Sin calor de madre? [Libre]

por **Kamaria** Miér Mar 23, 2011 10:58 pm

Papel arrugado en una garra pálida, un susurro canturreante por la vereda. La calle húmeda abierta y despejada en la que una sombra pasea bermeja. Sus pies parecen no tocar el piso y aun así están sucios. Su rostro cubierto por hebras dispersas, mechones desesperados por encontrar orden y aun así lustrosa su cabellera.
Un sonido seco, casi inaudible. El celaje de un felino de pelaje oscuro… mas allá un hombre se tambalea y cae antes de alcanzar el muro… poco a poco se pone de pie y observa justo en el instante en que un espectro si bien podría llamarle, se volvió para mirarle, sonreírle y saludarle…la botella cae de sus manos e impregna al quebrarse de licor el viento. Alertado por el ruido se distrae su mirada un instante, que al volver a poner en la calle ya no encuentra rastro de nadie más que un gato perezoso que tumbado en la acera, observa el rodar de una hoja seca antes de aplastarla con su patita negra. Una llave apurada en la cerradura, el ebrio abandona la escena.

- ¿Quien escribió este poema? – susurra una voz de mujer al tiempo en que el papel cae de mano la cual luego se sujeta de una saliente. 2 pisos más abajo el suelo, a 5 metros de distancia mientras su cuerpo cuelga. Un harapo desdeñoso mirado desde lejos, una sabana fantasmal y flotante digna quizás de las bromas de un niño? Un espectro que de pronto ya no está y solo como rastro queda ese trocito de papel y letras arremolinado por el viento, lentamente descendiendo hasta caer frente a la puerta sobre la cual se lee claramente un oxidado letrero de acabados que alguna vez fueron hermosos con querubines y azulejos. “Orfanato”

Tal cual la calle vacía, he aquí ahora un edifico que respira…
Blancas paredes y suelos pulcros, adornados los escasos muebles por una fina capa de polvo. Todo tan viejo y rudimentario… solo lo esencial y necesario.
Cortinas sedosas en las ventanas del ala principal… el único pasillo pero lleno de puertas. Mas allá un arco amplio, un salón de juegos… escaso de juguetes, quizás, escaso de consuelo.

Los pies descalzos no dejan huella, el fango en ellos se ha secado… un secreto andante que se detiene ante el encuentro de un ser humano. Una mujer de risos grises estirados en un moño, inclinada sobre su mesa haciendo que lee una obra cuando en realidad cabecea más que otra cosa. De momentos suspirando antes de soltar un ronquido… despertar, y repetir el ciclo… secándose el hilillo de baba que corre por su mentón, afianzándose el chal, arreglando sus lentes antes de volver a dormir y soñar… un sueño en el que una mujer, si! Una mujer de cabello salvaje, cuerpo esbelto y delirante le toca el pelo por un instante antes de que en sus ojos aparezca la aprobación y luego unos diamantes peligrosos brillen bajo sus labios. Una pesadilla!

La anciana despierta exaltada con la mano en el pecho… y ahoga quejido en su boca antes de poder enfocar como un rostro joven y pálido se inclina sobre ella y se hunde en su cuello antes de que pueda si quiera murmurar… ahora solo se sacude espasmódica, poco a poco vuelve a dormitar. Mas allá una tos seca avisa que está en donde quería y encontró lo que buscaba. Por lo que la vida “rancia” puede continuar. La anciana está dormida… mas inconsciente que nunca pero aun viva. Su cuello limpio no tiene marca alguna… más que el de las arrugas.

“He allí la cuna de la ternura
El abismo de la dulzura
Manitos chicas y brazos abiertos
Que una madre henchida de amor
Contempla muda”

Era ese el contenido del papel viajero… que ahora estaba lejos del orfanato, entre cúmulos de basura, testigo de cómo a una rata, la despedaza un gato.

Los pies descalzos se pasean entre camas… un corredor lleno de ellas….

Unos ricitos dorados asoman bajo las sabanas, otros no mas que mechones negros y otros tantos cobrizos… habían cabellos achocolatados y algunos mas tan rubios que parecían blancos. Cuerpos pequeños y suaves, cálidos en toda su expresión… unos más hermosos que otros pero todos apetitosos.
De nuevo esa tos, la nena penúltima de la hilera derecha de camas. Los niños se remueven incómodos mas no despiertan mientas ella, gime bajito y se voltea. Boca arriba puede respirar mejor, aunque casi no puede respirar en absoluto.
Una mano fría se posa en su frente y la nena se estremece por completo… no demora aquel cuerpo de hembra adulta en tomar asiento en la cama, alzando fácilmente a aquella muñeca. Poniéndola en su regazo mientras escucha tan claramente el rugir de sus pulmones al recibir aire, el latir débil de ese corazón… una cara blanca de mejillas rojas, labios sonrosados y húmedos. Los demás duermen… quizás no todos. Pero a ella no le importa. Baja el cuellito de la bata ajena e hinca suavemente sus dientes. La sangre fluye tan caliente como anormal. Un calor absolutamente delicioso que en realidad dañaba a la pequeña. Su madre había muerto con la peste… hace apenas 2 años. Ella tenía 6 y era preciosa y la estaban mandando de vuelta a lo “santo” pero sus ojos que de pronto se habían abiertos… estaban cada vez mas vacuos… brillosos pero también opacos… una muñeca suave y muerta tal cual debería ser todo objeto.

por **Caitlyn Meigan** Jue Mar 24, 2011 12:15 am

(Off: Antes de nada, para que entiendas a Caitlyn (siempre tengo que avisar de esto xD) te pongo un fragmento de su ficha: "Poderes: (Si los admins nos lo permiten) Inculca un miedo irracional sin quererlo, sólo con acercarse, tocar o mirar a los ojos a una persona, y a veces puede controlar la voluntad de los humanos débiles y sobre todo de los niños, aunque nunca de forma exagerada (por ejemplo, no puede hacer a un niño que odia a las arañas a muerte meterse en una habitación llena de ellas)". Como no es común que los humanos tengan poderes, es mejor avisar xD)

Cierro los ojos y giro en mi cama, abriéndolos de inmediato. No puedo dormir, como siempre. Nunca puedo dormir.
Vuelvo a cerrarlos y se me corta la respiración. Por un momento veo ante mí a los monstruos de mis pesadillas, y después, me siento encerrada. ¿No es eso agua?
Abro los ojos. Mis pesadillas empiezan mientras estoy intentando dormirme, y una vez me duermo... Todo empeora.
Así que mantengo los ojos abiertos, fijos en el techo. Duermo en una esquina, las camas más cercanas a la mía están vacía. No sobran camas, pero nadie quiere estar cerca de mí mientras duermo. Primero, porque tienen pesadillas. Muchas. Y segundo, porque a veces grito en sueños. Pero creo que eso no les importa. El problema son las pesadillas que tienen al estar cerca de mí.
Oigo toser a una de mis compañeras. Es cierto, una ha enfermado. A veces olvido lo que les pasa, ¿cómo voy a pensar en los problemas de la gente que me pega, me insulta y huye de mí?
Vuelvo a girar en la cama. Mis ojos se clavan en la mujer que hay junto a la cama de la que vienen las toses, abriéndose, redondos como platos. ¿Qué hace aquí? No parece haber notado que estoy despierta.
Me quedo mirándola fijamente, sin apartar la vista, mientras se inclina sobre el cuello de la niña y... ¿La muerde? ¿Es un monstruo de esos que se comen a los niños malos? Porque se ha equivocado. Aquí la más mala no es ella...
No nota el terror que todos sienten cuando los miro así. Seguro que es un monstruo, tiene que serlo. Se separa del cuello de mi compañera, que ya no tose. Ni respira, o eso parece, ¿la ha matado? ¿Eso rojo que he visto, durante un segundo, era sangre? En la oscuridad resulta difícil decirlo.
- Eres un monstruo, ¿verdad?- murmuro, en voz baja, para no despertar a los demás. Me castigarán si no los dejo dormir- ¿Has matado a...- no sé su nombre, así que la señalo- ella?

por **Kamaria** Jue Mar 24, 2011 12:35 am

[Off: Entiendo. Pero el efecto es distinto en mi, no soy persona sino lo que bien has dicho. ]

Dos agujeros tan minúsculos que casi ni se notan… dos agujeros que en la intimidad “maternal” la mujer lame mientras sus cabellos se arrojan sobre el rostro pálido y ausente de la “muñeca”…
Latidos al fondo que con una musicalidad azarosa delatan a la espectadora. Pero esa, la que poco a poco mete al cadáver entre las sabanas no la mira, aun luego de escucharle, de olerle, de saborear la fragancia de sus cabellos húmedos al parecer por un sudor nervioso y frio mientras los demás duermen. Cosas que algunos no notan… como los que viven y beben un agua que no saborean y por la cual no agradecen. Detalles… detalles.

- Soy un monstruo – dejo salir suavemente. Su halito inexistente rozo la mejilla de la pequeña muñeca antes de que el espectro de harapos se incorporara de la cama y girara hacia la vocecita curiosa. Sus articulaciones no habían hecho el trabajo por ella, no había rotado su tronco, sus pies sin despegarse del suelo se habían movido en un giro entero, perverso, tenebroso y sutil. Los ropajes de falda tiesos se pegaban a sus caderas, largos y trozados en los bordes, arrastrados por el fango. Su pecho casi desnudo antes había vestido una blusa con corpiño y fondo, ahora casi solo quedaba el fondo.

Ojos dorados de brillo felino observan a la pequeña. El rostro antes marmóreo se muestra a pena más colorado, casi normal aunque eso no fuera posible. Y la chica? Que sombrío aspecto, que carente de la infancia tierna y aun así… tierna completamente. – y sí, eso ahora es un cadáver. - que mas podía decir? Estaba satisfecha… y no había costumbre que la llevara a formar lazos monstruosos con humanos. Mas sin embargo se decidió a pasear unos 3 pasos por la estancia justo hacia la cama contigua de la niña fría.

por **Caitlyn Meigan** Jue Mar 24, 2011 1:10 am

(Off: lo sé, no te avisaba porque pudiera usarlo contra ti (en vampiros no funciona), sólo para que entendieras lo que dice/piensa Caitlyn)
- Soy un monstruo– asiento. "Ya lo sabía. Tenía que serlo." Se incorpora... ¿Su ropa está rota? Las cuidadoras se enfadarán si la ven así. No les gusta que se enseñe mucha piel. Se gira hacia mí, sin moverse, de forma... ¿Siniestra? Nunca me había topado, fuera de mis pesadillas, con algo que diera miedo. Escepto con los lugares cerrados y pequeños. Pero esos no son personas, ni monstruos. Aunque sean peores. La miro, con curiosidad... La novedad de la situación, y el surrealismo del asunto, hacen que no termine de sentir miedo. Ni siquiera cuando me mira, y responde a mi pregunta.
– Y sí, eso ahora es un cadáver.
Se acerca a la cama
contigua a la mía.
- Si te comes a los niños malos, te has equivocado. Si es a los enfermos no, claro... ¿Qué has hecho exactamente?- pregunto, todavía susurrando- Yo maté una vez a una mujer. Pero no así. Y no para comer. Se lo merecía. Supongo que a un monstruo no le importará que se lo diga, ¿verdad?

por **Kamaria** Jue Mar 24, 2011 1:43 am

Un reloj daba su rutinario tic tac tic tac a las afueras de ese corredor… unas ratas corretearon en el piso de arriba arañando el suelo con sus minúsculas patitas al mismo tiempo en que un golpe seco hacia un eco casi inaudible en la sala. Era el sonido de un cuerpo al desplomarse… pero la anciana, todavía estaba viva, casi viva.

La mujer de piel lechosa percibió el respiro del edificio, perezoso y antiguo acompañado de los suspiros infantiles y el tintinear de unas campanillas en la entrada. La gélida brisa con matices “cálidos” y un perfume a orine proveniente de algunas camas movió su mata de cabellos haciéndola lucir con vida. Tan lustrosa y ondulada que parecía poder estirarse y alcanzar la piel ajena para azotarle con violencia pero no fue así… y que decía la pequeña? … una confesión casi cómplice.

La mano de la espectral dama se elevo y alargo hacia la jovencita... estaba a una distancia considerable para poder si quiera tocar la cama de la chica… pero de pronto estaba a su lado, su cuerpo entero, tan cerca que sus dedos se habían mezclado entre la negra cabellera lacia peinándola hasta meterse y cogerle la cara con una firmeza… cariñosa. Sus ojos negros, dorados, terribles, fogosos y helados calaron en los de la niña y la oscuridad de los de la misma. penetrando mas alla de ellos aun si no fuera notable.

“Una puerta abierta en medio de la lucha entre una joven y la pequeña que cogida a la fuerza fue arrojada en la sombra blanquecina de 4 paredes.
La desesperación de los puños golpeando la puerta en lo que fue esta cerrada con violencia… la sensación de sofoque, la angustia y luego esa voz en cuello en un chillido fatal y desgarrador. Y lo siguiente… la humedad en un rostro de porcelana hasta que le dejan salir otra vez…

Golpes secos continuos y la visión de un cuerpo femenino rodando apurado por los escalones. Un respiro profundo… agua…?”

- No me importa que me lo digas. – sus dedos lentamente se deslizaron por esa piel en una caricia real. – Los humanos temen y siempre temerán a lo que desconocen, a lo diferente a lo que no pueden controlar. – No era secreto y ella jamás había sido ciega o falta de instinto. Las bestias rechazaban cierta carnada, algunas otras se sentían repelidas por variaciones en sus semejantes, los humanos no soportaban los retos que podían suponerles algunos otros y aquello que llamaban indignación venia intrínsecamente ligado con el temor. – Exactamente qué haces aquí? – parecía una pregunta tonta… una “sin madre” debía estar en ese lugar… a la espera al asecho pero lo valía?

[off: Penetre en tu mente para mirar a lo que llamas "merecerlo" ]

por **Caitlyn Meigan** Jue Mar 24, 2011 3:26 am

Alarga su mano hacia mí y, cuando creía que no iba a llegar a tocarme, aparece a mi lado. "Es un monstruo, no debería extrañarte". Acaricia mi pelo y luego agarra mi cara, con firmeza. Pero no parece que me vaya a matar, por lo que permito que me mire a los ojos.
- No me importa que me lo digas. – acaricia mi piel. – Los humanos temen y siempre temerán a lo que desconocen, a lo diferente a lo que no pueden controlar. ¿Exactamente qué haces aquí?
- ¿Aquí? Dormir. O intentarlo. Si te refieres al orfanato... Vivo aquí. Mi mami murió cuando nací, y no he encontrado otra, la gente me teme y no me adopta, ¿cómo iba a estar en otro sitio?
La miro, curiosa. Claro que no le importa que se lo diga, ella ha matado a una niña. Y no le había hecho nada. Pero si era para comérsela, y tenía que vivir de eso, a lo mejor no está tan mal... ¿Es bueno o malo ese asesinato? El mío fue malo. Lo volvería a hacer, supongo, y ella se lo merecía, pero fue malo. Porque que yo creyera que se lo merecía no significaba que tuviera razón. Aun así, ¿cómo evitarlo? Ella me había encerrado.

(Off: claro, no importa)

por **Kamaria** Jue Mar 24, 2011 4:34 am

- Por supuesto que puedes estar en otro sitio! – soltó de pronto cual vociferación siniestra que causaba estruendo sacudiendo los vidrios del lugar. Pero nada se había sacudido, ni los niños se habían removido a causa del escándalo. Y sin embargo no sería de extrañar que los oídos de la chica estuvieran pitando. Un monstruo con asomos de emoción. Una hembra que podía tomar el cuerpecito de la niña y arrojarlo por la ventana a encontrarse con el pabimento a 2 plantas de altura… así… obviamente estaría en otro sitio, posiblemente para siempre.

Sonrió cálida y pérfidamente sin poder evitarlo y sus rasgos se mostraron tan desmensuradamente hermosos como eran cuando no tenía décadas enterrada y aparecía desnutrida y cadavérica danzando en busca de… sangre.

- O te mataran, o tu mataras de nuevo… - su cabeza fue de un lado al otro mientras exponía aquel panorama – cada vez será peor hasta que no te quede nada… - sobreviviente… Las palabras de Jepa regresaban embargándola de una sensación momentánea de felicidad. Apreciar a ese hombre entrado en años fumar su tabaco mientras señalaba al horizonte naranja y purpura y asentía musitando que debía sobrevivir. Pero no era su voz y tono mas que la señal de la costumbre respecto a la crueldad. No pena, no pesar.

De pronto, Las manos de la mujer cayeron de nuevo sobre la cara ajena apartando los cabellos negros, llevándolo hacia atrás para contemplar por completo aquel rostro carnoso de mejillas esponjosas y surcos oscuro bajo los ojos. Labios carmín y tiernos, cuello pálido de venitas llamativas. Le froto las mejillas con los pulgares sin ser ruda realmente pero notando como su “caricia” dejaba leves cardenales en esa faz.
Su rostro muy junto al de la niña pronto perdió el entusiasmo retornando a esa sobriedad macabra que para muchos era hasta terroríficamente seductora. – Podría decir mucho más… pero tus asuntos no me competen. – Anunció con elegante tedio.

Se incorporo retornando a su espacio común y dejo en paz el de la mortal. Los carillones de otro sitio canturrearon en su cabeza y con ellos llegó una idea. – Mas si quieres… solo si en verdad lo quieres y te atreves, vendré por ti una noche e iremos al bosque. – ahh… mírala. Una hembra que revive quien fue su familia y su hogar. La mano tendida por esos negros de piel brillante, la crudeza de la caza y su ejemplo, la pantera. Muchos años en realidad ni idea tenia de cuantos. –Iremos juntas al bosque Como un monstruo y la pequeña a la que creen monstruo. – sus ojos se animaron… realmente nunca perdían ese estado... Al acecho a la espera y se pasearon sobre los cuerpecitos infantiles ignorando por completo a la pequeña y lo que pudiera pronunciar.

por **Caitlyn Meigan** Vie Mar 25, 2011 12:06 am

- Por supuesto que puedes estar en otro sitio!– lo pienso un momento. Los huerfanos tenemos que estar aquí, ¿no? Aunque es cierto que un huérfano se escapó. Y lo encontraron muerto de frío unos días después.
- No en otro sitio mejor.
Sonríe. Una sonrisa extraña. Cálida y malvada.
- O te mataran, o tu mataras de nuevo… Cada vez será peor hasta que no te quede nada…
- O tendré paciencia, me portaré bien y evitaré que me odien más. Así no querrán matarme ni encerrarme, y no tendré que matar. Seguiré dando miedo y no me querrán, pero será mejor que si sigo como antes...
"¿Antes de qué? ¿Del encuentro con el hombre extraño?"
De pronto vuelve a poner sus manos sobre mi cara, apartando mi pelo, llevándolo hacia atrás. Me frota las mejillas con los pulgares...
- Au- murmuro. Hace mucha fuerza. Frunzo el ceño.
"Decidiste tener paciencia, Caitlyn"
Su rostro vuelve a cambiar de expresión.
– Podría decir mucho más… pero tus asuntos no me competen.- Se incorpora– Mas si quieres… solo si en verdad lo quieres y te atreves, vendré por ti una noche e iremos al bosque. Iremos juntas al bosque. Como un monstruo y la pequeña a la que creen monstruo.
- ¿Al bosque? ¿Para qué?- Me gusta el bosque. No hay paredes, es grande y abierto- Podrías matarme, como a ella. O volver a frotarme las mejillas- respondo, llevando una de mis manos a la piel dolorida. No me da miedo, pero no debería confiar en ella- ¿Por qué quieres que vayamos al bosque?

por **Kamaria** Vie Mar 25, 2011 12:47 am

La vocecita infantil llena de preguntas golpeteaba con sus dudas inocentes los oídos de la única atenta en ese lugar. La fémina de aspecto descuidado y quizás desquiciado por sus atavíos respondió de inmediato sin mirarle aun. – Podría matarte justo ahora como a esa o de peor forma, arrancarte las mejillas o incluso ese cabello que contrasta tan firmemente con tu piel… así… le evitaría el olor de tu podredumbre al bosque y a los que allí habitan e incluso podría causar con eso comodidad entre estos chicos o generar la pena y alguna clase de sentimiento positivo hacia ti como el que al parecer no han tenido Solo, si lo quisiera no crees? – Palabras que en principio fueron dichas como ráfagas punzantes e hirientes luego eran un siseo tranquilo y casi dulce.
Poco a poco ese rostro se volvió hacia la pequeña… insondable, profundo y sobrio. – Aun más pequeña que tú, cuando no era un monstruo aprendí de la sabana, del roble y la roca… del riachuelo y la bruma. No había una madre, no estuvo allí lo suficiente. - …Sus pies esta vez cumplieron la normal función de trasladarle nuevamente junto a la niña y mientras tocaba las sabanas con una de sus manos apreciando la calidad de la tela, continúo hablando un poco más… - …Sin embargo aprendí mucho sin ella sobre todo a ser independiente y a amar la vida. – dejó salir un ligero suspiro e hizo una pausa… quizás, demasiado prolongada. No eran esas sus charlas comunes, no era su humanidad lo que trataba de recuperar a sabiendas de haberla perdido completamente. Y claro, solo le faltaría ser realmente espantosa para terminar la transformación que hace años se había obrado.

…- No he usado palabras para niños al comunicarme contigo, si entiendes de lo que hablo quedara en evidencia desde ahora. Quiero llevarte al bosque porque es un lugar diferente… - una sonrisa jovial apareció en su cara mientras se mesaba el cabello extrayendo de ellos algunas hojas y granitos de tierra - … nadie podría encerrarte allí y tendrías mejores imágenes que sostener en tu cabeza que paredes blancas y niños odiosos. – se miró las uñas sacudiendo de entre ellas y la cutícula unos restos de fango. – A demás… - prendo sus ojos en ella afable y sincera – Un poco de diversión vendría bien a tu animo y un cambio de ánimo cambia todo a tu rededor. … Bien, realmente seria un cambio de perspectiva pero eso siempre incluye algo de ánimo para comenzar. – se dejo en paz las manos y observo por un momento como había si querer ensuciado la cama de la chica. Arrugo el entrecejo y desvió sus ojos a la ventana. Noche a un joven… noche repentinamente nublada.

por **Caitlyn Meigan** Sáb Mar 26, 2011 3:08 am

- Podría matarte justo ahora como a esa o de peor forma, arrancarte las mejillas o incluso ese cabello que contrasta tan firmemente con tu piel… así… le evitaría el olor de tu podredumbre al bosque y a los que allí habitan e incluso podría causar con eso comodidad entre estos chicos o generar la pena y alguna clase de sentimiento positivo hacia ti como el que al parecer no han tenido. Solo, si lo quisiera no crees?
- Si no me temes y ya has comido... ¿Por qué ibas a querer matarme? ¿O aún tienes hambre?- la miro, recelosa- ¿Cuántos niños te comes en una noche?
– Aun más pequeña que tú, cuando no era un monstruo aprendí de la sabana, del roble y la roca… del riachuelo y la bruma. No había una madre, no estuvo allí lo suficiente. - Mi mami sólo estuvo unos segundos. Murió después de cojerme en sus brazos e intentar incorporarse. O eso me dijeron. La mujer se acerca a mí, tocando una de las viejas sábanas- …Sin embargo aprendí mucho sin ella sobre todo a ser independiente y a amar la vida.
¿Ella también fue una huérfana entonces? No, espera, ¿los monstruos tienen mamis? ¿O es una persona que se convirtió en un monstruo?
- No he usado palabras para niños al comunicarme contigo, si entiendes de lo que hablo quedara en evidencia desde ahora. Quiero llevarte al bosque porque es un lugar diferente… - sonríe - … nadie podría encerrarte allí y tendrías mejores imágenes que sostener en tu cabeza que paredes blancas y niños odiosos. – ya sé que no me podrían encerrar. Me gusta el campo por eso. Pero nunca vamos... Sólo he estado una vez, y no era un bosque – Además… Un poco de diversión vendría bien a tu animo y un cambio de ánimo cambia todo a tu rededor. … Bien, realmente seria un cambio de perspectiva pero eso siempre incluye algo de ánimo para comenzar.
Podría matarme, pero quiero ir al bosque.
- ¿Cuánto tiempo estaríamos en el bosque? Me castigan cuando llego tarde, suelo salir a la calle, no me gustan las paredes. Pero tampoco quiero volver muy pronto...- me quedo pensativa, pensando una de las cosas que dijo antes- No tener mami te enseñó mucho, pero, ¿eso significa que no quieres tener una mami?
Pensativa, recorro el rostro de la mujer con la vista. Llevaba mucho tiempo sin hablar con alguien diferente, alguien a quien responda, cuyas preguntas sean interesantes... ¿Se enfadaría aquel hombre, el ángel, si supiera que he hablado con un monstruo? No, ¿verdad? Yo no he hecho nada malo. A la niña la ha matado ella... ¡Y me quiere llevar a un bosque! Seguro que es mejor que la calle. Más abierto...

por **Kamaria** Lun Mar 28, 2011 12:47 am

La joven divagaba entre dubitativas absurdas mientras le oía y a la vez en que el monstruo femenino la oía solo la ignoraba por el bien de no impacientarse con tan bonito e interesante pequeño humano. Preguntas como la razón que quisiera matarla si ya había comido o la cantidad de niños que se comía en una noche debía tomarlo como indulgencias infantiles y no como lo que eran, una contradicción pura a las mismas suposiciones que ya la chica había hecho antes respecto a eso de ir al bosque y morir allí. Pero… por su parte, intima parte de madures intrínsecamente ligada con una paciencia o intento de la misma solo suspiro oyendo de nuevo otra pregunta respecto al tiempo y luego lo que le harían si llegara tarde, cosa que para ella era absolutamente irrelevante.

La pequeña guardo silencio un momento, tiempo provechoso para llenarse de la “bondad” que había mostrado antes y no matarla al sentir como sus sentidos se nublaban levemente por ese aroma a sangre humana infantil caliente… pero de pronto la pequeña soltó una cosa más… y mientras una recia brisa azotaba los arboles y tensaba las ventana haciendo crujir el edificio, la pálida efigie hembra permaneció como estatua contemplando a la huérfana con expresión insondable si es que realmente podría encontrarse alguna expresión en esa cara de rasgos duros y horrorosamente atractivos. – A esta altura no la necesito. Pero a tu edad la quería de vuelta…- se irguió en su postura enderezándose tanto que pareció más alta y refinada de lo acostumbrado. Sus movimientos ya eran felinos y elegantes, sus ademanes sensuales y levemente inocentes… extrañamente salvajes a la vez, como el mismo impulso que le llevo a precipitarse en menos de un abrir y cerrar de ojos sobre el cuerpo de la niña, oprimiendo una de sus poderosas manos contra la boca de la misma a la vez en que le hacía la cara a un lado dejándole a la vista su cuellito blanco de venitas azules marcadas y palpitantes bajo la carne tierna. Su cuerpo lo uso para oponer fuerza contra el de la humana y de esta forma inmovilizarla… aun sin usar toda su fuerza para no triturarla definitivamente. Una acción tan abrupta como el mismo viento tormentoso que había azotado las ventanas y la calleja en el exterior… colándose bajo las rendijas de las puertas y ondeando en un siseo fantasmal por todo el edificio…- Mas nunca pense en irme con ella... pero me pregunto si tu deseas reunirte con la tuya. - Susurro peligrosamente cerca de su cuello.

por **Caitlyn Meigan** Vie Abr 01, 2011 8:19 pm

– A esta altura no la necesito. Pero a tu edad la quería de vuelta…-
eso hace que yo frunza el ceño... ¿Significa eso que yo dejaré de querer una mami? ¡Nunca! ¿Cómo iba a pasar algo así?
La mujer se endereza y se lanza sobre mí, tapándome la boca, apartando mi cara hacia un lado, dejando a la vista mi cuello e inmovilizándome con su cuerpo.
No he podido gritar, de lo rápido que ha pasado. La miro con rabia, ¿piensa matarme? Mi mirada se oscurece.
- Mas nunca pense en irme con ella... pero me pregunto si tu deseas reunirte con la tuya. - Susurra cerca de mi cuello.
"Qué fría está. Si espera que responda, tendrá que esperar mucho, me está tapando la boca"
Entrecierro los párpados. El susto ha hecho que mi pulso se acelere, pero no siento pánico. Es como si me preparara para odiarla, en el caso de que decidiera matarme.
Clavo la vista en la cama del compañero más cercano a mí, sin apartarla.
"Despierta..." pienso. A veces controlo a mis compañeros. Me obedecen. Pero no sé si funciona si no puedo hablar.
Aun así, mi mirada no tardará en provocarle pesadillas. Su respiración se agita, así que pronto se despertará gritando. Se despertarán los demás, y vendrán las cuidadoras... Así ella no podrá matarme. Si el monstruo me suelta no los despertaré... Pero no dejaré que me mate.

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