Día de mercado [LIBRE]

Recuerdo del primer mensaje :

Me encantan los días de mercado. Los vendedores anuncian su mercancía, y hay algunos puestos que tiene cosas exóticas y curiosas. Si de algo me puede tachar la gente, es de derrochadora: me encanta comprar cosas nuevas para mi palazzo en Venecia, y decorarlo. Pero si había algo mejor que eso, eran las noches. La ciudad respiraba vida, y la noche era el momento para lucir las joyas y vestidos más hermosos. Me encontraba en una terraza, charlando con unas conocidas, observando a la gente pasar, y disfrutando del ambiente. Una fresca brisa hace que me estremezca, pero cuando pasa, la temperatura es agradable. Las señoras se va excusándose y me quedo sola.

-Espero que sea así.- dijo antes de beber un poco de su copa.-La esperanza es lo ultimo que muere, pero no se muere, se la mata.-añadió.
Me llevé la copa de vino a los labios y bebí un poco. Noto un poco de dolor en su voz, por lo que decido cambiar de tema.
-¿Se la mata? En mi opinión jamás se va, jamás muere. Hasta el más desgraciado la tiene, aunque sea muy pequeña. Pero dejemos estos temas tan existencialistas.-sonrío.-Y cuénteme ¿qué tal le parece mi ciudad?-pregunto mirándola.-¿Había estado antes aquí, en Venecia?

-No llevo mucho tiempo por aquí, pero lo poco que he recorrido me ha fascinado, me parece simplemente hermoso y lleno de magia y misterio.- expresa mirando a su alrededor.
Sonrío al escuchar esos elogios a mi ciudad.
-Suele encantar a los extranjeros, sí. La gente, el ambiente, todo es muy diferente a los demás lugares.
-Parece tonto pero, en verdad el hecho de estar tan lejanos el viejo del nuevo mundo, hace que la brecha sea muy notoria en todos sus aspectos.-dice.
-No es ninguna tontería, es cierto. Nuestra cultura europea es antigua y evoluciona lentamente, mientras que en el nuevo mundo todo es joven. Diría que allí aún hay una ilusión y empeño de hacer las cosas bien, y progresar.

Me mira a los ojos y me pregunta:
-¿Ha tenido trato con algunos como... yo?
Llevo mi copa a mis labios antes de contestar.
-Lo cierto es que sí. En las grandes mascaradas y eventos se ve a los que son de clase alta, ya que tenéis un talento especial para pasaros por humanos. Y he tratado con alguno que otro, pero nunca he mantenido una conversación demasiado larga, ni he estado a solas con ninguno.-sonrío.-Es por pura seguridad, como comprenderá. Y usted¿ se ha encontrado con muchas de las de mi clase?

La descripción que da de la segunda me recuerda a mi amiga Erzsébet. ¿Será posible que la haya conocido?
-Es una pena que siga existiendo ese oficio.-digo refiriéndome a la prostitución.-La mayoría de esas mujeres se ven forzadas a tomar ese camino para mantenerse.
Miro el reloj.
-Señorita León, este rato que he pasado hablando con usted se ha pasado volando. No quiero entretenerla si tiene otros asuntos aquí. Por mi parte, creo que debería ir volviendo a mi palazzo. Usted sabrá tan bien como yo los rumores maliciosos que se puede inventar la gente.