Tomando un respiro [Erzsebeth]

Recuerdo del primer mensaje :

Hacía mucho tiempo que no iba de compras, de hecho, hacía bastante tiempo que no salía de casa. Padre estaba bastante pesado desde lo del teatro. Que hubiese llegado tan tarde no le había hecho mucha gracia y, aunque no podía hacerlo personalmente, pagaba a algunos de los criados para que me vigilaran. No podía estar sola nada más que cuando estaba en mi habitación. Daba igual que estuviese practicando con el piano, haciendo algún bordado o simplemente leyendo, siempre sentía unos ojos obsevándome. Aquella situación se volvía insoportable por momentos.

Por eso, harta de esa persecución, logré convencer a mi madre de que me dejara acompañarla de compras y, al fin, logré salir de casa. Lo que mi madre no sabía es que aprovecharía cualquier descuido en las atestadas calles comerciales, para escaparme de ella y vagar un poco a mi aire por la ciudad.
- Hija, mira que tela más preciosa... ¿No te gustaría para un vestido nuevo?
- Pues no está mal... pero me gusta más esa, madre. -dije señalando otro rollo de tela mientras mi mente seguía pensando en un método factible para desambarazarme de mi madre. Quizá si se encontrase con alguna amiga....

Lejos de parecer enojada mi madre sonrió. Supongo que el hecho de que Erzsebeth se echase a sí misma parte de culpa o, más bien toda, por haberme llevado a la sastrería y por lo que de aquello se había derivado.
- No os preocupéis por nada. Cómo ya he dicho y mi hija bien sabe, estoy interesada en contratar los servicios de un nuevo sastre. La persona que se encargaba hasta ahora de hacer nuestros vestidos ha decidido marcharse a otra ciudad en busca de más negocios y, ciertamente, me urge encontrar otro. Si ese Mr Taylor es tan bueno en su trabajo como para interesar a mi hija entonces se merece una visita por mi parte.

- Otro día puedo llevarte a su tienda para que lo compruebes por ti misma, madre. -añadí con una tenue sonrisa de satisfacción.

- Srta Harsányi... no he podido evitar fijarme en que no portáis anillo de casada. ¿Puedo preguntar qué hacéis para salir adelante? ¿Tenéis negocios heredados de vuestros padres? - Miré a mi madre con gesto de confusión. ¿A qué venía aquella pregunta? Ni que fuese mi padre con su interés en los negocios ajenos...

- Madre, a lo mejor a Erzsébet no le apetece hablar de ese tema. Estamos tomando el té, deberíamos tratar temas más ligeros, no crees? - Desde que mi madre había llegado notaba que era ella la que llevaba todo el peso de la conversación y apenas me dejaba meter baza. Odiaba cuando hacía eso...

- No os preocupéis por nada. Cómo ya he dicho y mi hija bien sabe, estoy interesada en contratar los servicios de un nuevo sastre. La persona que se encargaba hasta ahora de hacer nuestros vestidos ha decidido marcharse a otra ciudad en busca de más negocios y, ciertamente, me urge encontrar otro. Si ese Mr Taylor es tan bueno en su trabajo como para interesar a mi hija entonces se merece una visita por mi parte.
- Otro día puedo llevarte a su tienda para que lo compruebes por ti misma, madre.
- Srta Harsányi... no he podido evitar fijarme en que no portáis anillo de casada. ¿Puedo preguntar qué hacéis para salir adelante? ¿Tenéis negocios heredados de vuestros padres?- Alzo una ceja al oír la pregunta. Aunque supongo que es natural, es difícil que una mujer viva sin un marido.
- Madre, a lo mejor a Erzsébet no le apetece hablar de ese tema. Estamos tomando el té, deberíamos tratar temas más ligeros, no crees?
- Bueno, tengo algunos negocios con los que mantengo mi fortuna, aunque no los he heredado de mis padres. Y no es el tema que más me apetece hablar, la verdad... Por cierto, antes de que se me olvide, debería comentarle... Me gustaría que, después, Vanessa me acompañara a casa, había pensado prestarle un libro de mi colección.

Erzsebeth no pareció molesta con la pregunta, al menos en su tono, pero respondió a la pregunta de forma vaga. Pensé que mi madre iba a seguir preguntando, pero el hecho de que mi nueva amiga sacase a relucir el tema del libro del que habíamos hablado por el camino debió despistarla.
- Bueno, no veo inconveniente en que mi hija le acompañe... Aunque le agradecería que esa visita no se prolongase demasiado. Vanessa debe estar de vuelta en casa antes de la hora de la cena. Mi marido es muy familiar y gusta de disfrutar de la compañía de sus hijos durante las comidas. -explicó mi madre.

- Gracias por dejarme ir, madre. Realmente me apetece poder echarle un buen vistazo a ese libro. Es una...
- Vanessa, no te esfuerces. Ya sabes que esas cosas no me interesan. -me interrumpió antes de llevarse la taza de té a los labios y acabarla.- Toma algo de dinero para pagar. -dijo sacando de su bolso su monedero y dejando algo de efectivo sobre la mesa.- Me marcho ya. Pedí a uno de los comerciantes que me mandase unas cosas a casa y dije que le pagaría cuando los entregase. Será mejor que esté allí antes de que llegue. Un placer conocerla, señorita Harsányi. -dijo mi madre dedicándole una sonrisa a la joven y levantándose de la silla para después dirigirse hacia la puerta. Un pequeño suspiro de alivio se escapó de mis labios cuando la vi salir. No pude evitarlo.

- Lo siento de veras, Erzsebeth. Mi madre puede llegar a ser un auténtico incordio. -dije sincerándome con ella más de lo que había hecho con nadie y haciéndole un gesto a la hija del dueño para que se acercase. Cuando llegó a nuestro lado le di el dinero que mi madre había dejado y le pedí que cobrase todo lo de nuestra mesa. Instantes después regresaba nuevamente con el importe completo que le había dado.
- Mi padre dice que están ustedes invitadas a lo de esta tarde. Gracias por venir y vuelvan cuando quieran. -dijo dejando en la mesa el dinero y volviendo a marcharse.

(Off: Espero no liarla, pero no recuerdo bien si era por la mañana o por la tarde XD)

(Off: ni yo xD Así que supongo que no importa)

- Bueno, no veo inconveniente en que mi hija le acompañe... Aunque le agradecería que esa visita no se prolongase demasiado. Vanessa debe estar de vuelta en casa antes de la hora de la cena. Mi marido es muy familiar y gusta de disfrutar de la compañía de sus hijos durante las comidas.
- Gracias por dejarme ir, madre. Realmente me apetece poder echarle un buen vistazo a ese libro. Es una...
- Vanessa, no te esfuerces. Ya sabes que esas cosas no me interesan. -termina su taza... ¿No le interesan los libros? ¿Hasta el punto de interrumpir una breve explicación sobre uno de ellos?- Toma algo de dinero para pagar. -dice dejando algo de dinero sobre la mesa- Me marcho ya. Pedí a uno de los comerciantes que me mandase unas cosas a casa y dije que le pagaría cuando los entregase. Será mejor que esté allí antes de que llegue. Un placer conocerla, señorita Harsányi. -dice dedicándome una sonrisa.
- Lo mismo digo...
Vanessa suspira de alivio cuando sale.
-Lo siento de veras, Erzsebeth. Mi madre puede llegar a ser un auténtico incordio.-dice, haciéndole un gesto a la hija del dueño para que se acercase.
- Bueno, no pasa nada, gracias a ella nos hemos enterado de que tenemos un conocido común.
Cuando llega le da el dinero, aunque enseguida vuelve con el importe completo que le había dado.
- Mi padre dice que están ustedes invitadas a lo de esta tarde. Gracias por venir y vuelvan cuando quieran. -dice dejando el dinero en la mesa.
- Quédeselo, es quien les ha traído un nuevo cliente y ha tocado el piano, así que es mérito suyo que nos inviten- digo- Bueno, ¿vamos yendo hacia mi casa? ¿O tiene algo más que comprar?

- De acuerdo, Erzébet. -dije sonriendo levemente.- Aunque yo no diría tanto que es mérito mío como que usted le ha causado buena impresión al propietario. -bromeé.- No, no tengo nada que comprar así que sí, vayamos a su casa. Además, ya habéis podido escuchar a mi madre. Nada de retrasos. -dije imitando levemente su tono de voz.- Será mejor que le haga caso en eso. "Bastante tengo ya con haberme escapado como para ahora encima llegar tarde a la cena también." -añadí mentalmente.

Ambas nos pusimos de pie y, tras dedicarle un gesto a modo de despedida al señor Morton salimos del lugar.
- Y dígame... ¿vive muy lejos de aquí? -pregunté mientras echábamos a andar marcando ella esta vez el ritmo y la dirección de nuestros pasos.- Igual me equivoco pero apostaría a que usted posee una preciosa casa de estilo colonial. -aventuré sin saber muy bien como había llegado a esa conclusión.

- De acuerdo, Erzébet. Aunque yo no diría tanto que es mérito mío como que usted le ha causado buena impresión al propietario. No, no tengo nada que comprar así que sí, vayamos a su casa. Además, ya habéis podido escuchar a mi madre. Nada de retrasos. -dice imitando levemente su tono de voz, por lo que sonrío, divertida- Será mejor que le haga caso en eso.
- Sí, sin duda... Tal vez cuando vuelva a casa no esté tan... ¿dócil es la palabra adecuada? como ahora.
Ambas nos ponemos de pie y, tras dedicarle un gesto a modo de despedida al señor Morton salimos del lugar.
- Y dígame... ¿vive muy lejos de aquí? -pregunta mientras echamos a andar en dirección al lugar donde nos espera mi coche- Igual me equivoco pero apostaría a que usted posee una preciosa casa de estilo colonial. -aventura.
- En mi opinión, sí es preciosa, aunque todo es cuestión de gustos. Tal vez algo grande para una sola persona, pero no demasiado. Respecto al estilo... Podrá verla dentro de poco. Está a las afueras de Londres, pero tengo un coche esperándome cerca de aquí, y no tardaremos mucho en llegar.

Su comentario acerca de mi madre me hizo sonreír a medias. Lo cierto era que mi madre no era una persona muy capaz de contenerse, sobre todo en lo que se refería a mí, por lo que que se hubiese mostrado tan tranquila tras el primer momento de nervios me había extrañado un poco.
- Sí, imagino que en casa se quedará a gusto riñéndome. Ya podréis suponer que os mentí cuando nos vimos. Realmente fui yo la que me aparté de ella y no al revés... pero es que me resultaba tan aburrido ir con ella...

Ya en la calle y tras escuchar lo que dije sobre su casa me dio en parte la razón y me dijo que, aunque estaba a las afueras un coche la esperaba.
- Oh, muy previsora. -dije sonriendo.- La verdad es que ya me apetece ver vuestra casa. La pintáis bastante bien y, esto es algo que quizá suene superficial pero en lo que hay bastante verdad, la vivienda de una persona dice mucho de ella. A fin de cuentas es el lugar dónde más tiempo pasamos, no? -comenté mientras seguíamos caminando. No tardamos demasiado en divisar un coche que supuse sería al que Erzsebeth se refería. Efectivamente lo era pues sus pasos se dirigieron hacia él.

- Sí, imagino que en casa se quedará a gusto riñéndome. Ya podréis suponer que os mentí cuando nos vimos. Realmente fui yo la que me aparté de ella y no al revés... pero es que me resultaba tan aburrido ir con ella...
- No creo que os regañe, parecía convencida de que, finalmente, no era para tanto.
- Oh, muy previsora. -dice sonriendo.- La verdad es que ya me apetece ver vuestra casa. La pintáis bastante bien y, esto es algo que quizá suene superficial pero en lo que hay bastante verdad, la vivienda de una persona dice mucho de ella. A fin de cuentas es el lugar dónde más tiempo pasamos, no? -comenta mientras seguimos caminando.
- Cómo está amueblada, y los objetos que en ella se guardan sí dice mucho sobre sus inquilinos... Su construcción muchas veces sí, pero no siempre, ya que no todo el mundo elige su casa por gusto. Aunque en mi caso sí lo hice. Más que por el edificio, por su situación, la verdad, aunque la casa también me gustaba... ¿Vos dónde vivís?
No tardamos demasiado en divisar mi coche, hacia el cual me dirijo. Jacques, el cochero, está charlando con unos chiquillos que acarician a los caballos. Nos sonríe al vernos y, echando a los niños, nos abre la puerta.
- Gracias, Jacques...- dejo subir primero a Vanessa- Llévanos a casa, por favor.
- Por supuesto- dice, sonriendo, mientras entro en el coche y él sube, de un salto, al asiento del conductor.

(Off: ¿Continuamos el post aquí, o en mi casa?)

- La verdad es que yo me refería a todo el conjunto, cómo no. -añadí tras escuchar lo que dijo. Hablando, hablando llegamos al coche y Beth me dejó subir primero. Dio indicaciones al cochero y pronto estuvimos en movimiento. Aproveché para responder la pregunta que había quedado en el aire. - Bueno, antes de responder a su pregunta debo recordarle que vivo con mis padres, por lo que mi casa es totalmente al gusto de ellos. Está situada también a las afueras cerca del río y de la sede de la empresa de mi padre. Es un tanto sobria y de estilo clásico, al menos en su parte exterior. En la interior mi madre se ha encargado de hacer que la impresión de sobriedad desaparezca. Todas las habitaciones están decoradas a su gusto excepto la pequeña biblioteca y el despacho de mi padre. -le conté. El cochero era bastante bueno y guiaba los caballos con maestría. Apenas se percibía traqueteo alguno. No tardaríamos mucho más en llegar a la casa de mi nueva amiga.

(Off: Pues como prefieras. Si van a ser pocos post podemos seguir aquí, pero la verdad me da igual.)

- Bueno, antes de responder a su pregunta debo recordarle que vivo con mis padres, por lo que mi casa es totalmente al gusto de ellos. Está situada también a las afueras cerca del río y de la sede de la empresa de mi padre. Es un tanto sobria y de estilo clásico, al menos en su parte exterior. En la interior mi madre se ha encargado de hacer que la impresión de sobriedad desaparezca. Todas las habitaciones están decoradas a su gusto excepto la pequeña biblioteca y el despacho de mi padre.- cuenta.
- Claro, cuando lo pregunté era consciente de que su casa sería la elegida y decorada por sus padres... En el caso de mi casa, la biblioteca no es pequeña, precisamente. Pero eso era predecible- miro por la ventana, observando cómo pasan las casas de Londres, cada vez más dispersas. Nos acercamos a las afueras-. Llegaremos a mi casa en unos minutos... Decidme, además de "una preciosa casa de estilo colonial..." ¿cómo os la imagináis?

(Off: bah, me da igual. Sigamos aquí, mismamente xD)

Sonréi levemente mientras elegía las palabras para responder su pregunta.
- No es que sea una persona excesivamente perceptiva, pero como me ha preguntado haré suposiciones aún a riesgo de equivocarme. Bien, teniendo en cuenta lo que ya me ha contado sobre la casa y lo que ha dejado traslucir de su personalidad imagino que su casa estará decorada de forma elegante y no demasiado excesiva, rozando incluso quizá la sobriedad. El amor por la literatura que ha demostrado debe traducirse en libros por todas o casi todas partes aparte, claro, de poseer una completa biblioteca, como ya ha dicho. No parece una mujer que invite fácilmente a gente a su casa o que dé fiestas, por lo que supongo que el salón será simplemente un lugar dónde pasar el rato disfrutando de sus pasatiempos. Dado que posee uno o varios negocios imagino que su casa también poseerá algún despacho en el que tratar esos temas y... -hice una pausa durante la cual una de mis manos acarició casualmente mi cuello mirando distraídamente hacia otra parte y cuando volví a buscar la mirada de Erzébet esbocé una mini-sonrisa.- No se me ocurre nada más que decir. Por favor tened a bien disimular un poco vuestro horror si he errado demasiado. -comenté con tono relajado antes de lanzar una rápida mirada por la ventana.

- No es que sea una persona excesivamente perceptiva, pero como me ha preguntado haré suposiciones aún a riesgo de equivocarme. Bien, teniendo en cuenta lo que ya me ha contado sobre la casa y lo que ha dejado traslucir de su personalidad imagino que su casa estará decorada de forma elegante y no demasiado excesiva, rozando incluso quizá la sobriedad. El amor por la literatura que ha demostrado debe traducirse en libros por todas o casi todas partes aparte, claro, de poseer una completa biblioteca, como ya ha dicho. No parece una mujer que invite fácilmente a gente a su casa o que dé fiestas, por lo que supongo que el salón será simplemente un lugar dónde pasar el rato disfrutando de sus pasatiempos. Dado que posee uno o varios negocios imagino que su casa también poseerá algún despacho en el que tratar esos temas y... -hace una pausa.- No se me ocurre nada más que decir. Por favor tened a bien disimular un poco vuestro horror si he errado demasiado. -comenta.
- No, la verdad es que no está muy lejos de la realidad. Tal vez algunas habitaciones no estén tan... "rozando la sobriedad", pero tampoco creo que haya un exceso de decoración- respondo. Sonrío, mirando por la ventana- Hemos llegado, no tardaremos en parar...
Jacques detiene el coche frente a la entrada a mi casa y, rápidamente, se baja para abrirnos la puerta.
- Gracias Jacques...- digo, mientras bajo- Bien, esta es mi casa- la señalo con un ademán del brazo- ¿Quiere que vayamos directamente a la biblioteca?

Poco después llegábamos a la casa de la señorita Harsányi y su cochero Jacques nos ayudó a bajar a ambas. Cuando bajé dirigí una mirada a la casa que tenía frente a mí. Era bonita y desde luego parecía acogedora.
- ¿Quiere que vayamos directamente a la biblioteca? -me preguntó antes de recorrer el corto espacio que nos separa de la puerta principal.
- La verdad es que me gustaría ver un poco vuestra casa para comprobar mis aciertos y desaciertos, pero temo que deberé dejarlo para otra ocasión. Me conformaré con ver la biblioteca, coger el libro y regresar con mi familia. -dije resignada pero mostrando una sonrisa y siguiéndola por el pasillo de la casa, cuya puerta ya había sido abierta.

- La verdad es que me gustaría ver un poco vuestra casa para comprobar mis aciertos y desaciertos, pero temo que deberé dejarlo para otra ocasión. Me conformaré con ver la biblioteca, coger el libro y regresar con mi familia. -dice resignada pero sonriendo.
Priscila nos abre la puerta y, antes de que pregunte, resumo la situación rápidamente. Es capaz de mandar hacer la cena para dos personas si no aviso. Me dirijo hacia la biblioteca por uno de los pasillos que salen del vestíbulo, y no tardamos en llegar hasta sus puertas. Las abro y entramos.
- Veamos... Tiene que estar por aquí- murmuro, dirigiéndome a las estanterías con libros en inglés.
Encuentro la "S" de Shakespeare y comienzo a recorrer los lomos de los libros con el dedo ante los ojos de Vanessa, buscando la obra que le prometí.
"Spells of Antiquiti... Está demasiado a la vista. Bah, ¿qué más da? Tengo tantos libros sobre tantos temas que uno sobre magia no resulta sospechoso... Mientras nadie se ponga a mirar mis estanterías a fondo y se de cuenta de que la mayoría tratan ese tema..."
- Shakespeare, por fin...- digo. Quién me manda empezar por el final del abecedario. Echo un vistazo a los libros que hay en esa zona, reconociendo rápidamente el original. Lo saco con cuidado de la estantería y se lo tiendo a Vanessa- Timón de Atenas, aquí está... No es una de sus obras más famosas. Pero tratar de conseguir un original de Hamlet o Romeo y Julieta sería mucho más difícil.

Una criada apareció ante nosotras y Erzsebeth le resumió brevemente el motivo de mi visita. Tras eso la seguí por los pasillos en silencio hasta llegar a una biblioteca bastante más grande de como la había imaginado. Sin más empieza a recorrer las estanterías con la vista y poco después veo como sus dedos se deslizan por los lomos de los libros. Mientras busca yo echo un vistazo a mi alrededor. Libros, libros y más libros. Realmente le apasionan. Sin fijar mi vista demasiado en ningún tomo en particular reconozco diferentes idiomas en los lomos de estos. Parece tener libros con gran variedad de temáticas. El título de uno capta mi atención pero en ese momento la escuché hablar.
- Shakespeare, por fin... - Me giré de nuevo en esa dirección y la vi sacar del estante el tomo en cuestión con mucha delicadeza. Lo que dice me hace esbozar una pequeña sonrisa.
- Lo imagino. De todas formas éste también debe tener un valor incalculable y seguro que la obra está a la altura de lo que se espera de alguien del talento de Shakespeare. Gracias por confiarme el libro. Os prometo que lo cuidaré bien y os lo traeré de vuelta cuanto antes. -le dije cogiendo el libro y admirando su cubierta y su conservación.- Tiene usted una gran biblioteca. Debe llevar bastante tiempo acumulando libros, no? Seguro que esta habitación contiene obras de lo más interesante... -comenté alzando la vista para encontrarme con su mirada.

- Lo imagino. De todas formas éste también debe tener un valor incalculable y seguro que la obra está a la altura de lo que se espera de alguien del talento de Shakespeare. Gracias por confiarme el libro. Os prometo que lo cuidaré bien y os lo traeré de vuelta cuanto antes. -dice cogiendo el libro y mirando su cubierta.
- No lo dudo. Recuerde que no debe pasar demasiado tiempo al sol y, sobre todo, evitar la humedad. Espero que ésta no sea un problema, a pesar de que viváis cerca del río.
- Tiene usted una gran biblioteca. Debe llevar bastante tiempo acumulando libros, no? Seguro que esta habitación contiene obras de lo más interesante...- comenta alzando la vista y mirándome.
- En mi opinión, sí- digo, sonriendo-. Algunas incluso apasionantes. Y llevo acumulando libros...- lo pienso un segundo. Tenía ya algunos en Cachtice, como los de mi madre. No eran demasiados, pero sí algunos. Luego, en mi viaje por los Cárpatos conseguí algunos más, pero cuando realmente amplié mi colección hasta el punto de que pudiera llamarse biblioteca fue durante mi estancia en Italia- desde hace unos seis o siete años... ¿Te has fijado en alguno en concreto mientras buscaba ese?

- Oh, no, para nada. No debe preocuparse por eso. El libro estará a buen recado en la biblioteca de mi casa todo el tiempo. -dije y luego le sonreí. Se quedó pensativa unos instantes haciendo memoria sobre el tiempo que llevaba acumulando los libros de esa habitación. Me sorprendí cuando contretó.- ¿Seis o siete años y tiene todo esto? Vaya... - exclamé impresionada.- Hubo uno que captó mi atención por un segundo, pero no me dio tiempo a quedarme con el título. Una lástima, si llamó mi atención seguro que merecía la pena... - hice una pausa durante la cual volví a mirar el libro que tenía en las manos.- ¿Lograré que me deje visitar vuestra biblioteca en alguna ocasión? Desde luego pongo en la mesa una oferta similar. Quizá entre los libros que adornan, más que otra cosa, la mayoría de estantes de la biblioteca de mi padre encuentre alguna joya que no tenga aquí. - Consciente o inconscientemente estaba alargando la conversación con Erzsebeth aunque sabía que debía ir pensando en volver a casa.

- Oh, no, para nada. No debe preocuparse por eso. El libro estará a buen recado en la biblioteca de mi casa todo el tiempo. -dice- ¿Seis o siete años y tiene todo esto? Vaya... - exclama impresionada.
- Bueno, esta biblioteca ya contaba con unos cuantos antes de que comprara la casa, no todo es métito mío.
- Hubo uno que captó mi atención por un segundo, pero no me dio tiempo a quedarme con el título. Una lástima, si llamó mi atención seguro que merecía la pena... - hace una pausa durante la cual mira el libro que tiene en las manos.- ¿Lograré que me deje visitar vuestra biblioteca en alguna ocasión? Desde luego pongo en la mesa una oferta similar. Quizá entre los libros que adornan, más que otra cosa, la mayoría de estantes de la biblioteca de mi padre encuentre alguna joya que no tenga aquí.
- Será un placer visitar su biblioteca... Y por supuesto que podréis venir en alguna ocasión, tal vez haya más libros que os interesen- respondo- tengo libros de prácticamente todos los temas, y como supongo que habréis notado, en varios idiomas... ¿Sabéis alguno además del inglés?

(Off: había olvidado responderte, y hoy no puedo explayarme xD He tenido un mal día y tengo prisa, pero bueno... Al menos he respondido)

La señorita Harsányi asintió encantada con mi idea y me dijo que no había problema en que volviese a visitarla, ya que seguramente encontraría algún libro más que pudiese resultarme interesante. Tras eso me preguntó si conocía algún idioma aparte del inglés.
- Bueno, temo no ser una mujer tan instruida como usted en esas lides... La familia de mi madre vino aquí hace años desde Alemania y gracias a eso tengo algunas nociones de alemán, pero no puedo decir que lo domine ni mucho menos. Apenas alcanzo a leerlo y chapurrearlo. -dije sonriendo mostrando la linea superior de mis dientes.- Y siempre me llamó la atención el francés, aunque mis conocimientos no pasan del "bonjour" o el "au revoir" -dije pronunciando bastante bien esas dos palabras.- Cómo ve creo que muchas de estas joyas serán para mí como libros en blanco.- Hice otra pausa y después sujeté el libro con una mano más cerca de mi cuerpo.- Erzébet... -dije procurando pronunciar bien.- Creo que estoy tratando de retrasar lo inevitable. Muchas gracias por todo, pero debería irme llendo si quiero llegar a casa para la hora de la cena. Ha sido un placer conocerla hoy.

- Bueno, temo no ser una mujer tan instruida como usted en esas lides... La familia de mi madre vino aquí hace años desde Alemania y gracias a eso tengo algunas nociones de alemán, pero no puedo decir que lo domine ni mucho menos. Apenas alcanzo a leerlo y chapurrearlo. -dice sonriendo- Y siempre me llamó la atención el francés, aunque mis conocimientos no pasan del "bonjour" o el "au revoir" - asiento, al menos su pronunciación es buena... - Cómo ve creo que muchas de estas joyas serán para mí como libros en blanco.
- Es probable. La mayoría están en latin, por su antigüedad. Otros tantos en húngaro. Pero tengo bastantes en inglés, además de en italiano.
- Erzébet... -dice- Creo que estoy tratando de retrasar lo inevitable. Muchas gracias por todo, pero debería irme llendo si quiero llegar a casa para la hora de la cena. Ha sido un placer conocerla hoy.
- Lo mismo digo... Jacques puede llevarla hasta su casa, si le indica dónde se encuentra- digo, mientras me dirijo a la salida de la biblioteca- sígame.

Como ya suponía que haría, Erzsebeth confirmó la idea inicial de que la gran mayoría de aquellos libros quedarían fuera de mi alcance. Latín, húngaro, italiano... Desde luego en sus viajes aparte de conocer lugares y buscar libros para su enorme colección había dedicado bastante tiempo a aprender otros idiomas. Ojalá fuese yo como ella... ¿Qué pensarían mis padres si yo les dijese que quería viajar y conocer mundo? Desde luego mi padre se negaría en rotundo... "Lo que tienes que hacer es encontrar un buen hombre y casarte!" Eso es lo que diría. Me di cuenta de que me había puesto a divagar y cuando oí que me decía que la siguiese fue cuando reaccioné. Volvimos a salir al pasillo y en nada de tiempo estuvimos de nuevo en la puerta. Llamó a su cochero el cual vino enseguida y le pidió que me llevase a mi casa.
- Gracias de nuevo, Erzébet. Me alegro de haberla conocido. Estoy segura de que nos veremos muy pronto. -le dije sonriendo y despidiéndome antes de que Jacques me hiciese una seña para que lo siguiese al coche. Me ayudó a subir y después me pidió las indicaciones para llegar a la casa. Una vez las tuvo saltó al cabestrante y nos pusimos en camino. A ver que era lo que me esperaba al llegar...

Off: Cerramos ya, no?

(Off: Claro xD)
Salimos y llamo a Jacques, que no tarda en llegar con el coche.
- Gracias de nuevo, Erzébet. Me alegro de haberla conocido. Estoy segura de que nos veremos muy pronto. - dice sonriendo y despidiéndose antes de que Jacques le haga seguirlo al coche y la ayude a subir.
- Adios, Vanessa- me despido mientras sube- suerte en casa.
"La tendrá, su madre está convencida de que no ha hecho nada malo".
Pienso, mientras el coche se aleja.