Sentencia.
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Sentencia.
Recuerdo del primer mensaje :
Me encontraba en mi cama, tumbada, mirando al techo, temerosa. Faltaba un mes escaso para que los perros del Infierno vinieran a por mí y no era algo muy agradable para pensar. ¿Pero quién no puede pensar en que va a morir en un mes y que bajaría al Infierno para ser torturada sin remedio? Era algo horroroso, algo que no desearía a nadie en el mundo por más que le odiase… Aterrador.
El sonido de la puerta hizo que diese un salto. Alguien llamaba, ¿quién sería? Bajé las escaleras y abrí la puerta. Era un hombre joven, de unos 25 años.
-¿Sí? ¿Quién es usted?
-Su salvación- me quedé con la boca medio abierta pensando en qué decir- ¿Sois Katrina Volkova, me equivoco?
-Sí, soy yo…- le miré desconfiada.
-Ya no tienes nada que temer, nunca irás al Infierno.
-¿Qué, cómo dice?- me sonreía plácidamente, y en verdad aquello me interesaba.- Pasad, por favor- dije aún con una mirada desconfiada, apartándome de la puerta para que pudiese pasar.
Aquel hombre se quedó en la entradita mirando todo, pero siempre con una sonrisa en su rostro. Le indiqué que pasase al salón principal y que se sentase en el sofá. Yo me senté frente a él en un sillón.
-¿Puede explicarme por qué ha dicho eso antes?
-Sí, por supuesto. Verá, me llamo Gabriel y mi padre era cazador, como lo sois vos ahora. Mi padre se llamaba como yo y era un cazador especializado en demonios. ¿Vuestro condenador es Mefistófeles?- asintió brevemente- Por eso estoy aquí. Mi padre le envió al Infierno la última vez que estuvo en la Tierra- dije con una sonrisa amistosa. Aunque la última vez que Mefistófeles estuvo en la Tierra fue hace más de medio siglo, era fácil engañar a un humano, más aún cuando se trataba de “su salvación”.- Sé la forma de enviarle al Infierno y antes que retire tu trato, es muy fácil, solo si confiáis en mí- dije con una sonrisa encantadora. ¿Cómo se podía convencer a los humanos tan fácilmente? Estaba claro una cosa, cuando un humano tenía miedo aceptaba sin tapujos.
-Sí, está bien- dije asintiendo nerviosa.- Entonces ¿tú también eres cazador?- pregunté.
-En efecto.- Al menos cuando era humano lo fui, desde que soy alquimista ya no era humano, pues encontré el secreto de la vida eterna. Poder acabar con la existencia de Mefistófeles era algo que me apasionaba. Ya la última vez le mandé al Infierno porque no tuve el tiempo suficiente para encontrar un exorcismo para acabar con su vida definitivamente, ahora tenía la oportunidad- Lo que quiero que hagas, es que por la noche le invoques, con alguna escusa y le lleves al porche de atrás. Allí tendremos un pentagrama dibujado para poder hacer realidad tu sueño.
-De acuerdo…- dije un tanto desconfiada. ¿Quería enviarle al Infierno? Con todo mi corazón, ya que yo iba a ir por su culpa. Lo que más me emocionaba era que iba a salvarme de ir allí. Eso me cegó por completo.
______________________________________________________________
Eran las 11 de la noche. El pentagrama estaba dibujado con perfección en el techo del porche de madera y Gabriel estaba escondido. Yo, mientras tanto, equipada con mi gabardina y en ella guardaba una daga y un revólver, estaba intentando invocar a Mefistófeles. ¿Funcionaría? No lo sabía, nunca había invocado a un demonio a placer, no al menos fuera de un cruce de caminos.
-¿Mefistófeles?
El sonido de la puerta hizo que diese un salto. Alguien llamaba, ¿quién sería? Bajé las escaleras y abrí la puerta. Era un hombre joven, de unos 25 años.
-¿Sí? ¿Quién es usted?
-Su salvación- me quedé con la boca medio abierta pensando en qué decir- ¿Sois Katrina Volkova, me equivoco?
-Sí, soy yo…- le miré desconfiada.
-Ya no tienes nada que temer, nunca irás al Infierno.
-¿Qué, cómo dice?- me sonreía plácidamente, y en verdad aquello me interesaba.- Pasad, por favor- dije aún con una mirada desconfiada, apartándome de la puerta para que pudiese pasar.
Aquel hombre se quedó en la entradita mirando todo, pero siempre con una sonrisa en su rostro. Le indiqué que pasase al salón principal y que se sentase en el sofá. Yo me senté frente a él en un sillón.
-¿Puede explicarme por qué ha dicho eso antes?
-Sí, por supuesto. Verá, me llamo Gabriel y mi padre era cazador, como lo sois vos ahora. Mi padre se llamaba como yo y era un cazador especializado en demonios. ¿Vuestro condenador es Mefistófeles?- asintió brevemente- Por eso estoy aquí. Mi padre le envió al Infierno la última vez que estuvo en la Tierra- dije con una sonrisa amistosa. Aunque la última vez que Mefistófeles estuvo en la Tierra fue hace más de medio siglo, era fácil engañar a un humano, más aún cuando se trataba de “su salvación”.- Sé la forma de enviarle al Infierno y antes que retire tu trato, es muy fácil, solo si confiáis en mí- dije con una sonrisa encantadora. ¿Cómo se podía convencer a los humanos tan fácilmente? Estaba claro una cosa, cuando un humano tenía miedo aceptaba sin tapujos.
-Sí, está bien- dije asintiendo nerviosa.- Entonces ¿tú también eres cazador?- pregunté.
-En efecto.- Al menos cuando era humano lo fui, desde que soy alquimista ya no era humano, pues encontré el secreto de la vida eterna. Poder acabar con la existencia de Mefistófeles era algo que me apasionaba. Ya la última vez le mandé al Infierno porque no tuve el tiempo suficiente para encontrar un exorcismo para acabar con su vida definitivamente, ahora tenía la oportunidad- Lo que quiero que hagas, es que por la noche le invoques, con alguna escusa y le lleves al porche de atrás. Allí tendremos un pentagrama dibujado para poder hacer realidad tu sueño.
-De acuerdo…- dije un tanto desconfiada. ¿Quería enviarle al Infierno? Con todo mi corazón, ya que yo iba a ir por su culpa. Lo que más me emocionaba era que iba a salvarme de ir allí. Eso me cegó por completo.
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Eran las 11 de la noche. El pentagrama estaba dibujado con perfección en el techo del porche de madera y Gabriel estaba escondido. Yo, mientras tanto, equipada con mi gabardina y en ella guardaba una daga y un revólver, estaba intentando invocar a Mefistófeles. ¿Funcionaría? No lo sabía, nunca había invocado a un demonio a placer, no al menos fuera de un cruce de caminos.
-¿Mefistófeles?
Katrina Volkova- Cazador
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Fecha de inscripción : 19/09/2010
Edad : 32
Localización : El mundo
Re: Sentencia.
-¿Me concedes ese último deseo?
-Deja que me lo piense…No. Tú no sabes cómo se pone Alistair cuando le quitan a uno de sus niños, ya es suficiente que me deje estar un rato contigo al día, créeme- pasé una mano por uno de sus mechones- pero no te preocupes mujer, que las cosas no son como las pintan esos libros… son peores, pero no quiere decir que tengas que preocuparte- me encantaba. Este humor no debía ser sano para nadie… pero es que era tan tentador.- Mira, si aceptas enseguida y te unes a nosotros, no tendrás que sufrir casi nada. No te pongas cabezona y las cosas te irán muy bien en el infierno.
-Deja que me lo piense…No. Tú no sabes cómo se pone Alistair cuando le quitan a uno de sus niños, ya es suficiente que me deje estar un rato contigo al día, créeme- pasé una mano por uno de sus mechones- pero no te preocupes mujer, que las cosas no son como las pintan esos libros… son peores, pero no quiere decir que tengas que preocuparte- me encantaba. Este humor no debía ser sano para nadie… pero es que era tan tentador.- Mira, si aceptas enseguida y te unes a nosotros, no tendrás que sufrir casi nada. No te pongas cabezona y las cosas te irán muy bien en el infierno.
Mefistófeles- Demonio
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Fecha de inscripción : 03/10/2010
Re: Sentencia.
-Llegas a ser un gran hijo de puta, ¿lo sabías?- dije con el ceño fruncido
Tiré el libro al suelo y me dirigí a mi habitación. Me encerré y me tumbé en la cama. ¿Cómo podía haberme enamorado de alguien como él? A veces, llegaba a pensar que era masoca, y por el momento, eso era lo que parecía. Tenía ganas de llorar pero las lágrimas no salían de mis ojos, esto era insoportable. Si mi hermano lo soportó ¿yo por qué no podría? Aunque él... sucumbió. Yo no quería caer, yo no quería convertirme en un demonio. Era lo peor que me pudiese ocurrir.
Me quedé mirando a la pared no se sabe cuanto tiempo, perdí la noción de él. Me faltaba un mes escaso para acabar allí abajo, tenía que buscar la forma para que los perros del Infierno no consiguieran entrar en... ¡mi casa! ¡¡Pero que buena idea Katrina!! Ya sabía lo próximo que debía hacer: buscar un remedio para los perros del Infierno.
Me levanté de la cama, miré la hora, habían pasado tres horas, eran las 11 de la mañana. Bueno, ¡qué más da! Salí de la habitación corriendo y bajé las escaleras, volviendo a la biblioteca. Me senté en el suelo y comencé a buscar sobre los perros del Infierno...
Tiré el libro al suelo y me dirigí a mi habitación. Me encerré y me tumbé en la cama. ¿Cómo podía haberme enamorado de alguien como él? A veces, llegaba a pensar que era masoca, y por el momento, eso era lo que parecía. Tenía ganas de llorar pero las lágrimas no salían de mis ojos, esto era insoportable. Si mi hermano lo soportó ¿yo por qué no podría? Aunque él... sucumbió. Yo no quería caer, yo no quería convertirme en un demonio. Era lo peor que me pudiese ocurrir.
Me quedé mirando a la pared no se sabe cuanto tiempo, perdí la noción de él. Me faltaba un mes escaso para acabar allí abajo, tenía que buscar la forma para que los perros del Infierno no consiguieran entrar en... ¡mi casa! ¡¡Pero que buena idea Katrina!! Ya sabía lo próximo que debía hacer: buscar un remedio para los perros del Infierno.
Me levanté de la cama, miré la hora, habían pasado tres horas, eran las 11 de la mañana. Bueno, ¡qué más da! Salí de la habitación corriendo y bajé las escaleras, volviendo a la biblioteca. Me senté en el suelo y comencé a buscar sobre los perros del Infierno...
Katrina Volkova- Cazador
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Fecha de inscripción : 19/09/2010
Edad : 32
Localización : El mundo
Re: Sentencia.
-Llegas a ser un gran hijo de puta, ¿lo sabías?
-Eso es, vete a llorar un rato a ver si así se arreglan las cosas- dije mientras tomaba asiento en el lugar que Katrina había dejado libre. ¿Y ahora yo que hacía? Seguirla hasta arriba para seguir atormentándola era algo demasiado cruel incluso para mí.
Para que la tentación no me hiciera caer, me levanté del sillón y fui directo a la cocina. Rebusqué en la despensa, me apetecía comer algo más para poder llenarme el estómago.
Un buen bocadillo, eso era lo que me esperaba.
Después de rellenar el pan con todos los condimentos que encontraba por la cocina de Katrina, di cuenta a mi bocadillo hasta que no quedaron más que las migas.
¿Y ahora qué? Saqué el bolsillo de mi pantalón un bonito reloj de bolsillo que informaba que habían pasado ya 3 horas desde que me había puesto a cocinar.
¿Ella seguía arriba llorando? Que aburrida. Cuando estuve dispuesto a marcharme de allí, escuché los zapatos de Katrina hacer ruido mientras bajaba las escaleras de madera.
Fue directa hacia la biblioteca y me dispuse a seguirla.
-¿Ya has terminado de llorar?- dije entrando justo detrás de ella- ya creía que te habías olvidado de mi.
-Eso es, vete a llorar un rato a ver si así se arreglan las cosas- dije mientras tomaba asiento en el lugar que Katrina había dejado libre. ¿Y ahora yo que hacía? Seguirla hasta arriba para seguir atormentándola era algo demasiado cruel incluso para mí.
Para que la tentación no me hiciera caer, me levanté del sillón y fui directo a la cocina. Rebusqué en la despensa, me apetecía comer algo más para poder llenarme el estómago.
Un buen bocadillo, eso era lo que me esperaba.
Después de rellenar el pan con todos los condimentos que encontraba por la cocina de Katrina, di cuenta a mi bocadillo hasta que no quedaron más que las migas.
¿Y ahora qué? Saqué el bolsillo de mi pantalón un bonito reloj de bolsillo que informaba que habían pasado ya 3 horas desde que me había puesto a cocinar.
¿Ella seguía arriba llorando? Que aburrida. Cuando estuve dispuesto a marcharme de allí, escuché los zapatos de Katrina hacer ruido mientras bajaba las escaleras de madera.
Fue directa hacia la biblioteca y me dispuse a seguirla.
-¿Ya has terminado de llorar?- dije entrando justo detrás de ella- ya creía que te habías olvidado de mi.
Mefistófeles- Demonio
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Fecha de inscripción : 03/10/2010
Re: Sentencia.
-¿Ya has terminado de llorar? Ya creía que te habías olvidado de mi.
-Shh! Yo no lloro- dije mientras buscaba en un libro- Aquí estás.
Comencé a leer atentamente todo lo que ponía hacerca de los perros del Infierno, según el libro, los perros del Infierno eran enviados por el propio demonio que había hecho el trato contigo. Así que los perros que vendrían a por mí serían los de Mefistófeles. Bueno, eso no me servía. Seguí leyendo... Ya está, para mantener alejados a los perros del Infierno debes tener: piel de serpiente y sal. Bueno, no eran cosas complicadas de encontrar. Cerré el libro de golpe y lo dejé de nuevo en la estantería.
-Ya puedo librarme de ti demonio- dije levantándome y acercándome a él- Tus perritos no podrán entrar en mi casa- me acerqué a sus labios- Lo siento mucho pequeño.
-Shh! Yo no lloro- dije mientras buscaba en un libro- Aquí estás.
Comencé a leer atentamente todo lo que ponía hacerca de los perros del Infierno, según el libro, los perros del Infierno eran enviados por el propio demonio que había hecho el trato contigo. Así que los perros que vendrían a por mí serían los de Mefistófeles. Bueno, eso no me servía. Seguí leyendo... Ya está, para mantener alejados a los perros del Infierno debes tener: piel de serpiente y sal. Bueno, no eran cosas complicadas de encontrar. Cerré el libro de golpe y lo dejé de nuevo en la estantería.
-Ya puedo librarme de ti demonio- dije levantándome y acercándome a él- Tus perritos no podrán entrar en mi casa- me acerqué a sus labios- Lo siento mucho pequeño.
Katrina Volkova- Cazador
- Mensajes : 419
Fecha de inscripción : 19/09/2010
Edad : 32
Localización : El mundo
Re: Sentencia.
Aprovechando que la tenía tan cerca y la pillaba desprevenida, le di un pico con solo inclinar un poco la cabeza. ¿Eso la fastidiaría? Seguro que no.
-Si eso te hace feliz adelante ¿piensas que vas a poder estar encerrada eternamente? ¿Y cuando se te acabe la comida y el agua? Si estar eternamente encerrada es lo que quieres es que no estás muy bien de la azotea- dije dándole golpecitos en la cabeza con el dedo índice- deberías pensar las cosas mucho antes de regodearte ante los demás. Acéptalo de una vez Katrina, estás perdida.
-Si eso te hace feliz adelante ¿piensas que vas a poder estar encerrada eternamente? ¿Y cuando se te acabe la comida y el agua? Si estar eternamente encerrada es lo que quieres es que no estás muy bien de la azotea- dije dándole golpecitos en la cabeza con el dedo índice- deberías pensar las cosas mucho antes de regodearte ante los demás. Acéptalo de una vez Katrina, estás perdida.
Mefistófeles- Demonio
- Mensajes : 537
Fecha de inscripción : 03/10/2010
Re: Sentencia.
Aquel beso me pilló desprevenida y me quedé un poco ida. ¡Maldita sea! ¡No te quedes embobada! Joder. Le puse cara de mala ostia y estuve a punto de darle una bofetada pero finalmente no lo hice.
Escuché todo lo que dijo, en cierto modo tenía razón. Pero aguantaría todo lo posible, no quería que aquellos perros me descuartizaran, eso debía de ser horrible.
-Acéptalo de una vez Katrina, estás perdida.
Arqueé una ceja y negué con la cabeza abatida.
-Aún no me conoces, puedo sacarme trucos de la manga, más de los que te imaginas.- Me crucé de brazos y sonreí.- Además, puedo buscar cómo matar a esos chuchos y lo conseguiría, aunque solo me quede un mes acabaría encontrando la manera... ¡Jum! xD
Le di la espalda y me dirigí al salón, volví a coger el libro de los demonios y me tumbé en el sofá abriéndolo por una página cualquiera. Quería saber todo acerca de los demonios más importantes del Infierno, quizás me hiciera falta en algún futuro.
Escuché todo lo que dijo, en cierto modo tenía razón. Pero aguantaría todo lo posible, no quería que aquellos perros me descuartizaran, eso debía de ser horrible.
-Acéptalo de una vez Katrina, estás perdida.
Arqueé una ceja y negué con la cabeza abatida.
-Aún no me conoces, puedo sacarme trucos de la manga, más de los que te imaginas.- Me crucé de brazos y sonreí.- Además, puedo buscar cómo matar a esos chuchos y lo conseguiría, aunque solo me quede un mes acabaría encontrando la manera... ¡Jum! xD
Le di la espalda y me dirigí al salón, volví a coger el libro de los demonios y me tumbé en el sofá abriéndolo por una página cualquiera. Quería saber todo acerca de los demonios más importantes del Infierno, quizás me hiciera falta en algún futuro.
Katrina Volkova- Cazador
- Mensajes : 419
Fecha de inscripción : 19/09/2010
Edad : 32
Localización : El mundo
Re: Sentencia.
-Además, puedo buscar cómo matar a esos chuchos y lo conseguiría, aunque solo me quede un mes acabaría encontrando la manera... ¡Jum!
-Es tu vida, puedes malgastar tus últimos días en hacer algo que es totalmente imposible para una humana como tu- dije encogiéndome de hombros. Mira que llegaba a ser cabezota esta humana, de las más cabezotas que había conocido nunca. No parecía querer rendirse ante nada, aunque estuviera claro que el destino estaba en su contra.
La seguí de nuevo hasta el salón y me senté enfrente de ella, mirándola directamente, en silencio, durante largo rato.
-¿Cómo lo haces?- le pregunté- Como te mantienes tan firme cuando los hechos están en tu contra- me explique- Entre los humanos os diríais que es un rasgo “admirable”… a mi parecer es un rasgo demasiado estúpido.
-Es tu vida, puedes malgastar tus últimos días en hacer algo que es totalmente imposible para una humana como tu- dije encogiéndome de hombros. Mira que llegaba a ser cabezota esta humana, de las más cabezotas que había conocido nunca. No parecía querer rendirse ante nada, aunque estuviera claro que el destino estaba en su contra.
La seguí de nuevo hasta el salón y me senté enfrente de ella, mirándola directamente, en silencio, durante largo rato.
-¿Cómo lo haces?- le pregunté- Como te mantienes tan firme cuando los hechos están en tu contra- me explique- Entre los humanos os diríais que es un rasgo “admirable”… a mi parecer es un rasgo demasiado estúpido.
Mefistófeles- Demonio
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Fecha de inscripción : 03/10/2010
Re: Sentencia.
Le miré de reojo y bajé el libro un momento.
-Por eso nunca serás humano, porque no comprendes nuestro punto de vista- dije encogiéndome de hombros- Y nunca lo comprenderás...
Volví a leer el libro, aunque me aburría un poco me daba información necesaria. De pronto tiré el libro al suelo y me senté en el sofá mirándole a los ojos. Me arrepentiría de lo que iba a hacer pero necesitaba hacerlo.
-¿Tú nunca podrías sentir amor por alguien? ¿Nunca podrías enamorarte?- dije intrigante.
Sabía que me iba a arrepentir, lo sabía como nunca había sabido algo, pero me reconcomía la cabeza. Bajé la mirada un tanto, no sabía qué más decir, y tampoco sabía explicar por qué me había enamorado de aquel ser, ¡era muy extraño! (Casi de expediente X xD)
-Por eso nunca serás humano, porque no comprendes nuestro punto de vista- dije encogiéndome de hombros- Y nunca lo comprenderás...
Volví a leer el libro, aunque me aburría un poco me daba información necesaria. De pronto tiré el libro al suelo y me senté en el sofá mirándole a los ojos. Me arrepentiría de lo que iba a hacer pero necesitaba hacerlo.
-¿Tú nunca podrías sentir amor por alguien? ¿Nunca podrías enamorarte?- dije intrigante.
Sabía que me iba a arrepentir, lo sabía como nunca había sabido algo, pero me reconcomía la cabeza. Bajé la mirada un tanto, no sabía qué más decir, y tampoco sabía explicar por qué me había enamorado de aquel ser, ¡era muy extraño! (Casi de expediente X xD)
Katrina Volkova- Cazador
- Mensajes : 419
Fecha de inscripción : 19/09/2010
Edad : 32
Localización : El mundo
Re: Sentencia.
-¿Tú nunca podrías sentir amor por alguien? ¿Nunca podrías enamorarte?
-Por un humano jamás podría llegar a sentir nada parecido al amor- sentencié- Es algo totalmente imposible que jamás se ha visto y que jamás se verá.
Aquello estaba llegando a un punto que me asustaba y todo. No quería pensar en Katrina de aquella forma, estaba más cómodo imaginándola como la cazadora de siempre que a que estuviera… No, mejor ni nombrarlo- Pero sí se puede sentir atracción, el deseo es un sentimiento que los demonios si comprendemos, es más lo sentimos en nuestras propias carnes- Yo tenía que reconocer que sentía atracción por la mujer que tenía delante y que ardía en deseos de volver a sentir su piel bajo mis labios.
-Por un humano jamás podría llegar a sentir nada parecido al amor- sentencié- Es algo totalmente imposible que jamás se ha visto y que jamás se verá.
Aquello estaba llegando a un punto que me asustaba y todo. No quería pensar en Katrina de aquella forma, estaba más cómodo imaginándola como la cazadora de siempre que a que estuviera… No, mejor ni nombrarlo- Pero sí se puede sentir atracción, el deseo es un sentimiento que los demonios si comprendemos, es más lo sentimos en nuestras propias carnes- Yo tenía que reconocer que sentía atracción por la mujer que tenía delante y que ardía en deseos de volver a sentir su piel bajo mis labios.
Mefistófeles- Demonio
- Mensajes : 537
Fecha de inscripción : 03/10/2010
Re: Sentencia.
Entristecí muy interiormente, ¿por qué me estaba afectando tanto si sabía desde un principio la respuesta? ¿Tal vez por escucharla de sus propios labios? Esto no podía estar sucediendo...
-Pero sí se puede sentir atracción, el deseo es un sentimiento que los demonios si comprendemos, es más lo sentimos en nuestras propias carnes.
Alcé la mirada cuando hizo su "pequeña rectificación" o eso quería pensar yo, al menos me sentía mejor pensándolo así. ¿El deseo? ¿Y para qué se quiere el deseo si lo más importante está en la persona que amas, que es mucho mejor tenerla a tu lado cuando estás mal y te sientas querido? Yo ya no podía soportar aquello, era horrible.
-¿Y os podéis enamorar de un demonio?- dije con la vista clavada en el suelo.
Quizás esa fuese una pequeña oportunidad, pero no me era apetecible, no sería ningún demonio.
-Pero sí se puede sentir atracción, el deseo es un sentimiento que los demonios si comprendemos, es más lo sentimos en nuestras propias carnes.
Alcé la mirada cuando hizo su "pequeña rectificación" o eso quería pensar yo, al menos me sentía mejor pensándolo así. ¿El deseo? ¿Y para qué se quiere el deseo si lo más importante está en la persona que amas, que es mucho mejor tenerla a tu lado cuando estás mal y te sientas querido? Yo ya no podía soportar aquello, era horrible.
-¿Y os podéis enamorar de un demonio?- dije con la vista clavada en el suelo.
Quizás esa fuese una pequeña oportunidad, pero no me era apetecible, no sería ningún demonio.
Katrina Volkova- Cazador
- Mensajes : 419
Fecha de inscripción : 19/09/2010
Edad : 32
Localización : El mundo
Re: Sentencia.
-¿Y os podéis enamorar de un demonio?- amor, cariño, sentimientos… ¿pero que le había dado a esta mujer con eso? Pero iba a contestarla, si tan interesada estaba tendría una respuesta… y podría utilizarlo a mi favor.
-Sentimos algo parecido, no es como el amor que creéis sentir los humanos… podemos sentir apego hacia otro de nuestra especie pero eso no quiere decir que sintamos devoción entre nosotros, como hacéis los enamorados. Es un sentimiento más liberal… cariño, sobreprotección, apego, atracción, etcétera. Pero jamás veras fidelidad, ni nada parecido- si mis sospechas eran reales y Katrina estaba… no lo recuerdes Mefisto… tal vez pudiera usar eso en mi favor para que aceptara antes formar parte de los nuestros. Por una vez en la vida los sentimientos me iban a servir de algo.
-Sentimos algo parecido, no es como el amor que creéis sentir los humanos… podemos sentir apego hacia otro de nuestra especie pero eso no quiere decir que sintamos devoción entre nosotros, como hacéis los enamorados. Es un sentimiento más liberal… cariño, sobreprotección, apego, atracción, etcétera. Pero jamás veras fidelidad, ni nada parecido- si mis sospechas eran reales y Katrina estaba… no lo recuerdes Mefisto… tal vez pudiera usar eso en mi favor para que aceptara antes formar parte de los nuestros. Por una vez en la vida los sentimientos me iban a servir de algo.
Mefistófeles- Demonio
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Re: Sentencia.
-Amm... vaya, qué interesante- dije suspirando al final al hacer fuerza para levantarme del sofá- Que raros sois los demonios- dije en voz baja.
Aunque sintiese aquello por Mefistófeles no le iba a dar el gusto de verme sucumbir. De eso nada, no iba a resultarle nada fácil. Me dirigí a la cocina y me eché un vaso de agua, con tanta palabrería me había entrado sed. Me quedé mirando por la ventana, las nubes tapaban el sol y el viento se hacía presente provocando un sonido ipnotizador. Me quedé embobada mirando por la ventana pensando en... ¡¡¡¡¡¡¡AAAhhhhggggg!!!!!!! ¡¡¡¡Basta ya!!!! ¿Por qué demonios piensas en él todavía? ¡Solo te hará daño y lo sabes! Pero no podía, el corazón me dolía al pensar en olvidarle, al no sentirle cerca de mí, ¡esto era una mierda!
Volví al salón y me tumbé en el sofá tapándome la cara con las manos. Estaba echa un lío. ¡Que me deslíen! Yo no podía estar así eternamente.
-¿Cariño, sobreprotección, apego y atracción habías dicho? Eso puede describirse como amor, sin entrar en fidelidad, puede haber amor a muchas bandas- dije con una risa- ¿Tú sientes eso por algún demonio? ¿Por Lilith? ¿Por la put.. Sarah esa?- dije mirándole finalmente.- ¡Ah! ¿Y cómo sois los demonios en el Infierno? Quiero decir, no estaréis con forma humana ¿me equivoco? Me pica la curiosidad...
Aunque sintiese aquello por Mefistófeles no le iba a dar el gusto de verme sucumbir. De eso nada, no iba a resultarle nada fácil. Me dirigí a la cocina y me eché un vaso de agua, con tanta palabrería me había entrado sed. Me quedé mirando por la ventana, las nubes tapaban el sol y el viento se hacía presente provocando un sonido ipnotizador. Me quedé embobada mirando por la ventana pensando en... ¡¡¡¡¡¡¡AAAhhhhggggg!!!!!!! ¡¡¡¡Basta ya!!!! ¿Por qué demonios piensas en él todavía? ¡Solo te hará daño y lo sabes! Pero no podía, el corazón me dolía al pensar en olvidarle, al no sentirle cerca de mí, ¡esto era una mierda!
Volví al salón y me tumbé en el sofá tapándome la cara con las manos. Estaba echa un lío. ¡Que me deslíen! Yo no podía estar así eternamente.
-¿Cariño, sobreprotección, apego y atracción habías dicho? Eso puede describirse como amor, sin entrar en fidelidad, puede haber amor a muchas bandas- dije con una risa- ¿Tú sientes eso por algún demonio? ¿Por Lilith? ¿Por la put.. Sarah esa?- dije mirándole finalmente.- ¡Ah! ¿Y cómo sois los demonios en el Infierno? Quiero decir, no estaréis con forma humana ¿me equivoco? Me pica la curiosidad...
Katrina Volkova- Cazador
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Fecha de inscripción : 19/09/2010
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Localización : El mundo
Re: Sentencia.
-Amm... vaya, qué interesante. Que raros sois los demonios- Pues anda que los humanos… Esta chica no parecía querer estarse quieta ni un minuto pues volvió a levantarse y a desaparecer de la habitación.
Pues la llevaba clara si pensaba que iba a seguirla.
-¿Cariño, sobreprotección, apego y atracción habías dicho? Eso puede describirse como amor, sin entrar en fidelidad, puede haber amor a muchas bandas ¿Tú sientes eso por algún demonio? ¿Por Lilith? ¿Por la put.. Sarah esa?
-¿Por qué lo preguntas? ¿Son celos lo que siento?- dije guiñándole un ojo
- ¡Ah! ¿Y cómo sois los demonios en el Infierno? Quiero decir, no estaréis con forma humana ¿me equivoco? Me pica la curiosidad...
-Pero que pesada eres con el infierno, que si como es, que te va a pasar, que vas a sentir… ahora con como soy en el infierno ¡Hija mía, deja de dar la tabarra con el infierno! A este paso pienso mandarte esta misma mañana con tal de que todas tus preguntas sean respondidas.
Pues la llevaba clara si pensaba que iba a seguirla.
-¿Cariño, sobreprotección, apego y atracción habías dicho? Eso puede describirse como amor, sin entrar en fidelidad, puede haber amor a muchas bandas ¿Tú sientes eso por algún demonio? ¿Por Lilith? ¿Por la put.. Sarah esa?
-¿Por qué lo preguntas? ¿Son celos lo que siento?- dije guiñándole un ojo
- ¡Ah! ¿Y cómo sois los demonios en el Infierno? Quiero decir, no estaréis con forma humana ¿me equivoco? Me pica la curiosidad...
-Pero que pesada eres con el infierno, que si como es, que te va a pasar, que vas a sentir… ahora con como soy en el infierno ¡Hija mía, deja de dar la tabarra con el infierno! A este paso pienso mandarte esta misma mañana con tal de que todas tus preguntas sean respondidas.
Mefistófeles- Demonio
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Re: Sentencia.
-¿Por qué lo preguntas? ¿Son celos lo que siento?- reí nerviosamente, para después soltar un tremendo sarcasmo.
-Claro que sí, estoy muy celosa, ten cuidado, no vaya a arrancarle los pelos a Sarah.- bajé la voz y reí por lo bajo- Aunque eso lo haría de todos modos.
-Pero que pesada eres con el infierno, que si como es, que te va a pasar, que vas a sentir… ahora con como soy en el infierno ¡Hija mía, deja de dar la tabarra con el infierno! A este paso pienso mandarte esta misma mañana con tal de que todas tus preguntas sean respondidas.
-Atrévete, demonio- dije mirándole furiosa- Atrévete y rompe el trato, no sabes como me reiría- dije con una media sonrisa.
¡Joder! Qué buena idea se me acababa de pasar por la mente. ¿Y si le cabreaba? Quizás conseguiría romper el trato, y por intentarlo, que no falte.
Me levanté del sofá y me dirigí hacia Mefistófeles, sentándome encima suya, mirándole de frente. Seguramente se sorprendería, tampoco me importaba. Le cogí del pelo y le mostré una sonrisa un tanto cínica.
-¿Sabes? He visto demonios más poderosos que tú, o al menos lo Aparentan- dije acentuando la última palabra- Tú ni lo aparentas ni creo que lo seas. Con un simple chasquido puedo matarte, y has estado a punto de morir esta noche si no hubiese sido por mí. Aún no he escuchado un: Gracias, te lo agradezco; o algo así de tus labios. ¿Pero sabes qué? Me da igual. Varias veces has demostrado lo patético que resultas.- Le solté el pelo y le di una bofetada.- ¡Patético! Uy... quería decirlo antes de darte. ¡Patético!- y volví a darle una bofetada- Bueno... me gusta de las dos formas.
Tuve un impulso y le agarré del cuello echándole hacia atrás, pegando su cabeza al sofá.
-Dime, ¿crees que sería una buena demonio? Puedo mejorar...- dije mirándole fijamente, una mirada incómoda y escalofriante.
Aproveché a que tenía las uñas lo suficientemente largas y bajé la mano hasta llegar al dobladillo de su camisa. Metí la mano por la camisa y fue a parar en su espalda. Mis uñas se clavaron en ella y mi cuerpo se acercó más a él, empujándole más hacia atrás, clavándole las uñas con fuerza. Sí, sí. Pude notar que comenzaba a resbalar sangre por su espalda.
-¿Me crees capaz, demonio?- dije apretando más la mano que tenía en su cuello y mirándole con una media sonrisa. Di un mordisco al aire cerca de sus labios y reí finalmente.- Yo, al menos, no te creo capaz a tí... C-o-b-a-r-d-e- acentué la última palabra.
-Claro que sí, estoy muy celosa, ten cuidado, no vaya a arrancarle los pelos a Sarah.- bajé la voz y reí por lo bajo- Aunque eso lo haría de todos modos.
-Pero que pesada eres con el infierno, que si como es, que te va a pasar, que vas a sentir… ahora con como soy en el infierno ¡Hija mía, deja de dar la tabarra con el infierno! A este paso pienso mandarte esta misma mañana con tal de que todas tus preguntas sean respondidas.
-Atrévete, demonio- dije mirándole furiosa- Atrévete y rompe el trato, no sabes como me reiría- dije con una media sonrisa.
¡Joder! Qué buena idea se me acababa de pasar por la mente. ¿Y si le cabreaba? Quizás conseguiría romper el trato, y por intentarlo, que no falte.
Me levanté del sofá y me dirigí hacia Mefistófeles, sentándome encima suya, mirándole de frente. Seguramente se sorprendería, tampoco me importaba. Le cogí del pelo y le mostré una sonrisa un tanto cínica.
-¿Sabes? He visto demonios más poderosos que tú, o al menos lo Aparentan- dije acentuando la última palabra- Tú ni lo aparentas ni creo que lo seas. Con un simple chasquido puedo matarte, y has estado a punto de morir esta noche si no hubiese sido por mí. Aún no he escuchado un: Gracias, te lo agradezco; o algo así de tus labios. ¿Pero sabes qué? Me da igual. Varias veces has demostrado lo patético que resultas.- Le solté el pelo y le di una bofetada.- ¡Patético! Uy... quería decirlo antes de darte. ¡Patético!- y volví a darle una bofetada- Bueno... me gusta de las dos formas.
Tuve un impulso y le agarré del cuello echándole hacia atrás, pegando su cabeza al sofá.
-Dime, ¿crees que sería una buena demonio? Puedo mejorar...- dije mirándole fijamente, una mirada incómoda y escalofriante.
Aproveché a que tenía las uñas lo suficientemente largas y bajé la mano hasta llegar al dobladillo de su camisa. Metí la mano por la camisa y fue a parar en su espalda. Mis uñas se clavaron en ella y mi cuerpo se acercó más a él, empujándole más hacia atrás, clavándole las uñas con fuerza. Sí, sí. Pude notar que comenzaba a resbalar sangre por su espalda.
-¿Me crees capaz, demonio?- dije apretando más la mano que tenía en su cuello y mirándole con una media sonrisa. Di un mordisco al aire cerca de sus labios y reí finalmente.- Yo, al menos, no te creo capaz a tí... C-o-b-a-r-d-e- acentué la última palabra.
Katrina Volkova- Cazador
- Mensajes : 419
Fecha de inscripción : 19/09/2010
Edad : 32
Localización : El mundo
Re: Sentencia.
Fue un cambio totalmente radical el que sufrió Katrina. Parecía una persona totalmente diferente, parecida a aquella Katrina que me torturó hacía unos meses.
La última vez se lo dejé pasar y aunque me hubiera salvado la vida, su comportamiento merecía castigo.
Sin previo aviso, mi puño se estampó contra su cara y la dejó inconsciente en el acto.
Tomé su cuerpo antes de que callera estrepitosamente contra el suelo.
-Felices sueños cazadora…
Até su cuerpo al potro de torturas, una especie de X hecho con gruesos tabiques de madera que tenían cintas de cuero para sujetar a los mártires.
Tapé la boca de Katrina con una de las cintas que quedaba y me dispuse a volverme. Ante mi, se abría una mesa con un enorme repertorio de herramientas para la tortura. Con la yema de los dedos, palpé los filos de las cuchillas, los frascos con líquidos de muchos colores, el metal que componía extraños instrumentos manchados con sangre reseca… me sentía en el cielo.
El cuarto no era muy grande, las paredes eran de color marrón y la pintura estaba saltada en algunos lugares. El suelo era un compuesto de enormes manchas de sangre de antiguas torturas.
El potro se encontraba en el medio de la habitación, reteniendo el cuerpo desnudo de Katrina. Las cintas que sujetaban su pecho y cintura tapaban las partes oportunas que toda dama no deseaba enseñar.
La cazadora abrió poco a poco, los ojos. Parecía desorientada y mareada. Cuando pareció recuperarse comenzó a forcejear y hacer ruidos extraños con la garganta pues la boca estaba tapada.
-No vas a poder soltarte, cariño…- tomé un cuchillo que tenía a mano y me entretuve en admirar su filo a la luz de las velas-… ¿Sabes? Durante tu largo discurso de antes he estado pensando en las ganas que tenías de saber más cosas del infierno. No quería decirte nada para no traumatizarte… pero he decidido darte un pequeño anticipo- me di la vuelta para que pudiese ver mi sonrisa.
Me acerqué los pocos pasos que me separaban de ella y hundí el cuchillo en uno de sus hombros. De su garganta escapó un desgarrador sonido que llenó el lugar. La sangre corría a borbotones. Saqué el cuchillo y me di la vuelta para volver a la mesa de trabajo.
-He sido un estúpido al no traerte aquí antes…- con un cazo de cerámica, cogí un poco de sal y lo lancé contra la herida, estrujándola después con un trapo que tenía colgado del bolsillo-… no sabía que esto fuera tan divertido. Pero como no cauterice esta herida morirás desangrada.- con un largo bastón de metal, toqué la herida con la parte plana. Utilicé mi poder piroquinético para poner el bastón al rojo vivo. Comenzó a salir humo de su piel y aquel sonido desgarrador emergió de nuevo de su garganta- Que bien no los vamos a pasar- Tomando un bisturí, comencé a hacer virguerías sobre su piel: Un corte por aquí, una punzada por allá, un desgarrón es esta parte…
Por la fina piel de Katrina corrían ríos de agua carmesí que goteaban hasta el suelo formando un enorme charco de sangre. Su sangre me salpicaba pero yo seguía cortando y cortando, ignorando sus quejidos de dolor.
_______________________________________________________________________
Katrina se revolvía. No paraba de dar vueltas sobre la cama y a gemir de desesperación. De vez en cuando parecía hablar mientras dormía… que mujer más graciosa.
Acababa de subir de la cocina, había ido a servirme un poco de ginebra para acompañar el cigarrillo que me acababa de encender.
-Para…. Para…- gemía Katrina mientras su cara reflejaba una máscara de puro sufrimiento.
-Parece que el sueño que le he imbuido no le gusta demasiado…- susurré con una media sonrisa. Solté el humo que contenía mis pulmones y centré mi mirada en la bella durmiente.
Pensaba quedarme hasta que despertara.
La última vez se lo dejé pasar y aunque me hubiera salvado la vida, su comportamiento merecía castigo.
Sin previo aviso, mi puño se estampó contra su cara y la dejó inconsciente en el acto.
Tomé su cuerpo antes de que callera estrepitosamente contra el suelo.
-Felices sueños cazadora…
Até su cuerpo al potro de torturas, una especie de X hecho con gruesos tabiques de madera que tenían cintas de cuero para sujetar a los mártires.
Tapé la boca de Katrina con una de las cintas que quedaba y me dispuse a volverme. Ante mi, se abría una mesa con un enorme repertorio de herramientas para la tortura. Con la yema de los dedos, palpé los filos de las cuchillas, los frascos con líquidos de muchos colores, el metal que componía extraños instrumentos manchados con sangre reseca… me sentía en el cielo.
El cuarto no era muy grande, las paredes eran de color marrón y la pintura estaba saltada en algunos lugares. El suelo era un compuesto de enormes manchas de sangre de antiguas torturas.
El potro se encontraba en el medio de la habitación, reteniendo el cuerpo desnudo de Katrina. Las cintas que sujetaban su pecho y cintura tapaban las partes oportunas que toda dama no deseaba enseñar.
La cazadora abrió poco a poco, los ojos. Parecía desorientada y mareada. Cuando pareció recuperarse comenzó a forcejear y hacer ruidos extraños con la garganta pues la boca estaba tapada.
-No vas a poder soltarte, cariño…- tomé un cuchillo que tenía a mano y me entretuve en admirar su filo a la luz de las velas-… ¿Sabes? Durante tu largo discurso de antes he estado pensando en las ganas que tenías de saber más cosas del infierno. No quería decirte nada para no traumatizarte… pero he decidido darte un pequeño anticipo- me di la vuelta para que pudiese ver mi sonrisa.
Me acerqué los pocos pasos que me separaban de ella y hundí el cuchillo en uno de sus hombros. De su garganta escapó un desgarrador sonido que llenó el lugar. La sangre corría a borbotones. Saqué el cuchillo y me di la vuelta para volver a la mesa de trabajo.
-He sido un estúpido al no traerte aquí antes…- con un cazo de cerámica, cogí un poco de sal y lo lancé contra la herida, estrujándola después con un trapo que tenía colgado del bolsillo-… no sabía que esto fuera tan divertido. Pero como no cauterice esta herida morirás desangrada.- con un largo bastón de metal, toqué la herida con la parte plana. Utilicé mi poder piroquinético para poner el bastón al rojo vivo. Comenzó a salir humo de su piel y aquel sonido desgarrador emergió de nuevo de su garganta- Que bien no los vamos a pasar- Tomando un bisturí, comencé a hacer virguerías sobre su piel: Un corte por aquí, una punzada por allá, un desgarrón es esta parte…
Por la fina piel de Katrina corrían ríos de agua carmesí que goteaban hasta el suelo formando un enorme charco de sangre. Su sangre me salpicaba pero yo seguía cortando y cortando, ignorando sus quejidos de dolor.
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Katrina se revolvía. No paraba de dar vueltas sobre la cama y a gemir de desesperación. De vez en cuando parecía hablar mientras dormía… que mujer más graciosa.
Acababa de subir de la cocina, había ido a servirme un poco de ginebra para acompañar el cigarrillo que me acababa de encender.
-Para…. Para…- gemía Katrina mientras su cara reflejaba una máscara de puro sufrimiento.
-Parece que el sueño que le he imbuido no le gusta demasiado…- susurré con una media sonrisa. Solté el humo que contenía mis pulmones y centré mi mirada en la bella durmiente.
Pensaba quedarme hasta que despertara.
Mefistófeles- Demonio
- Mensajes : 537
Fecha de inscripción : 03/10/2010
Re: Sentencia.
Lo primero que recuerdo fue que abrí los ojos, me daba tumbos la cabeza. No pude moverme y tampoco gesticular ningún sonido. ¡Dios mío! Miré hacia el frente ya que no podía mirar a ningún otro sitio.
-No vas a poder soltarte, cariño…- tomó un cuchillo se entretuvo en observar su filo a la luz de las velas. ¡Dios mío! ¿Dónde estaba?-… ¿Sabes? Durante tu largo discurso de antes he estado pensando en las ganas que tenías de saber más cosas del infierno. No quería decirte nada para no traumatizarte… pero he decidido darte un pequeño anticipo.
Comencé a forcejear de nuevo intentando negar con la cabeza. ¡Maldita sea! Estaba atada a un potro de torturas y era imposible deshacerse de las ataduras. Joder. Se acercó a mí con unos pasos, yo no podía creer lo que estaba sucediendo. ¡Que no me acerque el cuchillo por favor! Solté un grito de dolor, o eso hubiera parecido si no tuviera la boca tapada, al haberme clavado el cuchillo en el hombro. ¿Por qué era tan estúpida? Si no le hubiese provocado esto no estaría pasando. Sacó el cuchillo y se dio la vuelta de nuevo. Miré a mi herida de reojo, estaba sangrando a borbotones. Comencé a llorar.
-He sido un estúpido al no traerte aquí antes…- de pronto me lanzó sal en la herida y volví a pegar otro grito de agonía, más aún cuando empezó a restregarlo con un trapo-… no sabía que esto fuera tan divertido. Pero como no cauterice esta herida morirás desangrada- cogió un hierro y lo puso en mi herida, no comprendí hasta que noté que quemaba mi piel, volví a gritar, se me caían las lágrimas. ¿Cómo había hecho eso? ¿Había provocado él que el hierro se calentase? No podía creérmelo.-Que bien no los vamos a pasar.
¡Joder! ¡Basta ya! ¿No sabía aceptar una broma? Ya no podía aguantar aquello era insoportable. Pronto le vi darse la vuelta con un bisturí en la mano, cerré los ojos fuerte para evitar ver lo que me hacía, pero no servía de mucho pues el dolor no se iba, y con cada corte que me hacía no podía evitar un pequeño grito de dolor. Me faltaría nada para acabar muerta, había perdido mucha sangre y la vista se me nublaba...
___________________________________________________
Desperté. Tenía la cara empapada en lágrimas y temblores en todo el cuerpo. Miré alrededor, estaba en mi habitación. Vi que Mefistófeles estaba sentado en una silla mirándome. Salté de pronto y me fui a una esquina de la habitación. Me senté en el suelo y agarré mis piernas con los brazos. Comencé a llorar de nuevo, mirando hacia la pared, aquel sueño no había sido uno cualquiera, lo había provocado él, tenía que haber sido él. Le tenía miedo, mucho miedo. Mis manos aún temblaban esetrepitosamente. Qué trauma...
-No vas a poder soltarte, cariño…- tomó un cuchillo se entretuvo en observar su filo a la luz de las velas. ¡Dios mío! ¿Dónde estaba?-… ¿Sabes? Durante tu largo discurso de antes he estado pensando en las ganas que tenías de saber más cosas del infierno. No quería decirte nada para no traumatizarte… pero he decidido darte un pequeño anticipo.
Comencé a forcejear de nuevo intentando negar con la cabeza. ¡Maldita sea! Estaba atada a un potro de torturas y era imposible deshacerse de las ataduras. Joder. Se acercó a mí con unos pasos, yo no podía creer lo que estaba sucediendo. ¡Que no me acerque el cuchillo por favor! Solté un grito de dolor, o eso hubiera parecido si no tuviera la boca tapada, al haberme clavado el cuchillo en el hombro. ¿Por qué era tan estúpida? Si no le hubiese provocado esto no estaría pasando. Sacó el cuchillo y se dio la vuelta de nuevo. Miré a mi herida de reojo, estaba sangrando a borbotones. Comencé a llorar.
-He sido un estúpido al no traerte aquí antes…- de pronto me lanzó sal en la herida y volví a pegar otro grito de agonía, más aún cuando empezó a restregarlo con un trapo-… no sabía que esto fuera tan divertido. Pero como no cauterice esta herida morirás desangrada- cogió un hierro y lo puso en mi herida, no comprendí hasta que noté que quemaba mi piel, volví a gritar, se me caían las lágrimas. ¿Cómo había hecho eso? ¿Había provocado él que el hierro se calentase? No podía creérmelo.-Que bien no los vamos a pasar.
¡Joder! ¡Basta ya! ¿No sabía aceptar una broma? Ya no podía aguantar aquello era insoportable. Pronto le vi darse la vuelta con un bisturí en la mano, cerré los ojos fuerte para evitar ver lo que me hacía, pero no servía de mucho pues el dolor no se iba, y con cada corte que me hacía no podía evitar un pequeño grito de dolor. Me faltaría nada para acabar muerta, había perdido mucha sangre y la vista se me nublaba...
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Desperté. Tenía la cara empapada en lágrimas y temblores en todo el cuerpo. Miré alrededor, estaba en mi habitación. Vi que Mefistófeles estaba sentado en una silla mirándome. Salté de pronto y me fui a una esquina de la habitación. Me senté en el suelo y agarré mis piernas con los brazos. Comencé a llorar de nuevo, mirando hacia la pared, aquel sueño no había sido uno cualquiera, lo había provocado él, tenía que haber sido él. Le tenía miedo, mucho miedo. Mis manos aún temblaban esetrepitosamente. Qué trauma...
Katrina Volkova- Cazador
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Fecha de inscripción : 19/09/2010
Edad : 32
Localización : El mundo
Re: Sentencia.
-Pero que te ocurre, cariño…- dejé el vaso en el suelo y me levanté de la silla para acercarme al bulto de la esquina que era Katrina.
Me acuclille junto a ella y le acaricié la cabeza con una mano- ¿Tienes miedo?
Durante el sueño, no había mentido en ningún momento. Todo lo que había vivido en él era un delante de lo que ocurriría en el infierno. El miedo era algo natural.
-¿No estás contenta de que solo haya sido un sueño?- acerqué mi rostro a su cabeza y la besé- Lo que ocurrirá dentro de un mes… desearás que solo sea un sueño- susurré aprovechando la poca distancia que había puesto entre mis labios y su oído.
Me acuclille junto a ella y le acaricié la cabeza con una mano- ¿Tienes miedo?
Durante el sueño, no había mentido en ningún momento. Todo lo que había vivido en él era un delante de lo que ocurriría en el infierno. El miedo era algo natural.
-¿No estás contenta de que solo haya sido un sueño?- acerqué mi rostro a su cabeza y la besé- Lo que ocurrirá dentro de un mes… desearás que solo sea un sueño- susurré aprovechando la poca distancia que había puesto entre mis labios y su oído.
Mefistófeles- Demonio
- Mensajes : 537
Fecha de inscripción : 03/10/2010
Re: Sentencia.
-Pero que te ocurre, cariño… ¿Tienes miedo?- ni le miré, pero sabía perfectamente que estaba frente a mí mirándome.- ¿No estás contenta de que solo haya sido un sueño?- sentí que dio un beso en mi cabeza, quería hecharme para atrás, salir huyendo...- Lo que ocurrirá dentro de un mes… desearás que solo sea un sueño- me dijo en un susurro cerca del oído.
Le empujé y salí corriendo bajando las escaleras. Me dirigí al sótano donde había un pentagrama. Encendí con rapidez unas lámparas de aceite miré hacia la pared. Allí, justamente había un "potro de torturas" donde había "torturado" a bastantes demonios, les había sonsacado cosas sobre ellos y dónde se escondían, etc. Tiré las cadenas al suelo y me coloqué en el centro del pentagrama.
-No vas a tocarme- dije mirando hacia el suelo- No vas a tocarme...- intentaba metérmelo en la mente, aquel sueño había sido muy cruel y muy real, parecía que sufría en verdad todo aquello.
Le empujé y salí corriendo bajando las escaleras. Me dirigí al sótano donde había un pentagrama. Encendí con rapidez unas lámparas de aceite miré hacia la pared. Allí, justamente había un "potro de torturas" donde había "torturado" a bastantes demonios, les había sonsacado cosas sobre ellos y dónde se escondían, etc. Tiré las cadenas al suelo y me coloqué en el centro del pentagrama.
-No vas a tocarme- dije mirando hacia el suelo- No vas a tocarme...- intentaba metérmelo en la mente, aquel sueño había sido muy cruel y muy real, parecía que sufría en verdad todo aquello.
Katrina Volkova- Cazador
- Mensajes : 419
Fecha de inscripción : 19/09/2010
Edad : 32
Localización : El mundo
Re: Sentencia.
-No vas a tocarme, no vas a tocarme...- repetía una y otra vez Katrina en el centro de aquel pentagrama.
Mi “demostración” parecía haber producido una herida muy profunda en el valor de Katrina… ya no era la cazadora que tanto me atraía. Por primera vez desde que la conocí, me parecía una humana más del montón.
Su miedo había borrado todo los rasgos especiales que tenía. Daba pena.
Ignorando el pentágono y los efectos que me producirían, caminé hasta llegar a Katrina.
Le di una palmada en la frente con la palma de mi mano.
-Despierta de una vez- le dije volviéndole a dar otra palmada- La Katrina que creía conocer jamás se hubiera achantado por un estúpido sueño, se habría levantado de la cama y después de sacar sus propias conclusiones, me habría vaciado su pistola en mi pecho y me habría llamado hijo de puta, o cabra del infierno… o que sea. Estás perdiendo facultades, cazadora.
Mi “demostración” parecía haber producido una herida muy profunda en el valor de Katrina… ya no era la cazadora que tanto me atraía. Por primera vez desde que la conocí, me parecía una humana más del montón.
Su miedo había borrado todo los rasgos especiales que tenía. Daba pena.
Ignorando el pentágono y los efectos que me producirían, caminé hasta llegar a Katrina.
Le di una palmada en la frente con la palma de mi mano.
-Despierta de una vez- le dije volviéndole a dar otra palmada- La Katrina que creía conocer jamás se hubiera achantado por un estúpido sueño, se habría levantado de la cama y después de sacar sus propias conclusiones, me habría vaciado su pistola en mi pecho y me habría llamado hijo de puta, o cabra del infierno… o que sea. Estás perdiendo facultades, cazadora.
Mefistófeles- Demonio
- Mensajes : 537
Fecha de inscripción : 03/10/2010
Re: Sentencia.
-Sí, ¿no?- dije alzando la cabeza.
Le di un puñetazo en la cara con todas mis fuerzas, lo que había hecho que se inclinase hacia un lado. Le di una patada en el estómago haciéndole subir un poco de su posición. Y finalmente le di una patada en la espalda para que cayese al suelo.
-Quizás no haya perdido ninguna facultad, demonio. Puedo llegar a actuar muy bien- dije caminando dentro del círculo pero a su alrededor.- Unas cuantas lágrimas confunden, y un rostro de pánico puro te da la razón- me encogí de hombros- No tengo la culpa de que te lo llegues a creer todo. Y sí, el sueño me ha aterrorizado, sin duda, pero soy lo suficientemente fuerte como para que un puto sueño no me deje abatida. Ya tendré tiempo para ello en el Infierno.- me crucé de brazos.- Pa-té-ti-co, co-bar-de.
Le di un puñetazo en la cara con todas mis fuerzas, lo que había hecho que se inclinase hacia un lado. Le di una patada en el estómago haciéndole subir un poco de su posición. Y finalmente le di una patada en la espalda para que cayese al suelo.
-Quizás no haya perdido ninguna facultad, demonio. Puedo llegar a actuar muy bien- dije caminando dentro del círculo pero a su alrededor.- Unas cuantas lágrimas confunden, y un rostro de pánico puro te da la razón- me encogí de hombros- No tengo la culpa de que te lo llegues a creer todo. Y sí, el sueño me ha aterrorizado, sin duda, pero soy lo suficientemente fuerte como para que un puto sueño no me deje abatida. Ya tendré tiempo para ello en el Infierno.- me crucé de brazos.- Pa-té-ti-co, co-bar-de.
Katrina Volkova- Cazador
- Mensajes : 419
Fecha de inscripción : 19/09/2010
Edad : 32
Localización : El mundo
Re: Sentencia.
Eso era lo que yo quería, una Katrina con un “buen par de cojones” Aunque yo ya sabía que de eso no tenía…
Estiré todo el cuerpo reponiéndome de todos los golpes recibidos.
-Cada día veo más claro que serás una demonio perfecta, mientes como una de los nuestros- y antes de que negara nada puse los ojos totalmente en blanco y incliné el cuerpo para que mi rostro quedara a pocos centímetros del suyo-¡Esto te vas a convertir y no podrás hacer nada para evitarlo!- chillé con voz sobrenatural. El cuerpo de Katrina salió despedido golpeándose contra el potro de torturas que tenía en la habitación. Aterrizó estrepitosamente en el suelo.
Mis ojos recobraron sus pupilas y me arreglé el traje recobrando parte de dignidad… aunque siguiera encerrado en aquel pentaculo.
Estiré todo el cuerpo reponiéndome de todos los golpes recibidos.
-Cada día veo más claro que serás una demonio perfecta, mientes como una de los nuestros- y antes de que negara nada puse los ojos totalmente en blanco y incliné el cuerpo para que mi rostro quedara a pocos centímetros del suyo-¡Esto te vas a convertir y no podrás hacer nada para evitarlo!- chillé con voz sobrenatural. El cuerpo de Katrina salió despedido golpeándose contra el potro de torturas que tenía en la habitación. Aterrizó estrepitosamente en el suelo.
Mis ojos recobraron sus pupilas y me arreglé el traje recobrando parte de dignidad… aunque siguiera encerrado en aquel pentaculo.
Mefistófeles- Demonio
- Mensajes : 537
Fecha de inscripción : 03/10/2010
Re: Sentencia.
-¡En esto te vas a convertir y no podrás hacer nada para evitarlo!- chilló Mefistófeles con una voz sobrenatural.
De pronto, mi cuerpo salió despedido hacia atrás, chocándome contra el potro y cayendo al suelo después. ¡Joder! Ya estaba harta de tanto golpe. Me levanté, con el ceño fruncido le miré.
-Tú lo has querido.- Dije con rostro serio.
Me dirigí al baúl, y saqué un montón de bártulos que deposité en una mesita que tenía al lado. Había desde sal y agua bendita, hasta distintos "instrumentos" que había usado con otros demonios antes. Sin duda no faltaban los cuchillos de distintas clases, desde puntillas hasta verdaderos cuchillos para hacer unas grandes carnicerías. No llegaba a ser exagerada con los otros demonios pues se les soltaba la lengua muy deprisa. Lo coloqué todo en la mesa y me dirigí a colocar bien el potro para poder atraparle.
-¿Estás preparado cariño?- dije sin mirarle y con una risita al final.
De pronto, mi cuerpo salió despedido hacia atrás, chocándome contra el potro y cayendo al suelo después. ¡Joder! Ya estaba harta de tanto golpe. Me levanté, con el ceño fruncido le miré.
-Tú lo has querido.- Dije con rostro serio.
Me dirigí al baúl, y saqué un montón de bártulos que deposité en una mesita que tenía al lado. Había desde sal y agua bendita, hasta distintos "instrumentos" que había usado con otros demonios antes. Sin duda no faltaban los cuchillos de distintas clases, desde puntillas hasta verdaderos cuchillos para hacer unas grandes carnicerías. No llegaba a ser exagerada con los otros demonios pues se les soltaba la lengua muy deprisa. Lo coloqué todo en la mesa y me dirigí a colocar bien el potro para poder atraparle.
-¿Estás preparado cariño?- dije sin mirarle y con una risita al final.
Katrina Volkova- Cazador
- Mensajes : 419
Fecha de inscripción : 19/09/2010
Edad : 32
Localización : El mundo
Re: Sentencia.
-Tú lo has querido
-Oh, jajajaja… ¿A caso el sueño te ha dado ideas?- dije mientras adivinaba cuáles eran sus intenciones- Me partes el corazón… ¿vas a castigar a este demonio malo? No creas que te lo voy a poner igual de fácil que la última vez. No estoy dispuesto a que me estropees otro traje- Incliné la cabeza y cerré los ojos- Omnis legio, omnis congregatio et secta diabolica. Ergo draco maledicte et sectio, ergo maledicte et legio secta diabolica. Ut Ecclésiam tuam secúra tibi fúcias servire libertúe serviré- la habitación comenzó a temblar y el suelo se resquebrajó por las fuertes sacudidas. La trampa estaba rota.
Antes de que Katrina pudiera reaccionar, la lancé contra el potro. La mantuve inmovilizada con mis poderes y también, con ellos, cogí las cadenas y la até con fuerza a aquel instrumento de tortura
-No soy tan poca cosa como crees, cazadora- me dirigí al baúl donde Katrina estaba mirando hacía un momento y contemplé todos sus instrumentos- Bueno… tienes un material un tanto limitado… pero nos lo podremos pasar muy bien ¿tú qué crees?
-Oh, jajajaja… ¿A caso el sueño te ha dado ideas?- dije mientras adivinaba cuáles eran sus intenciones- Me partes el corazón… ¿vas a castigar a este demonio malo? No creas que te lo voy a poner igual de fácil que la última vez. No estoy dispuesto a que me estropees otro traje- Incliné la cabeza y cerré los ojos- Omnis legio, omnis congregatio et secta diabolica. Ergo draco maledicte et sectio, ergo maledicte et legio secta diabolica. Ut Ecclésiam tuam secúra tibi fúcias servire libertúe serviré- la habitación comenzó a temblar y el suelo se resquebrajó por las fuertes sacudidas. La trampa estaba rota.
Antes de que Katrina pudiera reaccionar, la lancé contra el potro. La mantuve inmovilizada con mis poderes y también, con ellos, cogí las cadenas y la até con fuerza a aquel instrumento de tortura
-No soy tan poca cosa como crees, cazadora- me dirigí al baúl donde Katrina estaba mirando hacía un momento y contemplé todos sus instrumentos- Bueno… tienes un material un tanto limitado… pero nos lo podremos pasar muy bien ¿tú qué crees?
Mefistófeles- Demonio
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Fecha de inscripción : 03/10/2010
Re: Sentencia.
No hice caso a su palabrería, ¿se creía que iba a detenerme? Já, lo llevaba claro. No mucho después oí que empezaba a decir algo. Sentía el suelo temblar bajo mis pies. Me giré y le miré.
-¿Pero qué coño…?- vi que el suelo se resquebrajó, abrí mucho los ojos.
¡Maldita sea! No tardó mucho en lanzarme contra el potro. ¿Pero cómo coño había hecho eso? Tenía una cara de completa interrogación. Intenté moverme con todas mis fuerzas, pero un poder invisible me estaba inmovilizando. Mefistófeles se acercó a mí y comenzó a atarme con las cadenas.
-¡No, no! ¡Suéltame hijo de la gran puta!- forcejeé las cadenas con la mayor fuerza que podía sacar.
-No soy tan poca cosa como crees, cazadora- se dirigió a mi baúl y observó lo que había en su interior- Bueno… tienes un material un tanto limitado… pero nos lo podremos pasar muy bien ¿tú qué crees?
-Que no vas a tocarme ni un pelo- le miré furiosa intentando en vano desatarme de las cadenas.- ¿Cómo has conseguido salir de la trampa? Eso no estaba en mis planes- dije con el ceño fruncido mirándole como si le fuera a matar- Tócame con alguna cosa de esas y te acordarás toda tu maldita vida de ello.
-¿Pero qué coño…?- vi que el suelo se resquebrajó, abrí mucho los ojos.
¡Maldita sea! No tardó mucho en lanzarme contra el potro. ¿Pero cómo coño había hecho eso? Tenía una cara de completa interrogación. Intenté moverme con todas mis fuerzas, pero un poder invisible me estaba inmovilizando. Mefistófeles se acercó a mí y comenzó a atarme con las cadenas.
-¡No, no! ¡Suéltame hijo de la gran puta!- forcejeé las cadenas con la mayor fuerza que podía sacar.
-No soy tan poca cosa como crees, cazadora- se dirigió a mi baúl y observó lo que había en su interior- Bueno… tienes un material un tanto limitado… pero nos lo podremos pasar muy bien ¿tú qué crees?
-Que no vas a tocarme ni un pelo- le miré furiosa intentando en vano desatarme de las cadenas.- ¿Cómo has conseguido salir de la trampa? Eso no estaba en mis planes- dije con el ceño fruncido mirándole como si le fuera a matar- Tócame con alguna cosa de esas y te acordarás toda tu maldita vida de ello.
Katrina Volkova- Cazador
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Localización : El mundo
Re: Sentencia.
-Tócame con alguna cosa de esas y te acordarás toda tu maldita vida de ello.
-Tienes razón… con estas cosas no pienso tocarte, no disfrutaríamos nada del arte de la tortura- dije negando con la cabeza mientras cerraba el baúl. Luego me acerqué a ella y me quedé plantado, observándola- ¿Y ahora que hago contigo? Si te suelto seguirás pegándome y si te dejo atada seguirás con tus improperios hacia mi persona que acabaran estresándome- me rasqué la cabeza mientras mi mente trabajaba. ¿Y si le hacía sufrir un poco? Pero no de forma física… ¿de vergüenza tal vez? Sonreí pícaramente y levanté mi mano hasta llegar a la cara de Katrina- Me encanta tener a una mujer preciosa atada e inmovilizada… no pueden hacer nada para detenerme- sin necesidad de acercarme, para protegerme de sus fluidos salivales, utilicé mis poderes para comenzar a desatar el corsé de su vestido. Poco a poco este fue cediendo, pero sin llegar a revelar nada- ¿Tiro completamente de él?- Pregunté juguetón
-Tienes razón… con estas cosas no pienso tocarte, no disfrutaríamos nada del arte de la tortura- dije negando con la cabeza mientras cerraba el baúl. Luego me acerqué a ella y me quedé plantado, observándola- ¿Y ahora que hago contigo? Si te suelto seguirás pegándome y si te dejo atada seguirás con tus improperios hacia mi persona que acabaran estresándome- me rasqué la cabeza mientras mi mente trabajaba. ¿Y si le hacía sufrir un poco? Pero no de forma física… ¿de vergüenza tal vez? Sonreí pícaramente y levanté mi mano hasta llegar a la cara de Katrina- Me encanta tener a una mujer preciosa atada e inmovilizada… no pueden hacer nada para detenerme- sin necesidad de acercarme, para protegerme de sus fluidos salivales, utilicé mis poderes para comenzar a desatar el corsé de su vestido. Poco a poco este fue cediendo, pero sin llegar a revelar nada- ¿Tiro completamente de él?- Pregunté juguetón
Mefistófeles- Demonio
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