Comienza el trabajo [libre]

Cierro los ojos un segundo. No me gusta esta parte del trabajo que me han encargado. Vuelvo a abrirlos enseguida.
Siempre puede haber un enemigo cerca, así que no debería bajar la guardia.
Tengo que matar a una prostituta. Hasta ahí no hay ningún problema, no me importa matar. Llevo haciéndolo más de diez años, casi quince.
La cuestión es que no sé quién es, ni en qué burdel trabaja, ni siquiera si trabaja en un burdel o va por libre. Tampoco sé su nacionalidad, ni su aspecto, ni su edad... Sólo que vive en Londres, no tiene mucho dinero a pesar que entre su clientela se encuentran personalidades importantes, entre ellas, el hijo del hombre que me ha contratado... El príncipe de Inglaterra.
Sí, eso elimina muchas posibilidades... Pero, ¿cómo averiguas con quién se ha acostado una ramera? Sólo puedo hacerlo de una forma: charlar amigablemente, ganarme su confianza y que me cuenten quién puede ser.
Esa es la parte desagradable.
Suspiro. Llevo ya un rato en este burdel, y fingir ser amistosa con las cortesanas me cuesta. No soy charlatana, no me gusta hablar mucho, sonreír y cotillear, como si fuera... Amigable. Además, varios hombres se han acercado a contratar "mis servicios" y me ha costado quitármelos de encima... Uno de ellos, borracho, ha intentado tocarme. He tenido que pegarle, y ahora parte de los clientes y de las prostitutas me miran con miedo, ¿tan raro es que una mujer pueda tumbar a un hombre (borracho, casi se caía el solo) de un puñetazo? ¿O lo que les extraña es que use un puñetazo en vez de una bofetada, más "femenina"? Las bofetadas son menos eficaces. Y llevo ropas de hombre, las faldas nunca me han gustado, no deberían esperar que me portara como una mujer débil e indefensa.
Sin embargo, ese inconveniente ha tenido su parte positiva.
- Que suerte que le dieras fuerte a ese borracho- dice una prostituta que se me acerca, ofreciéndome bebidas- alguna de nosotras tendría que trabajar para él- su expresión de disgusto lo dice todo- tal vez perdamos algunos dólares, pero los borrachos pueden ser muy desagradables... A veces se ponen violentos y agresivos.
Asiento.
- Ya se había puesto desagradable... No entendió que yo no trabajaba aquí.
- Vienen pocas mujeres que no son putas- responde-, eso es cierto. Además, no vistes como una "señoritinga" de esas con dinero... ¿Qué haces tú aquí? ¿Buscas trabajo? ¿O servicios?
- No, tengo trabajo fuera de aquí, y no necesito los servicios de una prostituta...
- ¿Trabajas en una fábrica?- pregunta, interrumpiéndome- Esas fábricas son monstruos. Mucho trabajo, poco sueldo. Y hay accidentes. Las pobres infelices de las fábricas viven casi menos que nosotras.
- No, no trabajo en las fábricas. Estuve a punto de trabajar en una de niña- respondo. Y, la verdad, es totalmente cierto. Quiero que la conversación vuelva sobre el motivo que me ha traído aquí, pero dando rodeos tal vez consiga una respuesta más sincera. Además, así evito la clásica pregunta sobre mi trabajo actual- pero por suerte me libré... Los niños mueren aún más que las mujeres, y ganan sólo un cuarto que los hombres. Aunque las mujeres la mitad...
- Es horrible...- se da la vuelta cuando un cliente la llama- voy a seguir sirviendo copas y birras, luego vuelvo, ¿vale? Me has caído bien.
Vaya, fingir sonrisas es útil.
- Claro...
Se marcha... Ahora sólo tengo que esperar y espantar a los hombres que sospechen que soy una meretriz, es probable que esa mujer pueda aclararme si la cortesana que busco es o no de este burdel.

El frio silbido de las calles inglesas se me metía por la ropa haciendo que mis huesos bailen al ritmo de claque de mis dientes. Ni una puta alma en esta manzana abandonada y oscura, al menos hasta que llegue casi al final, donde una luz atenuante salía de un edificio con música sensual y gritos de hombres.
Me mire en los bolsillos para ver si podía tomar algo en aquel acogedor lugar y ponerme a cubierto, pero estos estaban vacios, abra que llenarlos. Me detuve en una de las ventanas asomándome por ella como un vagabundo asomándose el día de navidad por la ventana de una familia feliz con una suculenta cena intentando entrar en calor con sus brazos y su imaginación. Entre en el lugar inundándome de aquel olor a humanidad.
No solía frecuentar, las mujeres por dinero no me llamaban, ni las mujeres realmente, mi apetito sexual era casi nulo, gracias a Dios. Si me viesen allí seria para tomar algo o como en este caso, trabajo, de paso.
En el ambiente hace calor, poca visibilidad, bastante gente. Te sientas, te pones cómodo, dejas el abrigo y ahí entro yo.
Bajo la mirada cubriendo mi rostro con mi gorra y ando como si nada entre ellos. Se me desata un cordón. Me agacho, meto la mano en los bolsillos de una chaqueta y… pero que mierda, no lleva nada.
Me levanto de golpe mirando al hombre gritando a las bailarinas furioso con él, casi lo reviento allí mismo, pero sigo andando cuando choco con otro.
-Lo siento, los ojos se me van con las chicas- Me dice de manera amistosa un hombre gordo y bigotudo un poco colorado por el ambiente y el alcohol.
-Aparte viejo- Le conteste bruscamente mientras lo apartaba con un brazo y seguía mi camino sin que se diese cuenta que en esa mano, puf, su cartera.
Seguí el camino recto hasta la barra para pedirme algo ahora que podía. Algunos hombres, algunas mujeres, una vestido de hombre, ¿le podrá eso a algunos hombre? En fin. Me senté junto a esta en la barra y mire a la camarera gritando como si las demás no estuviese y me tuviese que servir a mí por ley.
-Dame algo con mucho alcohol y barato.-
Mientras esperaba, vaciaba la cartera de dinero y miraba algunas tarjetas y cosas inútiles en la cartera tirándolas al suelo.

Un hombre se sienta junto a mí y mira a la camarera, gritando:
- Dame algo con mucho alcohol y barato.
Mucho alcohol... Espero tener suerte, y que no me toque soportar a un borracho sentado a mi lado. Ojalá no beba más de lo que aguanta.
Veo cómo comienza a vaciar una cartera, sacando el dinero y tirando las cosas inútiles. Cuántas veces he hecho algo parecido. Dirijo la vista por la sala y no tardo en localizar a un hombre que busca su cartera por sus bolsillos. Es poco probable que adivine quién se la ha quitado.
- Ya voy, ya voy- responde la camarera a sus gritos, sirviéndole y luego yéndose a atender a otros. Así no voy a poder preguntarle por mi víctima en la vida.
- Un consejo, no vacíe la cartera tan a la vista. Su dueño ya la está buscando, y no me apetece que haya una pelea a mi lado- le comento al hombre que se ha sentado aquí antes.
Me niego a tener que abandonar el local por culpa de una pelea y tener que volver otro día. Quiero solucionarlo todo hoy, no me gusta frecuentar burdeles.

Papelitos volaban de la cartera y los pocos billetes que quedaban iban directos a mis bolsillos. Una vez acabada la inspección tire la cartera al suelo y tome la bebidita que me acababan de traer, una vasito de tres pulgadas. Lo mire indignado y volví a la camarera.
-¿Qué es esto, anda ponme cuatro más?- Le mostraba a la chica que echaban un poco hacia tras mis gritos.
Me lo tome de un trago mientras escuchaba lo que me decía el marimacha sentada junto a mí.
-Bla bla bla bla- resonaba en mi cabeza.
Deje el vasito en la mesa y la mire clavándole la mirada.
-¿Te digo yo como follarte a tus clientes?, además si quieres hacer algo constructiva dile al gordo quien le ha quitado el bigote y que venga a que le dé una paliza.-
Una vez dicho esto le di la espalda apoyando el brazo sobre la barra y aguantando mi cabeza siguiendo a la camarera con la mirada para ver si me traía ya mi bebida y continuar a lo mío. Odiaba a la gente que se cree que lo sabe todo de todo y que anda diciéndole a la gente que debe hacer. Malditas mujeres siempre con su inmunidad.

-¿Qué es esto, anda ponme cuatro más?- Él me mira- ¿Te digo yo como follarte a tus clientes?, además si quieres hacer algo constructiva dile al gordo quien le ha quitado el bigote y que venga a que le dé una paliza.
Me da la espalda y sigue a la camarera con la mirada.
Estúpido. Conozco mucha gente que por ser poco prudente e ignorar consejos, acabó en la horca... Robar una cartera no es grave, pero sigue teniendo ese castigo.
- No soy una prostituta, tu primer comentario sobraba- respondo. Supongo que si fuera de otra clase social ese comentario me habría escandalizado... Pero he oído a la gente hablar así prácticamente todos los días- Y, ¿por qué iba a decirle quién se lo ha quitado? Ya te he dicho que no quiero una pelea a mi lado. Además, acusar a alguien de hacer lo mismo que yo he hecho tantas veces sería estúpido. Sólo te daba un consejo... Pero adelante, vacía la cartera como quieras, es tu vida, juégatela tú.
La camarera sirve a dos o tres hombres que habían pedido antes que él. Luego llena los cuatro vasos más que Amsterdam había pedido y se los trae.

Me frotaba los ojos mientras resoplaba, parecía que darle la espalda no era una indirecta suficientemente directa para que se diese cuenta de que NO me importaba lo que dijese. Además que hace contándome su vida esta o este, ¿porque todo el mundo siempre me decía cosas que no me importaba?
Ese agudo parloteo se me metía en la cabeza y como de costumbre mi paciencia se agotaba y se agotaba y sería mejor que se callase si no quería que se formase una pelea, aunque no fuese con ella.
La camarera me trajo rápidamente cuatro vasitos de esos diminutos y se volvió a ir pero ya era tarde, se me habían quitado las ganas de beber, o mejor, me las había quitado la prostituta esa. En cuanto dejo de mirar me levante y volví a trabajar, no pensaba pagar por esa mierda de bebida.
Subí unas escaleras que llevaban a unas habitaciones donde los clientes podían pasárselo un poco mejor. Ya no me apetecía robar cosas con la chica esa ahí. Varias puertas una detrás de otra de las que salían gemidos, gritos y esas cosas. Entre en la primera agachado, sin hacer ruido al abrir la puerta pero seguro que no se oiría con el escándalo de dentro y de fuera. Se podía notar al cliente con la chica debajo de las sabanas y aproveche para agazapado registrar todas los bolsillos de la ropa del hombre tirada sobre el suelo, pero antes de irme vi sobre una mesa un reloj de cadena y el dinero para la chica. En un visto y no visto ya estaba fuera contando mi fortuna y preparado para entrar en la siguiente habitación.

Resopla, ignorándome, lo que aprovecho perfectamente (Off: ya leerás para qué en un par de párrafos) Sonrío al ver que se marcha... Genial, fingiendo tener ganas de hablar hoy he consegido caerle bien a alguien que, probablemente, me de información que necesito, y echar a alguien indeseable. Al resto de indeseables los puedo espantar con una mirada gélida.
La camarera se acerca a mí, sonriendo... Hasta que ve los vasos, la ausencia de dinero y de cliente.
- ¡No ha pagado!- sonrío... Voy a ganarme aún más su confianza.
- Sí lo ha hecho- saco la mano de mi bolsillo. En ella tengo uno de los billetes que había en la cartera que el hombre había robado. Darme la espalda es la mejor forma de perder dinero, y él lo había hecho: había aprovechado el momento en que se levantaba para arrebatarle uno de los billetes. Mis hábiles manos han robado cosas más pesadas sin despertar sospechas- Toma, es suyo.
Me sonríe, guiñando un ojo, y me da el cambio.
- Quédatelo, el borde ese no se lo merece. No soporto a la gente que me grita. Bueno, ¿de qué hablábamos?
- Yo tenía que preguntarte una cosa... Estoy buscando a una mujer, compañera de profesión tuya, aunque no sé en dónde trabaja y me dio un nombre falso. Me debe dinero, no mucho, pero me gustaría recuperarlo.
- Puff, pues con tantos datos...
- Como iba a decirte, sé que no tiene muy buena condición económica...
- Común entre nosotras.
- Pero que de vez en cuando tiene clientes muy adinerados e importantes. La vi con un hombre que, juraría, era el príncipe de Inglaterra.
Me mira sorprendida, para luego reírse.
- Este burdel no tiene clientes tan importantes, aquí no trabaja. Pero la única prostituta capaz de tener clientes así y seguir teniendo problemas económicos es Dark July- Sonrío, esta vez sin fingir. Me encanta conseguir lo que quiero- Creo que sí estuvo con el Príncipe. No trabaja para ningún burdel ahora mismo, que yo sepa. Bebe bastante, creo que por eso no consigue ahorrar demasiado. Puede que sea ella. Por cierto, no has pedido nada...
Mierda. Supongo que irme ahora lo estropearía todo, y siempre es útil tener una informadora. Este tipo de mujeres suelen oír muchas cosas.
- Sírveme una cerveza, por favor.
- Marchando- sonríe y se da la vuelta para servírmela y atender a más clientes.

Paseaba por las calles tranquilamente, mientras , mientras sentía el frio del infierno , auqnue eso ya no era problema para mí desde aqueñ pacto con el demonio era rica y tenía dinero para vivir , por lo que estaba contenta , lo única era que tenía miedo cuando viniese a por mí ... pues no sabía que pasaría en fin lo smejor sería no pensarlo .Mientras camianaba miraba a la gente que me miraba de forma extraña y muchos chicos me sonreían bajando la cabeza , a decir verdad me entía halagada por ese acto , al poco tiempo de tanto caminar al final dí con el burdel , cuando llegué abrí la puerta con suavidad y entré sin decir nada acercandome a la barra y sentando al lado de un señor

me podrías poner una cocacola por favor..-Dije mirando a la chica con una sonrisa en los labios, mientras miraba el local y posaba mi vista un omento en el chico que tenía al lado , pero rápidamente la cambie y me puse a mirar a mi alrededor

(Off: Jacquelin, si ese hombre junto al que te has sentado es Amsterdam, se ha ido de la barra. Y... estamos en el siglo XIX, creo que no existía la coca-cola xD Por cierto, voy a cambiarle el color a la camarera para que no se confunda con el tuyo xD ahora escribe en DeepPink, y el personaje no es mío, así que tanto Amsterdam como tú podéis manejarla xD No me dejéis todo el trabajo)
Se abre la puerta y entra una mujer... La miro, analizándola. Sin duda, no trabaja aquí, parece que no soy la única que viene a un lugar como este sin ser una prostituta. Aunque yo vengo por trabajo... ¿Por qué vendrá ella? Parece rica.
Se acerca a la barra y se sienta.
- Me podrías poner una cocacola por favor...-Dice
mirando a la camarera con una sonrisa en los labios. La camarera la mira con confusión.
- ¿Coca cola...?- pregunta- Si es alguna mezcla de otro local y me dices en qué consiste podría servírte una...
Echo un trago de mi cerveza. Me conviene terminarla antes de que vuelva el indeseable ese y cuente su dinero...

off:cierto... e.e que cabeza la mia con la cocacola...

La miré a la chica y a la sonreí de una forma agradable

mejor pongame un poco de leche caliente -Dije sonriendola-Mientras miraba a mi alrededor , parecían que todos querían tener sexo y divertirse con las chicas del local , por lo que sonreí , mientras miraba el lugar

¿como se llama?-Pregunté con amabilidad, mientras miraba a los chicos como se acercaban a la barra para pedir más , sin embargo algunos estaban demasiados ebrios como para pedir nada , puesto que se caían scon solo soplarle s a la cara ..

- ¿como se llama?-Pregunta la recién llegada.
- Roxanne- responde la camarera, aunque dejo de prestar atención a su conversación...
Hay algo que me preocupa más. Un hombre, que esta vez no ha bebido tanto, se ha acercado a mí.
- ¿Cuánto cobras, preciosa?
- No trabajo aquí.
- En ese caso, supongo que será gratis...- dice, dirigiendo una de sus manos a mi muslo.
Con un certero golpe detengo su mano, y me levanto de un salto. Él va a volver a intentar tocarme, por lo que echo mi brazo hacia atrás, descargando un puñetazo en su mandíbula. Se tambalea y retrocede un paso, pero es fuerte y aguanta el golpe, aunque el lugar donde ha impactado mi puño comienza a amoratarse.
- ¿Cómo te atreves...?- enfurecido y envalentonado por el alcohol, se dispone a devolverme el golpe.
"Y yo que no quería peleas cerca de mí, me veo involucrada en una... Al menos ya he conseguido la información que quería" Pienso, mientras esquivo su puño.

Me quedé mirando a alquel mozo por asi llamarlo ya que no se merecía el titulo de caballero puesto que era un mujeriego de mala muerte

no se si sabe una cosa a las mujeres no se las pega , deverías darte cuenta de que estas borracho y si tienes mujeres ye hijos creo que no le gustarían mucho que estes aquí en una taberna pegando a la chica por que te cres que es una prostituta asqueroso saco de huesos -Dije cabreada , pues odiaba que alguien como él se pusiera a pegar a una chica , por lo que cojí una botella que estaba vacia y le atesté un golpe en la cabeza dejando inconciente, pues no veas que asco me daban esos tipos

creo que se durmió....-Dije como si nada, mientras me queba mirando a la gente la cual me miraba con los ojos como platros por lo que hize y dije...

Veo cómo una mujer se queda mirando al hombre.
- No se si sabe una cosa a las mujeres no se las pega , deberías darte cuenta de que estas borracho y si tienes mujeres e hijos creo que no les gustaría mucho que estes aquí en una taberna pegando a la chica porque te cres que es una prostituta asqueroso saco de huesos- Dice cabreada, mientras yo esquivo el siguiente golpe del borracho, que la ignora. Coge una botella vacia y le atesta un golpe en la cabeza dejando inconsciente.
- Creo que se durmió...-Dice.
- Gracias- digo, aunque con mi tono frío habitual- me has ahorrado una pelea bastante molesta- digo, tendiéndole la mano derecha para estrechar la suya.
- Cuánto siento que haya pasado esto- dice Roxanne desde la barra- pero es que no deberías venir a un lugar así con ropa tan... rara- añade, mirando mis pantalones- al menos, rara en una mujer... Ya sabes que algunas de nosotras nos vestimos de "caballero" para algunos espectáculos, los pantalones dejan ver la forma de las piernas, y al ser algo prohibido y escandaloso atrae a los clientes... Aun así, ese estúpido debería entender lo que es un "no". Bah, no soporto a los borrachos.
- Ya sé lo de la ropa, pero con un vestido difícilmente habría esquivado ese puñetazo, esto es más cómodo- respondo. Sé que mi forma de vestir no es la adecuada para andar por la ciudad, si fuera de clase más alta sería hasta escandalosa. Pero necesito vestir así para mi trabajo.
- Ah, por cierto, señoritas, no os habéis presentado- dice, mirándonos a la chica rubia que le ha dado el botellazo en la cabeza y a mí- Sabéis mi nombre y yo no el vuestro.

Sonreí a lo que dijo y estreché mi mano con la suya

no ha sido nada , no te preocupes -Dije mirandole a los ojos , mientras esuchaba a la otra chica lo que decía sobre la vestimenta y sobre l que debía ponerse y lo que no ... a decir verdad a mi me gustaban mas unos pantalones que un vestido ponposo , pero siempre llevaba estos vestidos ya que si no como bien dijo la chica se lanzarían a por mí...

soy jacquelin , un gusto conocerlas a ambas ¿y usted es?

- No ha sido nada, no te preocupes- Dice
mirándome a los ojos. Yo, fiel a mi tapadera, sostengo su mirada sin parecer demasiado fría o indiferente.
- Soy jacquelin , un gusto conocerlas a ambas ¿y usted es?
- Mi nombre es Maister- digo con una sonrisa, dando mi seudónimo- encantada.
"Llevo fingiendo sonrisas desde que he entrado..."
He usado mi seudónimo porque estoy aquí por trabajo y, si la prostituta que ha mencionado Roxanne es mi objetivo, cuando muera se abrirá una investigación... Si me menciona no debe saberse mi nombre, y aunque se sepa mi descripción... Tengo los documentos que atestiguan el nacimiento de una hermana gemela, inexistente, que en el improbable caso de que algún policía llegue hasta mí les daría una pista falsa. Y nunca han llegado hasta mí, es poco probable que lo hagan por este caso, ya que las investigaciones por la muerte de una prostituta no son tan exhaustivas. Además... La declaración de una prostituta que afirma que pregunté por ella no sería considerada prueba. Y si a cualquiera de mis vecinos le menciona que sonreí y charlé amistosamente con ella, dirán que es imposible que sea yo. En cuando a Jacquelin... Podría darle mi auténtico nombre, pero no me importa que sepa éste en vez del otro.

Bonito nombre -Comenté mirandola a los ojos, pues la chica a decir verdad tenía un nombre muy bonito el cual me gusto , nunca había esuchado aquel nombre por donde había ido ..

te preguntaría si quieres tomar algo , aunque te veo muy ajetreada -Dije sonriendola , al rato devié mi mirada miré al suelo sin decir nada, tras un largo rato decidí sonreír un poco y mirar a mi alrededor pues todo estaban tan contentos y los borrachos por el suelo como siempre....

¿sabes.. si buscan a alguien para trabajar?-Pregunté mirandola a los ojos, ya sabía que no me hacía falta dinero , pero al menos aprendería un oficio que en la vida aprendí...

Bonito nombre- Comenta
mirándome a los ojos. Nunca se me había pasado por la cabeza que el nombre que utilizaba como asesina pudiera parecer bonito.
- Te preguntaría si quieres tomar algo, aunque te veo muy ajetreada-Dice, con una sonrisa.
-Ya he tomado una cerveza, no me apetece nada más.
- ¿Sabes.. si buscan a alguien para trabajar?-Pregunta.
Espera, ¿qué? Por su ropa es evidente que tiene dinero de sobra... ¿Por qué iba a querer trabajar en un burdel?
- No lo sé, pero supongo que nunca les viene mal una más. Si no es indiscreción, ¿por qué querría trabajar como prostituta una persona que, evidentemente, tiene dinero suficiente para vivir?