Cántico de Sangre
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.


Menú






Compañeros
Crear foro









Click: Afiliados Vip-Élite


Hogwarts
You Know You Love Me Rol
Cena a la carta [Libre] - Página 3 34xhqo8
Cena a la carta [Libre] - Página 3 Musiccc
Cena a la carta [Libre] - Página 3 Ra5l4811
Cena a la carta [Libre] - Página 3 Livethesummer
Bvlgaria
Cena a la carta [Libre] - Página 3 Menteversuscuerpo2 Cena a la carta [Libre] - Página 3 Menteversuscuerpo2Cena a la carta [Libre] - Página 3 Banneraf1Théâtre des VampirestokyoBlood And SinPhotobucketCena a la carta [Libre] - Página 3 BotonuCabaretHogwarts: Marauder TimeCena a la carta [Libre] - Página 3 Minibanner-2Specialis RevelioCena a la carta [Libre] - Página 3 The_fa19Cena a la carta [Libre] - Página 3 BannerdlCena a la carta [Libre] - Página 3 2dlqeflVolterra NightCena a la carta [Libre] - Página 3 Zsqybr Cena a la carta [Libre] - Página 3 21ayfiqCena a la carta [Libre] - Página 3 HalloweenCena a la carta [Libre] - Página 3 2u8cqxu Cena a la carta [Libre] - Página 3 AfiliacionCena a la carta [Libre] - Página 3 Please11Cena a la carta [Libre] - Página 3 MinibanersCena a la carta [Libre] - Página 3 Boton100x50Cena a la carta [Libre] - Página 3 O5u682La obscuridad eternaCena a la carta [Libre] - Página 3 Banner3Cena a la carta [Libre] - Página 3 Sing-blueberryA bizarre love story    Cena a la carta [Libre] - Página 3 28b8jsz Cena a la carta [Libre] - Página 3 PngpsdKlinzmann Mental HospitalNomen SapientiaeCena a la carta [Libre] - Página 3 Btn500http://secretname.forosactivos.net/forum.htm Academia St. Hathaway Cena a la carta [Libre] - Página 3 Banner2yp Cena a la carta [Libre] - Página 3 66906q






Últimos temas
» Casting para Claudia
Cena a la carta [Libre] - Página 3 EmptyJue Ene 29, 2015 12:29 am por Lirio azul

» Casting para Claudia
Cena a la carta [Libre] - Página 3 EmptyJue Ene 29, 2015 12:29 am por Lirio azul

» Théâtre des Vampires
Cena a la carta [Libre] - Página 3 EmptyMiér Ago 27, 2014 6:07 pm por Tristán Evans

» Luccia Venturi
Cena a la carta [Libre] - Página 3 EmptyMiér Jul 30, 2014 6:29 pm por Tristán Evans

» Buenas tardes
Cena a la carta [Libre] - Página 3 EmptyMiér Nov 27, 2013 1:51 am por Luccia Venturi

» Los antiguos
Cena a la carta [Libre] - Página 3 EmptyMiér Jun 12, 2013 11:54 pm por erick roal

» Dudas
Cena a la carta [Libre] - Página 3 EmptyVie Mayo 31, 2013 10:13 am por Armand

» Lydia Deetz
Cena a la carta [Libre] - Página 3 EmptyMar Mayo 28, 2013 1:48 am por Capt. leon

» Juego de la Verdad.
Cena a la carta [Libre] - Página 3 EmptyJue Abr 11, 2013 5:37 pm por Sayra Luk Richter


Cena a la carta [Libre]

2 participantes

Página 2 de 3. Precedente  1, 2, 3  Siguiente

Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Eva Lavant Vie Dic 03, 2010 8:06 pm

Recuerdo del primer mensaje :

Mi cabello se alboroto con el viento. Era de noche y me hallaba sola, en medio de la calle. Alcé la vista mirando al cielo despejado de nubes. El cielo siempre era igual en todas partes. Observé el suelo con gran detalle y conté las líneas divisorias, formando cada pedazo de piedra. Pero un ser ínfimo, quedó atrapado en una de esas líneas.

-Una mariquita -exclamé en susurro. La cogí con los dedos y dejé que anduviese por la palma de mi mano. Era tan pequeñita... vulnerable y perdida como yo. Me acerqué tanto al insecto, que me puse bizca, con los ojos muy abiertos -No te preocupes. Te dejaré en un sitio seguro, para que nadie te pise -y eso hice. Coloqué a la mariquita en el alfeizar de una ventana. Ya no correría peligro.

No sabía donde ir, hasta que una voz despertó en mi la curiosidad. Metí las manos en los bolsillos de mi abrigo y seguí el sonido hasta un pequeño callejón. Estaba muy oscuro. Sólo diferencié dos siluetas al lado de un cubo de basura de hojalata.

-¡Mira lo que tenemos aquí! - escuché una voz masculina. Un gato gris, asustado por el eco que produjo su alarido dentro del callejón, salió disparado de entre unas cajas. Un animal tan temerario, no debería sobrecogerse por culpa de un mortal. Hice caso omiso de su comentario y me agaché, llamando con ternura al gato gris. Estire los dedos "misi, misi..." susurré indicándole el camino. La segunda sombra soltó una tímida carcajada varonil. Acaricié al gato con mucho cuidado, sintiendo su suave pelaje.

En menos de un segundo mi cerebro asimiló la situación: hombres. Dos. Edad: entre 25 y 30 años. Cantidad de alcohol en el cuerpo: excesiva. Estabilidad y equilibrio: dudables. Grado de estupidez: máximo.

Dejé marchar al animal, despidiéndome de él, con ayuda de una mano. Escuché el sonido de sus pisadas tras de mí. Estarían a dos metros de distancia. Uno de ellos, patinó ligeramente, pero sin llegar a caer sobre el suelo.

-¿Quieres jugar, preciosa? - me di la vuelta, enseñándoles mi mejor sonrisa, noblemente. Me quité el abrigo y lo dejé sobre una de las cajas, para que no se manchara -Así me gusta... cuanto antes te desnudes, antes empezaremos la diversión - entendí con dificultad. El habla quedaba contagiado por culpa del alcohol.

No me hacía falta respirar. Pero me gustaba sentir el aire. Notar como entraba ligero, dentro de mis pulmones. Una pestilencia horrible, procedente de una de las alcantarillas, me distrajo ¿Habría algo muerto? Los caballeros se acercaron a mí, entre risas. Uno de ellos, pegó la nariz junto a mi pelo y acarició mi cintura -Que bien oléis... - alcé el rostro, encontrándome con él. Altura: 1,75 -Siento no poder decir lo mismo de vos -susurré de modo musical, dejando el final de la frase, suspendido en un extraño falsete. El hombre volvió a reír, borracho como una cuba, al escuchar mi comentario. El otro caballero, apoyó la espalda en uno de los muros y acompañó a su amigo, riéndose sin ninguna explicación -Déjame que te quite esto - sus manos desabrocharon uno de mis botones superiores, dejando a la vista mi cuello. Sólo un botón. El hombre no pudo hacer nada más.

Todo ocurrió muy deprisa:
Flemática, rompí sus dedos con un movimiento sutil de mano. Agarré su cabeza, estampándola contra el suelo. Le arranqué media melena. Hundí el tacón en la palma de su mano rota y, entre alaridos de dolor, mordí su muñeca, alimentándome de él. "No creo que merezca un mordisco en el cuello". Lástima que se desmayase antes de arrebatárle, la columna vertebral de cuajo.
El otro caballero, quedó preso del pánico. Sus ojos no parecían entender lo que acababa de pasar. Tardó unos segundos en reaccionar, antes de salir corriendo, dando tumbos por la pared. Pero no consiguió salir del callejón airoso. Caminé sonriente tras él, contemplando como se caía. Terminó arrastrándose por el suelo, mirándome con espanto. Sus ojos se apagaron en cuanto mis manos atraparon su cabeza, desraizándola del cuello.

Acto seguido, recogí los cuerpos, abrí la alcantarilla y los metí dentro. Dedos rotos: 4. Cabezas cercenadas: 1. Luego saqué un pañuelo y limpié mi rostro. Narices rotas: 1, tendones atravesados: 2. Pelos de la cabeza extirpados: unos 57. Abroché el botón de mi vestido y me puse el abrigo encima con sumo cuidado. Cuando me dispuse a salir de allí, volví a escuchar algo. Unos pasos discretos, cerca de mi zona ¿Quién sería?
Eva Lavant
Eva Lavant
Vampiro - Clase Alta
Vampiro - Clase Alta

Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/12/2010
Edad : 853
Localización : Montmartre

Volver arriba Ir abajo


Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Eva Lavant Vie Mar 04, 2011 5:32 am

-¡Sí! Ya te he oído.- bueno, bueno, no nos pongamos nerviosos... -¿Ahora tienes hambre? ¿No? ¡Fantástico!- ¿Por qué le parecía tan mal? ¿Y yo que culpa tenía? ¿Y por qué no iba a comer? claro... como el señorito se metió entre pecho y espalda un pastel de chocolate... Además, que no se preocupase que no tardaría demasiado. Yo no tenía que calentarme la comida. Fresca y del tiempo, como me gustaba a mí –Claro, claro, corre.- ¡Como una bala! me levanté de un salto para buscar mi aperitivo -¿Y qué pasa?- me detuve en seco, como una estatua en plena posición de carrera -Eso - ¿Y ahora que pasa? - ¿Estarías celosa si la razón de mi visita fuera esa?- con lentitud, caminé hasta colocarme en frente de él. Seguía en la misma postura, con los ojos cerrados. Y cada vez hablaba más raro. Como somnoliento ¿Qué yo estaba en celo? ¿O no era eso?

A veces lio las palabras. A veces ser culta es más complicado de lo que parece. Así que puse la mente en marcha. Abrí el primer cajón de archivos en mi cerebro y busqué la palabra:
celo (del singular): Excitación sexual de ciertos animales durante el periodo propicio para el apareamiento.
Ni era un animal, ni me sentía gustosa de tales divertimentos, ni consideré que fuese el mejor momento.
–Pues…para que lo sepas, no tengo ninguna amante con ese nombre.

Un segundo Memphis, un segundito... ¡qué se me lía todo...! No, no puede ser eso. Mantuve el gesto pensativo, mirando al techo con extrañeza.
celos (en plural): inquietud que vives, ante la expectativa de que la persona amada sienta inclinación por otra.
Claro... fascinada me quedé ¡eso tenía mucho más sentido!. Pero... mis ojos se abrieron descomunales.

-¡Oye...que yo no...!
- Ese nombre quedó enterrado en el pasado, y no me agrada que recurras a él, ni que me lo recuerdes ¡Ni nada!- vale, vale... me callo y ya está. Calladita. Calladita del todo. Me llevé la mano a la boca simulando cerrármela con una cremallera. Luego le puse candado y tiré la llave lejos. –De amantes no gasto - Y el silencio me engulló.
-Yo tampoco- confesé apenada, no se muy bien por qué.
- ¿Es que…querrías serlo tú? No…no, claro que no.- Me extrañó que se diese tal caso. No nos entendíamos muy bien. Además no aceptó mi idea de amor casto y vivíamos lejos, recordé. ¿Donde viviría entonces? -Vacaciones…eso es lo que he venido a buscar aquí.- ¿Acaso estaba estresado? –Te mueres de hambre…- me recordó. Se me había olvidado por completo –Ya sabes dónde estoy… No te pierdas.
-No... - murmuré confusa, volviendo a caminar hacia la puerta. ¿Sentía pena? me recogí el pelo tras una oreja. Por como me hablaba, quizás. ¿O qué apenas me miraba? ¿Y no se había compartado así, durante toda la noche? Sí. Pero... Me detuve. demasiada información. Volví a caminar -Es que... - me detuve. Da igual... -Sí... - da igual..., me dije a mí misma marchándome por fin de la habitación.

Cuando me encontré en medio del pasillo y cerré la puerta... no supe donde ir. Sin rumbo de nuevo.
-Perdone ¿Me deja paso? - alguien golpeó mi hombro por detrás y encontré a un joven con una gorra en la cabeza de visera, tirantes marrones y camisa blanca. Habría jurado que era un mozo. Pero no llevaba maletas.
-¿Sois mozo, monsieur?
-No. Que va - sonreía...
-¿Estáis de vacaciones, monsieur? - ah... no... Que ese era Memphis. "MEMPHIS", repetí con aplomo. Como si nunca jamás fuese a decir su nombre más. Creo que él me odiaba ¿Lo entendí tarde? puede ser... -No... Estoy instalado en el Hotel por...
-No - interrumpí al chico bruscamente y negué con la cabeza fastidiada -No estáis de vacaciones... - No. No era él
-esta... noche... ¿Le pasa algo?- ¿Por qué me miraba de esa forma tan rara?
-¿No es muy tarde para que salgáis a pasear? ¿Dónde vais? - Para rarezas la suya.
-tengo que... - parecía confuso ¿Cortado? ¿Por qué? -...hacer un recado - ¿Y le daba tanto repaso contármelo?
-¿Dónde?
-¿Perdone?
-Donde- repetí con parsimonia -Habláis mi idioma ¿verdad?- o puede que... -Ah...No me digáis... - Me sentí ínfima ¿Melancólica quizás? puede ser... -Sois extranjero. Si. Sois extranjero. Yo soy francesa, Pero siempre quise ser americana. Siempre me pasa. Sí. También con el color del cabello. Si hubiese deseado nacer en otro lugar... - o ser de otra manera... No rara. O ser aún humana. No inerte. Como un idioma universal. Sí... - Sabría cómo... - sabía como querría ser. Como todos. Como el resto del mundo -A mí me pasa siempre - sonreí sin sentido -También con el color de los ojos - y me fui igual que un espectro, dejándole allí. Quizás no quisiese compañía. O no pudiese ayudarle a realizar ese recado tan importante. No lo se... ¿Y Memphis? Bueno... nunca me gustaron las despedidas. Tampoco creí que me echara de menos.

Eva Lavant
Eva Lavant
Vampiro - Clase Alta
Vampiro - Clase Alta

Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/12/2010
Edad : 853
Localización : Montmartre

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Tristán Evans Sáb Mar 05, 2011 2:33 am

Que se diese prisa entonces. No eran horas para que danzase por ahí, sola ¿o no tengo razón? Estaba seguro que como gacelilla que era, se daría un poco de vida a la hora de regresar. Me culpé por no haber insistido aún más en que se quedase con los panecillos aquellos, que le hicieron tanta gracia…aunque la idea de comer pan con pan, deja mucho que desear. Peores cosas he visto. -Es que... – ¿Aún estaba ahí? -Sí... – Estamos de acuerdo. No se demoró más y salió. Entonces, como si repentinamente me inundase la ‘calma’ quedé inmerso en el trance pre-soñoliento, o como lo quieras llamar. Aún clavado en una viva consciencia y a las puertas del mundo de los sueños. Aparecieron imágenes aclamando mi atención. Vivos colores, y un sol radiante iluminando la calle londinense que solía transitar de vuelta al hotel. Incluso pensé que aún estaba despierto, pensé que tenía que mantenerme así por algo en concreto. No sé cuántas vueltas di en la cama, ninguna postura me satisfizo, y menos el sonido de los oxidados muelles que cedían a mi peso. Y no te creas, últimamente dormir me resulta complicado, si me acostaba a las tres de la mañana, normalmente, hasta las cinco o así no quedaba rendido. Quizá porque mi cabeza da mil vueltas, quizá porque tenía muchas preocupaciones en la cabeza, quizá porque en el fondo sabía que no tenía que haberme ido de Londres sin avisar a mis compañeros…pero ¿Qué me importaba ya a mí eso? ¿Cuándo se volvería a dar el caso de que nos decidiésemos a dar una gira musical semejante? ¡Pues quién sabe! Tal vez nunca. Y ahora estaba aquí, asumiendo mi culpa, después de un día fatigoso y extraño.

Recordé de la pestilencia del bar en el que hundí mis penas; después el cadáver que quedó flotando en un lago inmundo, sus ojos, lo recuerdo…espeluznante; también los disparos de aquel lisiado pirado ¿qué le había hecho yo? ¡Por el amor de Dios! La muerte me rodeaba allá dónde mirase.

Solo encontré una razón para que esa locura de noche se diese. Su risita de cerdito llegó a mis oídos. Curioso lo contenta que se puso al regalarle el lirio, tonterías ciertamente, pero a la jovencita le hicieron sonreír como si nunca nadie hubiera tenido tales gestos con ella. Vale que no salió de mí, vale que me vi arrastrado por ella desde el principio, montando entre nosotros una farsa, por mi parte muy mal llevada, pero si eso le hacía feliz... No consideré haberme portado de mala manera con ella, es más había sido ¡hasta amable! ¿Qué por qué lo consentía? No lo sé…con lo que yo soy…o era… ¿Volvería a ser el mismo? ¿Quería volver a serlo? ¡Bah! Y qué importa si solo estamos de paso.
Tenía que dejar la mente en blanco, así nunca me dormiría ¿Cuánto tiempo habría pasado? Ni idea. Y ella sin venir. Abrí los ojos con dificultad, encontrando la habitación en penumbra ¿pero no estaba la ventana abierta? –Es igual.- murmuré, alzándome de la cama con lentitud. ¿Ahora tenía que buscarla? No tenía un por qué claro…pero la voz de mi conciencia me dijo que la buscase, por si las moscas. Intenté recordar lo que dije en el último momento, para saber si la había cagado, lo normal…en mí. Aún así no valdría de nada hacer memoria, muy pocas veces me doy cuenta de mis malas acciones, así que no me lo pensé mucho más. Me vestí a trompicones, sin abrocharme del todo, y dejé la cama con pereza. Abrí la puerta de un tirón, y volví a cerrarla.
Después de esto me merecería una monumento ¡qué menos! Se escuchaban los ruidos de mis vecinos de habitación, como carraspeos, quejidos, murmullos, en una de las habitaciones se estaba montando una gorda ¡no saben estos! Bajé las escaleras, sin perder el equilibrio. Me crucé de brazos, salí de allí, achicando los ojos. -¿Eva?- pregunté a la nada. Me separé del edificio mirando a ambos lados, como si me hubiese quedado solo en el mundo. -¡Eva!- exclamé antes de que un hombre corriese hacia mí, con intención de atracarme. El muy cabrón me había cogido a traición. Sonreí levantando las manos. El individuo me miró con ojos ansiosos, de sus labios palabras no escucharías, perro sarnoso. –No llevo nada…- le advertí, echándole hacía atrás con el pecho. No quería discutir, ni pegarme con ese hombre. Miré de nuevo a los lados, buscando a la joven, mientras sentía cómo las manos del hombre aclamaban algo que no tenía. –Me estás cansando.- gruñí entre dientes apartando sus garras de mí.
Tristán Evans
Tristán Evans

Mensajes : 355
Fecha de inscripción : 17/09/2010
Edad : 41
Localización : La Clave de Sol

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Eva Lavant Sáb Mar 05, 2011 4:29 am

Caminé con la mirada perdida en el suelo. Vi muchas cosas. Papeles... ramitas... un boleto de una rifa... un gusano... una caca. Pero ni un alma por la calle. Tampoco pretendía matar a ningún mortal. A no ser que se portase mal. Entonces recibiría unos cuantos azotes. Normalmente les mordía y luego borraba de su recuerdo ese instante, para que se les olvidase. Nunca quise traumar a nadie. Se que tiene que ser duro aceptar que alguien te enganche de la yugular.

No se cuanto tiempo estuve andando, pero alcé la mirada y me encontré en la calle del Hotel ¿Fue mi subconsciente, que gritaba pidiéndome que volviera? Pronunció mi nombre de repente a lo que yo negué con la cabeza, tratando de olvidar esa idea. No quería molestar. Se que puedo llegar a ser una pesada. En el colegio, en clase de la señorita Petunia, un día me quedé dormida sobre el libro de historia natural y empecé a escuchar ronquidos por doquier, desde todos mis flancos. Eran mis compañeros de clase. Seguro que les molestó que me durmiese y más aún que roncase -¡Eva!- ¡Que capacidad tenía mi cerebro de gritar! ¡Que pulmones! ¿Un cerebro podía tener pulmones? me crucé de brazos confusa.
Reaccioné unos minutos después, al darme cuenta de que ¡mi cerebro nunca hablaría con voz masculina! No tenía ningún sentido. Y vi a ¡Memphis! Moví los bracitos, agitándolos sin cesar, presa de la emoción. Estaba situado cerca de donde yo me hallaba. ¿Por qué gritaba mi nombre? ¿Me buscaba? Parecía tener una conversación profunda con un individuo de la calle. Quizás debía irme sin que me viese.

Anduve de espaldas y con sigilo para que no me pillase. Pero alzó los brazos saludándome ¡Vaya! me pilló... Y yo sin comer... No tuve más remedio, así que me acerqué a él con un poco de reparo. Tampoco quería interrumpir. Pero me pareció extraño que el desconocido indagase en los bolsillos de Memphis ¿A qué estaban jugando?
Di unos toquecitos en su hombro para que parase de rebuscar deteniéndose unos segundos. Y para que me explicase ¿qué diantres estaba haciendo con Memphis?
El hombre se sobresaltó, mirándome con ojos perturbados. Uy... mal asunto... Que tipo más raro -¿Le pasa algo? - miré a Memphis a pesar de preguntárselo al extraño.
Y sin explicación ¡Se puso a buscar en los míos! Pues iba a encontrar bien poco. Expresé una mueca de incomprensión y sin quitarle los ojos a Memphis articulé "¿Qué hace?" sin sonido, arrugando la nariz y el entrecejo por la confusión. El desconocido empezó a sacar las pocas cosas que llevaba en el abrigo. Y yo le fui explicando a medida que sacaba los objetos. Parecía descontento -Un botón... - puse la mano en alto para que fuese depositando los objetos en ella. No quise que los tirase al suelo -Eso es un pendiente... - perdí la pareja y me lo tuve que quitar -Eso no se que es... Memphis, tu amigo es muy raro - y en ese momento el desconocido me propinó un empujón que no consiguió tirarme. Mucho esfuerzo tenía que realizar para que yo cayese al suelo... -¡Oiga usted! - agarré su brazo con fuerza, partiéndoselo por cuatro zonas distintas. Rotito quedó, tras un crujido que bien sonó desagradable incluso para mí. Creo que me pasé un poquito ¡Pero no me gustaba que cotillearan mi abrigo! ¿Era mi escusa perfecta aquel hombre? Su cuello me llamaba como la luz a una polilla.

Abrí la boca con lentitud en medio de un estado de trance por la sed de sangre. Me deslicé hasta el suelo como un muerto, incliné su cabeza de lado y mordí atravesando cada capa de su piel hasta llegar a la venita. Sabrosísimo... Y a medida que absorbía, mi ímpetu crecía agarrando al hombre con más agresividad. He de confesar que me volvía un poco loca ¿Pero qué haría un humano ante una situación de supervivencia? No escatimaría, eso segurísimo.

El hombre emitió infinidad de gritos. No se si por su brazo hecho añicos o por la presión que ejercí para alimentarme. Ahora debía parar o mi corazón se iría con el suyo. Limpié la sangre que se resbalaba por mi barbilla con ayuda del dorso de una mano y capté sus ojos para hacerle olvidar. Me concentré para realizar la entonación adecuada -Usted no ha estado aquí... - me ponía muy mística, pero no sabía hacer el truco de otro modo -Usted no nos ha conocido nunca... - entonces recordé a Memphis. Estaba detrás de mí y un miedo terrible me apoderó ¿Qué pensaría? Al principio creí que nuestra especie era uno de los muchos misterios que conocía. Pero luego me llevó a la panadería. No se... confusa seguí hablando haciendo girar mi cabeza en círculos -Usted regresará a su casa y mañana hará una obra buena al mundo... - el extraño asintió débilmente entre gemidos, dándome la razón. Así me gusta. -¡Usted se ha caído...! - ¡Casi se me olvida! había que justificar sus contracturas -Usted se puede ir ya... - Asunto arreglado. Me levanté, cogí a Memphis del brazo y nos marchamos de allí deprisa dejando al señor sólo.
Cuando estuvimos lo suficientemente lejos... no pude mirarle.

Eva Lavant
Eva Lavant
Vampiro - Clase Alta
Vampiro - Clase Alta

Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/12/2010
Edad : 853
Localización : Montmartre

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Tristán Evans Lun Mar 07, 2011 2:46 am

¡Por fin! Se había dignado a regresar. El tipo dejó de “meterme mano” para probar suerte con ella, era de esperar. -¿Le pasa algo? – Algo debía pasarle. Sacudí la cabeza desdeñoso. Yo me quería ir a la cama, y me importaba bien poco aquel pánfilo. Suspiré observando con atención lo que le hacía a Eva. Qué poca vergüenza. La miré con calma, encogiéndome de hombros. Si la cosa se salía de madre ya estaba yo allí para pararle los pies.
Comenzó a sacar distintas cosas de los bolsillos de su abrigo. Tenía unas ganitas de presentarle mi amiguito a su cara, no sé…cómo no lo hice antes. -Memphis, tu amigo es muy raro– No saldría bien parado. Aquí mi compañero iba a aprender a las duras a no meter las manazas donde no le tocaba. Iba a agarrarle cuando se atrevió a empujar a la señorita, que por muy loca que estuviera, no había hecho nada para merecerlo. -¡Pero…!- “qué hostias”. -¡Oiga usted! – Abrí los ojos generosamente. Un sonido sofocado se pudo escuchar con total nitidez ¿qué había sido eso? ¿Se le había roto algo? Me moví del sitio, pensando que me había perdido algo, aún estando delante. La cara del hombre estaba cubierta por una máscara de dolor, ¿qué le había pasado? Miré a Eva, quien me ignoró, aún lo tenía bien sujeto ¿Qué estaba haciendo precisamente? –Eva…- pronuncié su nombre para que tratase de volver al mundo de los vivos.
Sonreí un poco quedándome en suspenso, cuando vi lo que sucedía ante mis ojos. La calle ya de por si solitaria, se volvió aún más tétrica. Iba a darle unas palmaditas en la espalda, para que dejase ya al pobre hombre, lo que fuera que le estuviera haciendo. El tipo estaba chillando, y yo no sabía por qué…solo quería que se callase ya, iba a despertar a todo el vecindario ¿cómo no se daba cuenta ella de eso? –Yo creo que…- Miré hacia arriba, esperando que nadie se asomase por la ventana. No quería que me hirieran con una maceta…o algo peor. Muy romántico, os dejo solos. Pensé antes de escuchar la voz de la joven:

-Usted no ha estado aquí... Usted no nos ha conocido nunca... – ¿de qué demonios hablaba ahora? ¿Conocernos de qué? ¡A mí que no me meta en sus líos! -Usted regresará a su casa y mañana hará una obra buena al mundo... – Qué gracia. Moví el pie nervioso, desde donde estaba solo podía ver la cabeza de Eva, tapando al ladrón. -¡Usted se ha caído...! – ¿por qué le engañaba? ¿Por qué gastaba el tiempo en eso? ¿Habían consumado su amor ya? -Usted se puede ir ya... – Pues ya está…todos felices.
Cuando Eva se levantó pude ver el aspecto del hombre…me quedé patidifuso, el riego sanguíneo no debió llegarme a la cara ¿Exactamente…qué había visto? Giré la cabeza a su dirección, cuando comenzamos a caminar apresuradamente por la calle, solo quería cerciorarme de que no era ninguna ilusión de las mías. Quería parar.
-¡Ya!- Le había perdido de vista, y mis tirones no habían surtido efecto. Le mantenía retenido en mi retina, ardiendo que estaba. Me solté al fin, llevándome las manos a las sienes. –Vale…- recopilar información, en proceso. ¡No! -¿Se puede saber…- comencé a preguntar manteniendo la voz monocorde. – qué es lo que ha pasado?- Necesitaba saberlo. Se me habían escapado muchas cosas aquella noche, pero esto…esto no…de esto no habría ni Dios que me hiciera olvidarlo.- ¿Me lo puedes explicar? No estaría de más que me mirases.- levanté la mano hacia su rostro, y la obligué a mirarme. Solté su mentón al notar que mis dedos resbalaban bajo su barbilla, miré estos asustado. –¿Sa…sangre?- “Sí Tristán, la misma que has visto en el cuello de ese hombre” –Pero esto…no tiene sentido.- “nada lo tenía”. – ¡Le has atacado…hasta el punto de…!- me quedé en silencio, recordando.- ¿Por qué…prácticas el…canibalismo?- ¿qué otra cosa podría ser? –Dios…yo no sé…- me giré, queriendo marcharme de allí. –me tienes completamente descolocado.- No sabía si asustarme…si preguntar y preguntar hasta sacar la verdad, o simplemente olvidarlo. “Tanto esconder, tanto esconder…”
Tristán Evans
Tristán Evans

Mensajes : 355
Fecha de inscripción : 17/09/2010
Edad : 41
Localización : La Clave de Sol

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Eva Lavant Miér Mar 09, 2011 2:23 am

Por si quedaba alguna duda pendiente sobre la posible condición vampírica, supongo que ya estaba resuelta... ¡Fuera dudas! ¿No? Porque fingir no ver lo que tus ojos te dicen, es darle la espalda a los problemas, creando un mundo ficticio ¿No? Eso esta muy, pero que muy mal -¡Ya!- se zafó de mí, molesto. Tampoco le agarré tan fuerte como para que se pusiera de ese modo. Pero repetir a estas alturas que Memphis era un cascarrabias, sería decir una obviedad. Mantuve la mirada lejos de él, temiendo ver su reacción. Pero sin querer eché un vistazo. Se llevó las manos a la cabeza. Eso no era bueno. No, no... nada bueno... ¿Ahora lo entendía? –Vale…- sí. Lo captó -¿Se puede saber…- espera un momento... – qué es lo que ha pasado?- Pues no. Ni lo vio venir. Ni yo vi como acortaba distancias conmigo. Sólo intuí su presencia más cercana, pero manteniendo los ojos en otra dirección, apretando los puños contra mi pecho -¿Me lo puedes explicar? No estaría de más que me mirases.- me obligó a realizar esa pequeña petición que para mí estaba siendo un martirio. Yo que tú... no tocaría mi cara. Estaba echa una porquería. Y se manchó –¿Sa…sangre?- ¿Tendría una servilleta a mano? ¿Un pañuelito? Menuda guarrería... –Pero esto…no tiene sentido.- ¿Y donde encontraba la irracionalidad si puede saberse? -¿Esperabas encontrar zumo de ciruela? - pregunté confusa, dudando de que supiese lo que tenía en las venas aquel señor, por muy raro que fuese – ¡Le has atacado…hasta el punto de…!- Técnicamente, él nos atacó primero ¡Y me empujó! ¡Y yo tenía hambre! Y olía a sangre jugosa y gustosa. Sabrosa... Me relamí sólo con pensarlo -¿Por qué…prácticas el…canibalismo?- ¿Y eso qué es? observé su rostro atolondrada por tanta pregunta. Era cosa mía... ¿O pensaba en alto? Algo que siempre me dijeron: piensa antes lo que vas a decir. No digas todo lo que te viene a la cabeza a voz de pronto –Dios…yo no sé…- miré a cielo pestañeando infinidad de veces, no creyendo oír lo que mis oídos recibían. Estaba claro que Dios existía, si nosotros también ¿No hay una ley de equilibrio supuestamente? Pero nunca hablé con Dios ni le pregunté nada. Quizás le pidiese algún que otro favor. Pero nada más ¿Contestaría a Memphis? No se... tampoco entendí, por qué exteriorizaba su incertidumbre frente a él, cuando yo estaba allí para responderle. Volvía a ignorarme. De verdad... que... tristeza... –me tienes completamente descolocado.- ¿Eso me lo decía a mí o a él? ¡Yo qué se! ¡Se dio la vuelta! Bueno... entrecerré los ojos pensativa. Quizás así fuese todo más fácil.

Intenté concentrarme ¿Cómo explicarle... para que entendiese que...? Caminé a paso lento, como si llevase una marcha fúnebre por dentro. Y a medida que daba el siguiente paso, la caminata tomaba más fuerza, como si estuviese preparándome para dar un discurso político. Cuando me detuve y respiré hondo, perdí la vista en el cielo, manto de estrellas y cobijo de la luna -Antes de que tú nacieses... ¡Antes de que el mundo fuese mundo..!. - mi voz cambió volviéndose grandiosa, dándole la crónica. A pesar de todo, estaba orgullosa de mi comportamiento, de como me instruyeron. Había vampiros mucho peores que yo. Sin escrúpulos y sin sentimientos. Armas letales de muerte -¡Una sombra se alzó sin que los humanos supiesen su existencia! - ninguno de nosotros sabía como empezó nuestra especie. Ni entendíamos como era posible que los muertos caminasen por el mundo. Pero yo tenía mis propias teorías. Y mis conjeturas se repetían sin cesar en mi pequeña cabecita. Hasta que logré soltarlas, compartiéndolas con él. Mi conocimiento. A veces los cuentos se hacen realidad. Abrí los ojos en demasía. Expectante de mis propias palabras -¡Drácula...!- es duro de oír pero... -Lo se, lo se... - negué con la cabeza cerrando los ojos con fuerza y alzando una mano en el aire, impidíéndole hablar en el caso de que quisiese interrumpirme ¡No era el momento! -Pero es así - No había otra -Si quieres marcharte, eres libre de irte - mi voz se fue apagando como una luz sin vatios -Pero nunca fue mi intención hacerte daño. Y que sepas que hueles demasiado apetecible. Y aún así... nunca quise herirte... - ¿Entendía algo? -¿Memphis? - pregunté con miedo, aguantándome las ganas de llorar -¿Estás enfadado conmigo? respiré a golpes, sin desear que contestase, por temor a la respuesta.

Eva Lavant
Eva Lavant
Vampiro - Clase Alta
Vampiro - Clase Alta

Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/12/2010
Edad : 853
Localización : Montmartre

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Tristán Evans Sáb Mar 12, 2011 4:30 am

Y aún seguía debatiéndome entre lo qué debía, o no hacer. Sentía como mis pies cedían a medida que daba un paso más ¿huyendo? Posiblemente. Me gustaría decir que lo que vi fue producto de mi imaginación, me gustaría negarlo con total rotundidad, más que nada, por mí salud. ¿Qué sería de mí? ¿Era peligroso alargar los segundos? “No debí quedarme con ella…estúpido, estúpido.” Maldecía. Apreciaba demasiado mi vida, para meter la pata otra vez. -Antes de que tú nacieses...- volví la cabeza, rastreando las baldosas, sin poder levantar la vista del suelo, pues mi mirada quedó arras de sus zapatos.- ¡Antes de que el mundo fuese mundo...!– Tragué saliva con dificultad, al escuchar el impulso de su voz. Todo me venía tan grande, y yo que una vez pensé que estaba en la cima. Ahora me vi reducido a nada. Logré sostenerme en pie gracias a una verja oxidada, que pedía a gritos una mano de pintura. -¡Una sombra se alzó sin que los humanos supiesen su existencia! – No sabía de qué diablos me estaba hablando. No recordé haberle preguntado nada referente a eso ¿o sí? -¡Drácula...!- En mi rostro se originó una mueca abstracta, ¿Drácula? Conseguí armarme de valor para mirarla, sus ojos estaban abiertos de una manera que asustaban… ahora me asustaban, al no saber qué escondían. -Lo se, lo se... – No, no se hacía una idea. ¡Uy no! No tenía ni palabras. -Pero es así.- Muy segura estaba.
- Si quieres marcharte, eres libre de irte – Ignorando el declive de su voz, lo que sacaba en claro era que… ¿Me daba una opción de salida? Entonces ¿no iba a convertirme en su postre? Increíble, el mal cuerpo que se me quedó al imaginarlo. Qué final más triste para el gran Tristán. -Pero nunca fue mi intención hacerte daño. Y que sepas que hueles demasiado apetecible.- Intenté evitar el rictus de angustia que había invadido mi rostro.- Y aún así... nunca quise herirte... – Me aferré con más fuerza a los barrotes de la verja ¿Herirme decía? Si aún no entendía nada, de nada… Que perdonen mi ignorancia…o mi yo que sé qué. No sé distinguir otra cosa que no sea la realidad, soy incapaz de dar cabida en mi cabeza y en mis planes a "otro mundo”. Nunca me planteé la existencia de éste, nunca fui un niño con sueños de ese tipo. -¿Memphis? – Fruncí el ceño, cabizbajo. No, ese no era yo, yo era otro. ¿Y ella quién era?- ¿Estás enfadado conmigo?

Permanecí hundido en un silencio sepulcral, mi pulso redujo su ritmo considerablemente. -¿Enfadado?- Noté la boca como reseca. Me llevé la mano a la garganta, si hubiese tenido fuerzas me habría dejado marcas con las uñas, con el único fin de desahogarme. ¿Era yo o para más inri de pronto hacía mucho calor? Dejé caer la mano, con fatiga. –No me…encuentro…bien…- articulé respirando con fuerza. Y como si de una repentina visión se tratase, recordé la escena que se dio ante mí, minutos antes: La cara del hombre al transfigurarse por completo, su oscura sangre brotando de su cuello. Una imagen que rebosó mis límites humanos.
Sufrí unas nauseas violentas, mis piernas al fin frustraron su intento de seguir erguidas. Me resbalé por los barrotes. No me apetecía nada vomitar, por lo que dirigí la vista a la infinidad de estrellas que pronto morirían, esperando que las nauseas cesasen. Aminoraron, sí. Pero la fiebre seguía regando mi cuerpo, que ardía. –Creo que… la charca aquella…me está pasando factura.- Demasiadas incoherencias. Puede que todo lo que había visto se debiese a la contaminación de aquel cadáver ¿por qué no creer en algo así? ¿No tenía más lógica? Mis ojos se cerraron, sellándose. -¿Me…ayudas a llegar…al hotel?- pregunté agotado por el solo movimiento de mis labios al abrirse. –Puede que mañana…todo se vea distinto…- deseé más para mí que para ella.
Tristán Evans
Tristán Evans

Mensajes : 355
Fecha de inscripción : 17/09/2010
Edad : 41
Localización : La Clave de Sol

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Eva Lavant Dom Mar 13, 2011 5:26 am

No daba señales de vida, a pesar de mantenerse erguido gracias a la verja. Pobre chico... -¿Enfadado?- ¿Le pasaba algo en la garganta? Se sujetó como si... como si intentase ¡Suicidarse! ¿Tan terrible era? ¿Tanto como para ahogarse a sí mismo? ¡Recórcholis! Le miré horrorizada –No me…encuentro…bien…- ¡ay! que susto me dio. Menos mal. Porque pudo ser catastrófico, en el caso de que no fuese capaz de soportar mis palabras. Aunque su aspecto era mucho peor. Parecía encontrarse fatal. Así... de repente. Me acerqué a él muy despacio intentando ver su rostro. Pero resbaló hasta el suelo para más amarguras. No podía ni levantarse –Creo que… la charca aquella…me está pasando factura - si seguía con esas arcadas terminaría echando el hígado por la boca.

-Yo creo que ha sido la tarta - debía estar en mal estado. ¿La leche cortada? -¿Me…ayudas a llegar…al hotel?- asentí con la cabeza, temiendo que se derrumbara en medio de la calle –Puede que mañana…todo se vea distinto…- Sí... el baño es lo mejor, nada más levantarse. Al menos para un humano -Sí... ha sido una noche muy larga. Pero no te preocupes. Te dejaré sano y salvo. - le cogí en brazos como si fuese un bebé ¡No pesaba nada! y me reí, tomando el camino de regreso al hotel.

-Una vez... - intenté distraerle para que no sufriese -...me caí en un hoyo muy hondo muy hondo muy hondo - mi boca dibujó una O gigante -y grité... y grité... ¡Días! pidiendo auxilio - por fin vi la entrada y subí las escaleras con el joven aún en mi regazo. La recepcionista de noche nos miró -Está mareado - le aclaré a la chiquita. Y pasé sus brazos por encima de mis hombros para que se sostuviese mejor -Pero no me pasó nada - sonreí abriendo la puerta con un codo ¡Que maña! -Ya hemos llegado - le dejé sobre la cama y le tapé con la mantita -Creo que es hora de que me vaya - saqué mi reloj de bolsillo. Quedaba poco para que amaneciese. Y me senté en el suelo los últimos minutos, al ladito de la cama, con los brazos apoyados sobre el colchón y la cabeza sobre estos. Miré sus ojos con ternura. Ya dije que no me gustaban las despedidas ¿Deseaba quedarme? Sí. Pero el estaba enfermo -Me voy - dije sin moverme del sitio -Me voy - suspiré con ahogo. Que lindo...

Deposité un besito sobre su nariz con cierto anhelo. Y no me moví de allí. Estaba tan cerca que mis ojos bizquearon al localizar los suyos. Y bajé hasta su boca para despedirme de ella también -Adiós Memphis... - articulé con dificultad sobre sus labios sin despegarme. Que calidez tan... tan... ¡Tan cálida! Y me fui por la puerta sin mirar atrás. Aunque antes dije, deteniéndome en el marco -Y no comas tan deprisa - La peor indicada se lo decía. Yo tragaba con un ansia... que agárrate y no te caigas. Y corrí metiéndome en una alcantarilla y cerrando la tapa hasta que anocheciese. Habría sido mejor decirle otra cosa, antes de marcharme ¿Pero qué?
Eva Lavant
Eva Lavant
Vampiro - Clase Alta
Vampiro - Clase Alta

Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/12/2010
Edad : 853
Localización : Montmartre

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Tristán Evans Dom Mar 20, 2011 7:14 pm

-Sí... ha sido una noche muy larga.- Eterna.- Pero no te preocupes. Te dejaré sano y salvo. – Quise sonreír, pero, por desgracia no llegó a serlo, lo intenté. Pero encima de sentirme hecho mierda, el apuro que me dio que me cogiese en brazos me dejó más que desconcertado. Mi raciocinio no servía para nada. Había leído libros surrealistas, pero ¡guau! Nada parecido a esto, de verdad. De todas maneras, ya me dio igual ¿qué más podría pasar? Por lo que intenté ponerme cómodo, por extraño que parezca. -Una vez... – Genial, ahora quiere distraerme. ¿Tanta pena doy? -...me caí en un hoyo muy hondo muy hondo muy hondo – La miré con los parpados entornados. -y grité... y grité... ¡Días!- Siempre tan ‘efusiva’.- pidiendo auxilio – ¡Ah! Ya habíamos llegado. Eché un vistazo a la recepcionista, no pensé que hubiese alguien, qué corte. -Pero no me pasó nada – ¿De qué iba toda esa historia? Sonreí nervioso. Creí que habían pasado semanas hasta que volví a ver la habitación del hotel, qué sensación. -Ya hemos llegado – Me tumbó en la cama, como si estuviese incapacitado. –Gracias.- mascullé, sujetando la manta con la que me había tapado. Ella muy amable. Era vergonzoso ¡jamás de los jamases, nadie había hecho tal cosa conmigo! Y no sabía cómo tomármelo exactamente. -Creo que es hora de que me vaya – Pude verla, como una figura borrosa, gracias a la poca luz que pasaba por la puerta. ¿No se iba a quedar? ¿No habíamos quedado en eso? “Tristán sufres de lagunas mentales.” Más de las que quisiera. ¿Me estaba mirando? Qué calor. Sonreí flemático, quizá quería dormir en el suelo, no iba a discutir. Con lo a gusto que duerme uno sólo.

No sé cuánto tiempo se quedó así, sin decir nada. -Me voy – ¿Ahora? No…no quería irse. -Me voy – De haber querido ya se habría marchado ¿no? Espera ¡Se acercó a mi cara! Me besó en la nariz, por Dios… ¿Era la primera vez? No lo recuerdo bien. La miré sin saber qué cara poner, puede que pareciese asustado ¡oiga para no estarlo! Me esforcé por no respirar con dificultad. ¡Y ahora qué más! Abrí los ojos, desorbitantes. -Adiós Memphis... – No me moví ni un centímetro, había pegado los labios a los míos ¿dónde debía meterme? ¿Bajo las sabanas? Siempre he oído que cuando tienes cierto “temor” éstas te salvan, a mi modo de ver resulta ser una soberana gilipollez, mejor no hacer nada. –A…adiós…- murmuré como un idiota cuando salió por la puerta ¡Pero no! -Y no comas tan deprisa – “Me…me lo ¿apunto?” ¿Ya había acabado todo? Me quedé en vilo unos minutos, antes de que mis parpados se cerrasen sin remedio. Estaba vivo, debía sentirme agradecido… ¿no? Si no me moví cien veces en toda la noche no me moví ninguna, para más inri la cama no dejaba de sonar, qué pesadilla. Estaba extremadamente nervioso, las piernas me dolían por las caminatas, y sí también me dolía el trasero. Estaba esplendido.

Y así me levanté, súper espabilado. La manta había quedado hecha girones en el suelo, estaba hecho un asco ¡Y no veía nada! Por un momento creí que me había quedado ciego. Salté de la cama, quejumbroso, directo a la ventana ¿era de día o de noche? ¡Ni idea! Palpé aquello que impedía la visión. -¿Qué…demonios?- A tientas toqué lo que me pareció un asa… Me quedé blanco –No puede ser.- según sus formas, tenía todas las papeletas de ser… ¡el maletín! Y si aún esto no hizo que cayese hacia atrás. La maleta donde iban todas mis cosas y documentación estaba igualmente atrancada en el huevo de la ventana. –Pero ¡quién!- exclamé como loco. ¿Lo hice yo en un momento de inconsciencia? -¿Estamos tontos?- Abrí la puerta del cuarto. Salí al pasillo para coger uno de los viejos candelabros, volví a entrar en la habitación. No podía arriesgarme a que se cayese algo a la calle, me daría un paro cardiaco. Agarré ambas asas, haciendo fuerzas para que quedaran dentro. Más de tres intentos ¿pero quién las había encajado ahí? Parecía un maldito rompecabezas. Al final caí en la cama con la maleta y el maletín en las manos. Reí como un loco. -¿Qué más quieres de mí?- pregunté al techo. Una ráfaga de viento entró por la ventana, tragué saliva. Me quedé un cuarto de hora boca arriba.

Tenía que ducharme… a menos tardar. Rebusqué en la maleta ropa limpia. Entré en el baño evaluando la higiene del lugar –Nada peor que la lagunita de ayer.- ¿ayer? Entonces no había sido un sueño…Olí la camisa, antes de quitármela, con toda la ropa en una esquina. Me bañé concienzudamente, me froté todo el cuerpo con saña, hasta que no quedé rojo no paré. Al salir, me vestí, con mi ropa más informal. Me miré en el espejo como todas las mañanas, no estaba lo favorecido que quisiera. Me pasé las manos por el rostro ¿había envejecido? –Paranoico. – Me peiné y me marché del hotel con el maletín en las manos. Necesitaba un café para resucitarme. Llegué a un café que tenía sus mesas en la calle, a diferencia de la noche anterior, esta vez toda calle rebosaba de gente. Dejé el maletín a un lado, y abrí el periódico que me ofreció el camarero. Sí, con calma…como a mí me gusta. El café mano de santo.
Tristán Evans
Tristán Evans

Mensajes : 355
Fecha de inscripción : 17/09/2010
Edad : 41
Localización : La Clave de Sol

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Eva Lavant Lun Mar 21, 2011 2:49 am

Intenté quedarme dormida, haciéndome una bolita. Me recosté sobre el suelo cochambroso de las profundidades de la alcantarilla. Pero el discurrir del agua me distraía todo el rato, sin dejarme cerrar los ojos. Además, no estaba acostumbrada a dormir sin ataúd. Puede parecer una tontería, pero el mío al menos estaba acolchado. Olía bastante mal. La charca, digo. No el ataúd. Y cuando me incorporé, el sonido de mis pasos hizo eco. Nunca vi un agua más verde. Sólo se podía comparar tanta putrefacción, con la charca en la que encontramos al muerto ¡Y cuantas ratas! Para mí que al menos... a ojo... había diez. Ratas. No muertos. Reí yo sola y el jolgorio se repitió por triplicado, como si fuésemos siete "Evas". Pero sólo estaba yo, destornillándome ante la idea de diez cadáveres flotando y Memphis gritando de pavor.

Memphis...

Suspiré a golpecitos resbalándome por la pared hasta sentarme en el suelo. Le echaba tanto de menos... apoyé la barbilla sobre mi puño sintiéndome de lo más desdichada. Y una cría de rata ¡Minúscula! se acercó correteando hasta mí. Era negra y tenía los ojos rojos. Y debía estar medio tonta, porque se chocó cuatro veces contra la pared. Y le salía espuma por la boca. Y... y que triste era estar allí sola. Empecé a gimotear, secándome lágrimas que no existían. Me miré las manos, sin encontrar nada. Ni siquiera la línea de la vida, que se extinguió hace décadas. Bueno, no es que desapareciera por completo. Simplemente estaba más corta. Y aún así, la "M" de la muerte mantenía el tipo, marcada a la perfección en el centro de la palma.

Estaba ensimismada. Tanto, que no reaccioné cuando un minúsculo hilo de luz se coló por un agujero de la tapa de la alcantarilla, quemándome la mano -¡Carambolas! - ¡Que dolor! Grité y grité, retirándome de allí. Y sin aviso cicatrizó -Que bárbaro... - siempre me sorprendía de mí misma ¿Por qué sucedía? Yo no hacía nada. No le decía a mi organismo ¡Venga! ¡Cúrame la herida de un pie! Pues no...

Salido el sol, quise entretenerme andando por uno de los túneles, hasta que anocheciese. Seguí a las ratas, que me llevaron hasta un callejón sin salida -Pues vaya... - Un pequeño soniquete atravesó mis oídos. Era como una marcha firme de un pelotón de batalla. Observé curiosa a mi alrededor. A simple vista no vi a nadie. Que raro... ¿Había alguien más allí o no... había alguien más allí? ¿Y si era así? ¿Quién? Entorné los ojos con recelo, muy desconfiada. Tras mirar al suelo, cual fue mi sorpresa al entender de donde procedía el sonido ¡Una hilera de hormigas! caminaban una tras otra, con comida en las pinzas. Seguí la ruta ¡Que bárbaro! no tenía fin. Un millar llegué a contar. Caminé en cuclillas. Me sentía como... ¡como una exploradora intrépida de los submundos profundos y ocultos de norteamérica! Y pude ver con mayor detalle, la negrura de los cuerpos de los insectos. Una se salió del camino distraída. Así que, empujé su diminuto cuerpecito con un dedo para devolverla al grupo -Que te pierdes - pero no calculé bien la fuerza y se me quedo pegada, espachurrada en el índice -Oh oh... - muerta... Y que muerte más horrible. Pobrecilla. ¿Dónde dejar el cuerpo?

Miré al techo. Goteaba y estaba mohoso. También vi otra tapa. No supe a que zona del exterior daba. Y a pesar de haberme quemado antes, quise mirar por un pequeño agujero para comprobarlo, dejando la hormiga en una esquinita del suelo. De inmediato, sin poder creer lo que estaba viendo, pegué un grito que conseguí ahogar con la mano para que no sonase. Pero no fue por la quemadura que me hice en la frente. ¡Fue porque vi a Memphis! ¡Estaba en una terraza leyendo un periódico! Di saltos de alegría, haciendo mis manos bailar por la emoción -Te echaba de menos - susurré frenando mi euforia paulatinamente. Pues me concencié de mis propias palabras ¡Eso era lo que deseé decirle antes de marcharme! Te echaré de menos... -Memphis - susurré su nombre tocándome la frente. La herida se curó -Memphis - alcé la voz rezando para que me escuchase -¡Memphis estoy aquí! - pensé que no me iba a oír nunca - ¡Aquí! ¡En la alcantarilla!
Eva Lavant
Eva Lavant
Vampiro - Clase Alta
Vampiro - Clase Alta

Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/12/2010
Edad : 853
Localización : Montmartre

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Tristán Evans Jue Mar 24, 2011 3:57 am

[Off: Divertidísima, oiga! xD]

Doblé la página con toda la calma del mundo, para llegar a las tiras cómicas, no sé, quería reírme. Y lo que vi en una de ellas fue a un hombre “redondo” con bombín, éste era pateado por George Washington ¡en persona! Las connotaciones saltaban a la vista, pero tampoco me hizo reír. No era la clase de humor que lograba destornillarme. Apuré los posos del café, despiértame, rogué.
- ¿Algo más caballero?-
Alcé la cabeza, bastante aturdido.
-¿Eh?-
¿Por qué era tan lento de mentes?
-¿Nada más? ¿La cuenta?- el camarero me miró por encima de sus lentes, con sus pequeños y redondos ojos azules.
–Claro…claro.-
No estaba muy seguro, pero me acababa de levantar ¿y qué más vamos a pedir? ¿No? “Memphis” resonó en mi cabeza, pero estaba seguro de habérmelo imaginado. Dejé el periódico en la mesa, perdiendo la vista en la de mi derecha, llamó mi atención la relación que mantenía un padre con su hijo,-o eso supuse- una escena de lo más idílica, a decir verdad. El niño cabalgaba sobre sus piernas con un avión de papel en la mano. Recordé a mi padre, un vago recuerdo, apoyé la mano en la mejilla. Mi padre nunca jugó conmigo así, porque jugar para mí era tocar el piano a la hora de merendar ¡pues sí, me lo pasé en grande! Muchas cosas tenía que agradecer a la educación que me había dado, pero sí que había un inmenso vacío que nunca quedó lleno. La correspondencia dejó de llegarme desde hace unos cinco años, supongo que por mis continuos cambios de “residencia”, nunca lo llegué a saber. -¡Memphis estoy aquí! – Nunca. ¿Y mis hermanos…? Otro tema a cuestionarse. - ¡Aquí! ¡En la alcantarilla!- Agaché la cabeza, decaído. ¿Tenía vocecillas en la cabeza o eran simples remordimientos? -¿Quién?- menuda pregunta más tonta. Aún así notaba algo extraño ¿estaba siendo observado? Miré a mi alrededor…no nadie me mira… Qué decepción.

-No papá…que es verdad…hay alguien ahí dentro…- el niño tiraba del brazo de su padre.
–Calla ¡niño!… te he dicho mil veces que allí abajo no hay ¡nadie!- replicó su padre, sin duda tenía razón, el niño tenía un nido de pájaros en la cabeza.
-¡Te lo juro!- gritó el niño, brincando como un cabritillo.
– No digas más tonterías por hoy, o te irás a la cama calentito.- no pude evitar reírme, menos mal que se marcharon...

-Anda que…tener ojos para esto…- murmuré cogiendo el maletín por el asa. Me levanté de la mesa, dejando sobre ésta un par de dolares, y empecé a caminar despreocupado. Al llegar a uno de los cruces me quedé en una esquina, que quedaba en la sombra, encendiendo un cigarro, el primero del día ¡o sí! Aunque me había levantado a media tarde… pero era de esperar. Me volví a reír del niño con amigos invisibles, y sí ciertamente las alcantarillas parecían perseguirme, además si aún no me había vuelto loco de todo, creí escuchar sonidos.
–Manda huevos.- Ahora va a resultar que el niño tiene razón. Cuando no hubo nadie cruzando la calle, me incliné un poco sobre una alcantarilla.
Tristán Evans
Tristán Evans

Mensajes : 355
Fecha de inscripción : 17/09/2010
Edad : 41
Localización : La Clave de Sol

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Eva Lavant Vie Mar 25, 2011 1:10 am

Estaba un poco dormido. Que lindo... reí queriendo quitarle las legañas ¿Desayunaba sólo? Eso no me gustó nada. Pero nada de nada ¡Que injusto! Con lo buena persona que era ¿No tenía amigos? Vale que era un poco cascarrabias... y que no masticaba, engullía... y vale que a veces era un poco mentirosillo... y que era un poco corto de entendederas... y vale que le costaba pasar página con las personas... Me refería a Ebba. Menuda lianta tenía que ser. Imagine a una señora, porque para mí era una mujer madura, entrada en carnes, con verrugas en las verrugas y una nariz de bruja ¡Y con arrugas en las arrugas! y con los dientes pochos -Grrrr... - encolericé de inmediato. Incluso gruñí como un caniche llena de odio. La mataría con... No diré con mis propias manos. Eso no habría sido tan doloroso. Pero si con mis esbeltos colmillos de vampira sádica "descuartiza-fulanas" -Y peludos los sobacos... - ¡Por todos los santos! ¡Menudo gusto tenía Memphis!

-¿Quién?- Alcé la cabeza de nuevo, pues me escuchó ¿O no era a mí? -Soy yo - susurré con energía. No era la mejor frase empleada. "Yos" había muchos y vete a saber cuanta gente indagando por los subterráneos ¿Por qué no? Yo me metí.
-No papá…que es verdad…hay alguien ahí dentro…- Que razón tenía la criatura... -Men... -
–Calla ¡niño!… - no llegué a pronunciar su nombre completo, cohibida por el parloteo de un hombre, que poco parecía el padre del retoño ¡Esa no era forma de hablar a la gente! -te he dicho mil veces que allí abajo no hay ¡nadie!- Me enfadé tanto... -¡Te lo juro!- ¡Claro que sí! A ver si me oye ahora Memphis... -Soy...

–No digas más tonterías por hoy, o te irás a la cama calentito.- ¡Pero bueno! ¡Que pesado! ¡Me interrumpió otra vez! Miré con rapidez a la mesa de Memphis y... ¡Había desapareció! ¿Dónde fue? Con lo bien que olía, seguro que lo encontraba con rapidez. Pero con tanta agua verde a mi alrededor... Difícil, difícil... ¡Jope! ¡Que rabia más grande! ¡Y el señor seguía regañando al niño! -¡Oiga! ¡Que los niños también son personas! - grité con tanta fuerza, que bien me habría oído toda la calle. Pero ahora debía buscar a Memphis. Y caminar es la mejor forma de encontrar las cosas. Recordé a mi madre, con los brazos en jarra, diciéndome aquello, pues no encontraba a mi ratoncito Pupita. Habría sido una gran frase, si ese día no me hubiese caído haciéndome un esguince con tanta carrera. Y eso hice. ¡No me refiero a que me provocase una rotura de ligamentos, en ese preciso instante! ¿Con qué razón de provecho? Si no que, me dispuse a corretear por unos de los pasillos para encontrarle. Muy lejos no debió ir. Más siendo conocedora de su caminar. Nunca le tomé por un hombre activo. Veloz giré por infinidad de esquinas, encontrando nuevos pasillos. Corrí igual que mi ratón. Y esperé que no me deparase el mismo final. Pupita murió un viernes quince de Abril. Le hice un entierro muy merecido. Hasta me vestí de viuda y con una navaja diseñé una cruz de madera. Mis padres se negaron a comprarle un nicho. Y yo dije ¿Y por qué no? envuelta en lágrimas "Pues porque no venden nichos para ratones". Pues que mal está el negocio de las funerarias. Con la cantidad de ratones que mueren al día ¿No se les ocurrió nunca? Si yo hubiese tenido un negocio de...

¡Memphis!
Por fin le localicé ¡Que buena suerte! -Men... - pero... que... ¿Estaba loco? pero. cómo se le ocurría... ¿Quería destrozarse la vida? Este hombre tenía todos los vicios del mundo -Anda que…tener ojos para esto…- Eso digo yo. Porque no di crédito a lo que vi. Y vale que maldecía con mucha frecuencia.... –Manda huevos.- y vale que decía cantidad de palabrotas insospechadas... Ni en un vertedero encontrabas más porquería... Pero fue imposible no cogerle cierto cariño, a pesar de sus muchos defectos.
No había tiempo...

Doblé las rodillas. mirando la nueva tapa de la alcantarilla desde abajo. Y cogí impulso con los brazos para elevarme lo más alto que pudiese -A la de una... - me rasqué la nariz antes. Me picaba -a la de dos... - pegó otra calada al cigarro. No había tiempo -¡Tres! - grité pegando un salto con las manos sobre mi cabeza, empujando la alcantarilla hacia arriba, que salió desorbitada volando, incrustándose contra una pared. Suerte que hacía sombra y el sol no podía afectarme tanto.
Volví a pegar un salto para atraparle por el cuello de la camisa y hacerle bajar hasta el fondo del túnel ¿Aún sujetaba el tabaco mata mortales? No... -Si te vuelvo a ver fumando... yo misma me comeré tus pulmones, antes de que esa cosa los destroce - No me gustaba amenazar ¡Pero el tabaco mataba! ¿O es que no se daba cuenta? Bueno, echado el sermón, broncas aparte... -¡Memphis! - me abalancé sobre él, abrazándole con ímpetu. Y empecé a saltar sin soltarle. Creo que le elevé del suelo en cada saltito Pero... ¿Qué mejor forma de despertarle?



[off: los dos tenemos nuestro puntillo clown ]
Eva Lavant
Eva Lavant
Vampiro - Clase Alta
Vampiro - Clase Alta

Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/12/2010
Edad : 853
Localización : Montmartre

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Tristán Evans Vie Abr 01, 2011 3:00 am

Imaginaciones mías… concluí llevándome el cigarrillo a los labios. Confiado, relajé el cuerpo. Pero se me heló la sangre cuando… -¡Tres! – Quise ponerme en guardia, pero fui lento, terriblemente lento. Todo sucedió demasiado deprisa, ni de lejos pude haberlo previsto. Miré perplejo la tapa de la alcantarilla que ahora se había convertido en algo más del muro ¡Quién sería el listo que la sacara de ahí!
Pensé que todos íbamos a explotar por los aires, rodeados de mierda, y que ésta alcantarilla era la primera en reventar ¡qué suerte! Reí histérico, mirando mi cigarro que había quedado apretado entre dos de mis dedos, roto, así que lo solté.
Y a esto que siento como “algo” tira de mi cuello hacia abajo “¡Hacia abajo!”. Creí descoyuntarme del todo. Yo no suelo gritar…y realmente no lo hice, de lo sobrecogido que estaba ya. No gano para sustos. Mis pies mantuvieron el equilibrio al pisar el suelo...cuando el día se esfumó en menos de un segundo. El bajo de mis pantalones se había pringado de la suciedad. Nauseabundo ¡Joder! ¿Por qué siempre yo? Asco, asco. Pero a las malas, por suerte aún agarraba el maletín del saxo. Ni con veinte caídas como esa podría haberlo dejado caer ‘menudo era’.


-Si te vuelvo a ver fumando... – Levanté la cabeza, al reconocer esa voz de sumo tan peculiar. Ergo atolondrado quedé. Traumático.- yo misma me comeré tus pulmones,- Y eso fue lo primero que me dijo, la chata. ¿Te lo puedes creer?- antes de que esa cosa los destroce – Eva, Eva… la ternura personificada. Intenté sonreír, pero ya ni supe cómo. Vencido por mis desgracias, suspiré ¿superaría esto alguna vez?
Memphis! – ¡Claro que sí! Me impulsó hacia atrás de la fuerza que usó al echárseme encima, brincaba cual conejo, y humillantemente ¡yo también! Pero no porque yo quisiera ¡que conste! –Chss…- Le di tímidos golpecitos en la espalda, para que se sosegase un poco, cosa poco menos que imposible.
De fondo escuché el esquizofrénico sonido de las espesas gotas que se desprendían de las cañerías “que no me de ninguna…por favor…te lo pido.”

–Entonces…preferiste esto antes…que quedarte a ¿dormir conmigo? O ¿¡por qué no!? ¿Es una especie de visita guiada por lo mejorcito de la ciudad? ¿Lo he adivinado?-
me separé de ella, cuidando dónde pisaba. – Ni punto de comparación con mi habitación, ni punto.- podría haberme vuelto turumba por completo, pero sorprendentemente lo llevé bien…bueno bien…tampoco. – Porque…tiene todo lujo de detalles...- empecé a mirar lo que nos rodeaba con una antipatía imborrable. ¿Tenía que acostumbrarme a ese olor? En la vida pensé que me encontraría en una de estas. -¡Una rata muerta!- disminuí mi febril euforia tapándome la boca. –Es…es precioso.- y ahí ya no pude más. La risa me llevó al llanto irrefrenable. Vergonzoso, sí ¡Pero no se puede caer más bajo!
El vestido de Eva estaba hecho unos zorros, entonces me previne de que poco me dudaría el meticuloso lavado que me di.

–Qué…¿Qué haces…aquí?-
conseguí articular.
Tristán Evans
Tristán Evans

Mensajes : 355
Fecha de inscripción : 17/09/2010
Edad : 41
Localización : La Clave de Sol

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Eva Lavant Lun Abr 04, 2011 2:09 am

–Chss…- ¡Que lindo! ¡Me dio unos toqueteos en la espalda! que... ¡Que lindo! ¡Se alegraba de verme! Le miré durante tanto, tanto, tanto... tiempo... -Ains... - Nada podía distraerme ahora. Ni el goteo de las tuberías... ni el olor del agua verde pistacho... -un color bonito para decorar un cuarto- pero nada podía distraerme ahora... Me quedé quietecita con la sonrisa en la boca ¿Dejé de pestañear? un, dos... pestañeé. A veces se me olvida que los ojos se secan.
–Entonces… - suspiré ensimismada -preferiste esto antes…que quedarte a - ¿A qué, Memphis...? de mí no se apiadó la modorra, pues cada segundo que pasaba mirándole, era como... como... ¡Como si me narcotizaran! ¡Y me gustaba! ¡Vaya que sí! Cogí una de sus manos y entrelacé mis dedos para moverla de un lado a otro, como en un vals. ¡Y como en un sueño me sentí! -¿dormir conmigo? - ¿Conmigo? ¿Contigo o conmigo? No. Contigo ¡Conmigo! -¡Emm...! - sin palabras... ¿Acaso deseó en algún momento, que me quedase a dormir con él? ¡Pues cualquiera lo habría dicho! -O ¿¡por qué no!? ¿Es una especie de visita guiada por lo mejorcito de la ciudad? - solté su mano confusa por su nerviosismo - ¿Lo he adivinado?- Vale que era lindo, pero estaba chalado.
-Tranquilo Memphis, tranquilo... - puse una mano sobre su hombro para tratar de mitigarle. Hablar a las personas con voz serena y dulce, siempre ayuda ¿No? Y eso hice.

– Ni punto de comparación con mi habitación, ni punto.- miré a mi alrededor, intentando fijar la vista donde los ojos de Memphis se posaban, yendo de un lado a otro. – Porque…tiene todo lujo de detalles...- ¿Tan sorprendente eran las alcantarillas? Quizás nunca estuvo en una. Me coloqué a su lado, codo con codo, observándolo todo. Mi cabeza giraba al mismo tiempo que la de Memphis. Desde el techo hasta el suelo -¡Una rata muerta!- la vi a nuestros pies -¡Es verdad! - y seguí mirando de un lado a otro, hasta que mi amigo se detuvo –Es…es precioso.- asentí con parsimonia, escuchando el goteo que no parecía detenerse nunca –Qué…¿Qué haces…aquí?- entonces le miré.

-Intenté echar una cabezadita - volví fijar la vista en la rata -Pero me resultó imposible, Memphis - suspiré recordando mi soledad -Estaba tumbada en el suelo... - ¿Y que pasó? -y luego apareció un animalito como ese... - Sí, eso pasó. Señalé a la ratita muerta -Pero tenía mucho mejor aspecto- aunque le salía espuma por la boca -...creo. - titubeé antes de seguir suspirando con melancolía -Y luego empecé a caminar... y te vi tomando un café en la calle... - entonces mi tono de voz cambió, volviéndose enérgico -y te seguí - y fumó... pero ese tema ya estaba olvidado. A no ser que volviese a repetirlo. Entonces no tendría tierra para correr -Y ahora estamos aquí... - volví a suspirar perdiéndome en sus ojos de chocolate con leche -Te echaba de menos, Memphis - casi gimoteé. Era de las pocas personas que huía de mí, por no decir la única -Antes cuando te vi en la cafetería... - tenía tantas cosas que decirle... Porque sentí algo muy profundo que... ¡No podía soportarlo más! cogí sus manos pegándolas junto a mi pecho. Raro que escuchase mi corazón ¡Pero el sentimiento era más que evidente! ¿No? -sentí qué... - ¿Qué era ese ruido? fruncí el ceño y curiosa escruté la oscuridad tras de mí, sin soltarle aún las manos. Ya me había llevado más de un susto esa mañana. Y yo pensando que las alcantarillas estaban desiertas ¿Que sería? Era como... como... ¡Como una campanita pequeñita! ¿Lo oiría Memphis? Le miré con inquietud soltándole del agarre. No tenía ni idea... Demasiado lejano para el oído humano.

Y como me moría de ganas por saber que diantres era, empecé a caminar por uno de los pasillos, siguiendo el sonido que me llevaba igual que a una abeja hacia la miel -¡Vamos, Memphis! ¡Vamos! ¡Vamos!- grité para que me siguiese ¿O es que pretendía quedarse allí parado todo el día? Entonces reparé en el maletín por vez primera ¿Lo llevaba todo el tiempo? -¿Qué llevas ahí dentro?
Eva Lavant
Eva Lavant
Vampiro - Clase Alta
Vampiro - Clase Alta

Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/12/2010
Edad : 853
Localización : Montmartre

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Tristán Evans Mar Abr 05, 2011 11:53 pm

-Intenté echar una cabezadita - ¡Buen lugar! “¿verdad que sí?” Ya te digo. -Pero me resultó imposible, Memphis – Ya plantearse esa idea era imposible. ¿Estaba apenada por ese hecho? ¡A saber! -Estaba tumbada en el suelo... – ¡No me digas más! ¿¡En el suelo?! ¿De qué guindo nos hemos caído ahora?
–Debe ser comodísimo.-
carraspeé al cuello de mi camisa. -y luego apareció un animalito como ese... – No quería ni mirarlo. –animalito…- qué rancio sonó. “Mejor que una suite nupcial” -Pero tenía mucho mejor aspecto- Y entonces decidieron tomar el té, con los otros inquilinos ¡Soy un visionario! -...creo. – Anda… No paraba de suspirar ¿la falta de sueño? -Y luego empecé a caminar... y te vi tomando un café en la calle... – ¡Vaya por Dios! La ciudad no era precisamente pequeña, y fíjate tú por dónde ¡aquí estamos! Los dos, para no variar, en el puto subsuelo. El plan de mi vida. -y te seguí – Consentí sus palabras, con una sonrisa hastiada, pero al fin y al cabo era una sonrisa. -Y ahora estamos aquí... – Eso dije…aquí… ¡aquí! Madre mía ¿por qué salí de la cama? Y ahora me estaba mirando…y otra vez los suspiros, procuré respirar por la boca para no oler aquello, aunque igualmente me daba asco, porque me imaginaba la de mierda que dejaría entrar en mi organismo ¿o ya era mucho creer? -Te echaba de menos, Memphis – Vale…vale. “Causas furor entre las féminas, de qué te extrañas tanto”. Ya, pero no solía encontrarme con ellas, tan fortuitamente. Me había perseguido ese es un dato a añadir.-Ya.- Mantuve las distancias, por lo que fuera a hacer, estaba tan emocionada de verme ¡sorprendente! -Antes cuando te vi en la cafetería... – mis ojos se movieron inquietos de lugar a otro, temiéndome el enredo. Y explotó, al cogerme las manos y llevarlas a su pecho, “qué cojo…” Le había picado algo aquí abajo. -sentí qué... – mal cuerpo, mal cuerpo ¡dilo!

No, no terminó la frase, la miré aún precavido, menudos aires le vienen al cervatillo. “Atiende, joder” No… ¡no! ¿A dónde miraba? Me asomé a su cabeza con la cara de terror más cómica del mundo. Yo no oía nada más allá del goteo, aunque creo que las malditas alcantarillas me estaban empezando a volver ¡loco! Hasta el delirio máximo. Me soltó las manos aunque yo habría preferido, en este caso, que no lo hiciera. Vamos a morir… ¡a morir como ratas! Un mendigo…un asesino en serie…un ¡qué! “¿se te olvida algo?...por ejemplo lo de ayer…” Ayer…ayer…tenía fiebre…no…pasó nada… “¿Por qué estás tan seguro?” ¡Cállate!...Eva, yo y mi conciencia… ¡no estamos solos!

Empezó a caminar…negué con la cabeza, mirando el orificio que aún me unía al mundo…a mi mundo de luz y dinero. -¡Vamos, Memphis! ¡Vamos! ¡Vamos!- gritó, pero yo seguí negando con una sonrisa irónica. “No quiero…estamos fantásticos aquí…” -¿Qué llevas ahí dentro?

-¿Eh?- bajé la cabeza, el…maletín, ya ni me daba cuenta de que lo llevaba.-Oh… ¡esto!- esto…sí…y ahora ¿cómo me lo monto? Ella se pensaba que era…soldado, o algo por el estilo. ¿Qué haría con un instrumento? Es que soy tan bohemio. Si le digo que no es nada me lo quitará de las manos, y…me lo toqueteará…y al final me lo rompería…o me tomará por mentiroso, cosa que soy, pero personalidad a parte…el tiempo corría.

-¡Na! Un hobbie que tengo.- ¿tengo que decirlo? “No hace falta.” Y si quería que no siguiese curioseando tenía que cambiar de tema. -¡Has oído eso!- me puse una mano en la oreja como si así…ese ruido imaginario viniese a mi más fácilmente. Silencio. –Sí…ha pasado de largo.- ¿Me tenía que mover? ¡En serio! De tripas corazón una vez más “¿por qué te esfuerzas?” Me fui acercando a ella, mirando más que nada a la negrura interminable, iluminada de tanto en cuando por diminutos rayos de sol. Joder. –Luego…cuando salgamos de aquí…- que espero que salgamos alguna vez.
–te cambiarás ¿no?-
error. ¿Cómo saberlo? No digo que huelas…mal…- ¿pero tenía acaso ropa de recambio o dónde bañarse? Negativo.-es una cuestión de higiene…- reí nervioso andando, sin saber por qué la perseguía…ni hacia dónde. Ni que peligros nos acecharían. “Esto no tiene nombre.” -¿Estamos cerca?
Tristán Evans
Tristán Evans

Mensajes : 355
Fecha de inscripción : 17/09/2010
Edad : 41
Localización : La Clave de Sol

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Eva Lavant Miér Abr 06, 2011 2:16 am

-¿Eh?- ¡Hola! -Oh… ¡esto!- Sí, claro... reí -¡Na! Un hobbie que tengo.- ¡Anda mi madre! ¿Y que hobbie sería ese? ¿Le daba vergüenza? ¿Por qué? -¡Has oído eso!- Memphis parecía sobresaltado. Yo puse mi vista de lince a punto y saqué uñas, por si las moscas. Y el sonido cesó –Sí…ha pasado de largo.- así que me detuve –Luego…cuando salgamos de aquí…- pero volvió a reproducirse, tras ese silencio y emprendí la marcha de nuevo –te cambiarás ¿no?- ¿De qué? ¿De lado? Yo estaba situada a la izquierda. Pero a lo mejor era zurdo. Así que me cambié – No digo que huelas…mal…- ¿De que estaba hablando? Le miré de reojo, sin entender -es una cuestión de higiene…- ¿En el lado izquierdo te ensucias más? pues era la primera vez que lo oía. Nunca nadie me comentó tal cosa -¿Estamos cerca?

Pues no lo supe, porque el sonido cesó de pronto. Se esfumó -No se donde fue - me crucé de brazos molesta. Y me hubiese gustado saberlo, pues me remontó al pasado ¡A mi infancia querida! -De niña yo tocaba la campana - Sí. En la escuela. Pero el tamaño de esta, no podía compararse a la que hay en un campanario. A mí me cabía en la mano. La escuela no. ¡La campanilla! ¿Cómo si no iba a poder tocarla?
Me detuve en seco y agarré con rapidez la maleta de Memphis -¿Puedo verlo? - No podía sostener más mi curiosidad. Pero ya la había abierto sobre el suelo y me senté para verlo -¡Caracoles! - lo que vi fue... fue... -¿Y esto qué es? - parecía un instrumento musical. Pero no conocía su nombre. Tampoco su sonido. Tenía un montón de botones... y una boquilla... ¡Como un clarinete, sólo que más grande y de otro color! Quiero decir... que no se parecía en nada -¡Es fascinante! - lo toqué con suavidad ¡Qué fresquito estaba! Y algo me distrajo de aquel nuevo descubrimiento ¡De nuevo el sonido de la campanita! -¡Diantres! - pero cesó por tercera vez. Suspiré dándolo por perdido y cerré el maletín para devolvérselo a Memphis. No quería que se rompiese su juguetito ¡Vete a saber cuanto dinero costaba!

-Yo tocaba en un coro - le expliqué con los ojos cerrados, como si estuviese vislumbrándolo -¡Un coro de campanas! - reí con flaqueza reviviendo el soniquete -Tin tun, tin tin tun... - que tiempos aquellos... Y no era tan fácil tocarla, como puede pensarse la gente. Un tamaño menor no indica menos esfuerzo. A veces las cosas pequeñas, por el hecho de ser pequeñas, son más complicadas -Tocábamos "Le Fantôme de l'Opéra" ¡La pieza que da más miedo! - siempre me recorría un escalofrío -¡Chaaaaan...chan,chan,chan,chan,chaaaaaaan! ¡Chan,chan,chan,chan,chaaaaaan....! - moví los dos brazos, como si tuviese una batuta en cada mano, muy grandilocuente -¡Chan,chan,chan,chan,chaaaaaan....! - ¡Y que cosas! Abrí los ojos presa de la sorpresa dejando caer los brazos sobre mi regazo -¡Memphis! ¿Te das cuenta? - le miré, arrastrándome por el suelo, hasta quedarme al ladito del pequeño riachuelo verde, color pistacho y miré a lo lejos, a ver que venía. Me asomé y me asomé, inclinándome cada vez más hacia el agua. Pero no vi nada. Aunque eso no quiso decir que yo no estuviese en lo cierto. Que mis conjeturas no fueran posibles. Vi papeles, objetos extraños, residuos... mas ratas... flotando. Pero nada más -En la historia, un fantasma deforme, vivía en el subsuelo. ¡En las catacumbas! - y allí componía sus temas. Y tenía un sitio siempre reservado para ver las funciones que se representaban sobre su cabeza -¿Crees que estamos debajo de un teatro? ¿Que esa campanita que he oído pertenece a la barca del fantasma, que vaga por las aguas verde pistacho? ¿Es cosa mía o tiene sentido? ¡Todo encaja, Memphis! - me incorporé un poco fastidiada, pues no le localice. Quizás estaba escondido ¿Quién dice que los fantasmas no sientan miedo? A lo mejor... se asustó de nosotros -¡Tenemos que encontrar al fantasma! - O hacer que venga de alguna manera. Aún no sabía cómo. Pero seguro que se me ocurría -Si mal no recuerdo... le gustaba tocar música... - si... cierto... -¡Le encantaba! - le di un toque al pechamen de Memphis con el dorso de la mano -¡Componía música para la ópera! - y entonces la luz se hizo. Se me abrió el cielo allí mismo -Ya está... - ni a un genio se le habría ocurrido antes -Aremos que venga con ayuda de tu instrumento - sonreí orgullosa de mi misma ¡Qué gran idea! y aplaudí -Escuchará el sonido y vendrá - ya lo veía. Lo veía, lo veía. Aproximándose a nosotros, embelesado por las notas que Memphis interpretaba ¿Qué pensaría mi amigo? -¡Vamos, Memphis! ¿A qué estás esperando? ¡Vamos! ¡Vamos!



(Off: el fantasma de la ópera se escribió más tarde. Pero me apetecía ponerla xDDD. No creo que importe mucho.
https://www.youtube.com/watch?v=hcpX1LZQ6mo&feature=related )
Eva Lavant
Eva Lavant
Vampiro - Clase Alta
Vampiro - Clase Alta

Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/12/2010
Edad : 853
Localización : Montmartre

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Tristán Evans Dom Abr 10, 2011 9:33 pm

-No sé donde fue – Pues yo no iría tras él, de eso estaba más que seguro, o creí estarlo. -De niña yo tocaba la campana – la miré por el rabillo del ojo. Y eso venía ¿a cuento de…? ¿Fue su hobbie? Hablábamos de eso ¿no? Aunque ella tenía una facilidad para cambiar de tema ¡que daba miedo! Seguí caminando hasta que sentí un tirón en el brazo ¡pero cómo! Me arrancó el maletín. -¿Puedo verlo? – negué desconcertado, con los ojos en exceso abiertos. Pero a ella qué le iba a importar, si su atención se había focalizado en ¡mis cosas! Se sentó en el suelo, como si aquello fuera la séptima maravilla, que lo era, pero no para ella. -¡Caracoles! – ¿me estaban castañeando los dientes? Correcto. -¿Y esto qué es? –¡Lo que me faltaba ya! –No tiene nada que ver con tu campana.- o lo que fuera que se refiriese. Cierto que estar allí, me volvía más desagradable de lo que ya de por sí soy. -¡Es fascinante! – Me molestaba muchísimo que tocasen algo tan valioso para mí. -¡Diantres! – sus pequeñas y “cursis” tonaditas me ponían enfermo, no me di cuenta hasta ahora… era como si me torturasen clavándome pequeñas astillas bajo las uñas. Echaba de menos escuchar una burrada ¡la que fuera!
Abracé el maletín con ansiedad, cuando me lo devolvió.

-Yo tocaba en un coro ¡Un coro de campanas! – ¡Ayúdame, si alguna vez escuchaste mis suplicas!-Tin tun, tin tin tun... – Suplicio. -Tocábamos "Le Fantôme de l'Opéra" ¡La pieza que da más miedo! – Cuánta valentía. -¡Chaaaaan...chan, chan,chan, chan,chaaaaaaan!-¡Joder! Estaba consiguiendo trastornarme ¡a mí! ¿Qué más? Y sólo era el principio de su concierto.- ¡Chan,chan, chan, chan,chaaaaaan....! – La miraba de vez en cuando con una cara que lo decía todo. No me ayudaba en absoluto que cantase a gritos esa parte. -Y bien…- Lo tranquilidad que pude reunir en algún momento se escabulló bajo mis pies. -¡Chan, chan, chan, chan, chaaaaaan....! – Aplasté la palma de la mano en la frente, me habría dejado impresa la marca de los dedos de pleno, “reacciona.” -¡Memphis!- ¡QUÉ!- ¿Te das cuenta? – “¿de qué estás peor de lo que creía?” Comenzó a arrastrarse ¿¡es que no le importaba nada revolverse en la suciedad!? En realidad le encantaba. Pero vamos, nadie me vería tocándola, y mucho menos ahora. Tú sin miedo, si te caes al agua y te ahogas…pues nos echamos unas risas y santas pascuas. Empeñada en buscar ¡nada! Porque no había nada, solo sus propios fantasmas y los míos, que a cual peor.

-En la historia, un fantasma deforme, vivía en el subsuelo.- ¿habíamos quedado con él? Vaya, y yo sin saberlo.- ¡En las catacumbas!- pues se me había olvidado la invitación…otra vez será.- ¿Crees que estamos debajo de un teatro?- Desvariando muy peligrosamente.- ¿Que esa campanita que he oído pertenece a la barca del fantasma,- la miré con un rictus de severidad.- que vaga por las aguas verde pistacho?- Oculté una sonrisa irónica, al volver la cabeza hacia la sucia riada.- ¿Es cosa mía o tiene sentido?- asentí dándole la razón. –Tiene sentido.- Ella disfrutaba ¿por qué iba a decepcionar a esta pobre criatura?- ¡Todo encaja, Memphis! – Todo, claro, clarísimo. -¡Tenemos que encontrar al fantasma! – Levanté las manos a la altura de mis codos, arrugando la nariz, como una respuesta implícita en mi gesto. -Si mal no recuerdo... le gustaba tocar música... ¡Le encantaba!
-¿Y a quién no?- pero ese no era motivo alguno para… creerse esas fantasías. Después me tocó, con esas manos que podrían pegarme algo contagioso ¡seguro! -¡Componía música para la ópera! – “Qué tipo tan genial” pensé cansado. -Ya está... – mis ojos se abrieron con terror. -Haremos que venga- No.- con ayuda de tu instrumento – Ni mucho menos. Estaba eufórica, aplaudiendo y todo, le faltaba dar unos cuantos saltitos para hacerme la escena aún más patética. -Escuchará el sonido y vendrá. Vamos, Memphis!- arqueé una ceja turulato.- ¿A qué estás esperando? ¡Vamos! ¡Vamos!- me iba a dar un patatús.

-¡Eva! ¡Eva!- grité, imitando sus continuos gritos.- Vamos ¿¡Me ves capaz!?- negué con la cabeza mirando todo el “salón de butacas”, ni de coña. –Yo no toco aquí por menos de dos mil dólares.- “¿te has enterado?” Tocar a las ratas… ¡y qué más! Pero si te parece a bien… puedes seguir entonando el- moví las manos como loco antes de exclamar un- ¡¡¡Chan, chan, chan, chaaaaaan!!!- aún no me había recuperado. –Puede que así venga, en su barquita, sí, y se enamoré de ti, y de te dedique alguna de sus composiciones, cómo no.- Borde donde los haya, pero es que uno llega a su límite, majos. -¿No sería perfecto?- ¡paciencia señor! -¡Y sabes qué! Yo no pinto n-a-d-a en ese encuentro. Sigue buscando, preciosa…porque yo…- me reí burlón. –yo me voy.- Di media vuelta, deshaciendo mis pasos.
No tardé en encontrar la abertura donde desafortunadamente había caído. Quería salir, necesitaba salir. Me estaba asfixiando allí abajo, era como estar muerto. Trepé como pude, tirando el maletín a la superficie de un salto, después me colé como un gusano por el hueco.
-¡Ya está bien!- “de vuelta a la vida”.
Entonces me quedé tirado en el suelo de aquel callejón, cansado por el esfuerzo. Ya había anochecido. No me levanté, ni me importó que la gente se me quedase mirando, ahora sí que parecía un Don Nadie.
Tristán Evans
Tristán Evans

Mensajes : 355
Fecha de inscripción : 17/09/2010
Edad : 41
Localización : La Clave de Sol

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Eva Lavant Mar Abr 12, 2011 1:51 am

-¡Eva! ¡Eva!- me sobresalté buscando a mi alrededor, pensando que acababa de ver al fantasma ¿Pero... donde estaba? - Vamos ¿¡Me ves capaz!?- ¿De qué? No entendía palabra. Estamos a lo que estamos Memphis... -le miré con ansiedad presa del nerviosismo- o no estamos a lo que estamos ¿Vio al fantasma o.... no... vio al fantasma?
–Yo no toco aquí por menos de dos mil dólares.- ¿Se negaba a colaborar? ¡Pero si mi idea era genial! Me fastidió no llevar dos mil dólares encima. Si hubiese salido de casa con ellos, ahora no estaríamos en estas condiciones. Lo que es la vida... –Pero si te parece a bien… puedes seguir entonando el ¡¡¡Chan, chan, chan, chaaaaaan!!!- ¡La hizo súper bien! Ni que la hubiese tocado desde siempre –Puede que así venga, en su barquita, sí, - Uy... -y se enamoré de ti,- Uy... -y te dedique alguna de sus composiciones, cómo no.- Uy, uy, uy... -Noto cierta burla en tus...
-¿No sería perfecto?- A mí me daba en la nariz... que se estaba mofando de mí. Pero siguió hablando para más dramas. Le miré por el rabillo del ojo, con la boca fruncida. Incompresible su comportamiento.
-¡Y sabes qué! Yo no pinto n-a-d-a en ese encuentro. - se me desencajó la mandíbula. No quería perder los nervios. Así que, intenté concentrarme en una gotera del techo. Pero nada -Sigue buscando, preciosa…porque yo…- le miré con rapidez al ver que se reía. Quizás estaba de broma. Aunque nunca le tomé por un gracioso –yo me voy.- Ah, pues no. Chistes cero. Se dio la vuelta retrocediendo todo lo que andamos. Empecé a verle pequeñito, pequeñito, pequeñito... hasta que ya no le vi más. Y seguí sus pasos, corriendo tan rápido, que una ráfaga de aire sacudió las aguas ¡Como en la Biblia! Y vi un pie de Memphis, asomando por la abertura de la alcantarilla. Y también vi, que el sol se fue a dormir. Miré el cielo a través, escuchándole maldecir, -¡Ya está bien!- como tantas otras veces. Sólo que esa noche, me tocó la fibra. Yo ya estaba descontenta porque no quiso ayudarme y odiaba que me tratasen de tonta. Además, pocos fantasmas encontraría, estando con una persona ¡Tan negativa!
-Ya está bien... - refunfuñé pegando un bote descomunal, saliendo por el agujero de cara a la superficie ¡Igual que un camicace! y pisando el pecho de Memphis con mi zapato, para que no se escapase. ¡Y que no lo intentase! Porque no serviría de nada.

Todo lo que dije a partir de ese momento, fue lo más franco que jamás creí decir. Y si no fuera porque mi boca se movía, el símil se podría haber asemejado perfectamente, al de una estatua. Sonó igual que si hablase una verdura con labios. Le miré desde las alturas, manteniendo su espalda clavada al suelo. Carecí de sentimientos. Ni una ceja de mi rostro se movió. Ni siquiera parpadeé. Mi semblante se tornó fratricida. Monocorde dialogué en un hilo de voz, que aún así, tenía eco. Con la misma tranquilidad, que un reloj de arena, en el que el tiempo corre despacio, mi voz pronunció la primera palabra de muchas, sin apenas respirar ¿Para qué?
-¿Sabes Memphis? Todo empezó bien pero.... No es que quiera ser catastrofista. Pero es obvio que las cosas, ya no están tan bien. Me duele ser la primera en admitirlo. He de confesarte que... me negaba a creerlo. Y me inquieta, que sea la última cosa que te diga esta noche. De hecho, temo que sea la última cosa, que te diga alguien, en lo que te queda de vida. Porque... bueno... ambos sabemos que, después de haberme deleitado con semejante sarta de necedades, a la cual más ofensiva, sería necio negar, las posibles consecuencias ¿No te das cuenta del daño que haces? Y te lo digo desde la más cruda de las sinceridades. Sólo quería preguntarte, si tenías algo más que decirme, antes de que suceda lo inapelable. Porque mi madre siempre me dijo, que "el que concede la palabra en los momentos críticos", y créeme que este lo es, "se la considera noble". Porque Memphis, hoy vas a morir.

Me quité el abrigo, para que no se manchase de sangre. No está bien ir por ahí llena de sobras. La gente podría asustarse. Luego acerqué el rostro al suyo, doblando las rodillas, aún sin soltarle. Que me tomaba el pelo, no era ningún descubrimiento. Vete a saber que más haría. A veces resulto algo extraña a las personas. Pero sólo a veces. Giré la cabeza, igual que un periquito observando un gusano jugoso para el pico, ahora encadenado a mis ojos -Porque estoy muy loca. Y no hace falta que un humano como tú, venga a contármelo. Porque yo ya era consciente de ello, hace mucho tiempo - desde que nací. Y que no se hiciese el sorprendido -¿Qué pasa? ¿Qué no te lo crees? ¿Me tomas por una embustera? - Sí, me puse chula. Y qué. Faltaría más.
Le agarré del cuello. No pretendía estrangularle ¡Pero lo habría hecho! -Yo te he dado mi voto de confianza y tú no me has dado nada en absoluto - que verdad más verdadera -No negaré que me he encariñado de ti - aunque esta, era mucho más cruda -Sería necio... - no terminé la frase. Mi mano liberó sola su garganta. A lo que yo aparté el pie del pecho de Memphis algo confusa. Era como... como si no me viera capaz -Pensándolo mejor... - cambié de opinión de inmediato. En el fondo siempre fui una chiquilla muy compasiva y él se merecía tragar tierra y más. Pero bueno. Que le vamos a hacer...

-...vamos a hacer una cosa - Sí, haremos algo. Porque quieras o no, compartisteis buenos momentos -Yo juro no matarte, si tu juras serme fiel - no como una mascota. Pero sí como un amigo -Porque creo que tienes que aprender mucho de la vida y yo podría enseñártelo. Pero no vale que jures por cualquier cosa. Ni por la luna... ni por los campos Elíseos... Tiene que ser por algo que realmente te importe- sonreí grandiosa ¡Seguro que tenía un montón de cosas por las que jurar! Eso pensé en primera instancia. Pero luego recordé lo egoísta que era. Seguro que no le importaba nada ni nadie. Posiblemente sus recuerdos ocupasen el mismo espacio que el maletín que portaba -Y que conste que te estoy dando una oportunidad, grande como una casa. - dicho lo dicho, al lío -Yo ahora te muerdo - le aclaré. A ver si se iba a pensar, que se me había olvidado. A veces hablo demasiado ¡Pero eso él ya lo sabe! -Luego me voy... y te dejo unos días, para que cambies de actitud y te lo pienses - muy cordial estaba siendo -Y no intentes escapar... Porque no importa a donde vayas. Porque te perseguiré, te perseguiré y te perseguiré... y te encontraré. Porque suelo perseverar, a la hora de alcanzar mis metas. Y tu eres mi propósito y yo tu destino final, soldado de pelotón de segunda - ¡Bueno! ¡Ya lo he dicho! He de reconocer... que ahí me pasé. Confieso que fue una amonestación, por los daños causados. Pude haber sido mucho más cruel pero... no quise hacerle llorar.

Empecé a aproximarme hacia él, con parsimonia, queriendo estirar el tiempo. Más le valía no salir corriendo, porque no serviría de nada, salvo para enfadarme -¿Sabes lo que más admiro de los humanos? La capacidad que tenéis para desechar recuerdos que creéis que no importan y retener los que os interesan. Es realmente trágico, pues considero que todo recuerdo, es valioso. Pero confío en que este, no se te olvidará nunca ¿Verdad que no? No... claro que no - susurré, tocándole en la punta de la nariz -Bon Appétit - lanzarme sobre su cuello, sujetarle con los muslos para que no se moviese, retirándole las manos tras la espalda aprisionándolas contra esta y el suelo fue... un primor. Un primor como él. Mis colmillos se abrieron paso, sin compasión y sorbí con ansia la esencia que tan bien olía y tan rica sabía. Ahora debía parar, o terminaría matándole. Me retiré con pereza -Es suficiente... - murmuré junto a su cuello, herida abierta y fruto de mis placeres mas carnales -Hasta la vista Memphis... - tan poco bebí tanto... Podría volver al Hotel él solito. No fuese que me diera hambre por el camino, acompañándole. Pero le manché la camisa. Las gotas se desparramaban por mi barbilla de "a poquitos" ¡No pasa nada! Se quita -Un besito - dejé caer uno sobre su nariz y me esfumé como una sombra. Para una despedida que teníamos.... y tenía que ser tan trágica. Que mala suerte, de verdad.



[off: no tienes por qué copiarlo todo. Lo entenderé. xD]
Eva Lavant
Eva Lavant
Vampiro - Clase Alta
Vampiro - Clase Alta

Mensajes : 106
Fecha de inscripción : 02/12/2010
Edad : 853
Localización : Montmartre

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Tristán Evans Sáb Abr 16, 2011 7:57 pm

[Off: Se hizo lo que se pudo ¬¬, xD]


Y al segundo escuché claramente un: -Ya está bien... - “¡Cómo!” Solo me dio tiempo levantar la cabeza, cuando me vi aplastado por la pie de Eva. -¡Yo…yo!- ¿Había perdido la cabeza por completo? Reconozco que fueron buenas vistas a pesar de todo, pero eso no quitaba que ¡me estuviera pisando! ¿Qué se había creído? Intenté quitármela de encima, pero fue un esfuerzo inútil. “Quietecito, entonces.” Lo iba pillando. Aunque no creí que fuera necesario el numerito, mucho menos estando en la calle a la vista de cualquiera ¡pero quién iba a racionar en estas condiciones! Yo no. Intenté no soltar todo el aire, cada vez que respiraba apretaba con más fuerza. Maldita. Esta me las pagaría, y luego quería que fuésemos amigos ¡sí! La miré furioso, pero ni con esas, que no cedía la tía. -¿Sabes Memphis?- ¡No, no tengo ni idea!- Todo empezó bien pero...- Te digo yo de ya, que esto se ha acabado. Escuché su discursito con los puños bien cerrados, no estaba para tonterías. -Y me inquieta, que sea la última cosa que te diga esta noche.- Eso seguro....- De hecho, temo que sea la última cosa, que te diga alguien, en lo que te queda de vida.- Cuando te pille…te enterarás de lo que es bueno…- Porque... bueno... ambos sabemos que, después de haberme deleitado con semejante sarta de necedades,- ¡Pobre! Se lo había tomado mal…- a la cual más ofensiva,- Llegados a este punto me arrepentí de no haberle soltado mejores joyitas allí abajo, y quedarme a gusto del todo.- sería necio negar, las posibles consecuencias ¿No te das cuenta del daño que haces?- Me importa una mierda… “Dilo en alto, atrévete” Paso.- Y te lo digo desde la más cruda de las sinceridades. Sólo quería preguntarte, si tenías algo más que decirme, antes de que suceda lo inapelable.- Loca, loca, loca.-Demente.- Conseguí decir, aunque dudaba que me hubiese escuchado, porque seguía hablando sin pausa alguna.- Porque mi madre siempre me dijo, que "el que concede la palabra en los momentos críticos", y créeme que este lo es, "se la considera noble".- De noble tienes lo que yo tengo de caballero “Esa ha sido buena”-Porque Memphis, hoy vas a morir.- ¡Que te lo has creído! “¡Pero qué dice!” Unos buenos grilletes y una sábana blanca para la señorita fantasma. – Morir…del disgusto sí.- La fusilé telepáticamente, mientras se quitaba el abrigo. Al principio no la creí ¿Cómo iba a estar hablando en serio? Pero la broma…se estaba tornando cada vez más pesada.

Acercó su rostro tanto al mío que el corazón se me disparó “Vale ya”. Y se me quedó mirando tan fijamente que me entró un tic en el pie izquierdo. Si hubiese estado en mis cabales la habría escupido, pero… ese atrevimiento me podía costar caro…muy caro, no había más que verla…Lo seria que se había puesto. -Porque estoy muy loca.- No dije nada… no era mi turno, y parecía que nunca lo sería. -¿Qué pasa? ¿Qué no te lo crees?- Arrugué la frente, preso de la angustia.- ¿Me tomas por una embustera? – ¡Menos mal que no abrí la boca! Porque no las tenía todas conmigo. Balbucear habría sido mucho peor. Entonces me agarró del cuello sin ningún miramiento “entrañable angelito”. Aún estando como estaba no exterioricé mi pánico, tenía que aguantar todo lo posible, como un hombre ¡joder! -Yo te he dado mi voto de confianza y tú no me has dado nada en absoluto – Anda que no, mi precioso tiempo ¿Eso no significaba nada para ella? Y…y había soportado sus cambios de humor, sus paridas…Le compré una puta flor ¿¡eso no es nada!? No valoran lo que hago…que dolido me siento. Típica mujer al borde de un estado de nervios. -No negaré que me he encariñado de ti. – Te arrepentirás…como todas…pero suéltame majeta. -Sería necio... – Necio…muy necio. ¡Eh! Me había soltado la garganta, y me dejó “libre”…menuda suerte. -Pensándolo mejor... vamos a hacer una cosa – ¿Cuándo se pensó que yo seguía queriendo hacer algo con ella? ¡Ni…ni borracho! Un hervor de los buenos le daba yo.- Yo juro no matarte,- ¡pero tú te estás oyendo!- si tu juras serme fiel – venga sí…palmadita en la espalda. -Porque creo que tienes que aprender mucho de la vida y yo podría enseñártelo.- Me habría destornillado de la risa tras oír aquello, pero sólo me rasqué la barbilla, haciendo que me lo estaba pensando ¿Por qué…tenía opinión y voto…no?- Pero no vale que jures por cualquier cosa. Ni por la luna... ni por los campos Elíseos...- Suspiré aburrido de tanta perorata. Cuando la daban cuerda no había quien la detuviera ¡Pobre de aquel…pobre! “¿quién?” su futuro marido…yo qué sé. - Tiene que ser por algo que realmente te importe- Poca cosa…contadas. ¿Qué? Estaba orgullosa de sí misma. No me hagas reír. Hice el amago de levantarme, pero me falló el tobillo “y ahora tú… ¡bien!” ¿Qué más faltaba? Bueno por lo menos tenía mi saxo no muy lejos, y todo esto quedaría olvidado, después de que le cantase las cuarenta…pero olvidado. Me marcharía de nuevo a Inglaterra ¡y punto! -Y que conste que te estoy dando una oportunidad, grande como una casa. – La que te vas a comer…esa sí que es grande…como…como un transatlántico. -Yo ahora te muerdo – Dejé los ojos en blanco bufando como un descosido. Ya me estaba cansando tanta amenaza… -Luego me voy... y te dejo unos días, para que cambies de actitud y te lo pienses – “que te den por c…” Moví los labios sin acabar la frase. Habría maldecido a los cuatro vientos una sarta de burradas a cual más gorda hasta vomitarlas todas ¡Hartito me tenía ya! -Y no intentes escapar... – Anda que…-Porque no importa a donde vayas. Porque te perseguiré, te perseguiré y te perseguiré... y te encontraré.- Sonreí asintiendo, como a quien le piden un favor que sabe que le entrará por un oído y le saldrá por otro.- Porque suelo perseverar, a la hora de alcanzar mis metas. Y tu eres mi propósito y yo tu destino final,- me cubrí la boca con el puño ¿Mi destino final?- soldado de pelotón de segunda – Cerré los ojos fingiendo estar dolido de narices. “Me has dado donde duele pajarito”. Eché levemente hacia atrás la cabeza cuando empezó a acercárseme.

Y emprendió la cháchara. Que si recuerdos…que si lalalaa…- Pero confío en que este, no se te olvidará nunca ¿Verdad que no? – negué con la cabeza, como obligado.- No... claro que no - ¡Lárgate! Grité en mis adentros cuando me tocó. -Bon Appétit – ¡Se lanzó sobre mí! Inesperadamente. La miré con cara de pocos amigos, me estaba inmovilizando la muy cabrona. -¡Pero qué haces!- exclamé moviendo los brazos, en un intento de impedir que los dejase tras mi espalda. Volvió a tirarme al suelo, de nada sirvieron los movimientos bruscos, ni que pataleara. Y después mis ojos se abrieron desplegando sus pétalos hasta desprenderse del tallo y quedar suspendidos en el aire. Insonoridad. Ingravidez. “Vaya…al final parece que sí vas a morir.” – Me…haces…daño.- murmuré vulnerable. ¿Qué me estaba haciendo? Sólo podía ver la maraña de sus cabellos, y cuando estiraba el cuello un dolor mucho más punzante me atravesaba el corazón. Quise insultarla, pero me vi incapaz, mi cerebro no funcionaba con normalidad. Me estaba debilitando por momentos. Ni en mis peores pesadillas iba a pensar que acabaría así, a manos de una psicópata, en un callejón… Ya me estaba imaginando las portadas de los periódicos del día siguiente “¿de verdad crees que saldrías en primera plana? Lo…lo merezco…
Tragar saliva, impensable. Los parpados me pesaban, todo era una verdadera mierda.
-Es suficiente... - ¿Eh? ¿No tienes lo que hay que tener para…terminar conmigo? Tomé aire con dificultad mirando la última ventana. -Hasta la vista Memphis... – Te mataré…Te…mata…ré. -Un besito – Lentamente…hasta que agonices…de dolor… Y recordarás este día, como el día en el que Tristán Evans juró sobre lo que más le importa sobre este mundo, que “estás acabada”.
Moví lentamente las manos y los brazos, atrapé una pequeña piedra, y la arrojé con toda la fuerza que me vi capaz al lugar por donde había desaparecido aquella sombra, la piedrecita rebotó. Fue una tontería, pero ese odio me dio los ánimos que necesitaba para incorporarme.
Pasaron varios minutos hasta que pude apoyar la espalda en el muro del edificio. Me llevé la mano al cuello, con aprensión, y al apartar la palma, ésta estaba encharcada de sangre, “de mi sangre… ¡maldita sea!” Me tembló todo el cuerpo. Que recordarse jamás me había sucedido algo por el estilo.
–Llorarás…- murmuré haciendo un esfuerzo por coger el asa del maletín. Que me buscase…yo la esperaría con los brazos abiertos. Me levanté el cuello de la camisa para ocultar la herida, y caminé en dirección al hotel. Estaba agotado, no quería ni cenar.
En realidad no sabía cuánta sangre había perdido. Al llegar cubrí el cuello con una de mis bufandas, para que así me fuera más fácil sanar. Me tiré en la cama, no sin antes haber cerrado la ventana, y haber atrancado la puerta. No quería que nadie me molestase en aquel momento. Ya pensaría lo que hacer a la mañana siguiente, posiblemente cogería el primer barco. A fin de cuentas, nada bueno me había traído el dichoso viaje. Qué manera de vivir una pesadilla.
Tristán Evans
Tristán Evans

Mensajes : 355
Fecha de inscripción : 17/09/2010
Edad : 41
Localización : La Clave de Sol

Volver arriba Ir abajo

Cena a la carta [Libre] - Página 3 Empty Re: Cena a la carta [Libre]

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 2 de 3. Precedente  1, 2, 3  Siguiente

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.