robando para comer - libre -

Corría por las calles con una manzana bajo el brazo mientras un señor la perseguía por las calles, dobló en una esquina escondiéndose entre la basura evitando de esa manera que la encontraran. Estuvo en silencio hasta estar segura que el dueño de la fruta ya se habia ido, al salir se sacudió la ropa dignamente y se sentó a comer su recompensa, odiaba tener que robar para comer pero esos dias no le habia ido bien menya nodigando, los señores ya no eran como antes y ella debia alimentarse. Al terminar de comer salió del callejón caminando sin percatarse de quien la miraba.
Se sentó en la calle dejando sus pies sangrantes descansar mientras un recuerdo llegaba a ella, los dias en que su vida habia ido mejor, cuando el señor que parecia amar a su madre le daba comida y ropa. Dió un suspiro esperando que esa mañana mejorace, el frio era grande, sus labios estaban morados y sus uñas azules, de hecho ya casi no sentia sus manos, sabia que si seguia así moriria

La mañana no podía haber sido mejor. En compañía de Ágatha, mi nana, había salido a comprarme unos vestidos para las fiestas que se estaban aproximando. Aunque odiaba el motivo por el que se celebraba la Navidad, me encantaba el hecho de disfrutarlos con fiestas y regalos.

-¡Niña, mira esa pobre muchacha! - escuché a Ágatha lamentarse a mi espalda.

Cuando me giré, vi que estaba señalando a una chica sentada en la acera de enfrente. Sonreí a mi nana y juntas nos acercamos a la chica esa.

-Buenos días. -dije con una sonrisa mientras me agachaba para estar a la misma altura que la chica.

Era común escuchar esas exclamaciones, significaban dinero seguro por lo menos para poder comer algo mas y si tenia suerte para un lugar donde dormir, levantó la vista al darse cuenta que las dos señoras elegantes se le acercaban
- buenos dias señora, vuestra merced ayudará a esta pobre muchacha? - estiró la mano la cual estaban cubierta de llamas, quemadas por el frio que hacia en ese momento, juntó sus pies aun mas tapandolos con lo que quedaba de vestido, aun asi en su mirada se lograba vislumbrar las ancias de vivir que sentia. No levantó la voz, sabia perfectamente como actuar en esas circunstancias, a algunos le gustaba humillarla cosa que no toleraba nunca aunque estuviera muy desesperada. Sonrió esperando respuesta de ambas mujeres que se le habian acercado

eso era tener mas suerte de la que pensaba, solo esperaba un par de monedas y ya no que me invitara a comer y menos a un lugar que habia visto tantas veces por afuera soñando que algun dia comeria adentro. Me levanté con cuidado, mis pies descalzos sangraban un poco al pisar la nieve pero los tenia tan congelados que no sentia absolutamente nada. La que parecia ser la nana se adelantó sin saber porque y yo caminé junto con la mujer que me invitaba a comer algo
- bastante hambre, gracias señora - era un agradecimiento de corazón, ella no parecia ser una mala persona y mejor aun, me invitaba a comer, cosa que aun no me creia la verdad.
La miré mientras caminabamos en silencio, se veia una mujer de clase alta o media por su ropaje, miré la mia unos momento tratando de sacudir lo insacudible y de verme sino como ella al menos algo presentable antes de entrar al lugar

-si señora digo Meredith - nunca antes me habian dejado tutear a alguien, era como dar un paso mas, uno que no habia dado nunca, se tenia que tener mucho confianza en la otra para poder tutearla. Al entrar a la cafeteria levanté la cabeza orgullosa al pasar al lado del dueño que siempre me corria cuando estaba en la ventana, ahora yo entraba con alguien y no me iba a hechar, no podia.
La chimenea iluminaba todo, acerqué mis pies y mis manos para calentarlas, se sentia tan bien, le sonreí a ella, debia decirle mi nombre? pero no me lo habia preguntado, mejor me quedaba callada
-gracias por todo

- puedo pedir lo que desee? - la miré aun mas sorprendida, si es que eso se podia, nunca nadie me habia ofrecido tanta ayuda ni menos que eligiera que queria comer
- puedo puedo pediros de todo un poco? - lo dije con mucha timidez, en cualquier momento podia darse cuenta que hablaba con una huerfana y vagabunda y hecharme de una patada hacia afuera
- mi nombre es Alexia Gauyé - hablaba despacio temerosa de lo que pudiera pasar