Cruce de caminos: Un trato [Mefisto]

por **Katrina Volkova** Dom Oct 10, 2010 11:23 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Fecha: 30 de Diciembre de 1801.
Tiempo: Noche de luna llena.
Armas: Un revólver con balas rellenas de sal, una daga, una botellita de agua bendita.
Vestimenta: Un vestido de muchos volantes, corsé y mangas largas (con escote francés) negro, zapatos negros y una pequeña capa que llega hasta el suelo para tapar la piel que queda libre por el vestido. Sí, el Vaticano te da muchos lujos, cosa de la que no estoy acostumbrada.
Llevo: Lo necesario para hacer un trato.
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Estaba en la Ciudad de Vaticano, me había transladado por ese pequeño problema: "Los Demonios". Había estado investigando sobre ellos, sobre sus puntos débiles y fuertes. Aquel 30 de Diciembre me había dejado un tanto melancólica, un día más y sería la víspera de año nuevo. Un nuevo año que pasaría sin mi familia. Deseaba encontrar a aquel nigromante, asesinarle, hacerle sufrir como él me hizo sufrir a mí. No lo soportaba.

En Roma me proporcionaron muchos libros que me ayudarían en mi cacería. En él había un apartado: Tratos con demonios. En él, se aclaraba que con los demonios se podían hacer tratos. Podías pedirles lo que más desearas en el mundo y ellos te lo darían. Sólo había una excepción: debías entregar tu alma al demonio, es decir, pasar toda la eternidad en el Infierno. De normal, los demonios te dejaban un margen de 10 años para disfrutar de tu deseo antes de que los Perros del Infierno fuesen tras de tí.
Era una idea espeluznante, pero... ¿Y qué más me daba? Iba a ir al Infierno tarde o temprano, qué más daba que fuese dentro de 10 años, de 20 ó 30. Iba a acabar allí. Iba a hacerlo, iba a hacer un trato.
Busqué todo lo que se necesitaba para poder invocar a un demonio y dónde. Al parecer debías enterrar en un cruce de caminos una caja con un objeto muy personal (algo que contenga tu ADN), suciedad de un cementerio y un hueso de un gato negro. Las dos primeras opciones eran fáciles, la última... Bueno, no me preguntéis cómo, pero conseguí ese hueso. Saldría aquella misma noche.

Ya en mis aposentos me cambié de ropa, poniéndome un vestido negro con corset y flecos (como este pero con mangas largas) y unos zapatos negros de tacón. Me costaba acostumbrarme a ello, pero estaba contenta de poder vestir ropas así, al menos una vez en la vida. Con todo lo que necesitaba bien colocado y proporcionado en cada parte de mi cuerpo salí de aquella casa.

Un carruaje me llevó hasta la última casa de Roma, donde, tras de ella, se hallaba un extenso campo. Sabía que allí había un cruce de caminos, lo había visto antes. Daba gracias a que la luna iluminaba la noche, pues si no, ya me diréis cómo andaría por ahí. Lo único que llevaba era lo que necesitaba, la luz de la luna guiaba mis pasos. Llegué donde quería, justo al centro de un cruce de caminos. Me agaché y abrí la cajita. Había un trozo de piedra de una lápida que tenía musgo con ella, un pequeño hueso de un gato negro y un pequeño mechón de mi pelo. Todo estaba listo. Hice un pequeño hoyo en la tierra y enterré la caja. Me puse de pie, giré en todas direcciones mirando por si aparecía el demonio, pero no aparecía. ¿Habría sido una broma? Quizás lo escrito en el libro no era cierto y habría ido allí para nada.

por **Mefistófeles** Lun Oct 11, 2010 12:28 pm

Malditos exorcismos, fueron mi perdición la última vez que estuve en la tierra. Pero había algo muy importante que la estúpida cazadora había dejado pasar.
Entre espasmos alcé uno de los brazos y descargue el puño sobre la cara de Katrina, cortando el ritual y cesando los espasmos. Los ojos se me habían vuelto blancos y con mi poder telequinético alcé el cuerpo de la cazadora y lo estampé contra una de las paredes de la calle, inmovilizándola para que no pudiera moverse.
Un hilillo de sangre escapaba de su labio inferior partido y el lugar donde mi puño había pegado comenzó a tintarse de rojo y violáceo.

-¿En serio pensabas que me iba a quedar con los brazos cruzados mientras me mandabas al infierno? Bicho estúpido, vuestra arrogancia y simplicidad me ponen enfermo. A cada segundo que paso contigo me entran ganas de comenzar la tortura ahora mismo para que vayas haciéndote a la idea de lo que te espera en el infierno. No eres nada Katrina Volkova, a ver si se te mete en la cabeza de una vez por todas… si no tendré que aplastártela.

por **Katrina Volkova** Lun Oct 11, 2010 12:38 pm

Mefistófeles consiguió volver en sí propinándome un puñetazo en la cara. Luego me estampó con la pared con la mente. ¡Malditos demonios! El labio debía de estar sangrando, notaba la sangre brotar. Y seguro que estaba empezando a hincharse, ya conocía ese cosquilleo doloroso. Cerré los ojos con fuerza, me había hecho polvo con un solo puñetazo y no podía moverme, que divertido.

-¿En serio pensabas que me iba a quedar con los brazos cruzados mientras me mandabas al infierno? Bicho estúpido, vuestra arrogancia y simplicidad me ponen enfermo. A cada segundo que paso contigo me entran ganas de comenzar la tortura ahora mismo para que vayas haciéndote a la idea de lo que te espera en el infierno. No eres nada Katrina Volkova, a ver si se te mete en la cabeza de una vez por todas… si no tendré que aplastártela.

Estaba acudiendo a mi juego, al final caería y acabaría ya con mi vida, por lo que ya no tendré que pasar un miedo aterrador el año que me quedaba. En uno de los libros que tenía, decían que los perros del Infierno eran aterradores, iban a por tí el día justo cuando tu trato acaba. ¿Sí? Pues yo no quería experimentar eso, ¿cobarde? Quizás, pero con dedos de frente. Tenía la cabeza gacha, respiraba débilmente pero acabé subiendo la cabeza para mirar al demonio con una media sonrisa, la cual me costó gesticular.

-Cierra la boca- dije con dificultad- Ut Eccle-siam... tuam se-cura tibi... facias li-berta-te servire,... te roga-mus, audi... nos.

por **Mefistófeles** Lun Oct 11, 2010 12:49 pm

-Cierra la boca- dijo con dificultad- Ut Eccle-siam... tuam se-cura tibi... facias li-berta-te servire,... te roga-mus, audi... nos.

Esto era una mujer cansina y lo demás tonterías. Para darle un poco de gracia al asunto fingí unos cuantos espasmos que cesaron al instante.

-Parece que te cuesta un poco hablar ¿Quieres que te eche una mano?- bajé e incline la cabeza y cerré los ojos- Ut inimicos sanctae Ecclesiae humiliare digneris, te rogamus, audi nos. Dominicos sanctae ecclesiae, te rogamus audi nos. Terribilis Deus de sanctuario suo Deus Israhel ipse. Deus Israhel ipse. dabit virtutem, et fortitudinem plebi suae, benedictus Deus.
¡Gloria Patri!- alcé de nuevo el rostros con una mirada y sonrisa triunfantes- Vaya, si sigo aquí… estarás decepcionada ¿verdad? El exorcismo se corto cuando te hice callar, para que hubier surtido efecto conmigo tendrías que haber vuelto a comenzar desde el principio… pero en tu estado poco vas a poder hacer.

Me acerqué todo lo que pude a ella y pellizqué la mejilla magullada estirando un poco de ella.

-Pero que bien me lo paso contigo. Es tan divertido… ¿Dónde has estado todo este tiempo? Me acabo de dar cuenta que eres la mujer de mi vida.- dejé rienda suelta a mis carcajadas mientras pellizcaba cada vez con más fuerza su mejilla herida.

por **Katrina Volkova** Lun Oct 11, 2010 12:59 pm

Maldita sea. Acababa de desmoralizarme. Había pronunciado el resto del exorcismo y no había pasado nada. ¿Pero por qué? ¿Qué he hecho para merecer esto?

-Vaya, si sigo aquí… estarás decepcionada ¿verdad? El exorcismo se corto cuando te hice callar, para que hubier surtido efecto conmigo tendrías que haber vuelto a comenzar desde el principio… pero en tu estado poco vas a poder hacer.

-Eres un hijo de puta...- dije dejando caer mi cabeza por el agotamiento.

-Pero que bien me lo paso contigo. Es tan divertido… ¿Dónde has estado todo este tiempo? Me acabo de dar cuenta que eres la mujer de mi vida- me pellizcó de la mejilla cada vez más fuerte, me estaba haciendo polvo.

-¡Para!- dije sollozando. No pude evitar que se me escapasen las lágrimas.- Por favor... déjame en paz...

por **Mefistófeles** Lun Oct 11, 2010 1:04 pm

-Eres un hijo de puta...

-Me lo dicen muy a menudo- dije encogiéndome de hombros.
-¡Para! Por favor... déjame en paz...- vi correr por sus mejillas unas pocas lágrimas que brotaron de sus ojos.

-¡Lloras! Increíble, si de verdad eres humana- dije con alegría- No me lo puedo ni creer: Katrina Volkova derramando lágrimas de tristeza ¿o son de dolor?

por **Katrina Volkova** Lun Oct 11, 2010 1:08 pm

-Sí, soy humana, no como tú engendro de cabra- dije llorando.

¿Hacía cuanto no lloraba? Estaba llorando como nunca, las lágrimas salían a borbotones, quizás de todo lo que no había llorado en años. Le miré con tristeza, sollocé y volví a bajar la cabeza. ¿A él no le daba repulsión estas cosas? Pues tendría que dejarme ya en paz, no pararía hasta que me soltase. Había que buscarse las mañas para no acabar como tu enemigo quiere.

por **Mefistófeles** Lun Oct 11, 2010 1:12 pm

-Sí, soy humana, no como tú engendro de cabra

-Beeee…- dije imitando el sonido de las cabras. Mi poder telequinético cesó y su cuerpo cayó al suelo como un muñeco de trapo.- Hasta dentro de un año Katrina Volkova. Me llevo una hermosa imagen de ti. Tus ojos bañados en lágrimas son una maravilla en este mundo. No te olvides de mi… porque yo no pienso olvidarme de ti, preciosa- le acaricié el pelo con una de mis manos y comencé a alejarme de allí hasta desaparecer en la niebla.

por **Katherine Lefevre** Lun Oct 11, 2010 4:04 pm

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