarla hasta que se diera cuenta de la situación…y lo hizo “Chica lista” lo note en sus gestos al mirar por la ventana y aunque no dijo nada casi pude adivinar sus pensamientos.
-Me temo que aun no hemos llegado…Charley se ha tomado la atribución de escoger otro camino a un lugar distinto-Dije en voz tranquila pero segura. Me levante para acercarme a ella y la puse de rodillas en el asiento de espaldas a mí. Puse de nuevo mi cuerpo contra el suyo-No tiene que preocuparse por el tiempo, podemos continuar…-Susurre en su oído rodeando su cuerpo con mis brazos
Alma pareció darse cuenta de que nos habíamos detenido, ya que se paró en seco y se desprendió de mí, un acto que me desagrado bastante…
-Me parece que ya hemos llegado, Monsieur. A sido un placer conoceros –Se aparto, parecía que lo había hecho a propósito. “Maldita huma, si te piensas que te vas a escapar tan fácilmente es que estas muy equivocada…” pensé con una sonrisa de medio lado -Creo que esto es mío –Cogió su daga y hasta entonces yo no hice ningún movimiento, simplemente me limite a observarla hasta que se diera cuenta de la situación…y lo hizo “Chica lista” lo note en sus gestos al mirar por la ventana y aunque no dijo nada casi pude adivinar sus pensamientos.
-Me temo que aun no hemos llegado…Charley se ha tomado la atribución de escoger otro camino a un lugar distinto-Dije en voz tranquila pero segura. Me levante para acercarme a ella y la puse de rodillas en el asiento de espaldas a mí. Puse de nuevo mi cuerpo contra el suyo-No tiene que preocuparse por el tiempo, podemos continuar…-Susurre en su oído rodeando su cuerpo con mis brazos
Leonardo Rousseau- Vampiro - Clase Alta
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
-Me temo que aun no hemos llegado…Charley se ha tomado la atribución de escoger otro camino a un lugar distinto- ¿Cómo? esto no me lo esperaba para nada. Así que... se había tomado la licencia de seguir otro camino. Mis planes debían ser sustituidos por otros nuevos. Y mi cautela mayor -No tiene que preocuparse por el tiempo, podemos continuar…-Susurró en mí oído rodeándome con los brazos. Noté el hormigueo en cada una de mis extremidades nerviosas.
Algo no encajaba en el puzzle. No me sentía segura en ese momento, a pesar de estar protegida por Leonardo. Pero ¿Cómo iba a sentirme protegida, si era Leonardo, el cupable de producirme semejante desconcierto? Dejé caer la mano, justo en el hueco donde se colocan los pies, sin soltar la daga. Mis manos apretaban el objeto con fiereza.
-No es el tiempo, lo que me preocupa, Monsieur -Mis palabras parecían cuchillas, pero mi sonrisa seguía presente entre ambos. Me costaba expresar con exactitud lo que me hacía sentir Leonardo. Deseaba estar con él, pero... ¿Cómo explicarlo? Ni yo misma lo sabía.
Algo no encajaba en el puzzle. No me sentía segura en ese momento, a pesar de estar protegida por Leonardo. Pero ¿Cómo iba a sentirme protegida, si era Leonardo, el cupable de producirme semejante desconcierto? Dejé caer la mano, justo en el hueco donde se colocan los pies, sin soltar la daga. Mis manos apretaban el objeto con fiereza.
-No es el tiempo, lo que me preocupa, Monsieur -Mis palabras parecían cuchillas, pero mi sonrisa seguía presente entre ambos. Me costaba expresar con exactitud lo que me hacía sentir Leonardo. Deseaba estar con él, pero... ¿Cómo explicarlo? Ni yo misma lo sabía.
Alma Dupont- Humano - Clase Alta
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Noté que se encontraba nerviosa, con aquello había conseguido ponerla en alerta, realmente no era mi intención que aquello ocurriese pero fue ella quien nos llevo hasta ese punto. Yo deseaba continuar con el intercambio de placer entre ambos pero la tensión se podía cortar con un cuchillo…el rumbo que había tomado aquello no me gusto en absoluto. “Que decepción” pensé
-No es el tiempo, lo que me preocupa, Monsieur –Había abandonado su tono sensual y sugerente sustituyéndolo por otro un tanto más hostil. Si aquello seguía así me vería obligado a dejarla ir o…a adelantar acontecimientos, una verdadera lástima.
-Entonces a que se debe?-Pregunte pero ya conocía la respuesta así que fue prácticamente retorica- Comprendo que este ultimo suceso la haya dejado algo confundida pero le aseguro que Charley lo hizo con buena intención, seguramente al ver que la situación se ponía algo…acalorada entre ambos decidió llevarnos a un lugar más tranquilo, pero si os ha molestado y os sentís muy incómoda ahora mismo nos dirigimos hacia su casa madeimoselle-Dije educadamente pero con un tono frío me separe de ella
-No es el tiempo, lo que me preocupa, Monsieur –Había abandonado su tono sensual y sugerente sustituyéndolo por otro un tanto más hostil. Si aquello seguía así me vería obligado a dejarla ir o…a adelantar acontecimientos, una verdadera lástima.
-Entonces a que se debe?-Pregunte pero ya conocía la respuesta así que fue prácticamente retorica- Comprendo que este ultimo suceso la haya dejado algo confundida pero le aseguro que Charley lo hizo con buena intención, seguramente al ver que la situación se ponía algo…acalorada entre ambos decidió llevarnos a un lugar más tranquilo, pero si os ha molestado y os sentís muy incómoda ahora mismo nos dirigimos hacia su casa madeimoselle-Dije educadamente pero con un tono frío me separe de ella
Leonardo Rousseau- Vampiro - Clase Alta
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
-Entonces a que se debe?-El caballero sabía perfectamente, a qué me refería. - Comprendo que este ultimo suceso la haya dejado algo confundida pero le aseguro que Charley lo hizo con buena intención, seguramente al ver que la situación se ponía algo…acalorada entre ambos decidió llevarnos a un lugar más tranquilo, pero si os ha molestado y os sentís muy incómoda ahora mismo nos dirigimos hacia su casa madeimoselle.
El joven se separó de mí, dejándome libre de nuevo. Solté el cuchillo sin darme cuenta, dejando latente en el aire, un sonido sordo, al chocar contra la moqueta. El joven parecía decepcionado por mi comportamiento. Y yo me sentía como una estúpida. A veces no era consciente de mis obsesiones y maquinaciones, propiamente dichas. Y terminaba perdiéndome en mi cabeza, enredada conmigo misma. Había ofendido a Monsieur Rousseau y por vez primera, me sentía culpable de ello. Debería confiar más en la gente. Al fin y al cabo, no todo el mundo era como yo; una sádica.
- Discúlpeme, Monsieur Rousseau. No quise ofenderle -¡Qué extraña sensación! mi rostro no era capaz de dibujar un gesto concreto. Estaba confusa y desorientada. Alcé una de mis manos y pasé mis dedos por su mejilla, sintiendo el tacto de su piel. Pero mis ojos seguían confusos, sin saber donde mirar, sin saber que decir o que hacer. Ahora todo era diferente y odiaba que lo fuera ¿Por qué tuve que despojarme de su abrazo?
Clavé mis ojos en los suyos, por vez primera, sintiéndome ridícula. Por mi cabeza pasaban demasiadas cosas. Pensamientos que se atropellaban, descarrilando para esquivarse y explotando en un millar de trizas tras chocarse. No soy una persona débil. Nunca me permitieron serlo. Pero eso no quería decir, que no lo sintiese en mis adentros. Y odiaba sentirme débil frente a él. Odiaba ser la dama desconfiada. La dama boba. Me odié en el instante que el cuchillo se desprendió de mis manos.
El joven se separó de mí, dejándome libre de nuevo. Solté el cuchillo sin darme cuenta, dejando latente en el aire, un sonido sordo, al chocar contra la moqueta. El joven parecía decepcionado por mi comportamiento. Y yo me sentía como una estúpida. A veces no era consciente de mis obsesiones y maquinaciones, propiamente dichas. Y terminaba perdiéndome en mi cabeza, enredada conmigo misma. Había ofendido a Monsieur Rousseau y por vez primera, me sentía culpable de ello. Debería confiar más en la gente. Al fin y al cabo, no todo el mundo era como yo; una sádica.
- Discúlpeme, Monsieur Rousseau. No quise ofenderle -¡Qué extraña sensación! mi rostro no era capaz de dibujar un gesto concreto. Estaba confusa y desorientada. Alcé una de mis manos y pasé mis dedos por su mejilla, sintiendo el tacto de su piel. Pero mis ojos seguían confusos, sin saber donde mirar, sin saber que decir o que hacer. Ahora todo era diferente y odiaba que lo fuera ¿Por qué tuve que despojarme de su abrazo?
Clavé mis ojos en los suyos, por vez primera, sintiéndome ridícula. Por mi cabeza pasaban demasiadas cosas. Pensamientos que se atropellaban, descarrilando para esquivarse y explotando en un millar de trizas tras chocarse. No soy una persona débil. Nunca me permitieron serlo. Pero eso no quería decir, que no lo sintiese en mis adentros. Y odiaba sentirme débil frente a él. Odiaba ser la dama desconfiada. La dama boba. Me odié en el instante que el cuchillo se desprendió de mis manos.
Alma Dupont- Humano - Clase Alta
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Un ruido sordo rompió el inicial silencio, la daga había caído al suelo y la mire un momento, después volví a levantar la vista observando la confusión de Alma.
- Discúlpeme, Monsieur Rousseau. No quise ofenderle –Me dijo pasando una de sus manos por mi mejilla, sus ojos eran un mar de caos, sonreí aunque más parecía una mueca.
-No se disculpe señorita Alma, pues no ha habido tal ofensa, quizá fui yo al sobrepasarme en mis atribuciones o Charley.-Dije tranquilo y recogiendo mi pantalón para ponérmelo- Vos no tenéis la culpa-Intente sonreír pero no sirvió de mucho, el ambiente se había enfriado por completo. La sensación de deseo que nos envolvía a ambos se esfumo en un segundo. “Esto es lo que pasa cuando esperas demasiado” pensé mientras me colocaba la camisa dándole la espalda.-Si me disculpáis un momento, voy a buscar a Charley para continuar con el trayecto-Dije mientras me cerraba los botones de la camisa y buscaba con la vista mis zapatos.Sabía que Charley no andaría muy lejos de allí
- Discúlpeme, Monsieur Rousseau. No quise ofenderle –Me dijo pasando una de sus manos por mi mejilla, sus ojos eran un mar de caos, sonreí aunque más parecía una mueca.
-No se disculpe señorita Alma, pues no ha habido tal ofensa, quizá fui yo al sobrepasarme en mis atribuciones o Charley.-Dije tranquilo y recogiendo mi pantalón para ponérmelo- Vos no tenéis la culpa-Intente sonreír pero no sirvió de mucho, el ambiente se había enfriado por completo. La sensación de deseo que nos envolvía a ambos se esfumo en un segundo. “Esto es lo que pasa cuando esperas demasiado” pensé mientras me colocaba la camisa dándole la espalda.-Si me disculpáis un momento, voy a buscar a Charley para continuar con el trayecto-Dije mientras me cerraba los botones de la camisa y buscaba con la vista mis zapatos.Sabía que Charley no andaría muy lejos de allí
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
-No se disculpe señorita Alma, pues no ha habido tal ofensa, quizá fui yo al sobrepasarme en mis atribuciones o Charley.- El joven recogió su pantalón, dispuesto a ponérselo. El pánico cundió en mi rostro - Vos no tenéis la culpa-Todo era un completo fastidio. Un asco atroz y repelente. Suspiré tremendamente irritada. Parecía darme igual que lo que pasara por mi cabeza se reflejara en mi rostro. Otro error que me dio igual cometer.
Sonrió por pura cortesía y se dio la vuelta para abrocharse la camisa. Su rostro quedaba oculto ¿En qué estaría pensando?
-Si me disculpáis un momento, voy a buscar a Charley para continuar con el trayecto-Mis ojos recorrían sin demora, el estrecho espacio, presa del pánico y sin saber que hacer. Y casi sin pensarlo, mis brazos rodearon la espalda de Rousseau, impidiendo que se pusiera los zapatos.
-No quisiera irme Monsieur Rousseau -susurré en su espalda, apoyando la cabeza. Le besé tiernamente, en la parte trasera del cuello. Mi carmín había desaparecido. Sentía que mi escudo se desmoronaba. Mi comportamiento era incomprensible. Un ahogo acudió a mi garganta, asfixiándome completamente. Mi respiración empezó a quedar afectada, por el huracán. Y sentía que las olas de mis aguas, ahora estaban en calma. Pero que ridícula puedes llegar a ser...
Sonrió por pura cortesía y se dio la vuelta para abrocharse la camisa. Su rostro quedaba oculto ¿En qué estaría pensando?
-Si me disculpáis un momento, voy a buscar a Charley para continuar con el trayecto-Mis ojos recorrían sin demora, el estrecho espacio, presa del pánico y sin saber que hacer. Y casi sin pensarlo, mis brazos rodearon la espalda de Rousseau, impidiendo que se pusiera los zapatos.
-No quisiera irme Monsieur Rousseau -susurré en su espalda, apoyando la cabeza. Le besé tiernamente, en la parte trasera del cuello. Mi carmín había desaparecido. Sentía que mi escudo se desmoronaba. Mi comportamiento era incomprensible. Un ahogo acudió a mi garganta, asfixiándome completamente. Mi respiración empezó a quedar afectada, por el huracán. Y sentía que las olas de mis aguas, ahora estaban en calma. Pero que ridícula puedes llegar a ser...
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Cuando estuve por ponerme los zapatos note sus cálidos brazos llenos de vida rodeándome
-No quisiera irme Monsieur Rousseau –Me dijo, aquello me sorprendió en cierta forma, a qué estaba jugando? Si esto era lo que solía hacer, dar para después dejar a medias, desde luego yo no seguiría ese juego…y ahora volvía a aquel vestigio de deseo que amenazaba con extinguirse en mi interior. Note sus labios por mi cuello.
-Cómo debo tomarme esto? Hace un momento estabais un tanto alterada y ahora os aferráis a mi…- Cogí sus manos separándolas de mi suavemente y me gire para tenerla de freten. La tome por la cintura acercándola totalmente a mi cuerpo – No juguéis conmigo madeimoselle….porque no se lo permitiré, puede que este acostumbrada a jugar con todos pero le aseguro que no lo hará conmigo-Dije acercando mis labios a los suyos y con un tono ciertamente amenazante- Así que vos decidís…si me contestáis a este beso o no-Sentencie y posteriormente la bese esperando la respuesta de sus labios
-No quisiera irme Monsieur Rousseau –Me dijo, aquello me sorprendió en cierta forma, a qué estaba jugando? Si esto era lo que solía hacer, dar para después dejar a medias, desde luego yo no seguiría ese juego…y ahora volvía a aquel vestigio de deseo que amenazaba con extinguirse en mi interior. Note sus labios por mi cuello.
-Cómo debo tomarme esto? Hace un momento estabais un tanto alterada y ahora os aferráis a mi…- Cogí sus manos separándolas de mi suavemente y me gire para tenerla de freten. La tome por la cintura acercándola totalmente a mi cuerpo – No juguéis conmigo madeimoselle….porque no se lo permitiré, puede que este acostumbrada a jugar con todos pero le aseguro que no lo hará conmigo-Dije acercando mis labios a los suyos y con un tono ciertamente amenazante- Así que vos decidís…si me contestáis a este beso o no-Sentencie y posteriormente la bese esperando la respuesta de sus labios
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
-Cómo debo tomarme esto? Hace un momento estabais un tanto alterada y ahora os aferráis a mi…- Monsieur Rousseau parecía disgustado. Pero yo era así. Siempre terminaba confundiendo a la gente. Separó mis manos de él y me miró fijamente. Un escalofrío recorrió mi cuerpo – No juguéis conmigo madeimoselle….porque no se lo permitiré, puede que este acostumbrada a jugar con todos pero le aseguro que no lo hará conmigo- Así que... yo jugaba con él. Me hubiese gustado soltar un bufido. Pero controlé el impulso. ¿Pero qué se creía? Sabía perfectamente que clase de mujer era yo desde el principio. Y para su desgracia, yo era la horma de su zapato.
Y por otro lado ¿Me estaba amenazando? Soy inmune a las amenazas. Un extraño tic nervioso, se apoderó de mi ojo izquierdo. Me coloqué el pelo, fingiendo estar divina de la vida. Pero por dentro... el mar estaba embravecido de nuevo. Aquí la reina de las amenazas, soy yo.
Acercó sus labios a mí, ante mi mirada petulante. No moví un músculo, indignada perdida. Me hubiese gustado estampar su cabeza contra la ventanilla. Me hacía sentir como una chiquilla estúpida. Y eso no me gustaba un pelo ¿Cuantos años tendría? No parecía mayor ¿Y quien era él para hablarme de ese modo? Tampoco sabía nada de Rousseau. Nada en absoluto...Todo esto comenzó con un juego. Él siguió ese juego, sin poner obstáculos. Incluso llegué a pensar que estaba acostumbrado a este tipo de cosas. Pero, me daba la impresión, de que era la primera vez que se encontraba con una mujer de semejante calibre. Pero que egocéntrica puedo llegar a ser...
- Así que vos decidís…si me contestáis a este beso o no-Le miré encolerizada. Fue entonces cuando sus labios entraron en contacto con los míos. Me odié por volver a sentir la sarta de sensaciones a lo largo de todo mi cuerpo. Me Aparté sutilmente, sin devolverle una sola muestra de cariño. Ahora le amenazaría yo. Y aseguraba que, le resultaría difícil deshacerse de mí, si mi boca volvía a mezclarse con la suya.
-¿Un beso? -enarqué una ceja, insolente -¿Queréis sellar, acaso... algún tipo de tratado retorcido? ¿No sabéis que en algunas culturas el beso se asemeja a una sentencia de muerte? ¿De verdad queréis hacer un pacto con el diablo? - la fiereza de mis palabras, se entrelazó a la perfección, con la vanidad de mis ojos.
Y por otro lado ¿Me estaba amenazando? Soy inmune a las amenazas. Un extraño tic nervioso, se apoderó de mi ojo izquierdo. Me coloqué el pelo, fingiendo estar divina de la vida. Pero por dentro... el mar estaba embravecido de nuevo. Aquí la reina de las amenazas, soy yo.
Acercó sus labios a mí, ante mi mirada petulante. No moví un músculo, indignada perdida. Me hubiese gustado estampar su cabeza contra la ventanilla. Me hacía sentir como una chiquilla estúpida. Y eso no me gustaba un pelo ¿Cuantos años tendría? No parecía mayor ¿Y quien era él para hablarme de ese modo? Tampoco sabía nada de Rousseau. Nada en absoluto...Todo esto comenzó con un juego. Él siguió ese juego, sin poner obstáculos. Incluso llegué a pensar que estaba acostumbrado a este tipo de cosas. Pero, me daba la impresión, de que era la primera vez que se encontraba con una mujer de semejante calibre. Pero que egocéntrica puedo llegar a ser...
- Así que vos decidís…si me contestáis a este beso o no-Le miré encolerizada. Fue entonces cuando sus labios entraron en contacto con los míos. Me odié por volver a sentir la sarta de sensaciones a lo largo de todo mi cuerpo. Me Aparté sutilmente, sin devolverle una sola muestra de cariño. Ahora le amenazaría yo. Y aseguraba que, le resultaría difícil deshacerse de mí, si mi boca volvía a mezclarse con la suya.
-¿Un beso? -enarqué una ceja, insolente -¿Queréis sellar, acaso... algún tipo de tratado retorcido? ¿No sabéis que en algunas culturas el beso se asemeja a una sentencia de muerte? ¿De verdad queréis hacer un pacto con el diablo? - la fiereza de mis palabras, se entrelazó a la perfección, con la vanidad de mis ojos.
Alma Dupont- Humano - Clase Alta
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Se aparto de mí sutilmente. “Ya está” pensé
-¿Un beso? –Me miró enarcando una ceja insolentemente -¿Queréis sellar, acaso... algún tipo de tratado retorcido? ¿No sabéis que en algunas culturas el beso se asemeja a una sentencia de muerte? ¿De verdad queréis hacer un pacto con el diablo? –No pude evitar echarme a reír, el diablo? Ya había llevado a cabo ese pacto y ahora tenía la inmortalidad como castigo o bendición.
-Me parece señorita Alma que no me habéis comprendido del todo bien, no pretendo sellar ningún tipo de trato con vos, simplemente quería saber si estaba dispuesta a continuar lo que habíamos dejado a medias, ya veo que no son esas vuestras intención-Sonreí de medio lado y la solté, no iba a soportar que una humana jugase de ese modo conmigo…el “ahora sí, ahora no” no iba conmigo…Me puse los zapatos dispuesto a salir y terminar con aquello.- No tardaré..-Dije y salí cerrando la puerta.
Busque a Charley y como predije no me resulto difícil encontrarle.
-Charley, es hora de marcharnos- Dije tras hacerle una señal y volver al carruaje. El me miro con cara de sorpresa
-Si..señor..-Fue hacia su sitio y espero a que entrase en el carruaje para movilizar a los caballos.
-¿Un beso? –Me miró enarcando una ceja insolentemente -¿Queréis sellar, acaso... algún tipo de tratado retorcido? ¿No sabéis que en algunas culturas el beso se asemeja a una sentencia de muerte? ¿De verdad queréis hacer un pacto con el diablo? –No pude evitar echarme a reír, el diablo? Ya había llevado a cabo ese pacto y ahora tenía la inmortalidad como castigo o bendición.
-Me parece señorita Alma que no me habéis comprendido del todo bien, no pretendo sellar ningún tipo de trato con vos, simplemente quería saber si estaba dispuesta a continuar lo que habíamos dejado a medias, ya veo que no son esas vuestras intención-Sonreí de medio lado y la solté, no iba a soportar que una humana jugase de ese modo conmigo…el “ahora sí, ahora no” no iba conmigo…Me puse los zapatos dispuesto a salir y terminar con aquello.- No tardaré..-Dije y salí cerrando la puerta.
Busque a Charley y como predije no me resulto difícil encontrarle.
-Charley, es hora de marcharnos- Dije tras hacerle una señal y volver al carruaje. El me miro con cara de sorpresa
-Si..señor..-Fue hacia su sitio y espero a que entrase en el carruaje para movilizar a los caballos.
Leonardo Rousseau- Vampiro - Clase Alta
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
-Me parece señorita Alma que no me habéis comprendido del todo bien, no pretendo sellar ningún tipo de trato con vos, simplemente quería saber si estaba dispuesta a continuar lo que habíamos dejado a medias, ya veo que no son esas vuestras intención-
¿Cómo? Si mi cabeza pudiese expulsar, algún tipo de tufo, sería: humo. Tampoco él me entendió del todo. Yo... simplemente... le reté. Pero al parecer, no quería formar parte del juego.
Y yo podría rectificar mis palabras en un santiamén. Decirle que me había malinterpretado. Que mis deseos de yacer con él, crecían a medida que transcurría la noche. Pero mi orgullo me lo impedía. En su lugar, le regalé una pequeña mueca. Una sonrisa falsa, que enseguida borré de mi rostro. Mi cara era todo un poema. Luego añadió - No tardaré..- y cerró de un portazo el carruaje, dejándome dentro a la intemperie. El silencio me molestaba, sumiéndome en la profunda humillación, mientras esperaba a que volviese. Terminé de vestirme, pensando en la posibilidad de salir corriendo. Que volviera y yo no estuviese. Pero mi tobillo me impedía semejante gratificación.
Así que esperé, llena de ira, aguantando el tipo. Y yo pretendiendo que fuera mi nuevo ricachón estúpido. Que ilusa...
Cualquier mujer sabe, que nunca debe darle a un hombre todo lo que desea... hasta que no se casa con ella. El problema era que, Leonardo no era un cincuentón de tres al cuarto.
Cuando Monsieur Rousseau volvió, ni le miré. No... mi mirada permaneció de frente, con los labios sumamente apretados. De vez en cuando, mi respiración se oía más de lo debido.
Sin poder controlarme más, giré el rostro y fulminé a Leonardo.
- En realidad, "Caballero" -dije remarcando la palabra con cierto rintintín - Nada de lo que ha sucedido esta noche, entraba dentro de mis planes. No tengo ningún interés en vos, ni en nada que os relacione - mis palabras sonaban tendenciosas, falsas y orgullosas, enfureciéndome en grado sumo. Como si todo lo que dijese, ni siquiera tuviese sentido para mí, convirtiéndome en la mayor mentirosa de la historia - Si he accedido a acostarme con vos, a sido sólo por aburrimiento. Y no habéis acabado con mi sopor. Todo lo contrario. Me habéis causado más aburrimiento y disgusto del que ya tenía. Habéis sido una decepción. Por eso os he frenado - exclamé sin darme un segundo de aliento - Cuando os he dicho que no quería marcharme, hace escasos minutos, a sido por temor a que no me llevaseis a mi casa. Porque no os conozco y no se que clase de persona sois - a medida que hablaba, el grado de enfado cubría con mayor gravedad mi rostro, adornando con esmero e incapié, la ridiculez que suponía mi enumeración - Aunque ahora, lo tengo mucho más claro. Sois altivo, pedante, inapetente y simple - mentí como una bellaca - Más o menos como vuestros besos, vuestras caricias y vuestros intentos vanos por complacerme -sentencié, tajante, sonriendo con sorna, volviendo a fijar la vista de frente.
Me quedé a gusto. Y, aunque nada de lo que dijese fuera verdad, pude experimentar el placer del desahogo.
¿Cómo? Si mi cabeza pudiese expulsar, algún tipo de tufo, sería: humo. Tampoco él me entendió del todo. Yo... simplemente... le reté. Pero al parecer, no quería formar parte del juego.
Y yo podría rectificar mis palabras en un santiamén. Decirle que me había malinterpretado. Que mis deseos de yacer con él, crecían a medida que transcurría la noche. Pero mi orgullo me lo impedía. En su lugar, le regalé una pequeña mueca. Una sonrisa falsa, que enseguida borré de mi rostro. Mi cara era todo un poema. Luego añadió - No tardaré..- y cerró de un portazo el carruaje, dejándome dentro a la intemperie. El silencio me molestaba, sumiéndome en la profunda humillación, mientras esperaba a que volviese. Terminé de vestirme, pensando en la posibilidad de salir corriendo. Que volviera y yo no estuviese. Pero mi tobillo me impedía semejante gratificación.
Así que esperé, llena de ira, aguantando el tipo. Y yo pretendiendo que fuera mi nuevo ricachón estúpido. Que ilusa...
Cualquier mujer sabe, que nunca debe darle a un hombre todo lo que desea... hasta que no se casa con ella. El problema era que, Leonardo no era un cincuentón de tres al cuarto.
Cuando Monsieur Rousseau volvió, ni le miré. No... mi mirada permaneció de frente, con los labios sumamente apretados. De vez en cuando, mi respiración se oía más de lo debido.
Sin poder controlarme más, giré el rostro y fulminé a Leonardo.
- En realidad, "Caballero" -dije remarcando la palabra con cierto rintintín - Nada de lo que ha sucedido esta noche, entraba dentro de mis planes. No tengo ningún interés en vos, ni en nada que os relacione - mis palabras sonaban tendenciosas, falsas y orgullosas, enfureciéndome en grado sumo. Como si todo lo que dijese, ni siquiera tuviese sentido para mí, convirtiéndome en la mayor mentirosa de la historia - Si he accedido a acostarme con vos, a sido sólo por aburrimiento. Y no habéis acabado con mi sopor. Todo lo contrario. Me habéis causado más aburrimiento y disgusto del que ya tenía. Habéis sido una decepción. Por eso os he frenado - exclamé sin darme un segundo de aliento - Cuando os he dicho que no quería marcharme, hace escasos minutos, a sido por temor a que no me llevaseis a mi casa. Porque no os conozco y no se que clase de persona sois - a medida que hablaba, el grado de enfado cubría con mayor gravedad mi rostro, adornando con esmero e incapié, la ridiculez que suponía mi enumeración - Aunque ahora, lo tengo mucho más claro. Sois altivo, pedante, inapetente y simple - mentí como una bellaca - Más o menos como vuestros besos, vuestras caricias y vuestros intentos vanos por complacerme -sentencié, tajante, sonriendo con sorna, volviendo a fijar la vista de frente.
Me quedé a gusto. Y, aunque nada de lo que dijese fuera verdad, pude experimentar el placer del desahogo.
Alma Dupont- Humano - Clase Alta
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Entre en el coche y me senté, sin prestar mucha atención en Alma, en mi mente estaban otro temas, como el hecho de que había desperdiciado mi tiempo con ella ”ahora quizá ya hubiese tomado mi segundo aperitivo de la noche” pensaba mientras me colocaba la camisa y la chaqueta.
- En realidad, "Caballero" –Empezó a hablar y la mire algo sorprendido ceñudo.- Nada de lo que ha sucedido esta noche, entraba dentro de mis planes. No tengo ningún interés en vos, ni en nada que os relacione. Si he accedido a acostarme con vos, ha sido sólo por aburrimiento. Y no habéis acabado con mi sopor. Todo lo contrario. Me habéis causado más aburrimiento y disgusto del que ya tenía. Habéis sido una decepción. Por eso os he frenado – Deje que siguiese sin interrumpir…- Cuando os he dicho que no quería marcharme, hace escasos minutos, ha sido por temor a que no me llevaseis a mi casa. Porque no os conozco y no sé qué clase de persona sois. Aunque ahora, lo tengo mucho más claro. Sois altivos, pedantes, inapetentes y simples. Más o menos como vuestros besos, vuestras caricias y vuestros intentos vanos por complacerme –Parecía haber terminado pero espere un momento antes de decir nada por si acaso
-Bueno, como creo que por fin habéis terminado, dejarme decir algo a mi-Dije con tranquilidad, terminándome de colocar la chaqueta correctamente- Para ser un “dama” se abre usted de piernas por aburrimiento, era así no? Bien…aclarado este punto solo añadiré que en mi mano diestra aun permanece la muestra física de vuestro placer pues mis caricias y besos altivos, pedantes, inapetentes y simples consiguieron que el fuego de su interior se derritiese empapando mis manos con su esencia más pura- Hablaba del momento en que ella tuvo aquel orgasmo inicial- Siento que esto haya sido así…no sois el mar embravecido con el que creí poder fundirme…más el contrario- Dije finalizando mi pequeña defensa Después de un rato en silencio termine con una ultima frase:
-Os véis preciosa cuando os enfadáis..
- En realidad, "Caballero" –Empezó a hablar y la mire algo sorprendido ceñudo.- Nada de lo que ha sucedido esta noche, entraba dentro de mis planes. No tengo ningún interés en vos, ni en nada que os relacione. Si he accedido a acostarme con vos, ha sido sólo por aburrimiento. Y no habéis acabado con mi sopor. Todo lo contrario. Me habéis causado más aburrimiento y disgusto del que ya tenía. Habéis sido una decepción. Por eso os he frenado – Deje que siguiese sin interrumpir…- Cuando os he dicho que no quería marcharme, hace escasos minutos, ha sido por temor a que no me llevaseis a mi casa. Porque no os conozco y no sé qué clase de persona sois. Aunque ahora, lo tengo mucho más claro. Sois altivos, pedantes, inapetentes y simples. Más o menos como vuestros besos, vuestras caricias y vuestros intentos vanos por complacerme –Parecía haber terminado pero espere un momento antes de decir nada por si acaso
-Bueno, como creo que por fin habéis terminado, dejarme decir algo a mi-Dije con tranquilidad, terminándome de colocar la chaqueta correctamente- Para ser un “dama” se abre usted de piernas por aburrimiento, era así no? Bien…aclarado este punto solo añadiré que en mi mano diestra aun permanece la muestra física de vuestro placer pues mis caricias y besos altivos, pedantes, inapetentes y simples consiguieron que el fuego de su interior se derritiese empapando mis manos con su esencia más pura- Hablaba del momento en que ella tuvo aquel orgasmo inicial- Siento que esto haya sido así…no sois el mar embravecido con el que creí poder fundirme…más el contrario- Dije finalizando mi pequeña defensa Después de un rato en silencio termine con una ultima frase:
-Os véis preciosa cuando os enfadáis..
Leonardo Rousseau- Vampiro - Clase Alta
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Re: Lo buscamos y nos encontramos (Alma Dupont)
Se quedó callado, una gratificación para mí. Que dulce era la venganza. Que delicioso desahogo...
-Bueno, como creo que por fin habéis terminado, dejarme decir algo a mi-
¿Cómo? ¿Que tenía que decir, al respecto? ¡No debería decir, nada en absoluto!
- Para ser un “dama” se abre usted de piernas por aburrimiento.
Pero... ¡Cómo se atrevía! Abrí la boca conmocionada, frunciendo el ceño de pura rabia. Remarcó la palabra dama, como yo remarqué "caballero".
- era así no? Bien…aclarado este punto solo añadiré que en mi mano diestra aun permanece la muestra física de vuestro placer pues mis caricias y besos altivos, pedantes, inapetentes y simples consiguieron que el fuego de su interior se derritiese empapando mis manos con su esencia más pura-
Menuda conclusión. ¿Que esperaba? ¿Que soltase sapos? paseé mi lengua por dentro de la boca, intentando contener el impulso.
- Siento que esto haya sido así…no sois el mar embravecido con el que creí poder fundirme…más el contrario-
La vena de mi frente latía a un ritmo vertiginoso e infinito. Me estaba humillando. Y, a pesar de que estábamos solos, era como si el mundo entero oyese semejantes barbaridades, acusadoras hacia mí. Luego se quedó en silencio y añadió:
-Os veis preciosa cuando os enfadáis.. - solté un bufido, haciendo volar un rizo de mi cabello con el aire y puse los ojos en blanco. Quise que ni una sola palabra dicha por Leonardo, causara en mí más mella. Y en menos de un segundo, sin pensármelo dos veces, cogí mi cuchillo y se lo clavé justo en el pecho. La daga entró fácilmente, desgarrando su piel.
- Y vos estáis más guapo callado - finalicé, con una sonrisa perversa, no sin antes besar sus labios.
Hasta siempre, Monsieur Rousseau...
-Bueno, como creo que por fin habéis terminado, dejarme decir algo a mi-
¿Cómo? ¿Que tenía que decir, al respecto? ¡No debería decir, nada en absoluto!
- Para ser un “dama” se abre usted de piernas por aburrimiento.
Pero... ¡Cómo se atrevía! Abrí la boca conmocionada, frunciendo el ceño de pura rabia. Remarcó la palabra dama, como yo remarqué "caballero".
- era así no? Bien…aclarado este punto solo añadiré que en mi mano diestra aun permanece la muestra física de vuestro placer pues mis caricias y besos altivos, pedantes, inapetentes y simples consiguieron que el fuego de su interior se derritiese empapando mis manos con su esencia más pura-
Menuda conclusión. ¿Que esperaba? ¿Que soltase sapos? paseé mi lengua por dentro de la boca, intentando contener el impulso.
- Siento que esto haya sido así…no sois el mar embravecido con el que creí poder fundirme…más el contrario-
La vena de mi frente latía a un ritmo vertiginoso e infinito. Me estaba humillando. Y, a pesar de que estábamos solos, era como si el mundo entero oyese semejantes barbaridades, acusadoras hacia mí. Luego se quedó en silencio y añadió:
-Os veis preciosa cuando os enfadáis.. - solté un bufido, haciendo volar un rizo de mi cabello con el aire y puse los ojos en blanco. Quise que ni una sola palabra dicha por Leonardo, causara en mí más mella. Y en menos de un segundo, sin pensármelo dos veces, cogí mi cuchillo y se lo clavé justo en el pecho. La daga entró fácilmente, desgarrando su piel.
- Y vos estáis más guapo callado - finalicé, con una sonrisa perversa, no sin antes besar sus labios.
Hasta siempre, Monsieur Rousseau...
Alma Dupont- Humano - Clase Alta
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